Resumen:
—Perdón…— un joven rubio agachaba su cabeza para así evitar ver a aquel hombre más alto que tenía enfrente, aquel hombre de cabellos y ojos negros que tanto quería… —.Ya… ya no puedo — dijo en susurro que solo fue escuchado por su acompañante — .¿Ya no puedes? — Fue lo único dicho por el de cabello oscuro mientras ponía su mano en la cabellera rubia que ya tenía algunos copos de nieve acumulándose poco a poco —. Nanao… me lo advirtió… desde el principio me lo dijo…— alejo la mano que acariciaba tiernamente sus cabellos para después alejarse unos pasos del pelinegro, volteo para así no verlo y pasar a observar su entorno, estaban en un parque completamente abandonado, además eran ya las pasadas de las 11:00 de la noche y solo para agregar algo más estaban en invierno… pero él estaba ahí… solo para ver a aquella persona de la cual se enamoró y a la cual debía de alejarse… para siempre…
Cap. 01 El Compromiso
Ser el hijo unido de una familia adinerada, dueña de hoteles reconocidos mundialmente… no es nada fácil y menos cuando se es Allen Evans, un joven de 22 años que tenía que cumplir el llamado y muy conocido ´´contrato´´ o más bien conocido para el mismo como ´´la tortura matrimonial´´… Dicha tortura, quiero decir, contrato era una forma de tener seguro la prosperidad de la familia Evans, el casarse con la mujer perfecta que sea heredera de alguna gran empresa… Es una buena idea… ¿no?, o eso pensaba su padre, abuelo, bisabuelo, etc.; Pero la verdad para Allen, el joven heredero, era que la idea del matrimonio era algo que no quería ni pensar, ni ver, ni nada, el simple hecho de ver aquellos vestidos de novia en las vitrinas de las tiendas o en revistas o ya sea en la televisión le causaba un dolor leve en el estómago, pero ni el rezarle a los un sin número de dioses en lo que su amada madre creía le iba a ayudar para no cumplir con el matrimonio ya preparado por su padre… de hecho esa era la justa razón por la cual estaba caminando los más rápido que podía ya que correr no estaba permitido en aquel hotel familiar, pero tenía que llegar lo más pronto posible a la oficina de su padre ya que esta le había llamado por la mañana para contarle que ya había encontrado a su prometida… al llegar abrió lentamente la puerta y vio ña gran oficina al puro estilo antiguo pero a la vez elegante con libros por todos lados en los libreros de madera fina pero a la vez ya muy vieja que parecía que si movía un solo centímetro alguno de los libros todo terminaría hecho pedazos, vio a su padre en su asiento de curo negro detrás de su escritorio de madera, se veía como el típico mafioso, solo le faltaba un cigarro en su boca y el gato en su regazo, al pensar en la imagen de su padre en esa forma Allen trato de que una risa que quería salir de sus labios se mantuviera adentro… y poco y no lo logra pero por fortuna su padre se levantó de su asiento y le entrego una carpeta amarilla con la leyenda : Engel a su hijo que solo lo miro curioso.
—Samantha Engel, de una muy buena familia, es la segunda hija de Erwin Engel el dueño de una de las compañías de diseño más importantes, te encantara — el hombre de ya 46 años era una persona de estatura promedio, cabello grisáceo, ojos negros y ya con arrugas, su nombre era Brian Evans uno de los empresarios más importantes y de gran estatus económico, ver a su único hijo casado y ya a punto de heredar el mandato de sus hoteles era uno de sus sueños….
—Mmmhh…. — fue la única respuesta de Allen para después abrir la carpeta con sumo cuidado y al hacerlo vio dentro una foto: era una joven pelirroja de ojos azules y mirada dulce, pasó la foto y vio una hoja con información, empezó a leerla con algo de pereza mientras tomaba asiento en el sofá enfrente del escritorio —. 21 años, buena cocinera, adora a los niños, segunda hija de Erwin y Gina Engel — comenzó a murmurar para sí mismo, leyendo cada una de las líneas —. Sus dos hermanos…— cambio de hoja para encontrarse con dos fotografías, una era de un chico de cabello castaño y ojos verdes y la otra de una niña de cabello largo y castaño con unos ojos tan azules como los de Samantha, el primero era Daniel Engel, el primer hijo de 24 años que tras negar el lugar de heredero de la compañía se fue a otro país para hacer su propio negocio y triunfar por el mismo, la segunda fotografía era de la pequeña Cheryl Engel la tercera hija con tan solo 10 años de edad, al ser una niña que se enferma con mucha facilidad generalmente siempre lleva consigo un tapabocas con decorados infantiles, de los padres no venía nada de información, al ser dos figuras muy importantes en los negocios realmente no era muy importante investigar de mas ya que a cada hora salían en conferencias y todo ese tipo de cosas en la televisión.
—Los Engel son una familia muy valorada en la sociedad, no solo por ser la familia más poderosa en todo el país, también es conocida mundialmente, ellos conocen muy bien cada uno de los campos en los negocios, cada rama de esta familia es muy importante, pero Samantha en especial pertenece a una de las más poderosas, si tu matrimonios sale como se espera y así debe de ser los Evans, nos volveremos más destacados y con más fama mundial
—Lo sé, no tececitas decírmelo… — Allen se puso de pie para devolver la carpeta a su padre pero para en seco cuando vio que una hoja cayó al piso — ¿Qué? — dijo en susurro al ver la hoja que estaba doblada a la mitad — Esto se cayó de la carpeta… — pensó para después tomar la hoja y desdoblarla lentamente…. — Christopher Engel… 17 años se dice que es adoptado o hijo de alguna amante de su padre Gregory Engel… actualmente vive en un departamento junto a Samantha, solo se ha observado en la escuela a la cual asiste junto a Nano Hye la hija de los dueños de algunos restaurantes de la cuidad… su personalidad es, solitaria, al ser una persona no deseada en la familia, además de que el delito que cometió hace ya 9 años aun lo sigue… ¿delito? — esto último lo dijo en voz alta para que su padre le contestara y esta al escucharlo solo lo miro y suspiro
— Ese niño… Christopher es peligroso, será mejor que no te acerques a él o por lo menos mantén una distancia, ¿entendido? — ¿Por qué es el único que no tiene una fotografía? —Bueno el no importa en si, además aunque sea muy apegado a Samantha dudo que te lo encuentres, él es siempre ocultado por su familia — ¿Qué fue lo que hiso? — pregunto algo interesado por el tema y aun sosteniendo la hoja antes doblada en su mana, dejando en el escritorio la carpeta con la demás información, mientras miraba algo serio a su padre —… Mato a su madre — soltó como si nada, mientras sacaba un libro de pasta dura del cajón derecho de su escritorio —. Ella… — saca una fotografía de dicho libro para enseñársela a su hijo, la foto era un de una bella mujer de cabellos largos y rubios con ojos miel y piel pálida — Christopher Engel fue encontrado cerca del cuerpo sin vida de Kiara Engel, esposa del señor Gregory… estaba manchado casi por completo de la sangre de la difunta, al parecer el arma fue una pistola pero se dice que no fue encontrada, pero por la expresión en el rostro de Christopher él fue el culpable del crimen… pero claro siendo los Engel tan poderosos e importantes, el caso fue cerrado como accidente y todo que en archivos viejos… — Allen al escuchar tal declaración miro a su padre esperando a que este le dijera más pero su padre solo le dio la espalda para después guardar la fotografía en el libro, aun con aquella información n mano Allen comenzó a tratar de imaginarse al joven Christopher, teniendo algo de curiosidad por saber más de él… Aunque en verdad Allen no era conocido por atraerle mucho las historia de crímenes y misterios, la oportunidad de ver en vida un caso así de interesante hacia que su curiosidad creciera poco a poco…
— Tendrás una cita con Samantha en dos días…— — ¡¿ehh?! — Su padre me comento que Samantha quería conocerte lo más pronto posible
Brian vio a su hijo sonriendo —. espero y se entiendan — Fue lo último dicho en aquella algo extraña conversación para Allen.
Al salir del edificio, Allen saco sus llaves del bolsillo delantero de su pantalón pero antes de subir a su auto vio como un joven de cabellos castaños claros y ojos avellana se acercaba a él… — .Hola All — saludo el castaño —. ¿Cómo has estado? — Pregunto mientras se paraba del otro lado del auto esperando que el pelinegro quitara el seguro a la puerta — .Travis, deja de molestar ¿sí?, hoy no es un buen dia… — Para ti nunca es un buen dia— suspiro—. Ya llegas a casa y ni me haces cariñitos — dijo en forma melosa mientras se subía al auto— Déjate de estupideces… — ¿Cómo es? — ¿Quién? — No te hagas el idiota, sabes a quien me refiero — Es linda, se llama Samantha Engel... — ¿Engel? ¿La hija del dueño de la empresa de Diseño Engel? — Si — ¿El del logotipo gigante y colorido? — Si — Ya valiste… — suspiro con desgane— ¿Qué? — Allen miro a Travis con molestia y este solo sonrió —. Bueno, conozco un poco a los Engel, una tía estuvo casa con uno de ellos y déjame decirte que esa familia es poco común, es algo rara, en especial cuando se trata del pequeño Christopher… — ¿Christopher? ¿Lo conoces? — Interrumpió mostrándose completamente curioso por aquel nombre causando que Travis lo mirara sorprendido mientras hacia una expresión de asombro—. ¿Acaso lo conoces? — rio un poco—. Tu reacción fue tan poco usual, tan sorprendente en especial si hablamos de ti mi querido amigo Allen— miro al pelinegro poniendo una mueca de molestia total ante su comentario, aunque era verdad… el joven Allen generalmente era una persona que se mantenía siempre al margen y actuar ahora como alguien curioso era un signo para poner luz roja y preocuparse por el pelinegro —. Lo que pasa es que mi padre me conto sobre él, eso es todo... — trato de excusarse sin lograrlo ya que esa respuesta no era suficiente para Travis Mc Dowell, o no a Travis nunca se le escapaba nada… o eso creía el —. Oh claro, terminemos con la conversación aquí… pedófilo — ¿Cómo que pedófilo, bastardo? — Miro molesto a Travis mientras paraba el auto en luz roja del semáforo — Christopher solo tiene 17 y tú 22 eso te hace un pedófilo — Oye mi supuesto interés por ese chico no es de ese tipo, idiota solo tengo un poco de curiosidad por lo del supuesto asesinato— hiso paréntesis con sus dedos ante su última palabra —. No es supuesto, el la mato — ¿Y tu como puedes asegurar eso? —… ¿Tu no lo crees? — Travis miro curioso a Allen, mientras este solo volvía a voltear a ver el volante del auto con completo silencio —… entiendo, solo ten cuidado, ¿sí?, yo se que a ti no te interesan para nada las relaciones en pareja y menos si se es con otro chico y menor que tu… en especial cuando saliste con aquella chica tan… ¿extravagante? —Travis, te suplico que no me la recuerdes, salir con ella fue la peor decisión que he tomado en mi vida —Lo sé, pobre de ti, pero ya en serio ¿Cuál es tu interés por Christopher? Muy apenas y acabas de saber de su existencia y además es solo un chico con un pasado oscuro y bastardo de su familia… aunque pensándolo bien, cualquiera tendría interés en el conociendo solo un poco sobre su pasado, pero siendo tú la persona que quiera saber más sobre él, eso si es para preocuparse —Ya cállate… eso ya lo sé… — Travis suspiro con algo de cansancio y después de unos segundos de silencio prefirió cambiar de tema —. ¿Y si vas a casarte? — ¿Por qué lo preguntas?, sabes perfectamente que esto es algo más de la familia Evans, tengo que cumplirlo cuésteme lo que me cueste —Bueno eso si lo sé All, pero… — antes de poder seguir con lo que iba a decir, Allen siguió conduciendo después de ver la luz verde aparecer en el semáforo —Mejor hablamos después sobre esto, ¿sí? — dijo Allen —. Hoy no me siento muy de ánimos para andar on este tema y menos contigo…— Esta bien, que no se te olvide… — Si… — tras unos minutos en completo e incomodo silencio llegaron a su destino, bueno por lo menos el destino de Allen ya que Travis solo se le había pegado como chicle —. ¿Qué, acaso necesitas algún consejo? — comento el castaño para después salir del auto —. Eso es cosa mía… — Tras poner seguro a su auto y caminar para llegar a un bello jardín repleto de naturaleza donde una gran casa de pintada casi por completo de blanco se podía divisar al final del terreno — ¿Por qué no estacionaste en frente y más cerca de la casa? — pregunto Travis mientras camina a lado del pelinegro —. Sabes que a ella no le gustan los autos y menos que estén tan cerca de su casa — Es verdad, una vez me regaño cuando vine con mi ex con el auto de mi madre… casi y me da una cachetada, que horror… — Allen decidió mejor no responder a las tonterías dichas por su mejor y viejo amigo para poco a poco ver el gran jardín donde una vez el paso el dia entero jugando con el idiota que tenia a lado, pensar que ya habían pasado más de 10 años de aquellos tranquilos días… tras unos pasos más llegaron a la puerta de la casa y después de tocar un par de veces se escucho la voz e una mujer que segundos después abrió la puerta —. Sea bienvenido joven amo Allen — la joven que atendió esta vestido de sirvienta tenia cabello negro y costo hasta los hombros además tenía unos bellos ojos verdes que haciendo que su dulce rostro se viera aun más lindo —. Hola Erika— saludo amablemente —. ¿Está mi madre? — entro a la casa siendo seguido por Travis —. Si, justo ahora está tomando té en la sala…— en el rostro amable de la joven apareció una mueca de molestia al ver al castaño —. Hola linda Erika — saludo Travis al ver a la joven —. Hola, joven Travis— respondió el saludo tratando de ser lo más amable posible —. Mi linda Erika — toca la frente de la oji-verde con uno de sus dedos —. Esa expresión no va en tu linda carita—Ante esto Erika decidió mejor no responder a sus comentarios ya que sabía que si le seguía a la conversación Travis empezaría a hacer sus típicos comentarios incómodos de siempre, así que mejor le dio la espalda y fue hacia la sala siendo seguida por Travis que solo sonrío complacido. Ya en la sala vieron a una mujer de cabello corto y ondulado de un castaño claro, de ojos verde, aunque ya estaba en sus 42 años estos ni se notaban, ella parecía estar en muy apenas en sus 36 y aunque para muchos esto sería a causa de múltiples operaciones para restaurar su piel, la verdad era que Nora Evans era una mujer que cuidaba mucho no solo de ella también de su familia, además de ser vegetariana y una mujer de muy buenos sentimientos y una agradable personalidad, así era la madre de Allen en su totalidad una gran mujer —. Hola mamá, ¿Cómo has estado? — Allen tomo asiento a su lado—. Muy bien, muy bien cariño, ¿y tú? — pregunto con una sonrisa mientras depositaba un beso en la mejilla derecha de su hijo para después solo escuchar un simple estoy bien como respuesta —. ¿Y tú? — Nora vio a Travis que solo miraba los viejos cuadros que adornaban el cuarto — Estoy bien mamá Nora, no he tenido ningún problema
— Eso me alegra mucho cariño — Nora sonrió aliviada ya que ella conocía muy a bien a Travis, tanto que hasta parecía que también era su hijo y sabía muy bien los muchos problemas en los que el joven castaño podía meterse —. Oye… — hablo Allen causando que Travis volteara a verlo —. ¿Podrías dejarnos solos? Porfavor…
—Está bien, nos vemos amargado, adiós mamá Nora nos vemos más tarde — Travis salió de la sala siendo seguido por Erika que después de dar una pequeña reverencia salió de la sala —. ¿Qué sucede cariño? — dijo mientras tomaba la mano de su hijo —. Papá ya la encontró…
— Ya veo… el me conto algo sobre ello, pero no creí que te lo dijera tan pronto — Oye mamá… — Nora solo acaricio los cabellos de Allen como respuesta mientras lo miraba atenta —. ¿Cómo te sentiste tú con esto del matrimonio? Allen miro curioso a su madre, mientras esta solo cerraba sus ojos y suspiraba y tras unos segundos de pensar en que respuesta darle a su querido hijo…. —. Me quería morir — dijo mientras jugaba con los cabellos de Allen —. ¿Eh? —Te lo juro cariño, es decir, un día yo estaba jugando damas chinas con mi hermano menor y llega mi padre con un joven y solo me dice: él es tu prometido Brian Evans —Y, ¿Por qué aceptaste? — Bueno, creo que tu padre aun no te lo ha dicho, pero antes de casarte debes de tener una relación parecida a ser novios con la prometida — ¿Eso quiere decir…? —Que termine enamorándome de tu padre— sonrió—. Al principio yo lo veía como un idiota que solo quería mi dinero… pero poco a poco me di cuenta que aunque él no deseaba casarse con alguien que niciquiera conocía, pero él sabía que tenía que cumplir con el tonto contrato de la familia, en nuestro tiempo como novios empecé a conocer su verdadera personalidad, lo que le gustaba y disgustaba, lo curioso que podía llegar a ser con cosas tontas además de molestarse como un niño pequeño por cosas diminutas… —¿Te gustan los idiotas? —Supongo que sí, mi cariño, yo no estoy de acuerdo con todo esto, pero a mí me fue bien… me enamore por completo del idiota que era mi prometido elegido por mi padre y gracias a ello tuvo a mi hijo — tomo el rostro de Allen con ambas manos—. Dulce, inteligente, algo torpe, guapo y de más hijo —Mamá… —No estoy diciendo que con este tonto contrato halles a la persona amada, solo quiero decir… que no se sabe que pueda pasar… hay un montón de posibilidades en ese cita— Nora siguió con su sonrisa viendo tiernamente a Allen que ahora tenía una expresión más suave en su rostro —. Gracias mamá, ahora solo espero que una bomba nuclear caiga en el lugar donde sea la cita justo cuando ambos estemos conversando y que todo explote —Siempre tan lleno de imaginación cariño... — Supongo — después de la conversación, Allen decidió cambiar de tema mientras tomaba el té con su madre tranquilamente…
Tras una tarde completa conversando con Nora, el joven Evans decidió volver a su departamento, se sentía cansado y algo frustrado ya que después de despedirse tuvo que llevar a Travis a su casa y andar escuchando sus comentarios de que ahora era un pedófilo porque le atraía un chico de 17 años…. En un años Christopher tendría 18 así que no habría ningún problema… ¿no?... espera, se golpeo mentalmente tas pensar en ello—. ¿En qué demonios estoy pensando?, solo es curiosidad eso es todo — tras encender las luches de su recamara tomo asiento en su cama y poco después se recostó en las almohadas —. Así que Samantha… es un lindo nombre… y la chica no está mal, pero… no se sabe lo que pueda pasar en la cita, ¿verdad? — se dijo a si mismo mientras metía su mano en su bolsillo del pantalón para sacar una hoja doblada —… Christopher… si me caso con Samantha tendría la oportunidad de conocerte ¿no es así? — desdoblo la hoja con sumo cuidado para volver a leer la información de aquel joven Engel mientras tenía una leve sonrisa en su rostro…
En otro lugar de la ciudad un chico de cabello cortó y rubio miraba atento tras la ventana de la cual pareciera su habitación y al voltear a tomar una taza con algo de chocolate como su contenido esta cayó al piso rompiéndose en muchos pedazos —. ¿Eh? — el chico miro algo asustado los pedazos esparcidos y el poco contenido esparciéndose a paso lente en el piso —. ¿Oye, pasa algo? — volteo de inmediato don de la voz se escuchaba y vio a una pelirroja preocupada — Estoy bien— fue la única respuesta del rubio para después solo salir del cuarto por lo necesario para limpiar y recoger los pedazos de la taza mientras que la pelirroja solo lo seguía con la mirada atentamente…