Hoy me he levantado con el plan perfecto para hacerlo. Despues de pasar tanto tiempo con el detective, por fin se como hacerlo. Ahora se cual es su mayor debilidad.
Tras tanto tiempo y esfuerzo invertidos en hacer creer a L que soy su mejor amigo y que no hay nadie en quien pueda confiar tanto como en mi (ni siquiera ese vejete de Watari), he conseguido quitar el dorado que envuelve la moneda de chocolate y descubrir al dulce pervertido que hay debajo.
El muy ingenuo ahora desconecta las camaras de seguridad cuando estamos juntos, diciendo que confia en mi.
Tiene unos ideales muy romanticos, este detective, pero le pierde el sexo.
Los ratos que pasamos juntos solemos hablar de nuestros encuentros sexuales con varias chicas, y lo relatamos con todo lujo de detalles.
Ayer mismo le pregunte si nunca habia tenido sexo con un chico.
- No -me contesto-. Pero algun dia me gustaria hacerlo. Quiero saber que se siente, ¿sabes?
- Yo tambien -dije entonces.
La canya estaba echada. Solo faltaba que el pez se despistara y mordiera el anzuelo.
El me miro un poco extranyado. Se que no doy el tipo y por eso levante una pequenya sospecha en su mente, pero su deseo fue mas grande y me hizo la proposicion que yo habia estado esperando.
- Yagami-kun... -dijo en un ronroneo, acercandose lentamente a mi-. Tu y yo podriamos hacerlo, ya sabes, solo por probarlo...
Luego cogio con los dedos la fresa que coronaba el pastel que se estaba comiendo, la chupo y comenzo a comersela lentamente.
Eso me puso mucho... tanto que por un momento casi se me olvida resistirme un poco antes de darle la afirmativa.
- Pero Ryuuzaki, somos buenos amigos. ¿Eso no podria echar a perder nuestra relacion?
- ¡Tonterias! -dijo el rapidamente- Nosotros somos chicos muy inteligetes. Tener sexo nos ayudara en cuanto a confianza y complicidad se refiere.
- ¿Qué diraa Watari si se enterara de esto? -segui preguntando.
- No tiene por que saberlo -parecia que en cuestion de segundos ya lo habia planeado todo-. Puedo decirle que voy "de chicas".
Asi es como el suele llamar al acto de salir de caza ne busca de sexo.
Fingi que me lo pensaba un poco y luego respondi:
- Esta bien.
Y los siguientes minutos los dedicamos a planear como quedar hoy en un hotel para que nadie de nuestros respectivos entornos se entere.
Como preludio de lo que vendria hoy, sellamos nuestro pacto con un beso. Uno de esos besos que te satisfacen tanto que te dan ganas de tocarte en cuanto los recuerdas.
L es dulce. No lo imaginaba de otra manera: dulce y fogoso al mismo tiempo.
Inmerso en estos pensamientos, salgo de mi casa. Le he dicho a mis padres que me voy a tomar unas copas con unos compañeros de la facultad y que probablemente vuelva tarde.
Ryuk tambien se ha quedado en casa haciendo companyia a una enorme pila de manzanas que he dejado sobre mi cama. Dudo que esten ahi cuando vuelva, pero aun asi estoy seguro de que le he dado suficiente cantidad de droga como para que no se aventure a buscarme en mi dia de gloria.
Llevo conmigo una mochila con todo lo que necesito. Por eso salgo de casa recien duchado y de buen humor.
A medio camino del hotel en el que hemos quedado recibo un mensaje de texto con un numero de tres cifras en el movil.
Sin mas, memorizo el numero de la habitacion y borro el SMS. Estoy ansioso por llegar y se que eso puede ser peligroso para mi. No puedo tener ningun descuido hoy.
Cuando llego al hotel en cuestion, paso directamente por delante de recepcion en direccion a la escalera que lleva a las habitaciones. Subo a la primera planta y busco el numero que he memorizado.
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