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Melted por Jessica Uchiha

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Notas del fanfic:

Como dije en mi Twitter, como voy terminaré por solo dejar de escribir fanfics de OTPs y solo dedicarme a Onew centric.

Notas del capitulo:

Bueno, se supone que mi comeback por acá iba a ser con un fanfic OT5 de SHINee pero meh... No lo he terminado

En su lugar traigo esto; algo que surgió de está canción de AKMU la cual me hizo llorar bastante y terminé escribiendo.

Amo está canción, la recomiendo mucho.

https://www.youtube.com/watch?v=u-qPzv0qf2U

¡Escuchenla!

 

¡A leer!

JinKi habría hablado de sí mismo como un vil cobarde que huye cuando las cosas se salen de su sensible control pero en esta situación en realidad no se había salido de su control y ni siquiera lo involucraba.

Aun así, JinKi tomó provecho de esto y huyó de forma discreta, tomando un par de prendas de vestir y sus pequeños hijos.

Había encontrado un hermoso aparta-estudio de pura casualidad, en lo más alto de la ciudad, la zona más costosa y de no ser porque el lugar era tan hermoso, no habría considerado rentarla. Pero JinKi tenía como pagarlo y como se dijo antes, el lugar era simplemente hermoso.

El frente del departamento era por completo de cristal, mostrando la hermosa vista de la ciudad y era tan estratégicamente ubicado que los dañinos rayos del sol se encontraban con la parte trasera del edificio y el atardecer se podía observar por completo. Era amplio, muy amplio, apenas con una habitación y un baño; una pequeña cocina.
Quizá lo que le había fascinado por completo era ese detalle de hacer una salida a la ventana, es decir, un lugar donde sentarse junto al cristal, el poder observar la ciudad con comodidad.

Lo probó, se sentó allí y algo en su interior hizo clic.

Y lo supo.

Si necesitaba huir, aquel era su lugar.

 

 

1.

Aprovechó que solo había desempacado una de sus maletas al arribo de su antepenúltima nueva vivienda y tomó esa vacía, para echar sus pocas prendas y un peluche de gato con pelaje rosa, cepillo de dientes y otras cosas necesarias para su bienestar.

Con morral en hombros, observó a un par de conejos y un gato. Frunció su ceño ¿Cómo haría para llevar a su auto con esos tres animales?

No podía dejar a ninguno, no sabría si su compañero de departamento volvería; hacía casi una semana que no volvía a casa y por ello, sabiendo donde el otro dejaba a cuidar a su perro, dejo que la veterinaria se hiciera cargo del canino, pero otra cosa era el gato… No, el gato se lo llevaría, no podría dejarlo por ahí, y más ahora que el felino se acostumbraba a su presencia y se hacía dependiente de él.

Al final, tomó con una de sus manos a los dos pequeños conejos, salió del departamento junto al gato a su lado y cerró la puerta de aquel departamento donde apenas había vivido, sin ser exagerado, cinco días. Aseguro el candado del lugar y guardó las llaves en su bolsillo. Lo siguiente fue inclinarse y tomar al gato con su brazo libre.

No fue tan difícil, entró a su carro, deposito el gato dentro, abrió la jaula de los conejos, los dejó allí y la siguiente parada era el inesperado nuevo hogar.

 

2.

Hizo un fuerte como solía hacerlo con los cojines que trajo de su propio departamento, protegiendo a toda costa a sus conejos mordelones del curioso gato que los miraba ahora con un poco de curiosidad y algo de cariño, muy poco.

Les dio de comer, a cada uno de ellos cuando la noche se hizo presente y para cuando los conejos que eran quienes solían dormir apenas la noche caía, fue el turno del nocturno gato para ser el centro de sus caricias.

JinKi se sentó en su lugar favorito, estirando sus piernas a lo largo del borde, con su espalda apoyada en la columna estéticamente bien colocada, con su vista almendrada recorriendo cada rincón del paisaje llamado Seúl.

El gato subió sobre su regazo y lo observó fijamente, JinKi sintió la intensa mirada y la devolvió con dulzura, alzando su diestra para empezar perezosamente a pasarla a lo largo del cuerpo  flexible ajeno.

 

 

3.

JinKi encontró que el observar de esa manera el paisaje era un tanto triste.
Recordó también que no le gustaba la soledad y como si el gato escuchara sus pensamientos, maulló, para luego refugiarse nuevamente en su regazo.

Sonrió divertido y corrigió. No le gustaba estar sin compañía humana. El gato ronroneo y JinKi no pudo evitar soltar una carcajada.

Su mirada volvió al paisaje de Seúl y su mirada se apagó un poco, la sonrisa sobre sus labios desapareció y suspiró profundamente.

Quizá no era tan malo pasarla con compañía de animales, ellos parecían muy cómodos con él, parecían necesitarlo y quererlo.

Volvió a encontrar ese pensamiento penoso y cerró por un momento sus ojos, intentando contener esas fuertes ganas de llorar.

Ya no odiaba llorar; encontró que llorar era una forma de sanación para sí.

Sin embargo el escozor en su nariz seguía en extremo molesto.

Esa bonita canción se repetía en su cabeza.

“Why they so cold?”

La bonita canción lograba conmoverlo hasta las lágrimas y justo por eso ahora mismo, tontas gotas salinas surcaban su rostro. Eso y los pensamientos autocompasivos eran suficientes para ponerlo sensible.

 Limpió su rostro delicadamente y alzó su mirada, como si tuviera que demostrar algo a alguien y sin importar que todo fuera borrosos, dejo que las lágrimas continuaran brotando de sus rasgados ojos.

“Sí el hielo se hubiera derretido, una canción más cálida habría surgido.”

Esa frase en especial le afectaba, porque la sentía personal. Como hecha para él.

Hace mucho no cantaba y las pocas veces que lo había hecho, su voz no era aquella que todos halagaban. Extrañaba su voz.

En general sentía toda la canción personal.

Porque esa canción era una extraña y enferma metáfora de su vida.

No todo podía ser cálido y ahora la fría sombra se estaba endureciendo a su alrededor.

Abrió su boca y soltó una muda explicación.

Ahora entendía perfectamente porque aquel nuevo lugar en su vida era tan bello a sus ojos.

Era luz, mucha luz, podría escapar de aquella sombra que lo perseguía.

Sonrió suavemente y se dijo a si mismo que no sería malo vivir solo, “no, no vivo solo. Vivo con mis pequeños hijos.”

Y si cualquiera lo hubiera escuchado en ese momento, habría dicho que era triste.

Solo que para JinKi no lo era.

Solo era comenzar de nuevo.

 

 

 

Notas finales:

¿Que tal?

¿Merezo un rw?

Si, deberían dejar uno si leyeron, en verdad me gustaría pensar que les pareció.

La proxima si vengo con ese OT5.

 

Gracias por leer.

 

P E A C E


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