-ah…
Gimió fuertemente al sentir aquellos labios que no paraban de lamer su pezón derecho. Había estado sufriendo por minutos consecutivos en esa misma posición. Sus pies se retorcían y no paraba de apretar las sabanas de aquel colchón ajeno.
-at-Atsushi… Espe-espera ah…
Intento detenerlo acercando su mano para enredar sus dedos en aquel cabello largo que poseía el grandote, quien ignorándolo continúo su tormentoso juego.
-Murochinn… no te muevas tanto…
Fue lo único que de sus labios salió, un reprocho por sentir como el chico se movía demasiado impidiendo que pudiera disfrutar aquella tetilla tan dulce y dura que se estaba poniendo de tanta excitación.
-no sigas… No… no sigas Atsushi…
Si seguía así, nada bueno podía ocurrir, esta vez se había equivocado en querer seducir al grandote con solo lamer su oreja, pues acto consecuente fue el bruco empujón que este le dio para tirarlo en su cama y comenzar su tortura.
-ah, ah…
Siguió gimiendo Himuro, al sentirse tan duro y a punto de tocar el mismo cielo, era impresionante sentir un orgasmo con tan solo ser lamido y besado en aquella zona que por lo visto era demasiado sensible.
-Murochinn no hagas tanto ruido… mis hermanos están en casa
Advirtió Atsushi quien paró por un momento para verlo a la cara y percatarse del semblante tan provocativo que éste le ofrecía. Sus ojos llorosos, un hilo de saliva saliendo por su boca y su torso desnudo danzando al vaivén de su alocada respiración, teniendo en cuenta el hermoso sudor que expedía su cuerpo.
Era un deleite aquel chico, realmente era demasiado sexy, por ello debía evitar a toda costa que alguien más quisiera quitárselo y para ser más específicos aquel chico Kagami que tanto le purgaba.
Se acerco de nuevo a su cuerpo y a penas rozo sus labios con su torso el chico rápido se vino, quedando ambos sorprendidos.
-te dije… que esperaras
Se excuso Himuro mientras se levantaba e intentaba recobrar su compostura
-lo limpiare
Se encontraba sumamente avergonzado, después de todo había eyaculado con tan solo un beso… demasiado ridículo.
Pero antes de que se levantara por completo el grandote lo tomo del brazo y de nuevo lo arrojo en su cama para comérselo a besos.
Besando su cuello, sus labios, su torso y sujetando fuertemente sus brazos.
-espera Atsushi… ¿Qué te sucede?
Pregunto desconcertado al ver tal reacción, siendo desnudado por completo cuando el grandote le arranco sus pantalones.
-es tu culpa Murochinn, eres demasiado lascivo
Fue lo único que pudo contestar como protesta ante tanta sensualidad y provocación, bajo hacia sus piernas y sin dudar metió a su boca aquel miembro del chico que en seguida endureció por segunda vez.
Lamio por todas partes y siguió así hasta sus apetitosas pelotillas que colgaban, estremeciéndolo, enloqueciéndolo, a penas y pudiendo responder.
Atsushi permaneció así por mucho tiempo, no se detendría hasta que éste despidiera su semilla, hasta que pudiera probarla de nueva cuenta, y así estuvo, siendo paciente mientras continuaba estimulándolo.
Acelerando el paso, cada vez más y más rápido…
-No puedo más…
Himuro tomo su cabeza y la empujó más para acelerarlo, no tardo en venirse de nueva cuenta, llenando su boca de aquel fluido.
-AH…
El chico de pelo morado permaneció lamiendo toda su esencia, mientras éste se recuperaba.
-No es dulce Atsushi, no te lo comas
Hablo una vez calmado mientras veía entretenido a su amante, quien como si fuera un niño con un dulce lamia y comía sumamente entretenido.
-pero es tuyo Murochinn
Respondió una vez terminado mirándolo a los ojos, permaneciendo así por un tiempo para después Himuro lo tomara de la mano y lo acercara más a él, besándolo con profundidad, pues aquella actitud suya hacia que su corazón se derritiera ante tanta ternura.
Con sus manos tan habilidosas le quitaría sus prendas, claro que le gustaba que éste lo desnudara por completo, si era para deleitarlo no estaba mal, pero en aquella ocasión intentaría darle todavía más placer.
Su camisa voló hasta quien sabe donde y ahora Yacía apurado desabotonando sus pantalones, haciendo que éste lo mirase curioso y entretenido.
-esta bien por hoy
Termino diciendo Himuro mientras recostaba al grandote y se colocaba en medio de sus piernas
-te dolerá Murochinn
Advirtió preocupado al ver como éste lo metería por su cuenta aún sin lubricar su entrada.
-está bien por hoy Atsushi
Repitió de nueva cuenta, metiendo el miembro de éste en su entrada, lentamente…
Estremeciéndolo, pues no duro mucho para que soltara un gruñido, sonriendo complacido y soportando un poco el dolor. Comenzando lento un vaivén de caderas y de paso buscando el punto que lo volvería loco y saciaría su propio placer.
Lento, Atsushi podía sentir su miembro siendo mas que bien servido, entrando por aquella estrecha entrada que tanto adoraba y que excitaba más cuando era Himuro quien lo hacía, ese chico era un enorme pecado.
-ah, ah…
Gimió Himuro cuando por fin encontró su punto, saltando con fuerza y profundidad como le gustaba a su pareja, haciéndolo gruñir y que por su parte lo tomara de sus nalgas y lo hundiera todavía más.
-te… ¿te gusta?
Le pregunto riendo ante su acto tan atrevido, Atsushi respondió su pregunta haciendo que saltara más y más rápido, volviéndolos totalmente locos de lujuria.
No pudo resistir mucho, Himuro era tan bueno… pero él necesitaba todavía más, las personas de su estatura necesitaban el doble o hasta el triple de placer así que lo saco de su miembro y lo cambio de posiciones haciendo que éste riera divertido.
Colocándolo de espaldas y montándolo con mucha fuerza, fundiéndose por completo y dándolo por su punto que conocía a la perfección y que los volvería totalmente paranoicos.
-más…
Gimió Himuro sujetando con fuerza sus sabanas y mirando la cabecilla de la cama mientras era embestido con tanta fuerza, como a él le gustaba, por muy doloroso que fuera con tanta fuerza del otro. Pues sabia que el sexo con Atsushi era duro y salvaje, y solo él podía dárselo.
Atsushi respondió ante su petición y levanto una de sus piernas volteándolo hacia él y yendo todavía más rápido.
Pudiendo ver el hermoso rostro que su amante le daba, con una sonrisa llena de lujuria mientras era embestido con suma potencia.
-más… más Atsushi, Ah…
Pidió en ruego, pues estaba a punto de tocar el mismo cielo, aun cuando ardía su interior y su estomago se sentía tan caliente.
No había mejor sensación…
Se había acostumbrado al cuerpo del grandote, sabia cuando era el momento en el que ambos terminarían y estaba claro que todo iba para largo.
Después de que se corrieran por fin, habría una segunda ronda y una tercera más. Su cuerpo estaba programado… no habría problemas...
-ah… ah…
Eran los sensuales quejidos de Himuro que lo encendían, era su culpa de que casi lo destrozara por completo.
Y ver su vista tan nublada de tanta excitación y orgasmo lo prendía más y más, era bien sabido que solo él lo podía complacer…
Porque ambos estaban hechos el uno para el otro.
…
-ne Murochinn… ¿estas bien?
Pregunto el grandote una vez que ambos terminaran de quien sabe cuantas rondas de sexo, sentado y observando su blanca espalda que subía y bajaba de su respiración aún agitada.
-si, solo estoy demasiado lleno
Rió mientras con sus dedos sacaba el fluido de Atsushi viéndolo por su cuenta y mostrándoselo.
-fue demasiado Atsushi... tendrás que lavarme bien
Hablo abrazando su almohada y mirándolo fijamente.
-Murochinn pervertido
Respondió el grandote ante tanta provocación de su parte, tener a su amante en su cama era el mejor dulce que podía probar.
Era demasiado tentador…
Pero era SU dulce tentación…