Un susurro. Un susurro que lo hace recordar lo que vivió con él, esos bellos momentos que nunca olvidó. No sabe cómo pudieron separarse, eran el mejor complemento. Estar junto a él, era como estar en el paraíso.
Todas las noches me recriminaba a si mismo por haber perdido al que creía el amor de su vida. Lo dejó ir.
Vuelve a sentir ese susurro el cual pronunciaba su nombre: Minho. Una lágrima cae por su mejilla. Intenta contener las lágrimas, pero la pena es más fuerte y las deja caer. Se golpea a si mismo y de maldice por ser un idiota, por darse por vencido tan rápido, por no luchar por lo que tanto amaba: Taemin.
Hace 2 años atrás.
Caminaba tranquilamente por las calles de Seúl con sus auriculares puestos, iba escuchando una armoniosa melodía. Era primavera, las flores empezaban a crecer y a mostrar un color hermoso. Acaba de rendir un examen el cual determinaría su futuro como fotógrafo. Amaba sacar fotografías, lo hacían sentir bien, era su pasión.
Seguía caminando, cuando vio a un muchacho de cabello negro corto, de facciones finas, tez blanca, ojos color avellana y labios abultados. Le bastaron solo 2 minutos, para acercarse a él y mirarlo detalladamente. No podía creer que existiera un ser humano tan hermoso como el que acaba de ver.
Siguió su camino, cuando sintió que una delicada mano se posaba en su espalda, era una mano muy fina y blanca. No fue necesario que volteara para que comprendiera que se trataba del chico que había visto hace unos minutos atrás. Se volteó y vio que el pelinegro le estaba entregando unas fotos, las cuales se le habían caído cuando se acercó a contemplar la belleza del chico de ojos color avellana.
-Hola, Sabes que hace unos minutos atrás se te cayeron estas fotos, están muy buenas para dejarlas tiradas ahí. Tienes mucho talento –le dijo mostrando una sonrisa radiante- Están geniales. –el moreno no sabía cómo reaccionar, se le había acercado el chico lindo. Estaba sumamente nervioso, le costaba pronunciar las palabras, sentía que estaba diciendo una especie de trabalenguas-.
-Oh- dijo tímidamente- muchas gracias, a veces soy un poco idiota y dejo caer las cosas sin darme cuenta- le sonrió al pelinegro- Por cierto soy Minho- estiró su mano para estrecharla con el de rasgos femeninos- ¿Cuál es tu nombre?
-Mucho gusto, soy Taemin. No te preocupes suele suceder que las cosas se caigan o se pierdan, a mí me sucede todo el tiempo.- dijo mostrando de nuevo esa hermosa sonrisa, esa sonrisa que podía alegrarle el día a todo el mundo, era sonrisa perfecta.
Taemin se dio la vuelta para irse, cuando siente que una mano tosca, lo tomaba por el brazo. Era Minho, el cual le estaba sonriendo.
-Taemin ¿Te gustaría dar una vuelta al parque conmigo? Y compraré unos helados en agradecimiento por entregarme las fotos ¿Aceptas? – le dijo mostrando unos ojos grandes que conmovían a cualquier persona.
-Em, bueno –sonrió- que el helado sea de banana por favor – le volvió a sonreír. El moreno estaba cautivado con semejante sonrisa, no podía creer que el pequeño había aceptado salir con él.
-Entonces vamos.
-¿A qué parque iremos, Minho hyung?
-Al que está a la vuelta de esta cuadra
-Bueno, pero recuerda los helados, que tengo muchas ganas de tomar uno.
-Bueno Taemin, los compraré todos para ti- sonrió de manera ladina- ya que veo que te gustan los helados.
-Oh –se sonrojó el pequeño- no quiero tantos hyung, con dos está bien –le dijo ocultando su rostro entre sus delicadas manos- a demás si como tantos, quedaré gordo y no quiero eso soy muy lindo para quedar así .
-Taeminnie ¿Te puedo decir así cierto?, eres demasiado lindo, como estés quedarás perfecto- se sonrojó- además los helados no te harán engordar.
-Hyung!!!! Me encanta ese apodo. Bueno, bueno, comeré muchos helados entonces- hizo muecas demasiado tiernas- Ya, llegamos, ve y compra mi recompensa.
-Pues ahí voy, no te vallas, espérame aquí.
Minho no podía creer que estaba a punto de tomar un helado con el muchacho, ese muchacho que se hacía hermoso, ese muchacho que cuando sonreía, parecía detener el tiempo. Ese muchacho con el cual quería pasar el resto de sus días.
Salió de la tienda con 3 helados, dos para Taemin y uno para él. Se acercaba cuando siente unas blanquecinas manos apoyarse en las suyas, arrebatándole dos helados de banana, como Taemin había pedido.
-Gracias hyung, estos helados se ven deliciosos- le besó la mejilla. Ese simple rose lo hacía querer besar esos rosados. Pero no, no podía hacer eso, Taemin se asustaría.
-De nada Taeminnie, gracias a ti por aceptar la invitación. Pensé que no aceptarías –agachó su cabeza para que el menor no notara su sonrojo- Sigo insistiendo, muchas gracias.
Pero un impulso hizo que sus labios chocaran, fue un simple rose que hizo que despertara ese sentimiento que hace meses había decidido no llevar a flote. Ese sentimiento que a muchas personas asusta. El Amor
-Oh, yo… Taemin, lo siento –tomó sus cosas y se fue. Acababa de cometer una locura. Pero el menor es mas veloz y lo abraza por la espalda.
-Minho hyung, hazlo de nuevo. Por favor.
Minho no creía lo que estaba sucediendo. Taemin le pedía que lo besara de nuevo.
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