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Enamórame por Fullbuster

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Ultear Milkovich POV


 


Habían pasado meses desde el incidente de Jellal, mi hermanastro Gray se había ido a vivir con Natsu y yo… yo había estado muy ocupada todos estos meses cuidando de Jackal, porque estuvo grave, incluso se quedó en coma unos días tras el accidente y aunque al principio, todos habían venido a verle, luego sugerí que era mejor decir que había muerto, así que empezaron a alejarse para no levantar sospechas, nadie comentó nada aunque por teléfono me preguntaban por él y su estado de salud.


Jackal poco a poco fue recuperándose y cuando despertó, me alegré mucho, en parte él había salvado al hermano biológico de mi hermanastro y eso era digno de mención. Sabía que era de la mafia pero también sabía que quería cambiar, así que cuando me dijo de crearle una identidad falsa, lo hice con ayuda de Meredy.


Todos aquellos meses, Jackal y yo hablamos de muchas cosas aunque para todo el mundo, él había muerto, incluso para su familia, porque quiso romper lazos con todo el mundo, no quería volver a la mafia, quería ser normal y tenía la opción ahora con su nueva identidad.


En todo este tiempo, Jackal me había contado cosas sobre Jellal y me había dicho lo enamorado que estaba de él aunque era su amor imposible y es que de verdad que lo era, porque Loke y él estaban más unidos que nunca. De todas formas, últimamente decía estar sintiendo cosas por otra persona y yo supuse que o hablaba de alguna enfermera o incluso hablaba de mí, no sabía que pensar porque yo no quería nada en este momento, sólo estaba concentrada en encontrar a mi hijo.


Hoy me había sentado en una de las sillas al lado de la camilla de Jackal mientras revisaba documentos sobre el caso de mi hijo, quería saber dónde le habían llevado, con qué familias había estado, todo lo que pudiera ser relevante para encontrarle. La mano de Jackal me sorprendió cuando cogió los documentos y me los quitó de las manos.


~ ¿Por qué no te relajas un poco? – me preguntó – necesitas descansar.


~  Lo haré cuando encuentre a mi hijo.


~ No, tienes que hacerlo ahora, no puedes pensar con claridad si no descansas bien, ven, te hago un hueco – me dijo apartándose un poco en la camilla.


Dudé un momento si tumbarme allí con él o no, al final y tras mucha insistencia de Jackal, accedí para que se callase un rato y me dejara tranquila. Me tumbé a su lado y pasó el brazo por mi nuca cogiendo mi hombro y acercándome hacia su pecho.


~ Descansa – me dijo


~ ¿Crees que le encontraré? – le pregunté.


~ Estoy seguro de ello – me dijo – pero necesitas relajarte de vez en cuando.


~  ¿Dónde está? ¿Dónde se lo ha llevado?


~ No lo sé – me dijo – pero estará bien, estoy seguro, lo encontraremos. Meredy ya lo está buscando.


~ Lo sé, pero ha pasado tanto tiempo… podría estar en cualquier parte ¿Y si no sabe quién es? ¿Y si piensa cuando le encuentre que le abandoné?


~ No lo hará, porque para eso le explicarás todo lo que ocurrió – me dijo – la gente se aclara hablando.


~ ¿Cómo entraste en la mafia?


~ No entré, ya nací dentro – me dijo – mi familia pertenece al clan, así que… ya estaba en la mafia incluso antes de que pensaran en tenerme – me sonrió – pero ya estoy fuera, gracias a ti y tu gran idea de darme por muerto y cambiar mi identidad.


~ Tus tatuajes te delatan.


~ No se ven – me dijo – supongo que tendré que tener cuidado a partir de ahora con quien me quito la ropa – me sonrió – no vaya a ser que me descubran – aunque… creo que he encontrado la persona que llevaba toda la vida buscando – me dijo apartando uno de los mechones de cabello de mi rostro.


Su mano acarició suavemente mi mejilla y me sentí extraña, extraña pero a la vez bien, hacía tanto tiempo que no dejaba que nadie me acariciase, que nadie me tocase, desde lo de Silver, no había vuelto a estar con nadie, no me lo había permitido yo misma y ahora estaba dejando que este chico me acariciase la mejilla.


Cerré los ojos sintiendo su calidez y es que era tan reconfortante sentir que alguien se preocupaba por ti, tras haberme abandonado en aquel hospital, Jackal había sido el único que me había visto tal y como era realmente. Sentí su respiración en mi mejilla y supe que se estaba acercando a mí, supe que quería besarme y yo ni siquiera recordaba cómo se sentía, porque llevaba diez años sin besar a nadie. Por un momento… lo deseé, quería volver a saber lo que se sentía.


Sus labios rozaron los míos con una gran ternura, sólo rozaron mientras sentía como su labio inferior intentaba levantar el mío superior abriéndome un poco la boca. Lo hice, seguí su juego, abrí un poco dejándole coger mi labio inferior con dulzura. Besaba tan lento, tan calmado que creí que me iba a desmayar allí mismo, porque estaba siendo tan tierno y delicado, como si supiera que necesitaba calma en mi vida, como si él mismo sintiera que tenía miedo y quisiera ir despacio.


Su lengua paseó por mi labio inferior y sonrió cuando abrí un poco más dejando que se colase dentro con calma, buscando mi lengua que parecía haberse acobardado, pero que él encontró para saludarla. No puedo negar que me gustaba Jackal, su forma de ser me encantaba pero no podía corresponderle, quería buscar a mi hijo, quería encontrarle y tenía que poner todas mis ganas e intenciones en eso, no tenía tiempo para chicos.


Me separé un poco de él y una lágrima resbaló por mi mejilla justo cuando él la limpiaba con su pulgar. Me miraba fijamente y no me dejó apartar la mirada de la suya, me retuvo la cabeza con su mano haciendo que siguiera mirándole.


~ ¿Estás bien? – me preguntó.


~ No – le dije llorando – no puedo hacer esto, tengo que encontrar a mi hijo.


~ Lo sé – me dijo – pero nadie ha dicho que tengas que hacerlo sola, puedo ayudarte, déjame ayudarte.


~ Tú no querrías una madre soltera – le dije – ya tengo un crío.


~ Y lo querré como si fuera mío – me dijo – te lo prometo, pero no me alejes de ti, sé que has sentido lo mismo que yo cuando te he besado. Te gusto y yo me estoy enamorando de ti.


~ ¿Te gustan las causas perdidas? – le pregunté sonriendo al recordar que le gustaba Jellal cuando casi lo matan y ahora yo… con una vida complicada tras habérmela destrozado Silver.


~ Es muy probable – me dijo sonriendo – Venga Ul, dame la oportunidad, puedo hacerte feliz, a ti y a tu hijo. Lo encontraré para ti esté donde esté si es lo que deseas, tiraré de contactos, haré lo que haga falta para dar con él. Conocía muy bien a Silver, sé por dónde se movía, puedo localizar a tu hijo. Confía en mí


~  Vale – le dije al final


~ ¿Eso es que me das una oportunidad?


~ Sí, pero por favor… con paciencia – me dijo – hace demasiado tiempo que no he estado con nadie.


~ Sí, tranquila – me dijo – no te haría daño jamás.


Esa semana Jackal se comportó como el novio perfecto y realmente… me estaba enamorando de él. Cuando salió del hospital tras su alta médica, se vino a mi casa y mi sorpresa fue cuando al llegar, encontré en el contestador dos llamadas, una de Gray diciendo que habían localizado a mi hijo y una segunda, de Jellal aclarándome que lo tenían ellos en su casa viviendo hasta que pudiera recogerlo.


Cogí el teléfono con rapidez y marqué a casa de Loke, porque Jellal había dicho que llamase allí ¡Desde luego estos dos eran un caso! Les dejaba unas semanas solos y se iban a vivir juntos, pero con las locuras que hacían, no me extrañaba para nada aunque imaginaba que su casa debía ser la bomba, dos del equipo de asalto viviendo juntos… eso tenía que verlo algún día, no habrían dejado ni una esquina de la casa sin probar y más conociendo a Jellal.


Quedamos en casa de ambos y Jackal se empeñó en acompañarme, algo que no le impedí. Estaba tan nerviosa para conducir, que tuvo que conducir Jackal por miedo a que tuviera un accidente mientras iba hacia allí. Cuando llegamos a casa de Loke y la puerta empezó a abrirse, mi corazón iba a desbocarse, quería verle, tenía miedo de lo que pensara de mí, pero quería ver a mi hijo, quería abrazarle.


Jellal abrió la puerta y me indicó con la mano el sofá de enfrente donde estaba mi hijo sentado viendo la televisión, aunque se giró enseguida a verme y se puso de pie. Jackal sonrió a Jellal y éste acabó abrazándole dándole las gracias por parar el disparo que iba hacia él mientras le preguntaba si estaba bien.


Jackal le comentó a Jellal que ahora trabajaba en mi empresa de detectives privados y creo… que ambos entendieron claramente con esa información y que encima hubiera venido a acompañarme, que entre él y yo, pasaba algo.


Romeo se había quedado paralizado en el sitio mirándome y yo no sabía por dónde empezar, ni que hacer, sé que estaba llorando al verle frente a mí, pero no sabía cómo explicarle todo, no sabía cómo tratarle tras diez años sin haberle visto. Fue él quien se lanzó corriendo a mis brazos y me agaché abrazándole con fuerza, porque era mi pequeño, mi niño, el que tanto había estado buscando y ahora estaba entre mis brazos de nuevo.


Por fin las cosas en mi vida mejoraban, Gray estaba bien y había encontrado a su familia de verdad, mi hermano Lyon pagaría por todo en la cárcel, Silver no volvería a molestar a nadie y yo recuperaba a mi hijo y volvía a encontrar el amor en la persona que menos esperaba, Jackal. Ahora creía firmemente en que la vida me daba la segunda oportunidad de ser feliz, volvía a casa con mi familia.


 


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