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Enamórame por Fullbuster

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Lyon Bastia POV

 

 

 

Los gemidos se escuchaban por toda la habitación y me gustaba oírlos, me excitaban hasta tal punto, de acelerar mis movimientos para escucharlos más continuos, para escucharlos más altos. Me gustaba como Yuka pronunciaba mi nombre con sugerencia mientras le penetraba una y otra vez hasta que conseguía hacerme correr. Grité cuando estaba a punto de terminar dándole el aviso a aquel chico de pelo azul largo y ojos oscuros que gimió lo más alto que pudo cuando notó mi líquido entrar en él.

 

Me dejé caer a su lado intentando descansar un poco por el esfuerzo mientras Yuka se acoplaba tumbándose en mi pecho entre mis brazos. La suave brisa entraba por la ventana y miré hacia allí viendo las hermosas playas de las Islas Fiji, sus paisajes verdes, la ondulación de las suaves cortinas blancas ¡Era el paraíso! Hasta que la voz de Yuka me hizo salir de aquel trance en el que me encontraba.

 

~ ¿Cuándo piensas dejar a Natsu? – me preguntó de golpe.

 

~ Ya sabes que no puedo dejarle – le respondí de la misma forma que hacía las tantas otras veces que me había hecho esa pregunta.

 

~ No soporto tener que compartirte con él y lo sabes – yo sonreí ante sus celos.

 

~ Sabes que ni siquiera estoy teniendo relaciones con él – le dije para calmarle – pero no puedo dejarle.

 

El padre de Natsu fue policía de Asalto y desapareció en una de las misiones que se le ofrecieron en el extranjero, algo sobre una comisión de servicio o algo así que me había comentado algún vez Natsu. Pero a mí no me importaba su padre ni él, me importaba su madre, dueña de la más prestigiosa revista de Japón y mi complejo hotelero siempre salía en su revista gracias a mi relación con Natsu ¡Estaba ganando mucho dinero gracias a esa relación! No iba a dejarlo ahora.

 

Su madre era la persona que más me importaba tener contenta en este momento, gracias a ella se abrían todas mis puertas, conocía a grandes empresarios que acababan hospedándose en mi hotel, gozaba de prestigio y lujo, me movía en el ambiente de su madre y los amigos de su madre ¡Dejar a Natsu era caer yo y mi hotel en picado! No iba a dejarle.

 

Siempre que podía, me escapaba a algún lugar fuera de Japón con Yuka, lejos de Natsu y de miradas indiscretas que pudieran pillarnos, ya llevábamos así casi dos años, viéndonos a escondidas, teniendo sexo cuando podíamos, viajando fuera del país con él en cuanto tenía la mínima oportunidad.

 

~ ¿Y qué pasa con tu hermano? – me preguntó Yuka ahora – Natsu parece estar muy atento a él.

 

~ Por mí puede hacer lo que quiera con mi hermano – le dije sonriendo – de Gray me ocuparé yo personalmente de hundirle su vida, tengo un plan para que se aleje de Natsu. Ese maldito bastardo aún no sabe de lo que soy capaz, tendré que enseñarle cual es su sitio – le comenté.

 

Mi supuesto hermano… el condenado de él en todos estos años que no le había visto, se había vuelto atractivo encima. No podía negar que incluso yo con todo el odio que le tenía a ese muerto de hambre, me había fijado en él, era guapo y sinceramente, tenía ganas de probar el sexo con él, pero Natsu siempre estaba por medio, era imposible pillarle sólo mucho tiempo. ¡Claro que no pensaba decirle esto a Yuka!

 

Desde luego, por las noches, cuando Natsu se largaba a su casa era mi única oportunidad de tener a Gray solo, sin que alguien pudiera ayudarle. Sonreí ante la idea. Seguramente al volver podría hacerlo, sólo necesitaba mantener a Natsu el tiempo necesario alejado de mi maldito hermanastro.

 

~ Espero que tu plan funcione – dijo ahora Yuka – les has dejado unos días solos ¿Crees que Natsu ha sido capaz de follarse a tu hermano? – me preguntó y ahí si empecé a dudar un poco.

 

Confiaba en que Natsu me fuera fiel, tenía ética y moralidad, pero teniendo en cuenta todo el tiempo que yo le había estado haciendo desplantes y cómo miraba últimamente a Gray, empecé a dudarlo. Tenía que admitir que incluso a mí me había excitado pensar en follarme a mi hermanastro ¿Cómo no iba a excitarle a Natsu? Pero no podía permitir que se metiera en medio de mi negocio. ¡Algo se me ocurriría para distanciarles! Algo se me ocurriría para arruinar a Gray.

 

~ No lo sé – le dije – puede ser, ese sucio perro callejero llama la atención, es posible que haya conseguido seducirle, pero me ocuparé de todo cuando vuelva. No puedo permitirme perder ahora el favor de la madre de Natsu.

 

Yuka ahora parecía estar pensando en algo, supongo que algo de lo que había estado comentando sobre Natsu o sobre Gray. Cogí su rostro con violencia con mi mano obligándole a mirarme y le besé. Por un momento, sólo un momento, pensé en Gray y no sé por qué, pero me excité pensando todo lo que podría hacerle cuando volviese, sólo había un problema llamado Natsu. ¿Quién le mandaría hacerse policía? Si le dejaba alguna marca ahora a Gray yo sería uno de los principales sospechosos, no podía permitirme hacerle daño frente a Natsu.

 

Ahora que lo pensaba… Gray no aparecía por las noches por casa desde aquel día que le metí mano asustándole. ¿Dónde iba el crío por las noches? Eso sería una de las primeras cosas que debería investigar. Por suerte para mí, Zancrow estaba por la facultad vigilándole, le había permitido hacer prácticamente cualquier cosa con mi hermanastro mientras no le matase y desde luego, había aceptado muy rápido en cuanto vio la fotografía ¡Y es que ese crío de ojos azules llamaba la atención aquí en Japón!

 

Separé mis labios de los de Yuka y sonreí ¡No veía el momento de volver a Japón! Ese pobre bastardo sí que iba a sentir miedo y asco cuando volviese, porque no iba a dejar las cosas como el primer día, iba a terminar lo que empecé, iba a hundir su poca autoestima, iba a separarle de su red de seguridad que tenía ahora gozando de la protección de Natsu.

 

~ ¿De qué sonríes? – me preguntó Yuka

 

~ Acabo de darme cuenta cómo hundir a mi hermano – le dije sonriendo – pero hasta que vaya a Japón… tú y yo tenemos un fin de semana, una isla preciosa y una habitación pagada – le dije sonriendo volviendo a besarle.

 

Me subí encima tras haber descansado un rato desde la última vez y esta vez, por más que lo intenté, no vi el rostro de Yuka, veía el de Gray, tenía aquellos ojos azules clavados en mi mente y por más que quisiera negarlo, me excité ¡podía odiarle mucho, pero no podía negar lo que provocaba en mí aquel imbécil! Le cogí del cuello y por más que supiera que era Yuka, mi mente solo podía ver a Gray allí tumbado bajo mí. Sonreí ¡era mío! Le besé con fuerza sosteniendo sus manos por encima de su cabeza con una mano mientras la otra, la dejaba en su cuello haciendo la presión justa para retenerle sin que se moviera.

 

Escuché alguna queja de Yuka, seguramente por la fuerza que estaba utilizando o por el control que estaba teniendo sobre él, pero no me importó, estaba demasiado excitado pensando en cómo iba a hacerlo con Gray que me dio igual lo que él pensase, esta era la forma en que quería hacerlo con mi pequeño hermano, quería humillarle, quería demostrarle que yo era más fuerte que él, que tenía que someterse a mí y lo conseguiría, por las buenas o por las malas.

 

Fui algo violento en mis movimientos pero es que deseaba con todas mis fuerzas hacerle el amor, reclamar todo su cuerpo como mío, pero paré de golpe cuando Yuka habló y me rompió la imagen de Gray bajo mí. Solté un poco el agarre del cuello y Yuka se incorporó con lentitud tosiendo, intentando recuperar aire.

 

~ ¿Qué te pasa? ¿Quieres ahogarme? – me preguntó cabreado.

 

~ Lo siento – le dije – me he dejado llevar por la excitación.

 

Yuka me miró intentando comprenderme y en vez de reñirme, se lanzó hacia mí besándome. Supongo que estos gestos podrían excitar a la gente, a mí no, a mi me excitaba pensar en qué hacerle al cuerpo de mi hermano. Porque cuando acabase con él, ni Natsu sería capaz de acercarse a Gray.

 

 

 

 


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