Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Natsu Dragneel POV


 


Menos mal que Sting estaba allí, porque yo no podía detener a Gray ¡Ahora era él quien no confiaba en mí! Supongo que lo tenía merecido por haberle fallado tantas veces, pero gracias a Sting, Lyon no se lo llevó esta vez, aunque seguía teniendo la tutela y me había pedido hablar en privado… por lo que suponía… que algo se le ocurriría. ¡Quizá ahora intentase hacerse el bueno con Gray para llevárselo a la cama! Sería más fácil sí él quería, encima no podrían detenerle porque sería sexo consentido en vez de violación.


Me sorprendió cuando reconoció a Sting, pero me entristeció que a mí no me reconociera. ¿Qué le habría pasado por la cabeza a Gray en aquel momento? ¿Qué fue lo que le hizo recordar a Sting? ¿Fue cuando le cogió del brazo para pararle? ¿Lo había hecho antes eso Sting para hacer que lo recordase? ¡Menos mal que estaba Sting allí! Caí al suelo llorando ¡no aguantaba más! ¿Qué demonios tenía que hacer para que Lyon le dejase en paz? Una vez me conseguí calmar, salí tras Lyon para ver que quería, porque mi relación con Gray acababa aquí, él  no volvería a fijarse en mí. Alcancé a Lyon en la explanada de atrás.


~ ¿Qué narices quieres? – le pregunté gritándole.


~ ¿Qué quiero? – me preguntó.


~ Sí, ¿Qué quieres para dejarle en paz de una puñetera vez?


~ El favor de tu madre – me dijo – que estés conmigo, sólo conmigo, que no pienses en Gray. Si haces lo que te diga… dejaré a Gray en paz, ni siquiera pediré que venga a vivir conmigo bajo mi tutela y sabes que puedo llevármelo en este mismo momento. ¿Qué vas a decidir Natsu? – me preguntó sonriendo y yo lo dudé un momento.


Hacer lo que él quisiera con tal de que dejase a Gray en paz, era su libertad a cambio de mi esclavitud a su lado, pero al menos yo podía defenderme, Gray no lo haría, se asustaría de su hermano, de que le llevara al psiquiátrico, de que pudiera hacerle cualquier cosa. Conmigo no tenía mi tutela, ni me restringía el dinero porque lo ganaba yo mismo con mi trabajo y mi sudor, yo era independiente completamente mientras Gray dependía de él.


~ Tú decides Natsu… O vienes tú o viene Gray – me dijo – y te aseguro que a Gray voy a follarle hasta que grite y teniendo en cuenta que no puede hablar, va a ser mucho – se reía ahora con su amigo.


~ Sí salgo contigo de nuevo ¿le dejas a él en paz? – le pregunté.


~ Sí – me dijo


~ ¿Y le das su parte de la herencia? – le pregunté ahora y él dudó – mi madre y yo por su herencia Lyon, nosotros te haremos ganar mucho más dinero, mi madre controla la mayor revista del país, es publicidad gratis para tu complejo hotelero y lo sabes.


~ Está bien – me dijo acercándose a mí para darme un beso


Sinceramente, me dio asco, pero no podía hacer más por Gray, él no volvería a mí, no confiaba en mí, pero al menos… podía salvarle de Lyon, al menos tres años, hasta que cumpliera los 21 años y pudiera ser completamente libre y con su herencia.


~ Mañana mismo en cuanto abra el banco, le ingresarás su parte de la herencia en su cuenta – le dije


~ Por supuesto Natsu… ¿me acompañarás a ver como lo ingreso?


~ Sí – le dije – comprobaré la cuenta y que el dinero esté correcto


~ Si no te fías de mí…


~ Ni un poco – le comenté antes de que acabase la frase.


~ Nos vemos mañana, cielo – me dijo con ironía mientras se marchaba con Hughes.


Cuando volví, Gray no parecía querer soltar el brazo de Sting ¡ni que se lo fueran a robar! Pero supongo que al ser al único que había reconocido, estaba feliz y quería estar con él. Sting sólo hacía que mirarle y bromearle. Gray me miró a mí pero enseguida cambió la vista. ¡Esto es lo que obtenía por ponerme como un loco! Pero no iba a permitir que Lyon se lo llevara y menos estando así como estaba ahora.


Aparté a Loke del resto del grupo cogiéndole del brazo y éste me acompañó hacia una zona más oscura. Jellal nos vio, pero no comentó nada, dejó que me lo llevase.


~ ¿Qué pasa? – me preguntó.


~ Ni una más – le dije – no dejes que le pase ni una más, por favor.


~ ¿Qué te sucede? – me preguntó mirándome ahora, aunque yo mantuve la cabeza agachada intentando evitar que viera mi rostro a punto de llorar – te lo encargo a ti Loke, por favor… no le hagas daño y no dejes que se lo hagan.


~ ¿Por qué no lo haces tú?


~ Porque ya lo estoy haciendo – le dije – no voy a poder estar a su lado a partir de ahora, cuídale, por favor – le dije a punto de llorar ¡le estaba dando al amor de mi vida!


~ ¿Qué hago con su hermano? – me preguntó.


~ De su hermano… me ocupo yo – le dije – no volverá a molestarle, te lo prometo.


Tras comentarle aquello a Loke, me giré una última vez hacia Gray, seguía allí junto a Sting, supongo que no se separaría de él en bastante tiempo tras haberle recordado. La verdad es que al menos Sting me daba confianza, sé que con él estaría bien, que le ayudaría. Empecé a caminar en dirección al parking para coger mi moto cuando Loke me detuvo.


~ Natsu… ¿Estás bien?


~ No – le dije - ¿Cómo quieres que esté cuando estoy perdiendo a la persona más importante de mi vida? – le pregunté - ¿Cómo quieres que esté cuando veo como se enfada conmigo porque piensa que soy un monstruo sin corazón que no le deja ver a su hermano? Me voy a casa –le dije volviendo a caminar.


Me fui directamente a casa de Lyon, porque sabía que no me dejaría ir a mi casa ahora ¡me tocaría hacer un sacrificio de tres años! Y la verdad… es que en este momento todo me daba igual, podría haberme hecho lo que quisiera y me daba igual, sólo podía pensar en el dolor que sentía al pensar en Gray, porque cada vez… estábamos más lejos. Empezaba a pensar que quizá el destino, no quería vernos juntos.


Paré en la puerta de Lyon y parecía que había estado esperándome, porque la puerta se abrió incluso cuando aún estaba bajando de la moto y quitándome el casco.


~ De verdad que haces cualquier cosa por ese crío – me dijo con una sonrisa.


~ Él se merece que hagan cualquier cosa – le dije haciendo referencia a que Lyon, jamás se lo ganó – hasta tener que aguantarte.


~ ¿Qué tiene ese crío? – me preguntó Lyon.


~ No lo sé, dímelo tú que tantas ganas de follártelo tienes – le dije con una sonrisa.


Dormí ese día en su casa, más concretamente en su cama, pero no me atreví ni a tocarlo ¡no quería! Una cosa era salir con él y otra era tener sexo, desde luego no quería y aún estando en su casa, en su habitación y en su misma cama, sólo podía llorar pensando en Gray. ¡Le perdía irremediablemente! Si sólo pudiera acordarse de mí.


Al día siguiente fuimos al banco y revisé todo lo de la herencia y la transferencia en la cuenta de Gray, no quería que Lyon hiciera trampas también en esto. Después de aquello, se fue a trabajar a su hotel y yo preferí dar una vuelta por el parque. Recordé donde encontré a Gray la primera vez cuando huyó de su casa, tirado en la acera con la mano herida y recordaba cuando me preguntó por mi tatuaje, cuando se tomó el vaso con chocolate que le traje, cuando le acompañé a la facultad ¡Supongo que serían unos bonitos recuerdos que se quedarían en el pasado!


Cuando me giré hacia el banco donde le curé la mano, le vi allí sentado y creí que era un espejismo de mi imaginación. Cerré los ojos y al abrirlos, seguía allí sentado ¡Entonces era real! Estaba frente a mí. Mi gran duda era… ¿Qué hacía allí? Claro que todo se solucionó cuando vi a Sting por detrás comprando unos vasos con té.


Fui hasta Sting y me puse a su lado para comprar dos botes de chocolate. Sting me miró, sonrió y le pedí que se quedase un rato más aquí. Él lo entendió perfectamente y sonriéndome me afirmó con la cabeza confirmándome que se quedaba y me daba vía libre. Cogí los dos botes de chocolate y me acerqué hasta Gray pasándole uno por encima de su hombro. Lo cogió enseguida ¡ni siquiera me miró! Y cuando tomó un sorbo descubriendo que no era té, entonces sí me miró comprobando que era yo. Sus ojos se abrieron por la sorpresa y yo le sonreí.


~ Aquí me preguntaste por qué me hice el tatuaje – le dije y él me miró la muñeca – y te contesté que fue por mi padre y te gustó – sonreí – aquel día no me di cuenta de lo que pasaba en tu casa y no puedo remediar lo que sucedió en el pasado Gray, pero puedo cambiar el futuro y no quiero que te hagan daño. Quizá ahora no entiendas por qué me puse así con lo de tu hermano, pero créeme cuando te digo, que eres lo más importante que he tenido en mi vida.


Gray me miraba sorprendido y aproveché para sentarme a su lado ¡Él me dejó hueco! Le miré viendo como se tomaba el chocolate y pude ver por sus manos, que estaba nervioso, él casi siempre lo estaba en los momentos importantes. Yo sonreí y coloqué mi mano sobre la suya.


~ Haré lo que haga falta para mantenerte a salvo Gray – le dije – da igual lo que me pidan, lo haré sin quejarme, porque no puedo permitirme verte pasar por el infierno por el que lo hiciste y agradezco que no recuerdes eso, porque te permitirá volver a empezar tu vida.


Me acerqué un poco más a él colocando mi mano en su mejilla y pasándola hacia la nuca ¡puede que él no me recordase, pero su cuerpo sí recordaba mis caricias! Podía sentir como sus músculos se tensaban a mi tacto, como tragaba saliva cada vez que mi mano se acercaba, como su piel se ponía de carne de gallina a cada caricia, su cuerpo me seguía deseando a mí. No pude evitar unir mis labios a los suyos y me dio igual estar en medio de la calle ¡Sé que no era correcto! Pero me daba igual, le deseaba y si tenía que compartir tres años de mi vida con Lyon por salvarle a él, por lo menos, quería llevarme su último beso.


Quería recordar todas y cada una de las noches de mi vida aquellos besos tan dulces e inocentes que tenía, aquellos besos que me encantaban, que me hacían sentir que seguía vivo, que me pedían gritarle cuanto le amaba, porque estaba convencido… de que él era mi pareja perfecta.


 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).