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El Universitario por DubuMinkeyShipper

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Notas del fanfic:

ACLARO! Este Fanfic no es mas que una ADAPTACION de un libro que me gusto mucho, asi que TODOS los créditos son para el Autor de Dicho libro, yo solo lo adapte para el disfrute de ustedes mis amadas shippers (¬w¬) //cochinotas// jejej~ besos precios@s

  Algo mas...

Kibum-Key-Bum-Bumie son la misma persona solo son sus apodos ;)

Notas del capitulo:

^^ espero disfruten esta adaptación porque la estoy haciendo con mucho amor para ustedes -ya se puso chida-

¬¬ bueno me callo ... Lean! :* Espero sus Reviews

La lluvia golpeaba con fuerza los cristales de la ventana de su pequeña habitación de estudiante; habitación que pertenecía a un piso de los compartidos, de esos que suelen utilizar los universitarios, para que la estancia en la ciudad, le resulte más barata, más ajustada a sus posibilidades económicas, las de un hijo de una familia de clase media.

 

 

Los temas que estaba estudiando, lejos de motivarlo, de fomentar su curiosidad, solo conseguían aburrirlo; pero su fuerza de voluntad era poderosa y conseguía mantener su atención en los apuntes; tenía que prepararse aquellos temas, tan nuevos para el, pero tan necesarios para introducirlo en la rutina de su curso.

 

 

 

Las noticias que le habían dado en su casa este último fin de semana, sobre la situación económica familiar, no habían sido buenas; su padre, sostén único dela economía familiar, se había quedado en el paro; la empresa, en la que llevaba veinte años trabajando, había cerrado sin perspectivas de volver a abrir; aquello suponía, que no podría continuar sus estudios.

 

 

 

Sin poder contar con los escasos medios que le proporcionaba su padre, le resultaría imposible mantenerse en la ciudad, pagar la parte que le correspondía del piso, ni poder comprar lo necesario para alimentarse, ni para los transportes públicos; es decir, no podría continuar sus estudios; la situación era desesperante.

 

 

 

 

Ante la imposibilidad de concentrarse en los estudios, decidió dar un paseo, más tarde seguiría estudiando, ahora quizás tomara un café con su amigo Nam Woohyun, un recién licenciado, que ya había solucionado sus problemas económicos más inmediatos, trabajaba para un despacho de abogados de cierto prestigio, lo que le permitía tener un nivel de vida suficiente; sin duda, Woohyun era la voz de la experiencia.

 

 

 

 

Estando ya en el portal del edificio, bajo la placa de cobre que anunciaba el despacho de abogados al que pertenecía Woohyun, todavía dudó Key, si debía entrar a verlo o si era razonable visitarlo a aquella hora, en pleno horario de trabajo; pero la gravedad de su situación, lo hizo decidirse.

 

 

La oficina, situada en el principal del enorme edificio, era muy funcional, con muebles muy prácticos, nada lujosos ni recargados; a la entrada, había una recepcionista, sentada a una mesa acristalada, provista de un enorme teléfono que era la centralita del despacho; desde ella, la muchacha distribuía las llamadas y los clientes a los diferentes despachos; a ella se dirigió Key, ya la había visto en otras ocasiones, pero no le resultaba demasiado simpática.

 

 

 

 Le dijo a la recepcionista que quería ver a Woohyun, pero esta le comunicó que en aquel momento estaba reunido con un cliente; que si quería esperar, podía sentarse; así lo hizo, no tenía prisa y no le importaba esperar, ya que había decidido ver a su amigo.

 

 

 

 

Unos minutos después, salió el cliente, la recepcionista llamó por el teléfono interior a Woohyun y le dijo que la esperaba Kim Kibum; la recepcionista le hizo una señal a Key, indicándole que podía pasar al despacho.

 

 

  

 

Woohyun  estaba de pie junto a la puerta, esperándolo; la verdad es que Woohyun era un hombre muy apuesto, espectacular podría decirse, a sus veintiséis años, estaba en pleno esplendor de su cuerpo y de su rostro; su estatura, superior al metro setenta centímetros, su  melena negra, sus ojos del mismo color, grandes y rasgados hacia sus sienes, su rostro redondo y armonioso; contribuían sin duda a su espectacular belleza.

 

 

  

 

Vestida con un suéter azul claro, muy ajustado a sus grandes pectorales y amenazantes, ceñido a sus hombros fuertes, anchos, insultantes por su rectitud sorprendente ;en su cintura, se ceñía un cinturón ancho, negro, rematado por una gran hebilla.

 

 

 

 

Cubriendo sus poderosos muslos, extraordinariamente cincelados, unos pantalones negros que se ajustaban de forma agobiante a sus caderas, resaltando su anchura y la prominencia de sus nalgas; sin duda un hombre excepcional

  

 

Se besaron y Woohyun, pasó su brazo derecho sobre los hombros de Key, llevándolo hasta la silla que había frente a la mesa; el se sentó al otro lado de la mesa, en su sillón giratorio.

 

    

 

Cuéntame, Mi Bum, cariño ¿Qué te trae por aquí?

 

 

 

 

Tengo que hablar contigo Woohyun, necesito consejo y como sin duda eres mi amigo con más experiencia, recurro a ti; tengo un grave problema; mi padre se ha quedado en paro y ya no puede ayudarme, así que necesito un trabajo y tu consejo. 

 

 

 

Lo siento Kibum, sabes que tus padres me caen muy bien; no te quepa la menor duda de que haré lo que pueda; pero sabes que el tema del trabajo está muy malo.

 

 

 

 

Tengo que hacer algo Woohyun, no me queda más remedio, haré lo que sea necesario, quiero seguir estudiando.

 

 

 

 

Te veo muy decidido Kibum; voy a contarte una historia, pero te exijo dos condiciones, la primera, tu compromiso de que no se la vas a contar a nadie y la segunda, que en el caso de no decidirte, la olvidarás por completo; si acaso lo cuentas, perderás mi amistad y yo siempre negaré habértelo contado ¿Estás de acuerdo? 

 

 

 

Estoy de acuerdo, ya me conoces, tienes mi palabra.

 

 

 

Hace algunos años, cuando yo empezaba en la facultad, me sucedió algo parecido a lo que te ha pasado a ti; por razones diferentes, en mi caso fue una separación; pero la consecuencia fue, que me quedé sin ingresos, en los comienzos de mis estudios y sin medios; pero tuve la suerte de conocer a una persona que me propuso algo, me sorprendió, incluso tardé en decidirme, pero no me quedó otro remedio; gracias a aquella decisión, pude terminar mis estudios.

 

 

 

 

Cuéntame de lo que se trata, nunca lo contaré Woohyun.

 

-

 

 

Pues esta persona me propuso prostituirme, desde luego no en la calle ni en lugares de mal gusto; ella dirige a un grupo de donceles, universitarios en su mayoría, el los llama “sus ángeles deCharly”, chicos de buena educación, discretos, a los que el les proporciona clientes que los requieren para fiestas, cenas de negocios, asistencia a recepciones y para otras cosas de las más pintorescas; pero siempre se trata de gente de muy buena educación y que exigen discreción, todo está muy bien pagado.

 

 

 

¿Podías tú decidir si acudías a una cita o no?

 

 

 

-

 

 

 

Por supuesto, yo siempre decidía; el tiene unas fichas de clientes en las que ves al interesado y sabes sus costumbres y apetencias, los hay de los más variados, pero tú eliges.

 

 

-

 

    

 

Me has sorprendido Woohyun, tengo que pensarlo ¿Puedo?

 

  

 

-

 

 

Claro que puedes, tú decides; si aceptas, te presentaré a esa persona; lo que te pido es que te lo pienses bien; solo te lo presentaré si estas decidido.

 

 

-

 

 

 

¿Tendré que acostarme con mucha gente?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Solo con quien quieras; ten en cuenta que a mí me daba trescientos euros por cada encuentro; depende de la necesidad de dinero que tengas, puedes ser más o menos selectivo.

 

 

-

 

    

 

Es decir, que ¿Podría elegir la persona y el momento?

 

 

 

 

-

 

     

 

Siempre tienes la libertad de elegir, tanto el cuándo, como con quien y cuánto.

 

 

 

-

 

   

¿No sabes de otro trabajo?

 

-

 

 

Quizás pudiera buscarte algo, pero ten en cuenta, el tiempo que tendrías que dedicarle a ese trabajo, para obtener un dinero similar; por lo tanto, el tiempo que te quedaría para ir a clase y para estudiar.

 

 

Se marchó Key; se despidió de Woohyun, prometiéndole que se lo pensaría y que no diría nada a nadie; tomó el camino del parque para regresar a su casa; aquello no podía consultarlo con nadie, la decisión era suya y solo suya.

 

  

 

Mientras caminaba por el parque, cruzando bajo los frondosos álamos, le daba mil vueltas a su cabeza; si se decidiera por aquello y sus padres se enteraran, esto podría matarlos; pero mientras caminaba por el parque, recordó que su amigo Mir vivía allí cerca; recordó que esta, el año pasado, también tuvo un grave problema económico y que se puso a trabajar, creía recordar, que en un supermercado o algo parecido.

 

 

 

  

 

La verdad es que el bloque de pisos en el que vivía Mir, dejaba mucho que desear, bastante viejo y ajado, con escaso mantenimiento de pintura y poca limpieza, unas escaleras que discurrían entre dos bloques y que no podía saberse bien si eran interiores o exteriores.

 

 

 

 

 

En el tercer piso, casi el último, una puerta pequeña y de la que no podía saberse muy bien su color, le dio acceso al piso de  Mir, el que compartía con varios compañeros.

 

 

 

  

 

Salió su amigo a abrirle la puerta, Mir traía puesta una bata y una gastada toalla liada a la cabeza, su aspecto dejaba bastante que desear, causó una devastadora impresión en el espíritu de Key; pero Mirse alegró mucho de verlo.

 

 

 

 

 

¡Que alegría Key-hyung! Estaba deseando verte Cristina ¿Qué te trae por mi “chabolo”?

 

 

 

-

 

  

 

Venía a consultarte sobre un problema, he recordado que el curso pasado te pusiste a trabajar; me veo obligado a buscar trabajo, un problema familiar, me obliga a currar; en mi casa, nos hemos quedado sin ingresos; así que vengo a pedirte consejo.

 

    

 

 

 

 

Pues mi consejo es muy sencillo, no intentes mezclar estudio y trabajo, es imposible, no harás ni una cosa ni la otra; decide lo que puedes o quieres hacer; te explico mi caso, para sostener esta mísera vida que llevo, tengo que trabajar todos los días, nueve o diez horas, en jornada partida, no hay tiempo para nada más, no es posible, el que te diga lo contrario, te está engañando; si lo intentas no harás ni una cosa ni la otra y te agobiarás.

 

 

-

 

 

¡Pero Mir! ¿Tú lo has intentado de verdad?

 

 

 

 

Con todas mis fuerzas, te lo digo Key-hyung, es imposible, no hay ni tiempo ni dinero. 

 

  

 

Continuaron los amigos hablando de este tema, le dieron mil vueltas, buscaron distintas posibilidades, pero ninguna se adaptaba a la realidad de un trabajo, las empresas no quieren saber nada de estudios ni de zarandajas, solo trabajo.

 

  

 

Tras dejar a Mir, que tenía que arreglarse y retornar a su trabajo, Key continuó su caminar hasta su casa, cabizbajo, meditabundo, sumido en sus más profundos pensamientos; aunque intentó, cuando llegó a su casa, concentrarse en los estudios, en sus apuntes, no lo consiguió, así que decidió acostarse, irse a la cama, ya que el día había vuelto a sus comienzos y volvía a llover.

 

 

 

Cuando decidió  meterse en la cama, se acordó de Woohyun, de su cuerpo espectacular; era cierto que llevaba una ropa cara y que ella sabía sacar partido a lo que la naturaleza le había dado, pero ¿Tenía el un cuerpo como el de su amigo? ¿Un cuerpo que llamase la atención de los hombres? Decidió desnudarse delante del espejo del armario de su cuarto, hacerse un profundo examen.

 

 

 

Era evidente, que su rostro era agraciado, siempre se lo habían dicho, era redondeado, de anchos pómulos, algo marcados; sus ojos de un verde intenso, muy rasgados casi felinos y expresivos, enmarcados en dos cejas finas, una con una cicatriz que resaltaban su expresión; era su boca un poco pequeña, acorazonada , pero de labios muy carnosos y deseables; en cuanto a su nariz, era perfecta, ni grande ni pequeña, recta.

 

 

 

 

La ropa que llevaba, solo tapaba, cubría, no resaltaba nada; más bien, disimulaba todas sus formas; comenzó por desprenderse de la amplia camisa, al dejarla caer, apareció su torso, delgado, lechoso y terso apretadas; enseguida aparecieron dos tetillas pequeñas, rodeados de unas rojísimas aureolas, ruborizadas por una continua excitación, propia de su juventud aún incipiente e insultante.

 

 

 

Su estrecha y marcada cintura, cincelada por el yoga, se abría y daba paso a unas caderas anchas, pero no en exceso, que sostenían en su lugar a unas nalgas apretadas y redondas, finamente levantadas por la curva de su columna vertebral; que las alzaba, de forma que parecía ofrecerlas.Sus muslos lechosos, rectos y agraciados, largos y bien formados, de formas fuertes y sensuales; el ver todo aquello lo animó, le dio fuerza para intentarlo; se puso un amplio pijama de franela y se fue a la cama.

 

 

 

 

La noche estuvo llena de sueños de todo tipo; primero, soñó en una vida anodina como compañero de trabajo de Mir, trabajando con el, como cajero de un supermercado; aquella pesadilla llegó a despertarlo, sobre saltado, angustiado.

 

 

 

 

Hubo otro sueño, este llegó cuando la mañana estaba ya cerca; quizás traído por las primeras luces del día; en él, pudo verse estudiando en su facultad, sin problemas económicos, vestida con ropa elegante y cara, cosa que nunca había tenido, no se lo había podido permitir; en su sueño, aparecía un hombre moreno, maduro, de unos veinticinco años, de aspecto atlético y elegante que acababa metiéndose en su cama, el sueño adquirió tal apariencia de realidad, que Key llegó a sentir sus caricias y sus besos. 

 

 

  

 

Las manos de aquel hombre era hábiles y expertas y sabían buscar los lugares de su cuerpo que más placer le producían; se afanaron aquellas manos fuertes y suaves al tacto, en palpar su torso blanquecino , en llenarlo de caricias, centrándolas en sus tetillas y sus aureolas; también procuraba mordisquearlos; aunque para ello, necesitaba ayuda de su lengua; por fin empleo sus labios y toda su boca, chupando y succionando como sila vida se le fuera en ello, mientras mordía las tetillas con ambas manos, lamiéndolas con suavidad; ahí llegó el primer orgasmo de la muchacha. 

 

 

 

  

Aquel hombre, robusto, grande, atlético, de manos grandes y suaves, tomó las manos de Key y las llevó hasta su entrepierna; allí Key descubrió un pene grande, duro, húmedo, de punta suave y blanda; aquello le trajo a la memoria, la vez que vio a un muchacho, a un albañil que trabajaba en su casa; que hacía un pequeño arreglo en su patio y que al terminar, fue a ducharse al cuarto de baño; Key subió a la pequeña terraza, donde había una pequeñísima ventana, que servía de respiradero; desde allí, sin ser visto; pudo ver al muchacho completamente desnudo, que blandía entre sus piernas un enorme miembro erecto por el agua templada.

 

 

 

 

Recordaba perfectamente, que aquella fue la primera vez que sintió un orgasmo, que entonces no sabía lo que era, pero se lo explicó un amigo más puesta en esos menesteres, que tenía un novio al que masturbaba todas las tardes.

 

 

  

 

En el sueño, se aplicó Key en las caricias, de forma que sintió un segundo orgasmo, tan fuerte, que cuando perecía que aquello se culminaría de inmediato, se despertó.

 

 

 

Como siempre, tuvo que esperar turno para ducharse, luego regresó a su dormitorio y se vistió, estaba decidido a ir a ver a Woohyun y darle la contestación, quería probar aquello, deseaba que su amigo le presentara a esa persona  que se encargaba de las citas; no quería dejar de estudiar por ninguna circunstancia, lo tenía que evitar.

 

Cuando Woohyun lo vio llegar a su despacho, sobretodo, cuando vio la sonrisa que adornaba su boca, estuvo seguro de lo que le pediría, de la decisión que había tomado; deseó no haberse equivocado, esperaba que Kibum supiera enfocar con discreción el asunto. 

 

  

 

Se trataba de una casa clásica en el centro de la ciudad, una casa de apariencia señorial; provista de un enorme portón de madera, labrado con motivos florales y de plantas exóticas, puerta gruesa, remachada con clavos de bronce, provista dedos aldabas doradas; al entrar, un zaguán con zócalo de azulejos decorados a mano, de estilo sevillano, que remataba una cancela de hierro forjado que daba acceso a la casa y que enmarcaba unos preciosos cristales en vidriera.

 

 

Woohyun tiró de una fina cadena, que hizo sonar una campana en el interior; no tardó en salir Heechul, un señor de unos cuarenta y tantos años, que conservaba una buena presencia; sin duda rescoldo de lo que fue; de lo que llegó a ser como hombre pública.

 

 

  

 

Una señor delgado, muy alto, pero bastante guapo; dueño de una gran melena rojiza recogida en un moño italiano, muy bien peinado; mantenía unas formas muy femeninas y agraciadas; su rostro se alegró con una amplia sonrisa al ver a los jóvenes y reconocer a Woohyun.

 

 

-

 

 

¡Dichosos los ojos que te ven Nam Woohyun! Cuanto tiempo sin vernos ¿Qué me traes?

 

 

-    

 

 

¡Hola Heechul-hyung! Yo también me alegro de verte; te traigo un diamante en bruto, para que lo talles a tu gusto.

 

 

-

  

 

Pasemos a mi despacho, allí podremos hablar de negocios con toda tranquilidad.

 

 

 

Los condujo Heechul por un largo pasillo, alicatado con azulejos de cerámica sevillana, las llevó hasta un amplio cuarto, muy apartado de la zona más social de la casa.

  

 

Una mesa muy funcional ocupaba la zona central del despacho; tras ella, una estantería igual de funcional, repleta de carpetas; a la izquierda de la mesa un amplio sofá, tapizado en tonos muy claros, amplio, cómodo; al lado contrario, una pantalla con el correspondiente proyector y una pequeña mesa, con cámaras fotográficas de diferentes tamaños y algunos otro útiles para la fotografía.

 

 

-

 

 

 

¿Por qué quieres dedicarte a esto Kim Kibum?

 

 

-    

 

 

 

 

Necesito dinero para poder seguir estudiando.

 

 

-

 

 

 

Esa es una buena razón querido; pero esto escomo todo, una profesión, que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

 

 

 

 

 

Ya me lo imagino, lo que espero, es que me proporcione algo de dinero y tiempo para estudiar.

 

 

-

 

 

 

Eso es posible, pero depende de ti, en cuanto al dinero, puedes ganar casi lo que quieras, depende del tiempo que le dediques y de la voluntad que le pongas.

 

 

-

 

 

Yo no necesito mucho dinero, pero sí necesito tiempo libre.

 

 

-

 

 

Veamos tus posibilidades amigo Kibum ¡Desnúdate, quédate en ropa interior!

 

 

Su rostro enrojeció, sus mejillas parecían arder; pero no lo dudó, se quitó el jersey y la camisa; luego se desprendió de los pantalones; la señora se le quedó mirando, la hizo girarse en varias ocasiones, en distintos sentidos, luego, mientras abría uno de los cajones de la mesa, del que sacó una cajita con un conjunto de braga y, le dijo:

 

 

-    

 

Creo Kibum, que estas serán de tu talla, debes tirar con mucho cuidado, el conjunto que llevas puesto, tíralo en la papelera y ponte estas, te sentarán mucho mejor.

 

 

-    

 

 

Pero perecen muy pequeñas señor Heechul.

 

 

-

 

 

No me llames señor, eso solo lo hace la criada y no siempre, tú debes llamarme Heechul; lo de pequeñas, eso es relativo, pruébatelas y ya decidiremos, no queremos tapar.

  

 

No sabía Key como ponerse, que ángulo ofrecer a sus acompañantes, para taparse algo; pero finalmente, se desprendió de la ropa vieja, que en nada la favorecía; luego se colocó la nueva muda que le había dado Heechul; la diferencia resultó evidente; hasta ella, no pudo evitar mirarse en el espejo; sin duda, aquellas prendas, de un tono mucho más claro y transparentes que las que el llevaba, de color negro,conseguían resaltar sus formas y sus encantos, su miembro se veía seductor.

 

 

  

 

La braga, una tanga que desaparecía entre sus glúteos y se paseaba sobre su cintura, justamente consiguiendo tapar completamente su mata de pelo.

 

 

-

 

   

Está bien Kibum, vamos a sentarnos y hablar de esto ¡No te vistas aún! Puede incluso que tenga por ahí algo que pueda servirte.

 

 

-

 

    

Pero yo no sé cómo puedo pagarte esto Heechul.

 

 

Notas finales:

*-* que tal? ..... Les gusto? quieren saber que va a pasar verdad? ¬w¬ perverts kkkk


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