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Quiero ser adulto por kida-san16

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Notas del fanfic:

Es una advertencia para tu infancia.

Las advertencias ya vienen en la descripción del fanfic así que no me hago responsable si entraste sin saber.

Personajes Pertenecientes a Walt Disney .

Aclaro que los personajes caninos están humanizados, conservando parte de la apariencia canina sin perder la humana, por lo tanto no es furry ni nada de eso. Lamento si se confunde en la narración, en las notas del capítulo daré más detalle. 

Notas del capitulo:

Bueno, no se me había ocurrido una idea así, por lo tanto me gustaría su opinión. Son bienvenidas las críticas y consejos, oopiniones de todo tipo ;)

Quisiera aclarar el físico de los cachorros aquí ya que quisiera omitir ese punto en la historia por no tener ni idea de donde ubicarlo. Lo resumiré: son lo mismo que los nekos-humanos (pésima manera de nombrarlos -.- ) que han visto en otros fics, no es furry, tienen cola, orejas, garras etc,  pero por mas detalles caninos que tengan son humanos por lo cual pediría no olvidarlo o confundirse por la narración que los describe. 

Hay algunos cambios de sexo en algunos personajes que notarán en la historia, tampoco se confundan por favor

Doy créditos a la creadora de esta imagen que me a inspirado a la perversión que verán en el próximo cap. En este cap no hay lemmon para su desepción. 

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El Big Ben marcaba la media noche en los suburbios de Londres. Sus calles estaban inundadas de ausencia, sometidas una estricta regla de silencio que predominaba en cada rincón, callejón y casa, a excepció de una. Entre pequeños e insignificantes departamentos de solteros estaba uno que ocupaba un lugar especial y acogedor, pues una cálida y alegre familia lo habitaba, nada más y nada menos que la extensa familia de dálmatas, y sus dueños, claro. Lo curioso es que los pequeños integrantes de la familia canina no están descansando y son los causantes de la existencia del imperfecto silencio de la manzana, principalmente. Pero todos sabemos que mucho antes de la media noche deberían de estar acurrucados uno sobre el otro, roncando y pateando al hermano sin permitirle un buen descanso, más no era así. Asimismo como descansan, los pequeños también cometen travesuras e insubordinaciones, se podría decir que en veces son tan extremistas que son más traviesas que las de un adulto. ¿ Realmente estamos seguros de que tan curiosos y peligrosos son los cachorros cuando la puerta trasera quedó abierta accidentalmente ?. Pues tan solo menos de la mitad de la camada de perritos no dudan ni un segundo en demostrarlo; Penny, Pecas, Lucky, Rolly, Pepper y Patch están planeando salir por la puerta trasera en busca de una nueva aventura, quieren visitar el mundo al que sus padres, los de todos sus amigos, Roger, Anita, y muchos más pueden recurrir: el mundo de los adultos. Uno estrictamente prohibido para ellos, los niños.

 

Penny escucha el sonido de las gotas de agua chorrear del plato metálico, del que come todas las tardes. Antes de dormir lo había traído de la cocina y lo había dejado bajo la gotera del lavabo del baño con el propósito de que una vez que chorreara el sonido del agua llamara la atención de su sensible sentido auditivo. Se levantó adormilada, gateando en sus extremidades y quitó el plato para que dejara de provocar ese sonido tan irritante a la mitad de la noche, pero eso era preferible a utilizar un reloj, aunque fuera más preciso para levantarse a la hora planeada.  
En un descuido sus padres podrían venir a revisar pronto y el sonido del agua captaría su atención, de modo que el plan se vendría abajo. Ese era un punto malo de utilizar agua, imaginarse que ocurriría con un reloj escandaloso sería algo poco agradable de pensar.

 

Volteó hacia atrás percatándose de que Lucky ya estaba despierto. Movía la cola con nerviosismo, ninguno de los dos podía creer que por fin realizarían la salida que tanta curiosidad les daba, su mirada y seriedad lo reflejaba. 
La puerta se había quedado abierta, los cachorros planearon que cuando estuviera abierta aprovecharan la oportunidad, y ya había llegado.
La habitación estaba oscura, era únicamente para ellos dos y el resto de sus hermanos, aunque realmente no contenía mucho: solamente una vieja vajilla, un par de muebles de madera, entre ellos un pequeño closet, un ventanal empañado y su enorme tendido en el suelo, al lado de este estaba el baño.

 

- Despierta a los demás - ordenó Penny con nerviosismo. Su dulce voz se escuchaba entrecortada -. Yo, yo sigo creyendo que esto no está bien, pero admito que tengo curiosidad. ¿ Tú que opinas, estás cómodo haciendo esto ? - salió del baño y se dirigió a la puerta, la abrió para vigilar pues solo ella sabía ser lo suficientemente sigilosa para esas cosas, así que le tocaba el trabajo difícil - sabes que nos pueden descubrir y castigar, tengo algo de miedo - susurró al estar cerca de la puerta.

 

- No realmente, no está bien, pero se nos niega todo a los nosotros, también queremos divertirnos. Aparte, papá y mamá nunca nos dicen que hacen, nuestra curiosidad es por su culpa. Y si nos descubren... ¿ A que le tienes miedo ? , ya tenemos planes de la  A la Z, no hay nada que no podamos hacer, Penny - comenzó a ponerse una sudadera, se cambió los pantalones y se colocó los tenis en sus pequeños pies. Penny le señaló que le pasará su ropa y como buen hermano que era, se la entregó - Rolly, despierta, a donde vamos habrá comida y mucho que hacer, levántate.

 

El tierno y regordete cachorro se levantó de inmediato y se comenzó a cambiar - ¿Cómo, habrá mucha? - hablaba emocionado, tanto que se ponía la ropa al revés.

 

Uno de los defectos de la habitación era que no era la mejor abastecida de material resistente en toda la casa, por ello había diversas imperfecciones,  entre ellas un par de goteras que hasta la hora desprendían agua en burla a quien le cayeran, en este caso fue a Pepper, que sin darle mucha importancia se giró en el tendido adormilado. 
Provocó un susto a sus hermanos,  en la osucridad de la habitación no parecía ser Pepper, y no era parte de su plan que hubiera algún imprevisto con alguno de sus otros hermanos.

 

Lucky suspiró aliviado al igual que los demás - Habrá tanta como te imagines Rolly,  podrás comerte un elefante si tú lo deseas. Pero hay que apurarnos, sino no comerás y es tu única oportunidad de hacerlo sin papá y mamá - esa era la única manera de dialogar con Rolly, hablando de comida.

 

Los tres hermanos despiertos habían terminado de cambiarse, iban muy casuales: con pantalones cortos de tonalidad oscura al igual que las sudaderas y las zapatillas. Tenían que ser sutiles para esta salida, ir vagando por las calles como una sombra extinguida era la idea.
- Hmm, ¿qué hora es? - bostezó Patch, se estiró de manera exagerada y comenzó a vestirse también. La conversación de sus hermanos lo había despertado, al igual que un par de gotitas -. ¡Despierta Pecas!, es hora de salir, y apresúrate que pueden descubrirnos - dijo recuperando la noción - valla, estoy bastante emocionado - se lo comentó a una cobija blanca pensando que se trataba de uno de sus hermanos. Los demás rieron por su idiotez,  comprendida por cierto,  ya que la oscuridad se divierte mucho con nuestras mentes. 
Patch se acercó al viejo ventanal y con el dorsal del brazo limpió parte de está, dejándolo un tanto sucio - El destino está por allá a lo lejos, donde está ese pequeño puntito anaranjado - le señaló a Pecas creyendo que estaba a su lado, pero no era así. Volteó a ver a Pecas, seguía dormido - ¡ Pecas!.

 

- Ya voy, ya voy - se removió entre las cobijas.

 

- Sólo falta Pepper, yo lo despierto - Patch se alejó de la ventana y fue a mover a su hermano. Lo movió pero no se despertaba y hasta el descarado se ponía a roncar, le quitó la cobija y este le comenzó a titiritar, en realidad estaba despierto pero le gastaba una broma a su hermano. 

- ¡Eres un grosero Patch! - Pepper se quejó en sintonía con Penny, ambos se miraron y comenzaron a reír.

 

- Silencio, no sólo somos nosotros, tenemos más hermanos y si despiertan tendrán que venir y quitarnos comida - era evidente quién hablo, a nadie mas que a él le interesaba ese tema como para comentarlo de esa manera.

 

El cuarto quedó en silencio por un momento al escuchar un sonido. Todos agudizaron el sentido auditivo y pusieron atención a los sonidos que se escondían detrás las paredes. Eran sus padres conversando, más bien discutiendo al parecer por la forma no muy respetuosa en la que se dirigían al otro.

 

- Creo que están peleando, mamá está histérica y no para de gritar - opinó Lucky.

 

Patch miró a Penny risueño - No es muy común escuchar discusiones a mitad de la noche.

 

Penny se disgustó ante tal comentario y replicó - Sólo escucha con atención y sabrás que realmente discuten, no seas bobo y mal pensado.

 

- Tengo hambre - dijo Rolly.

 

- Pégame por preguntón. - Patch le sacó la lengua a Rolly.

 

- Te voy a dar una patada en el otro ojo para que los dos estén negros, ¡ ya deja de ser grosero Patch !

 

- ¡Cállate ñoña, tú no tienes derecho de hablar porque eres una agresiva!.

 

Los tres hermanos se mostraron los filosos y largos dientes, disgustados por la actitud del otro. No era nada descomunal que discutieran, ni en las situaciones que se necesita unión y trabajo en equipo, pero que se le va hacer, son hermanos, su naturaleza es discutir. 
Los otros se irritaban pero tenían que contener las ganas de entrar en la discusión y arruinarlo todo. Lo mejor que podían hacer era tratar de tranquilizar el ambiente y ponerse al corriente con sus planes antes de que todo culminara por meter las cuatro patas.

 

- Oigan, no solo somos nosotros seis, vámonos rápido antes de que me arrepienta, o nos descubran, me están dando escalofríos - esta vez fue Lucky el que habló - y no es la primera vez que mencionan a nuestros hermanos.

 

- Tiene razón - dijeron todos al unísono, ya apartándose de la irrelevante discusión de la noche.

 

Todos dirigieron miradas furtivas a sus demás hermanos, estaban dormidos. Los pasos de sus padres se habían comenzado a aproximar por las escaleras, lo peor de todo es que su habitación no tiene otra salida que los conduzca hacia abajo. Sus estómagos dieron un vuelco al no encontrar una buena opción.

 

Pongo y Perdy venían a revisar la habitación a mitad de la noche, usualmente ocurre solo cuando van a salir a pasear o algo por el estilo. Lo que significa que si vienen saldrán,  al salir irán a donde ellos quieren ir y cerrarán la puerta antes de que dejen de fingir que están dormidos.

 

- ¿Ahora que? - chillaron Rolly y Pepper asustados.

 

- Shh, encontré algo interesante hace unos días. Supongo que recuerdan nuestra vieja cama - todos asintieron, menos Patch puesto que él era el que hablaba - , también recordarán que unos pequeños gruñidos nos asuntaban de vez en cuando. Pues todo el tiempo se trató de ratas, ratas que ruñían la madera, ahora ya no hay, sólo queda un enorme hueco en la pared que conduce entre las paredes, podríamos llegar hasta la cocina si tenemos cuidado y si buscamos otro hueco en la pared. ¿ Qué les parece ? - desconfío de si mismo al ver duda en la mirada de su hermanos. Su idea no era muy convincente, de echo era un tanto absurda.

 

- No lo sé, no suena confiable, nadie sabe con exactitud que hay ahí adentro y estoy segura de que siquiera lo has probado, aparte no sabes si cabemos, el hueco es grande, más allá no sabemos.

 

- Se vale intentar Penny - habló Rolly. De nuevo se escuchaban sus padres - yo primero - y sin pensarlo dos veces se lanzó al interior del hoyo, despareciendo en pocos segundos. Los demás quedaron atónitos por dos cosas, primeramente por el atrevimiento de su hermano, y segunda, porque hasta ahora no habían despertado a sus hermanos. Los gritos de Rolly y un estruendo provocado por alguna lámina u otro material metálico se escuchaban a lo lejos, era un hoyo profundo, aparentemente.

 

-  ¿Rolly? - lo llamaron todos.

 

- Jeje eso fue divertido. Patch no sé si las ratas tenían hambre  porque devoraron parte del conducto en el que se va la ropa sucia, me resbalé en él, ahora estoy calientito y cómodo entre la ropa jeje. Huele a jabón, parece que estoy en la lavandería.

 

Todos suspiraron al ver que su hermano pachoncito y regordete estaba bien. De nuevo dirigieron miradas furtivas a sus hermanos. Movieron las colas nerviosos al escuchar por tercera vez a Pongo y a Perdy. Por última vez miraron atrás, no sin antes abultar cobijas al lado de sus hermanos, que de tanta práctica, terminaron en pocos minutos.

 

- De acuerdo, ahora yo. ¡Por relámpago! - Pecas se tiró, inspirándose en su héroe, y se deslizó por el conducto como lo había echo Rolly. Una vez que cayó le gritó a sus hermanos avisando que era completamente seguro, y que no había tiempo que perder.

 

Todos miraron el hueco con inquietud, más no era lo más inquietante de la situación. Patch gruñó mostrando sus grandes dientes hacia el hoyo de la pared. 
La verdad, se sentía bien esa inquietud, escaparse de esta manera, a su edad, por la noche llena de riesgos, sería una experiencia inolvidable.

 

- Estúpido hoyo, si tan sólo tuviera un poco de luz.

 

- Ya basta Patch - dijo Lucky - a él hoyo no le saldrá luz sólo por que le grites y gruñas, y no seas miedoso, si no aguantas aquí no podrás afuera. Pero bueno, ya escucharon a Pecas, es seguro - tragó saliva y miró a Patch con cautela, este correspondió y entendió la mirada de inmediato -. ¡Las damas primero! - empujaron a la inocente de su hermana. El sonido de la perilla moverse retumbo por el cuarto, y al último segundo se tiraron los tres hermanos sobrantes.

   

- Guarda silencio Pongo, los vas a despertar - ambos padres entraron a la habitación dejando pasar la mortecina luz de la vela en la penumbra de la habitación. Bajaron la mirada por unos segundos, eternos y molestos para ambos. Después de esos eternos segundos se miraron a los ojos, entendieron la mirada y asintieron a la vez.

 

- Uno, dos, tres, cuatro, cinco...- y así fueron contando sucesivamente hasta llegar al quince.

 

- Perdy, perdóname, eso que dije fue muy estúpido, espero y no te niegues a mitad del camino,  te ruego que aceptes mi invitación - se disculpó acercándose a ella, reflejando culpa en su entristecido rostro.

 

- Está bien, muchas veces decimos cosas que realmente no pensamos, también discúlpame Pongo - Perdy correspondió el abrazo con ternura - . Y aunque es un poco tarde suena interesante, sin embargo iré sólo con la condición de que no tardaremos mucho allá, ¿entendido?.

 

Pongo asintió y beso dulcemente a su esposa, al separarse rieron sin razón alguna y se retiraron de la habitación.

 

- Hay veces que tengo miedo de dejar a los niños solos, aunque estén Roger y Anita - Perdy deshizo instantáneamente su sofisticada risa.

 

- ¿A que viene eso Perdy?, ¿hay algo que te inquieta?.

 

- Es Cruello, desde su última visita no estoy muy cómoda - bajo la mirada agobiada, veía los viejos e hinchados escalones de madera sin presta mucha importancia. Ambos comenzaron a recordar su última visita.

   

- Ninno, atiende la puerta por favor - gritó Roger tocando el piano desde su cuarto favorito, el pobre y desordenado cuarto de música.

 

El viejo sirviente se dirigió a la puerta, le quedaba sólo a unos pasos por lo estrecho y pequeño que era el departamento. Recibió un portazo en la cara antes de tocar la perilla siquiera, casi se lanza a Creullo con su inesperada visita, por la furia pero se contiene al ver su mirada arrogante y distintiva a las demás, todo a causa de lo poco desordenado y la baja estabilidad del departamento. El claramente estaba acostumbrado a los mejores lujos, entrar a un departamento como ese le parecía algo inaceptable para su alta exigencia pero su unión de sangre lejana a Roger lo mantenía en esa clase de contacto fraternal - o bien podían ser únicamente sus perros -.

 

- ¡Roger, querido! - le gritó desde la planta baja, su grave y envenenada voz llamó la atención de Roger inmediatamente pero este permaneció oculto como un ermitaño en el cuchitril que pasaba por su habitación. 
Cruello era un hombre tan pero tan apuesto que sus encantos podían derretir a cualquiera con su elegancia y sensualidad física, sus gestos enigmáticos y pasión por la moda y las pieles le dan su toque único. Su mirada era un acertijo que te atrapaba tanto que te dejaba paralizado por la fuerza tan cruel que ocultaba, y no podía faltar su crueldad despiadada, su mejor atributo, aunque para los ojos de muchos eso era lo más intolerable en su extensa lista de " razones por las que odio a Cruello ". Un tanto infantil,  puede ser.

 

- Ho Cruello, eres tú, pero que agradable sorpresa - se acerca Anita desde la cocina. Fingió una sonrisa amable, una sonrisa llena de amabilidad que desprendía sarcasmo - verás, Roger está ocupado pero puedo...- Anita perdió la palabra al ser arrebatada por Cruello.

 

- Cállate haraposa, le he hablado a Roger pero se útil de algo y dime donde están tus malditos perros. Sabes que me fascinan los cachorros, ¿ cuanto tienen ya, diez años ?. Bah! que más da, mejor aclárame otra cosa - Cruello no le permitía hablar a la pobre esposa de Roger. Cruello, aunque fuera cruel no se basaba en lo verbal, cosa que siempre omitió con Anita, de echo quería que a ella se la comieran las ratas. Dio una calada a la boquilla del cigarrillo y habló nuevamente - ¿Algún día crees que podrías venderme un cachorro?, son tan preciosos y únicos. ¿Cuánto quieren por ellos?.

     

- Él quería nuestros hijitos, lo recuerdo, pero por suerte Anita y Roger negaron eso. Él es un completo degenerado. Pero eso fue hace un tiempo, lo mejor será que nos vayamos de una vez para olvidarnos de todo esto.

     

Todos estaban cruzando la cocina silenciosamente, tomaban lo que fuera necesario para la pequeña aventura, pues las provisiones eran esenciales para sobrevivir fuera de casa. Rolly tomó un puño de  “” pero fueron desechadas por Pepper de inmediato.

 

- Esas cosas son una porquería, saben horrible, aparte llevan ahí al menos un par de meses - las lanzó a lo lejos. Las croquetas quedaron frente a la estufa, una evidencia que olvidaron quitar.

 

Los niños de nuevo escucharon los pasos de sus padres, rápidamente se escondieron debajo de la mesa, dentro de la alacena, tras la estufa, ¿y por qué no? , en el suelo descubierto. El piso de la cocina estaba conformado por baldosas negras y blancas, en la oscuridad de la noche uno de los pequeños canes podría utilizar las baldosas como camuflaje, y aunque tuvieran imperfecciones como su tamaño, no era tan notorio, lo suficiente para pasar desapercibido por el color de su tez y su ropaje.

 

Los niños pueden ser listos para poder escaparse de los padres por un momento, muchas veces son ingeniosos y astutos, sobre todo si tienen mucha práctica. Pero, también pueden cometer errores a la hora de realizar la travesura, por más cuidadosos e inteligentes que sean siguen siendo niños y los niños no tienen la capacidad de poder ver las consecuencias de una manera tan definida, se necesitaría más madurez de su parte pero en este caso no la tienen. 
Ellos iban a salir con la ilusión de que todo estaría bien, que se iban a divertir y que volverían sano, siendo unos adultos y sintiéndose como tal, listos para la siguiente aventura, por que eso era lo que querían. Pero algo se les olvidó y ese algo es que tienen tan sólo doce años y que van aún mundo completamente desconocido, un mundo en el que son vulnerables, manipulables, ingenuos. Ellos no pueden ser adultos ni intentar entrar a ese mundo con naturalidad, pero no les cabe en la cabeza y su curiosidad impide a toda costa el razonamiento, bloqueando sus mentes con deseo a lo desconocido.

 

- ¡ No lo puedo creer ! - gritó Pepper emocionado. Todos rieron al compás que corrían y sonaban las placas de sus collares por las silenciosas y lúgubres calles encharcadas por la llovizna de aquella manzana de Londres. Los niños estaban tan felices de poder hacer su propia aventura fuera de casa y protección - Ahora, dinos la dirección Patch, dijiste que sabías, así que eres nuestro guía.

 

- Emm pues si, he visto que papá y mamá dirigirse hacia la derecha, por ahí debe estar el puntito naranja - se rascó su orejita negra como el hollín, realmente no tenía un buen sentido de la orientación, y eso no era bueno, más no se preocupó y trató de reponerlo - a dos cuadras enfrente. Supongo - susurró.

 

- ¡Hay Patch! - de nuevo hablaron todos a la vez.

 

Los pequeños cuerpos de los perritos deslumbraban a la luz de las farolas y de la luna, sus pálidas pieles como la porcelana parecían brillar. Iban ladrando, saltando y si se era posible, volando, curiosamente ninguno demostraba mucho miedo, como máximo un poco de inseguridad no obstante al lado de sus hermanos todo era risas y más risas, las verdaderas preocupaciones y visualización de consecuencias no cabían en esas mentesitas.

     

- Vamos Perdy, es a la izquierda de ese callejón, aquí es donde siempre venimos y vemos al sargento - dijo Pongo adentrándose al lado de Perdy en el sucio encuentro ceñido de paredes.

 

- Perfecto, hemos llegado pero...sigo pensando en los niños, ¿seguro que estarán bien?. Se que están protegidos pero puede pasar cualquier cosa, recuerda la vez que casi se los roban, incluso habíamos venido a bailar aquí - paró a causa del pasajero histerismo que la atacó. Perdy era muy propensa a caer en esa clase de pensamientos que, aunque este no lo dijera o expresara, a Pongo no le parecían muy saludables, más su amor por ella lo ayudaba a tenerle paciencia.

 

- Si querida, estarán bien, te lo prometo. Ningún niño está despierto tan tarde - doblaron a la izquierda, momentos después escucharon unos pasos estruendosos - pero que escándalo.

   

- Jeje, ¡por fin! es aquí - aseguró Patch señalando un callejón del lado derecho - aquí empieza todo, ya no hay vuelta atrás, se que están emocionados y que es un poco peligroso, pero sólo veremos que nos ocultan papá y mamá, les mostraremos a los demás que también nosotros podemos ser adultos, ser grandes como ellos y poder divertirnos. Tenemos doce años, ¡ya somos grandes, somos adultos!.

 

Las palabras de Patch les inspiraba tomar la iniciativa a sus hermanos, no eran las más alentadoras y expertas puesto a que las manejaba un niño con la adrenalina corriendo por su cuerpo como descargas eléctricas, pero a final de cuentas animó a sus hermanos y terminaron entrando al oscuro callejón.
Avanzaron unos pasos, escuchando su propia respiración acelerada y el eco de los ladridos que hacían para dar aviso a su presencia pero nadie decía nada, no parecía haber nadie.

 

- Huele a pollo - Rolly empezó a olfatear y a cada paso que daba inhalaba más fuerte para tener mayor apreciación a los olores nuevos - está cerca...pollo y pastel, también hay más comida. Sigamos el olor.

 

Los cachorros comenzaron a correr tras su hermano. Tenía razón, olía a pollo, pastel, hasta a berenjenas olía, pero ¿de donde sale ese olor?.
La oscuridad del callejón les impedía ver con claridad, aún siendo unos cachorros siguen siendo humanos y la vista nocturna no se les heredó muy bien que digamos. Las ganas de volver a casa comenzaron a surgir al notar que el olor desaparecía y la angosta calle empedrada no terminaba.

 

- Está haciendo frío, apenas lo noto - Lucky comenzó a titiritar. Nadie se había percatado puesto que atención iba dirigida a brincar, correr y estar felices por la aventura y como todo eso se estaba agotando, su atención captó otras cosas.

 

- Si, y este feo callejón no acaba. Deberíamos de volver y tomar otro camino, creo que me equivoqué de ruta.

 

- No me sorprende de ti Patch - musitó Penny molesta - me encantaría volver, de no ser que al voltear atrás no se vea la salida sino oscuridad - todos giraron hacia atrás para comprobar lo que había dicho su hermana, era cierto, no se veía absolutamente nada. La desconfianza surgió al pensar en volver por ese mismo camino, ¿ y si les pasaba algo al devolverse ?.

 

Pepper tragó saliva, seguía titiritando, pero esta vez era de miedo - sólo queda delante, mejor corramos, de ese modo tal vez salgamos más rápido de aquí.

 

Rolly corrió a máxima velocidad sin dar aviso, sus hermanos se asustaron por la repentina desaparición e imitaron la acción de su regordete hermano. Al correr no tenían la certeza de si lo hacían por miedo a sentir alguien detrás, por quedarse atrás, o por alcanzar a su hermano y salir de ahí, simplemente corrían.
Corrían y corrían pero no encontraban ninguna señal que les diera la más mínima esperanza de poder salir. Ladraban, gritaban, movían la cola y se alertaban elevando las orejas pero no, no había ningún cambio. Cuando por fin se vio algo a lo lejos a todos se les iluminó el rostro, literalmente. Todos frenaron al ver la luz tan cerca de sus rostros, mala idea la de frenar. Penny, Rolly, Lucky y Pecas sintieron un fuerte golpe que los tiró al suelo, el sonido de un claxon y un par de neumáticos frenar espantaron a Pepper y a Patch. No, no podía ser un carro ¡ imposible !. ¿ Cuando habían salido del callejón ?.

 

- ¿Patch, que pasa? - chilló asustado, comenzó a mascarse las garras al ver a sus hermanos tirados e el suelo. Estaba inconscientes, no se movían y eso le impedía moverse.

 

- Tranquilo Pepper, todo está bien, tranquilízate y hazte a un lado - trató de convencerse a si mismo de lo que decía, que todo estaría bien. 

 

Pepper obedeció y se movió, Patch lo siguió para verificar de que trataba de un auto, y efectivamente lo era - ve a ver a nuestros hermanos, el golpe no fue fuerte - susurró temeroso al ver una cara en el retrovisor.

 

Las puertas del auto se abrieron y de ellas salieron dos personas, parecen ser mujeres.

 

- ¡ Haa Horacia ! Te dije que frenaras pedazo de idiota, ya nos cargamos a otros.

 

- Pero Gaspara, yo no iba manejando, no estoy segura de que nos hayamos cargado a alguien - se trataba de dos señoras, muy graciosas. A la que nombraron por Gaspara era una señora alta, flaca, con la nariz larga como Horacia, pero esta por el contrario era una mujer algo ancha y un poco baja de estatura, su vestimenta era algo..pobre quizás pero era un dúo muy gracioso por su personalidad y apariencia y tan solo fueron necesarios un par de segundos para notarlo.

 

- Pero si son perros - se apoyó en el cofre del auto, no notó a Patch y a Pepper que se habían escondido detrás de una vieja farola del puro susto.

 

- ¡ Dálmatas ! - gritó Horacia sorprendida moviendo los brazos de arriba a abajo.

 

- ¡ Pero qué !, he amiga Horacia nos van a dar muy buena plata por estos - Gaspara froto un par de dedos, luego tomó del brazo a Horacia y ambas se alejaron a la parte trasera del carro - son dálmatas amiga mía, sabes lo que el amo cascarrabias nos pide, podríamos llevarlos y así recibir un pago extra - sonrió lujuriosa. Las dos volvieron nuevamente hacia el cofre - ayúdame a levantarlos si es que no están muertos - eso hizo que les diera un escalofrío a Patch y a Pepper, no podían imaginarse ni un segundo esa horrible probabilidad.

 

-  ¡Perritos!, perritos ya despierten, les vamos a dar de comer -  eso fue la clave perfecta para levantar a uno de ellos, levantarlo como si ni le hubiera ocurrido nada, como si no estuviera inconsciente y el golpe no le hubiera afectado.

 

- ¿Quiénes son ustedes? - Preguntó el regordete desconfiado, su cabeza recién había reaccionado y la imágenes en ellas lucían poco nitidaz.

 

- Ho somos...Gaspara ¿qué somos? - la tomó de la chaqueta preocupada.

 

- ¡ Ho ! Hola perrito, nosotras somos de la compañía de gas y luz eléctrica, los encontramos aquí y nos dio curiosidad saber que estaban haciendo unos niños en la calle a esta hora - le hablaba con gentileza pero le causaba miedo más que nada a la inocente criatura.

 

- Ya no somos niños, y estábamos mis hermanos y yo saliendo a pasear, mi hermano Patch dijo que íbamos ir a un puntito naranja que era un callejón  y en ese iban papá y mamá y todos los adultos, queríamos ir porque queremos ser adultos como ellos - sonrió inocente.

 

Gaspara volvió a llevar a Horacia hacia la parte trasera del auto.

 

- Este gordo está diciendo puras incoherencias pero si tienes cuidado y lo piensas bien tiene sentido. Escúchame bien, primero dice que ya no son niños, aunque lo son así que se cree grande. Segunda, niños que salen en la noche a un callejón al que dicen que van los adultos y sus papás, el puntito naranja es el punto de reunión nocturno de los canes y sus dueños. Los niños querían ir ahí como si fueran adultos. ¡Todo esto es perfecto, piénsalo! - Horacia asintió rápidamente aún sin comprender nada.

 

- Mmm no se Gaspara, suena bien pero lo he e estado pensando y..

 

- ¿¡Qué, has estado pensando!?, Horacia te he dicho que no pienses - regaño a la pobre mujer.

 

- Pero tu dijiste que yo pensa..

 

- No, olvídalo que yo soy el coco aquí, ahora tenemos que inventar una excusa para llevar a estos cuatro con el viejo. Los niñitos quieren jugar a ser adultos, eso es nuevo y el amo tendrá que pagarnos todavía más por ellos. ¡A trabajar comadre!

 

Las dos señoras terminaron de "analizar y planear" para ponerse a trabajar y recibir a cambió un par de billetes. Nuevamente se dirigieron al cofre, la noche pasaba muy rápido así que tendrían que ir directo al grano para poder cumplir con su nueva labor, justo antes de toparse con ellos iban a hurtar una casa poniendo de ejemplo el trabajo de revisión de compañía de gas y luz, que irónicamente ofrecían servicios gratuitos y a mitad de la noche.

 

- ¿No te gustaría que les diéramos un aventón a ti y a tus hermanos? Podemos llevarlos a donde quieren ir, sólo que necesito que los despiertes - sonrió mostrando todos su dientes.

 

- ¡Penny! - gritó con todas sus fuerzas. Todos sus hermanos se exaltaron, incluyendo a Patch y Pepper que del susto salieron del faro. Las señoras no podían comprender como de un solo grito puedo levantar a sus hermanos inconscientes, no era algo creíble.

 

- Así que son otros – dijo Horacia al notar al otro par de niños.

 

- ¿Qué te pasa Rolly? - Se quejó Penny -, yo dormida y tu gritas así y rematando me duele la cabeza, que desconsiderado eres...¿quiénes son ellos? - levantó las orejas y se alejó arrastrándose por el suelo. Las señoras se sintieron ofendidas al ser confundidas con el otro sexo.

 

- Son unas señoras de la compañía de luz eléctrica y gas, nos quieren ayudar a llegar al puntito naranja -  explicó contento a sus hermanos.

 

- No creo que sean confiables - las miro, tenían una mueca de disgusto por su comentario - pueden ser violadoras o algo así- su cara se desfiguro aún más, eso causó risa a todos los demás hermanos que seguían sin decir palabra alguna.

Notas finales:

Continuará :D

Gracias por pasar, lo terminé a las doce y media de la noche por tener el pendiente de subirlo de una vez ( o por que hay una fiesta y no deja dormir ) ;)

Saludos y nos leemos luego ^^

 


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