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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Escuché el despertador de Loke sonar muy temprano y también le escuché levantarse apartando su brazo de encima mío, pero estaba demasiado cansado hasta para preguntarle, supuse que iría al trabajo, yo preferí quedarme durmiendo.


Cuando me desperté, eran las diez de la mañana y aunque quise levantarme… lo primero que vino a mi mente fue todo lo sucedido ayer con Natsu. ¡Cómo le deseaba! Esto no me pasaba con Loke, con él aunque había intentando acostarme, no lo había conseguido, como mucho… había llegado tan lejos como para que me dejase estas marcas rojas que ahora Natsu, había succionado con mayor fuerza para que le recordara a él.


¿Y si estaba cometiendo un error? ¿Y si era Natsu el amor de mi vida? Llegué a decirle que se marchara de mi vida y él… lo había aceptado. ¿Eso quería decir que ya no me quería en su vida? ¿Qué se había cansado de mí? Pero claro… era algo normal, él intentó todo lo que pudo para estar conmigo y yo sólo le había estado apartando por mi miedo a que no volviera a confiar en mí, por miedo a que volviera a dejarme sólo como aquella vez y es que… tenía miedo de estar solo, esa era la realidad.


Recordaba todo lo ocurrido con Natsu, absolutamente todo y sí es verdad que no había creído en mí, pero vino hasta aquel hospital psiquiátrico siguiendo a su novio, llegó incluso a pegarle con tal de evitar que me violase en aquel momento, estuvo conmigo siempre, intentaba defenderme a su manera y puede que no fuera la más adecuada o la que yo habría pensado… pero es que Natsu era muy diferente a mí, yo pensaba las cosas antes de actuar, él era impulsivo… pero eso era precisamente lo que más me gustaba de él, esa fuerza innata que tenía para afrontar cualquier problema sin rendirse nunca y en eso… quería parecerme un poco a él.


¡Estaba enamorado de Natsu y salía con Loke! Ni siquiera yo me entendía ahora mismo y me sentía mal, porque con lo sucedido ayer en la fiesta entre Natsu y yo… prácticamente si no hubiera nombrado a Loke… habría acabado teniendo sexo con Natsu en el propio servicio y es que no podía evitarlo, era ver a Natsu y estremecerse todo mi cuerpo, era desearle sin remedio y ahora… le había apartado de mí.


Lloré incluso estando en la cama y es que las sábanas olían a Loke pero mi cabeza pensaba en Natsu ¿Cómo podía estar haciendo esto? ¿Tan mala persona era que estaba jugando con los dos? ¿Cómo iba a decirle a Loke que no podía olvidarme de Natsu? ¿Cómo decirle que quería dejarlo? ¿Natsu me aceptaría después de lo de ayer? Porque le había despreciado, le había apartado de la forma más brusca que encontré y hasta él mismo, dijo que se había cansado de mí… ¿Cómo pedirle perdón? ¿Cómo decirle que le deseaba tanto que dolía demasiado no poder tenerle cerca?


Me levanté tras haber llorado todo lo que pude y un poco más, porque no soportaba la idea de estar lejos de Natsu, porque no aguantaba la idea de haber engañado a Loke como lo hice ayer ¡Encima en un servicio! Pero es que no podía evitarlo… ¡Era Natsu! Le amaba con locura.


Entonces caí en algo… el día del parque de atracciones Jellal le besó ¿Estaba Natsu saliendo con él? Había pasado un mes… Jellal no era tan lento como lo era yo para decidirme, si se lo hubiera propuesto… Natsu habría caído rendido ante él en pocos días ¿Estaban entonces saliendo? Ahora estaba celoso.


Sé que estaba mal lo que iba a hacer… pero necesitaba saber la respuesta, así que me vestí y busqué entre las cosas de Loke el número de teléfono de Jellal y me costó encontrarlo. Cuando le llamé y contestó, se quedó atónito de que fuera yo.


~ Necesito hablar contigo – le dije con una voz que casi parecía la de un cachorro asustadizo.


~ Dime donde te va bien – me contestó y le indiqué un bar de aquí cerca cuando acabase de trabajar.


El resto del día hasta que tuve que ir al bar, lo pasé arreglando un poco la casa ¡más que nada porque de alguna forma tenía que agradecerle a Loke que me dejase vivir aquí! Cuando se hizo la hora, bajé al bar y me crucé con Jellal que cruzaba la calle, así que le esperé en la puerta y entramos juntos.


Me habló muy educado y me preguntó qué quería tomar para pedirlo. Todo lo pidió él y también lo pagó, aunque yo intenté convencerle de que podía pagarlo, pero el insistió y nos sentamos en una mesa del fondo. Se quedó callado mirando por la ventana hacia un local del otro lado que no tenía muy buena pinta.


~ Así que… estadounidense – dijo de golpe mirándome y sonriendo


~ Sí – le dije y no sé por qué… pero me sentía cómodo estando con él.


Me resultaba hasta familiar, era como si estando con él nada malo pudiera pasarme, ese control que él tenía sobre todo me encantaba, porque me hacía sentir protegido.


~ ¿Querías hablarme sobre Natsu? – me preguntó de golpe volviendo a mirar al local de enfrente – no salgo con él si es lo que te interesaba saber – y me sorprendí al escucharle, era como si pudiera leerme la mente o mis gestos – aquel día que le besé fue solamente para darte celos – me dijo – un acuerdo entre Natsu y yo para que te dieras cuenta de lo que realmente sientes por él.


~ ¿No sales con él? – pregunté más hacia mí para creérmelo que hacia él.


~ No – me dijo – yo no salgo con nadie.


~ ¿Por qué no? – le pregunté


La verdad es que eso me extrañaba, porque era muy guapo, vale que su carácter era de temer, pero alguien podría intentar algo con él, no parecía un mal chico, un poco solitario y sin saber muy bien cual es su sitio en el mundo, quizá había sufrido mucho en su vida igual que yo lo había hecho. Llegué a pensar, incluso que era ese el motivo por el que me sentía tan unido a él, tan cómodo con él.


~ ¿Es cierto lo que dijo Loke? – le pregunté - ¿Sabes quien es mi padre? – él se sorprendió.


~ Creo que sí – me dijo – pero no he podido confirmarlo. De todas formas si es la persona que creo que es… créeme que te hizo un favor al no conocerle, yo no tuve tu suerte – me dijo.


~ ¿Qué te ocurrió? – le pregunté.


~ Cosas nada agradables – fue su única respuesta – supongo que es su culpa que ahora sea así de borde y antipático – me sonrió.


~ No eres borde ni antipático, a mí me caes bien, me siento cómodo contigo.


~ Porque tú eres un trozo de pan – me dijo sonriendo – tienes un corazón que no te cabe en el pecho de lo grande que es, el mío debe estar congelado. Vuelve con Natsu – me dijo de golpe – sabes perfectamente que él es el amor de tu vida.


~ Me gustaría hacerlo – le dije sincerándome – pero no creo que me acepte después de lo que le dije ayer.


~ No lo sabrás si no lo intentas, sólo necesitas intentarlo – me dijo y no sé por qué, sus palabras me daban confianza.


~ Sí – le dije – lo intentaré.


Nos levantamos cuando acabamos nuestras bebidas pero aún así, yo antes de salir tras Jellal, eché un último vistazo al local que no había parado de mirar mi acompañante en todo el rato que estuvimos aquí sentados. Seguía sin gustarme el aspecto de aquel lugar ¿Le habría pasado algo en ese sitio o era simplemente que como policía le parecía sospechoso? No estaba seguro, pero sentía curiosidad.


~ ¿Echas mucho de menos Estados Unidos? – me preguntó de golpe al salir del local


~ Un poco, sobre todo la comida – le dije sonriendo y él sonrió


~ Entonces acompáñame – me dijo y le seguí.


~ ¿Dónde vamos?


~ Mi padre era de Estados Unidos – me dijo de golpe y me sorprendí – se enamoró de una chica de aquí… o eso dijo él porque yo no me creo esa historia y bueno… el resto te lo imaginas, aquí estoy yo – dijo colocándose serio ahora – a veces echaba de menos su país y nos traía a un local estadounidense de aquí cerca


Cuando lo dijo me emocioné, aunque también me sorprendí de que estuviera contándome la historia de su padre. No sé por qué… quise saber más.


~ ¿Y dónde está tu padre ahora? – le pregunté porque recordaba cuando le dijo a Loke en la fiesta que no tenía padres.


~ Cuando cumplí los diez años se marchó a Estados Unidos a vivir, tenía a otra chica allí desde hacía unos años, supongo que se enamoró.


~ ¿Os abandonó? – le pregunté.


~ Sí, pero mi madre ha rehecho su vida, yo me quedé aquí a seguir mis estudios y hacerme policía, ella se mudó a un pueblo, encontró un nuevo hombre que la hace feliz y tuvo una hija con él, se llama Wendy, algún fin de semana cuando tengo libre voy a visitarla – me dijo – es aquí – me señaló un local americano – vamos entra, seguro que tienen hamburguesas de esas que te gustan.


No pude evitar sonreír, la verdad es que Jellal me caía muy bien, casi le sentía como un hermano mayor que cuidaba de mí y se preocupaba de que estuviera bien, aunque sabía que eso era imposible.


Nos sentamos en la mesa y por fin… ¡Comida americana! Después de meses aquí comiendo e intentando acostumbrarme a la comida japonesa… volver a la comida mía original, era todo un lujo. Jellal se reía aunque él pidió la hamburguesa más simple que encontró ¡yo le metí a la hamburguesa todos los ingredientes que pude y más! Como estaba disfrutando hoy, me encantaba, por fin podía ser yo mismo. Jellal no paraba de mirarme y sonreír.


~ ¿Por qué me has contado todo lo de tu familia? – le pregunté porque sabía lo reservado que era él con sus temas personales.


~ Creí que deberías saberlo – me dijo - ¿Sabes lo que pienso? Que deberías aprender a defenderte un poco, si quieres… puedo enseñarte algo de defensa personal – me comentó y me pareció la mejor idea de todas, no sólo porque me gustaba estar con él, sino porque se lo pedí a Sting y al final… no me enseñó.


~ Sí – le dije - ¿me enseñarás?


~ Lo básico – me dijo ahora sonriendo – por lo menos que tengas unas nociones básicas por si pasa cualquier cosa.


La verdad es que cumplió su palabra, porque cuando acabamos de comer, me llevó a su apartamento y movió los muebles sacando unos tatamis de un cuarto de al lado para enseñarme algunas llaves de defensa personal ¡y no se me daba mal! También es verdad… que él era un buen instructor… y eso que me dijo que él era el peor de todos en defensa personal del equipo, que Loke o incluso Natsu eran mejores que él por estar más acostumbrados a estar en asalto. Él se dedicaba más a entrenar la respiración, la mente y la precisión en los disparos.


Ese día volví más contento a casa y la verdad… ahora veía en Jellal casi al hermano que nunca tuve, ¿por qué no podía tener un hermano como él y me tocaba soportar a Lyon? Con Jellal todo habría sido mucho más tranquilo, mucho más alegre, sin sufrimientos. Era un poco borde… pero suponía que tenía sus motivos, porque conmigo, se comportaba estupendamente, me encantaba, le habría preferido un millón de veces antes como hermano a él que a Lyon.


En casa me esperaba Loke y parecía preocupado… la verdad es que se me olvidó decirle que me iba con Jellal, así que no me extrañaba que estuviera preocupado.


~ ¿Dónde has estado? Estaba preocupado por ti – me dijo.


~ He ido a comer con Jellal y luego me ha estado enseñando en su casa unas llaves de defensa personal – le dije - ¿Quieres que te las enseñe? – le pregunté emocionado y Loke empezó a reírse al ver mis gestos.


~ Claro – me dijo dándome un beso - ¿y te lo has pasado bien con Jellal? Porque es un poco complicado de tratar ese tío – me dijo ahora sonriendo.


~ Me cae muy bien – le dije y él se sorprendió.


~ ¿Enserio? ¿hablamos del mismo Jellal? ¿Del que me ha pegado tres puñetazos en estos últimos días? – me preguntó dudando.


~ Sí, ese. Es muy simpático, por lo menos conmigo… no sé que le habrás hecho tú para que te de puñetazos – le dije sonriendo para luego ir hacia mi habitación.


 


 


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