CAPITULO 1:
Era una mañana normal, cuando un chico de 15 años se alista para ir al colegio. Él era Yuuri Shibuya, un chico más o menos normal, ya que en su colegio era maltratado por sus compañeros. Yuuri es de un carácter suave, era cerrado y no tenía muchos amigos, pero en el fondo era una persona buena, de buen corazón y que no le gustaba que los demás paguen por sus propios errores. Él era una persona que no le gustaba que se preocuparan por él, ya que se sentía una carga para ellos, por eso casi nunca le contaba a sus padres sobre sus problemas en el colegio, solo cuando llegaba a ser problemas muy extremos.
Yuuri termino de cambiarse, bajo a desayunar y se fue. Durante el camino, él usualmente se encontraba con unos tres chicos que son un par de grados mayores que él, ellos lo golpeaban antes de ir al colegio y esta no era una mañana diferente.
Escucho unos pasos y se dio media vuelta:
-Hola, ¿hay alguien allí? – dice inocentemente
-Mira, mira, mira… que acaso nunca aprendes a no venir por aquí?- dice una voz
-Chicos, por favor, saben que a mí no me… - no termino ya que le dieron un puñetazo en el estómago.
-Y tú no sabes que a mí no me importa cuánto me lo digas yo nunca me detendré? – dijo y el junto con otros dos chicos empezaron a patear a Yuuri. El por ser tan pacifista no se defendía, haciendo que sus agresores lo patearan más fuerte.
-Vamos… acaso no te vas a defender? – dice uno
-Este ni fuerzas tiene para hablar –dice otro
Luego de un rato los golpes pararon y los muchachos fueron desapareciendo. Yuuri luego de ver que estaba solo, se paró y se fue corriendo al colegio.
Por las peleas que tenía de llegar al colegio, siempre llagaba tarde y era el último en entrar y otras veces lo dejaban fuera por tardón.
Ese dia no lo logro, y como algunas veces hace, se sentaba al lado de la puerta a esperar que tocara el timbre o que el profesor se apiadara y lo dejara entrar. Pero mientras eso pasaba se fue quedando dormido, luego de un rato empezó a escuchar que alguien lo estaba llamando, era Murata Ken, su mejor y único amigo de Yuuri.
-Shibuya, Shibuya!!!.... es hora del descanso, despierta!! - decía Murata
-Gracias, Murata, ya voy… espera, dijiste descanso? Cuanto tiempo dormí?!?
-Como las primeras tres horas, no había quien te despertara.
-O bueno, ya fue, vamos
Durante el descanso se la pasaban hablando hasta que tocaba el timbre y volvían al salón, y esperar que tocara el timbre de salida. Ese dia pasó muy rápido, y la campana toco.
Yuuri se regresaba por una calle, pero esta estaba en reparaciones y tuvo que tomar un pequeño desvío hacia su casa.
En vez de ir por la transitada calle por la que siempre iba, tuvo que ir por un callejón oscuro.
Él se regresaba a su casa con música, así que no escucho cuando estaban corriendo tras él y lo empujaron, sin que se diera cuenta ya estaba rodeado.
-Auch!! Chicos, podrían ver or dónde van? –dijo parándose
-Mira lo que trajo el viento, te gusta que te golpeen verdad? –decía la misma voz de la mañana.
-Chicos, ahora no, solo déjenme pasar
-Sí, creo que está bien, te puedes ir… -se dio media vuelta- luego de una pequeña pelea. –y le dio un golpe, haciendo que Yuuri caiga en el suelo.
Así inicio una pelea que parecía no tener fin, Yuuri estaba cansado y adolorido desde la mañana, él se había acostumbrado a solo una pelea al dia, no dos o tres, solo una. Se le empezó a nublar la vista y cerrar sus ojos cuando lentamente, oyó que alguien grito:
-Oigan, déjenlo en paz
Dijo la voz de un chico, que un dos por tres noqueo a los agresores, lo único que vio antes de desmayarse fueron unos ojos esmeraldas, sosteniéndole la cabeza diciendo:
-Todo va a estar bien.