Paso una semana más y era evidente el cambio entre Thorin y Bilbo.
Cada mañana el enano recibía con honores al hobbit al llegar al desayuno y no dejaban de charlar incluso de los temas banales. En múltiples ocasiones todos quedaron estupefactos al escuchar al heredero de Erebor reír sincera y tranquilamente mientras el saqueador se sonrojaba. Cada tarde paseaban o iban a la biblioteca de Lord Erlond y por las noches Thorin lo tomaba de la mano para llevarle a su habitación donde se despedía con un tierno y corto abrazo acompañado de un suave beso en la frente.
El pequeño hobbit no podía refrenar aquel sentimiento, aquel calor abrazador que crecía desde su pecho y parecía extenderse desde cualquier parte de su cuerpo que el enano llegaba a tocar.
-¿Esto es amor?- se preguntaba cada noche dando vueltas en la cama. Y es que el pobre nunca había sentido nada igual y le resultaba difícil y confuso interpretar su sentir. Pero una noche Bilbo se descubrió deseando los labios del otro, recordó la ocasión que encontró a Dwalin y Ori besando y se sonrojo al imaginarse de esa manera con Thorin, con esa pasión y devoción, se sorprendió al soñar con las manos del enano vagando por su cuerpo desnudo, besando su cuello y pecho, fue ahí cuando el joven Bilbo tomo la decisión.
Por la noche caminaron tomados de la mano al umbral de la habitación como cada día, pero Thorin notaba al pequeño algo nervioso
-Buenas noches Taerin- susurro abrazándole y beso su frente inhalando aquel dulce aroma. En el momento que el enano se separaba sintió los brazos del más pequeño aferrarse a su cuello, al bajar el rostro para mirarle no pudo evitar sonreír al ver cuán sonrojado estaba y sin poderse contener levanto su mentón y beso despacio aquellos tiernos y suaves labios que se movieron en sincronía con los suyos.
Cuando el aire hizo falta se separaron mirándose a los ojos
-Oh, Taerin- susurro Thorin besando sus mejillas, sus parpados y su nariz.
-Ven- murmuro el hobbit tomándole de la mano y lo condujo al interior de la habitación. Por supuesto que el enano no podía creer lo que estaba pasando y se dejó guiar sin decir nada hasta que ambos quedaron sentados en la orilla de la enorme cama
-Bilbo- susurro al fin
-Shhhh… es… amm… ujum… es nuestra última noche en Rivendel y no sé cuando estemos solos de nuevo- confeso sonrojado y mordió su labio con nerviosismo
Eso fue demasiado para el enano, quien sin poder resistirse a la tierna y seductora inocencia del otro se arrojó a besarle con desesperación. Sin saber de dónde ni como el hobbit se armó de valor y tomo el cabello del otro intensificando el beso mientras se recostaban en la cama.
Sus respiraciones se fundieron en una sola mientras Thorin le acariciaba y se deshacía de sus ropas sin cuidado alguno, cada terminación nerviosa del joven Bolsón parecía cobrar vida una a una haciéndole conocer sensaciones que creía simplemente imposibles
-Thorin…. Thorin…. Ahhh- gemía al sentir las manos del enano tomarlo con fuerza y sus labios degustar y marcar cada palmo de piel que tenía disponible.
-¿Estás listo?- susurro abriendo sus piernas y colocándose entre ellas mientras su mano masajeaba el miembro semi erecto del hobbit
-Si…. Hazlo- contesto aferrándose a sus fuertes brazos y gimió con fuerza al sentirlo en su interior
-Te amo- susurro Thorin contra sus labios y comenzó a moverse lenta pero profundamente haciéndole ver estrellas
-Aaahhh…
-Taerin….-gruño- Ahhh te amo Bilbo…- volvió a decir mirando su rostro… esperando una respuesta
-Yo… Ahhh… yo…- dudo un momento mordiéndose los labios, pues el placer no le dejaba pensar con claridad pero aún era consciente de la presión en las palabras del enano- yo… igual- apenas susurro desviando la mirada
Y entonces se entregaron a sus instintos por el resto de la noche
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Al alba los enanos esperaban en el salón principal a su guía, la noche anterior decidieron que era momento de partir y fue el mismo Thorin quien los cito tan temprano en la mañana, sin embargo en estos momentos era justamente él, el único que faltaba. Dwalin miro a su novio con aire de complicidad, pues al parecer solo ellos dos habían notado la ausencia de otro miembro de la compañía
-¿Dónde demonios esta Thorin?- cuestiono Gandalf indignado- ¿No está en sus aposentos?
-No- contesto Bofur- ya lo he buscado…
-¿En la biblioteca?- inquirió el mago
-No, no está ahí con Lord Erlond- dijo Nori
-Esperen un momento….- dijo Balin de repente- Me olvidaba de Bilbo! ¿Alguien lo ha visto?
-Debe seguir dormido- contesto su hermano con una sonrisa que de momento no entendió
-Iré a buscarlo- dijo el viejo Balin y salió de inmediato en su búsqueda
Camino rápidamente por los largos y hermosos pasillos hasta llegar a aquel donde se hospedaba el hobbit y tocando dos veces le llamo:
-¿Bilbo? ¿Muchacho estas ahí?- pero nadie contesto, entonces el enano noto que la puerta no estaba del todo cerrada.
Despacio empujo la puerta y de adelanto al interior donde una escena del todo inesperada le recibió. Las prendas estaban regadas por toda la habitación y en el centro de la gran cama se encontraban Thorin y Bilbo abrazados, la sabana cubría hasta la cintura de ambos y la pierna del hobbit sobresalía mostrando que se encontraba entrelazada con las de su pareja
-Ejem… Buen día- dijo Balin divertido y un tanto sonrojado mientras se aclaraba la garganta. El primero en despertar fue el mayor, al erguirse un poco vio a su amigo y le sonrió, entonces giro hacia su pareja llamándolo
-Bilbo… Taerin- susurro contra su oído y le dio un suave beso- despierta…
El hobbit se removió con pereza y al incorporarse se quedó helado al notar que no estaban solos
-Buenos días Sr. Bolsón- dijo Balin con una amplia sonrisa burlona
-Ba…. Balin!!!!- grito y se cubrió hasta la cabeza con las sabanas
-Buen día Balin-dijo Thorin riendo- ¿Ya es el alba?
-Me temo que si…
-Me parece que la actividad nocturna ha hecho que nos quedemos dormidos- se rio mientras el hobbit se encogía ante el comentario en un intento de desaparecer- Dennos unos minutos…
-Así será- dijo Balin saliendo de la habitación- AH!!!! ¡Y felicidades!
-Ya se fue- dijo Thorin dulcemente quitando la sabana y abrazando al menor
-No pienso salir de esta habitación nunca- susurro Bilbo encogiéndose
-Vamos, Taerin- pidió el mayor haciéndole cosquillas, causando en su piel un estremecimiento igual al de la noche anterior
-Thorin…- gimió el hobbit ante ese contacto y le miro a los ojos mientras el otro con una orgullosa sonrisa en el rostro trazaba con los dedos las marcas rojizas y azulosas que su fuerte agarre había dejado en la pulcra piel del hobbit
Bilbo lo abrazo por el cuello y se besaron con la misma necesidad, las manos del más pequeño viajaron a la espalda de su amante quien siseo un poco.
-Lo lamento- dijo Bilbo contra sus labios mientras con sus dedos acariciaba suavemente los enormes rasguños con los que había marcado su espalda la noche anterior
-No me importaría que lo hicieras de nuevo- contesto Thorin con una sonrisa lujuriosa y beso su clavícula derecha donde aún se notaban las marcas de sus dientes- Es hora de irnos
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Todos comenzaban a desesperarse en el salón principal, pues Balin no quiso explicarles nada, y su sorpresa fue muy grande cuando vieron a Thorin y Bilbo llegar tomados de la mano. Dwalin, Balin y Ori sonrieron ampliamente, mientras Gandalf y Lord Erlond los miraban con detenimiento para después darles una suave sonrisa y un asentimiento de cabeza… El resto les miraba aun sin creerlo
-Buen día- susurro Bilbo bajito mientras se sonrojaba
-Buenos días- casi canto Thorin muy alto mientras atraía al hobbit hacia su cuerpo y le abrazaba
-Buen… buen día…- susurro Fili sin creer lo que veía- tío….- y miro a Kili buscando alguna respuesta. Pero su hermano no hacía más que mirar a la pareja con la boca abierta y los ojos cual platos
-Es hora de partir- dijo el líder de la compañía mirando al medio elfo- Âkminrûk zu* Lord Erlond. Que la estrella de la mañana brille sobre tu reino
-Mára mesta, Meldonya- contesto el elfo sorprendido por el cambio de actitud del otro- Enomentuvalmë** Guía a tu compañía con sabiduría Thorin Escudo de Roble
Y así los enanos se fueron de Rivendel y emprendieron su camino entre las montañas. El pensamiento de os enanos era positivo, pues ya no había tensiones ni peleas y les era fácil imaginarse pronto en Erebor rodeados de sus hermosos tesoros de antaño.
-Thorin- susurro Bilbo una noche mientras hacían guardia (misteriosamente sus guardias siempre eran juntos)- ¿cómo fue que perdieron su hogar?
-Es una triste historia, Taerin-susurro- Aquel demonio… ese gusano alado llego cuando Erebor estaba en su gloria y aun así nos venció, nuestra debilidad fue nuestro rey…. Mi abuelo estaba enfermo, la avaricia termino volviéndole loco
-Smaug debe ser una criatura muy poderosa entonces- dijo mirando a la nada
-Lo es… pero lo venceremos, una vez con la piedra del arca seremos invencibles
-¿Y si no logro robarla?
-Sé que lo harás- contesto mirándolo a los ojos y le robo un suave beso- confío en ti
Bilbo suspiro con pesar mientras Thorin le abrazaba con fuerza y se lamentó en silencio pues él no tenía tanta confianza