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Enamórame por Fullbuster

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Natsu Dragneel POV


 


Sinceramente… no tengo ni idea de qué era lo que me ocurría con Gray, pero desde que le había conocido, no podía dejar de estar pendiente de él, quizá era porque parecía depender de alguien siempre y su hermano no tenía precisamente mucho interés en ayudarle, estaba más ocupado con la empresa que de él. Para mí, era como un niño solo y perdido, sin saber un idioma, sin conocer a nadie, sin saber donde ir o qué hacer. Supongo que había levantado en mí un cierto sentimiento de protección, de vigilarle para que no le ocurriera nada.


Cuando le vi en aquel mostrador temblando, supe que ocurría algo y claro… sospeché enseguida que tendría que ver con el idioma. Creí que al menos Lyon le habría dado un par de palabras clave para defenderse, pero parece que no tuvo ni tiempo para eso. ¡Bueno, si Lyon no tenía tiempo para enseñarle el idioma, yo se lo enseñaría!


Tuve que rellenarle el formulario entero y le pregunté a la recepcionista si había algún modo de que Gray pudiera estudiar la carrera entendiendo la materia, porque no sabía nada de japonés. Su respuesta fue sencillamente, que tenían un curso de japonés por las mañanas antes de la iniciación de las clases donde podían ayudar al alumno a aprender con mayor facilidad el idioma, así que marqué la casilla para su asistencia ¡Creo que eso le vendría bien a Gray!


Tras acabar con lo de la universidad, le invité a comer en un pequeño local que solía frecuentar yo cuando estaba trabajando para tomar algo en los descansos. Hacían una comida exquisita, Lyon y yo, más de una vez habíamos venido aquí a cenar en alguna de nuestras citas ¡aunque a Lyon le gustaba más ir a restaurantes pijos y caros!. Nos sentamos en la barra y tras saludarme el cocinero, le presenté a Gray, indicándole que era el hermano pequeño de mi novio.


Gray miró la carta entera ¡Claro que no entendía nada! Para él solo serían signos donde yo veía letras. Le cogí la carta y le enseñé un par de cosas del japonés mientras él me prestaba atención. Fui a explicarle uno de los signos señalándoselo en el papel cuando mis dedos tocaron su mano. Él la apartó con rapidez de mí girándose a mirarme y yo la aparté también al darme cuenta de aquel gesto. Para ser sincero, había notado algo extraño al tocarle, algo que hacía ya mucho tiempo que no me pasaba, había sentido cierta atracción por aquel moreno y es que no podía evitar pensar que era atractivo, ¡joven! Pero atractivo.


Gray me estaba mirando ahora con un brillo en sus ojos que me encantaba y es que… aquí en Japón era muy extraño encontrar chicos con ojos azules, pero los de Gray, eran espectaculares, eran un azul precioso, un azul brillante que llamaban la atención enseguida. ¡yo nunca había visto unos ojos azules como los de él! Y la verdad…una vez los miré, no podía apartar mi vista de ellos ¡me hipnotizaban! ¡Me encantaban!


Me fijé en él, viendolo bien, era muy guapo, con un cuerpo perfecto, quizá no sería más fuerte que Lyon, pero había hecho alguna clase de deporte porque estaba fuerte, pero sobretodo, me llamaba la atención su dulzura, su inteligencia para la edad que tenía, su forma cordial de dirigirse a los demás, su educación y la forma en que trataba a los demás intentando evitar problemas ¡No era un chico conflictivo en absoluto! En parte… cuando le veía, sentía algo por él pero no estaba seguro de qué era exactamente, sólo sé, que me daban ganas de protegerle y estaba a gusto en su compañía.


Le indiqué en el papel de nuevo lo que yo iba a pedir, comentándole lo que llevaba cada comida por si había algo que no le gustaba, al final, me dijo que eligiera yo algo por él, algo que me gustase mucho.


~ ¿Te gusta la carne? – le pregunté – el arroz imagino que sí


Gray me sonrió y me respondió con un “¿Cómo no va a gustarme la carne?” a lo que yo me lo tomé como que pidiese algo con carne. Miré de nuevo la carta buscando algo que fuera conocido aquí en Japón y algo sobretodo, que fuera típico del local donde estábamos.


~ Yakinikudon – le dije y Gray me miró como si le hubiera soltado un insulto, no pude evitar reírme – es arroz y carne a la brasa, básicamente – le mencioné y pareció calmarse.


Nos trajeron los platos y por supuesto, palillos, algo a lo que Gray miraba y casi me suplicaba que le quitasen esas cosas de su vista. No podía evitar sonreír, me parecía un chico increíble, muy expresivo con sus gestos aunque no contase mucho de su vida, muy sincero cuando hablaba contigo, muy educado y a la vez… tan perdido.


~ Se cogen así Gray – le dije enseñándole los míos para que lo imitara, algo que no consiguió – espera – le dije levantándome y colocándome a su espalda – así


Cogí sus dedos entre los míos colocándolos en la posición y podía jurar, que me encantó el tacto de su piel, había algo en Gray que me llamaba la atención, que me gustaba y no sabía por qué. Mis dedos se quedaron unos segundos sobre los suyos y es que… era incapaz de moverme de su espalda, me gustaba su olor, me gustaba su tacto, me gustaba como me miraba y me estaba volviendo loco, porque yo quería a Lyon y sin embargo, ese chico tenía algo que me atraía demasiado.


Separé mis dedos de los suyos y vi como cogía los palillos él solo intentando ahora hundir los palillos en su cuenco.


~ Oh – le dije – no los hundas en el cuenco – le dije antes de que lo hiciera – es irrespetuoso, debes comer primero lo que está más hacia la superficie y seguir avanzando hacia el fondo, no los hundas buscando algo del fondo – le comenté – y no pases comida con los palillos, es mejor pasar el plato que cogerlo con los palillos y servir.


~ ¡Que raros sois! - me dijo Gray sonriendo


Creo que Gray estaba alucinando con mi explicación, pero yo me divertía al ver sus caras. Sinceramente, aprendía rápido. La comida se le había resbalado de los palillos un par de veces, pero enseguida le cogió el truco y empezó a comer como si llevase toda la vida comiendo con ellos. Sonreí, era un chico fascinante.


Comí con él y me encantó estar en su compañía, era capaz de hablar prácticamente de cualquier tema, sonreía y me encantaba aquella sonrisa y luego sus ojos, ¡Creo que me gustaban demasiado sus ojos! Quizá sería porque jamás había visto a nadie con los ojos azules y ahora, me impactaban ¿Cómo podían ser tan bonitos? Me sorprendió que Gray comiera tanto, era como si no hubiera comido en bastante tiempo y tuviera hambre acumulada, porque era increíble lo que comió.


Aún estando tan cómodo con él, no paré de mirar el reloj, había quedado con Lyon para ir al cine esta tarde. Tenía pensado algo romántico, estar los dos solos, ver una película, dar un paseo entre los cerezos y volver a casa, seguramente algo de sexo y dormir abrazados ¡Ese era mi plan! Porque realmente, Lyon me parecía muy tenso desde que Gray estaba allí, supongo que entre la muerte de su madre y ahora ocuparse de su hermano, estaba un poco agobiado, así que pensé una velada solos para relajarle.


Cuando le dije a Gray que debía marcharme ya, le indiqué como regresar a casa, pero él también miraba el reloj, así que supuse… que iría a algún lado menos a casa. Me despedí de él y por un segundo… observé sus labios medio abiertos, unos labios que sólo por ese instante, mi cabeza pensó en besarlos, pensó lo sugerentes que eran, pensó como sería besarlos. Moví la cabeza un par de veces intentando quitarme esas ideas y comencé a caminar hacia la moto que había dejado no muy lejos de aquí.


Lyon trabajaba en un complejo hotelero, para ser exactos, era el dueño de los hoteles. Mucha gente con altos ingresos económicos se alojaban en su hotel. Desde luego… tenía una empresa prospera que daba mucho dinero, el problema de aquello, es que se pasaba demasiadas horas trabajando.


Cogí la moto y tras recordarle a Gray que si tenía algún problema, me llamase, me coloqué el casco y salí hacia el hotel de su hermano. Incluso mientras conducía por las calles hacia el hotel, iba feliz, porque iba a pasar un rato a solas con mi novio, porque había planeado una velada perfecta para nosotros… claro… que los planes nunca salen como realmente planeas.


Cuando llegué hasta la entrada del hotel y dejé la moto en un rincón, el gerente de la entrada me saludó y tras reconocerme, me comunicó que esperase en la sala, que en breves instantes le comunicaba mi presencia a Lyon. Se lo agradecí con una sonrisa y me desabroché la chaqueta de la moto para ir a sentarme en uno de los sillones. Esperé como diez minutos y desde luego, para la sala de cine… como siguiera así, se nos haría tarde. No hacía nada más que mirar el reloj y finalmente, tras quince minutos, bajó Lyon bien arreglado con su traje y perfectamente peinado.


Se acercó hacia mí y quise darle un beso, claro que él me frenó en seco diciendo que estábamos en público y el director debía mantener un mínimo de compostura. ¡Desde luego esto no entraba en mis planes románticos con él!


~ He sacado entradas para el cine – le dije – si vamos ahora aún podemos llegar – le comenté y me miró extraño.


~ ¿Al cine, hoy? – me preguntó - ¿a esta hora? – me preguntó mirando el reloj – no quiero arruinarte los planes cielo, pero… tenía una reunión importante en cinco minutos.


¿Cómo romperte los planes en menos de un minuto? En eso era especialista Lyon, yo planeando algo para estar solos un rato y él era capaz de preferir esa reunión que estar conmigo. ¡Relájate Natsu! Pensaba ahora.


~ ¿y no se puede posponer? – le pregunté


~ No Natsu, es muy importante esta reunión.


~ Bueno vale – le comenté - ¿Quieres que venga más tarde y por lo menos podemos ir a cenar?


~ Si eso estaría mejor – me recalcó.


~ Vale… esta noche paso a por ti y vamos a cenar.


~ ¿Podrías reservar en ese local que tanto me gusta? – me preguntó y tuve que decirle que sí ¡Aunque era carísimo y complicadísimo que me dieran reserva ahora!


Tampoco me dio un beso cuando volvió hacia su despacho ¡De verdad que Lyon podía llegar a ser frío cuando quería! Ahora dudaba si aquellos dos podían ser realmente hermanos, porque Gray era tan tierno, no hacía falta planificar planes con él para pasar un rato agradable y luego estaba Lyon, que incluso planificándolo, siempre había algo más importante que hacer antes que quedar conmigo.


Cuando ya se había marchado, llamé por teléfono a Rogue ¡Creo que hoy tampoco trabajaba!, me lo cogió y acabamos quedando en un local a tomar unas cervezas ¡Tenía que hacer tiempo hasta que Lyon acabase su reunión! Cogí la moto de nuevo y colocándome el casco tras abrocharme la chaqueta, volví a salir a la carretera para ir al local de siempre con Rogue. Cuando llegué, supe que mi compañero ya había llegado, porque vi su moto aparcada junto a la mía.


Entré en el local y estaba en la barra con una cerveza ya. Cuando me vio me pidió otra sin alcohol y me senté con él mientras me la servían.


~ ¿Te ha vuelto a dejar plantado tu querido novio? – me preguntó Rogue con una sonrisa.


~ ¿Tanto se nota? – le pregunté dando un sorbo a la cerveza.


~ ¿Por qué sales con él si siempre es tan….?


~ No lo sé – le comenté sonriendo – a veces es muy tierno, pero es que en otras ocasiones… no sé que hacer con él. Encima tengo que llamar a su restaurante favorito, no me darán la reserva ni de coña


~ No creo – me dijo ahora Rogue sonriendo – pues como no lo lleves ahí, tu cita se va a pique, ya sabes como se pone.


~ Sí, lo sé.


~ Encima ahora tendrás a dos estirados – me dijo Rogue riendose y yo me sorprendí.


~ La verdad es que no – le dije – su hermano pequeño no se parece en nada a él, es todo lo contrario. Puedes llevarle a cualquier sitio y no se queja, se puede hablar con él de cualquier cosa... y no se queja de donde le llevo a comer - le dije en tono burlón.


~ ¿Enserio? – me preguntó Rogue dudando - ¿Seguro que son hermanos? – me preguntó ahora sonriendo.


Mientras él se tomaba su cerveza, yo llamé al restaurante y tras enfadarme veinte veces con ellos ¡no conseguí que me dieran la reserva! Un poco más y lo que consigo es que me prohibieran la entrada. Rogue no paraba de reírse.


~ Genial – le dije – no me dan la reserva.


~ Creo que hoy cenas solo.


~ Si ceno solo te aviso, te vienes a mi casa con unas cervezas, pedimos una pizza y vemos el partido – le dije sonriendo.


~ No es un mal plan, allí estaré.


~ He dicho… sí me dejan solo cenando.


~ Créeme… allí estaré – me dijo sonriendo teniendo claro que cenaría solo.


Cuando llegué al hotel por la noche  a recoger a Lyon, ya vino quejándose de algo de la reunión ¡No estaba de humor! Eso se veía a la legua. Creo que mi plan de una cena romántica o de pasar un rato juntos… estaba fracasando estrepitosamente. ¡Al final Rogue iba a tener razón! Me sonrió al verme y vino hasta mí, claro que en cuanto le dije que tendríamos que pensar otro sitio para cenar… se acabó su sonrisa y empezaron los gritos.


~ ¿Es que no puedes hacer ni una cosa bien? – me preguntó.


~ He hecho lo que he podido, si hubieras venido al cine no estaríamos así ahora – me cabreé al final.


~ No pienso ir a un local de mala muerte a cenar – me dejó caer como si le llevase a malos locales - ¿además… qué haces con el casco de la moto?


~ Porque he venido en moto – le dije.


~ ¿Por qué? Podías haber traído el coche.


~ ¿Por qué iba a traer el coche? Tardo más, tendría que haber ido hasta mi casa y volver, además, para moverte en una ciudad es más rápido la moto.


~ No pienso subirme a ese trasto contigo – me dejó caer – así que ve a casa a por el coche.


~ ¿sabes que te digo…? Que me voy a mi casa, pero no a por el coche, a cenar y ver el partido. Espero que disfrutes la cena solo - le comenté cabreado - ya que veo que es más importante ir a ese pijo restaurante que pasar un rato conmigo.


Mientras caminaba hacia la salida, aproveché para llamar a Rogue y decirle que le veía en mi casa para ver el partido juntos y pedir unas pizzas.


 


 


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