Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jellal Fernándes POV

 

 

 

Por fin esta mañana dormí en mi casa solo, Loke se había ido a la suya ¡y me costó mucho convencerle de que lo hiciera! Porque tras la visita de Gray… se había tensado mucho, no paró de preguntarme por mi pasado y sinceramente… no me gustaba hablar sobre ese tema.

 

Tampoco dormí bien hoy y empezaba a pensar, que sólo dormía bien cuando Loke estaba por mi casa, porque aunque no dormía en mi habitación, me daba seguridad tenerle por allí ¡Y era una tontería! Yo no necesitaba sentirme seguro, era independiente, no necesitaba absolutamente nada de Loke y mucho menos, que rondase por mi casa como quisiera.

 

Me vestí y desayuné un par de tragos del cartón de leche antes de coger la bolsa con el equipo y salir de casa. Hoy todo estaba tranquilo y eso que desde el último suceso del parking… me daba un poco de miedo entrar solo allí, pero crucé lo más rápido que pude y llegué hasta mi coche entrando en él.

 

Arranqué y conduje hasta la base. Aún era demasiado temprano y decidí subirme al gimnasio colocándome los cascos de música mientras empezaba con el ejercicio de todos los días ¡yo empecé por la cinta de correr! Lo que me sorprendió es ver a Loke tan temprano allí, porque al poco rato de empezar yo a correr, entró él por el gimnasio dejando su bolsa a un lado y sentándose en un banco frente a mí con las pesas.

 

~ ¿Has dormido bien, gruñón? –me preguntó con burla y yo pasé olímpicamente de contestarle y seguí con los auriculares – lo tomaré como un no – me dijo sonriendo.

 

La verdad es que allí frente a mí sentado, no podía dejar de mirarle, subía y bajaba las pesas y estaba tan centrado en él, que casi me tropiezo yo mismo enredando mis propios pies ¡Si es que encima de no dormir bien, me levantaba patoso! Aun con los cascos, escuché la risa mal disimulada de Loke por mi tropiezo y me cabreaba ¡porque se estaba riendo de mí!

 

~ Deja de reírte – le grité

 

Loke no me contestó, siguió haciendo sus ejercicios pero seguía con aquella risa mal disimulada mientras me miraba de vez en cuando. Loke se levantó de golpe y dejando las pesas en el suelo se acercó hasta donde yo estaba, apoyando las manos en el soporte de la cinta de correr quedando frente a mí.

 

~ De verdad… que mal genio tienes – me dijo sonriendo – si no consigues dormir puedes venirte a mi casa.

 

Iba a contestarle, pero entonces vi a por los cristales del gimnasio pasar a Laxus, quien no iba sólo, iba acompañado de Silver y de Iván hacia su despacho y eso… no me gustaba nada.

 

~ Ey – me llamó la atención Loke - ¿Qué te pasa? – me preguntó pero pasé de él para bajarme de la cinta y salir del gimnasio apresuradamente sin decirle nada. Loke me siguió preocupado.

 

Laxus les cedió el paso hacia su despacho y al verme llegar cabreado con todo esto, cerró la puerta tras ellos y me detuvo al otro lado.

 

~ ¿Dónde vas Jellal? – me preguntó reteniéndome fuera

 

~ No sé… ¿Tú qué crees? – le pregunté cabreado - ¿Qué están haciendo aquí? ¿Por qué no les han detenido?

 

~ Inmunidad diplomática – fue lo único que escuché y me eché a reír.

 

~ Déjate de bromas, esos dos no son diplomáticos – le dije

 

~ Mi padre sí – me dijo muy convencido ahora – se metió al cargo hace unos años y al parecer… acaba de contratar a tu padre como guardia de seguridad.

 

~ ¿Es una broma, no? – le pregunté – no cuentes conmigo para protegerles, estoy deseando pegarles un tiro – le dije marchándome de nuevo hacia el gimnasio.

 

~ Jellal… el trabajo es el trabajo, protegemos a quienes lo piden.

 

~ Yo no me hice policía para defender a criminales – le dije muy convencido.

 

~ Defendemos a todos Jellal – me dijo Loke – a veces no nos gusta nuestro trabajo, como en este caso, pero el deber te lo exige, siguen siendo ciudadanos y en principio… es la justicia la que debe decidir sobre ellos, no nosotros. Nosotros sólo cumplimos ordenes… ya lo sabes.

 

~ Qué asco de día – le dije marchándome.

 

No quise salir del gimnasio en todo el día, principalmente porque no quería cruzarme con esos tipos. Me quedé allí sentado en un banco de madera mirando por la cristalera y esperando a que se marchasen, pero no había forma, no parecían querer salir del despacho de Laxus. Loke entró en ese momento por la puerta y me miró antes de sentarse a mi lado.

 

~ ¿Qué te pasa con tu padre? – me preguntó.

 

~ Nada – le dije

 

~ ¿Qué te hizo? – preguntó ahora con voz más seria.

 

~ ¿por qué siempre preguntas lo mismo?

 

~ Porque nunca me contestas – me dijo muy serio – déjate ayudar.

 

~ No necesito ayuda, es algo del pasado, ya está. ¿Qué más te da si no nos llevamos bien mi padre y yo?

 

~ No me toques las narices Jellal – me gritó ahora – no es un simple “no nos llevamos bien”, el otro día por poco te ahoga en la ducha, no vengas con cuentos porque Natsu tuvo que quitarte de encima a uno que te estaba metiendo mano, así que empieza a contarme de qué va todo esto. – nos quedamos ambos callados y la verdad, no sabía que Loke había visto tanto el día que entró en la ducha y entonces Loke pareció darse cuenta de algo – Tenía razón ¿verdad? El día que te dije que entraste en el departamento de malos tratos infantiles ¿Tenía razón? ¿Entraste porque te ocurrió a ti?

 

~ Quería sacar a niños con problemas de sus familias – le dije sincerándome

 

~ Querías sacarlos… porque nadie te sacó a ti –me comentó

 

Me sorprendió que pudiera ver a través de mí. Porque era exactamente eso, yo no tuve ayuda, durante años aguanté solo y en silencio y no quería ver a otros niños pasar por eso, ese fue el motivo por el que entré en ese departamento. La verdad… recordar todo aquello me dolió, me dolió hasta tal punto que estuve a punto de llorar. Creo que Loke se dio cuenta porque se acercó hasta mí acuchillándose frente a mí y me besó.

 

Por primera vez desde que me besaba con él, no sentía esa dominación que siempre ejercía sobre mí y que tanto odiaba. Sus labios eran tan suaves, tan tiernos, yo nunca había sentido algo así a excepción del otro día cuando me besó de esta forma. Había ocasiones, en que pensaba que podía llegar a sentir algo por él, en que podía confiar en él, en que podía contarle todo pero luego pensaba de nuevo en las atrocidades que Silver hacía y yo no quería que le ocurriera nada malo a Loke, cuanto más lejos estuviera de mí mejor.

 

~ Yo no voy a dejarte sólo – me dijo Loke intentando convencerme.

 

~ Lo siento Loke… pero no puedo meterte en esto, no puedo contarte nada de mi pasado, no quiero hacerte daño ni que alguien pueda hacértelo.

 

~ Estaré bien – me dijo – sé cuidarme, déjame ayudarte.

 

~ Si quieres ayudarme… ocúpate de que no le pase nada a mi hermano – le dije – sólo eso.

 

~ Vale – me dijo – te prometo que protegeré a tu hermano, pero tú tienes que prometerme… que si estás en algún problema en algún momento, me llamarás o me lo harás saber de alguna forma.

 

~ Te lo prometo – le contesté.

 

Pensé en besarle y lo pensé mucho, pero cuando iba a hacerlo, la alarma sonó y nos tocó salir. Iba detrás de Loke cuando salieron del despacho Ivan, Silver y Laxus caminando en mi dirección hacia la salida de la base. Podía ver claramente la sonrisa de Silver a medida que se acercaba a mí, tan amenazadora como siempre e instintivamente, mi mano fue a la culata de la pistola dispuesto a sacarla al mínimo gesto de él. Estaba tenso, quería dispararle, quería acabar con todo aquí mismo y lo iba a hacer… estaba sacando ya la pistola cuando la mano de Laxus se colocó sobre la mía empujándola de nuevo a la funda e impidiéndome sacarla.

 

Silver pasó por mi lado marchándose y en ese momento, con mi momento fallido, busqué la mirada de Laxus.

 

~ ¿Qué narices haces Jellal? – me preguntó Laxus una vez se habían marchado y pude ver a Loke delante de mí que ahora se giraba a mirarnos sin entender de qué iba la cosa - ¿Te has vuelto loco? Si llegas a dispararle serás tú el que tendrá un serio problema en vez de él.

 

~ Me da igual si consigo acabar con él – le dije

 

~ Eres imbécil – me dijo – le prometí a tu hermano que te protegería y eso estoy haciendo.

 

~ Puedes impedirme que le dispare ahora, pero lo haré en algún momento.

 

~ Pues me viene perfecto que me lo digas – me dijo enfadado – dame tu arma

 

~ ¿Qué? – le pregunté aún sorprendido.

 

~ Que me des tu arma, quedas suspendido hasta nueva orden, ve al vestuario cámbiate y vete a casa a descansar – me soltó.

 

~ No puedes sacarme del equipo

 

~ No te estoy sacando del equipo, necesitas unos días de vacaciones, estás agobiado y estresado, tómate los días que te estoy dando y descansa – me dijo – te veré en unos días y por favor… vuelve con mejor humor y sin hacer tonterías de estas. Loke – llamó ahora a mi compañero que estaba igual de sorprendido que yo – tú ocupas el puesto de Jellal hasta su vuelta, de momento a esta orden irá el equipo uno, nos quedamos en base y Jellal… recoge tus cosas y a casa – me ordenó.

 

Le pegué un puñetazo a la pared para liberar el cabreo que tenía ahora mismo y volví por el pasillo camino ahora del vestuario para recoger las cosas. Loke se quedó hablando con Laxus, supongo que hablaría de lo que acababa de ocurrir. Mientras me marchaba, podía escucharle intentar convencer a Laxus de que no era buena idea retirarme a mí unos días, pero Laxus… no parecía querer cambiar de opinión.

 

Cuando llegué al vestuario empecé a recoger las cosas y a meterlas en la bolsa de deporte. Loke no tardó en aparecer, se sentó en el banco y se mantuvo en silencio viendo como recogía las cosas y las metía de mala forma en la bolsa. Creo… que Loke tampoco sabía que decirme para calmarme y es que estaba muy enfadado en este momento. Terminé de recoger las cosas y cerré la bolsa cargándola al hombro para irme, pero Loke retuvo mi brazo.

 

~ ¿Qué quieres ahora? – le pregunté cabreado

 

~ Que te calmes – me dijo – es sólo unos días, la verdad es que te vendrá bien unos días sin tener que venir a trabajar, descansa.

 

~ No quiero descansar – le dije – quiero trabajar

 

~ Pues no puedes – me comentó – Laxus es...

 

~ Ni le nombres – le grité sin dejarle acabar la frase – en este momento ni lo nombres – Loke me miraba sin saber qué hacer para calmarme.

 

~ ¿Qué quieres que haga Jellal? – me preguntó gritando - ¿Qué necesitas para bajar tu mal humor? Sinceramente… eres el mejor policía que conozco, haces un trabajo perfecto siempre pero también necesitas saber descansar y eso no está en discusión. Ya no sé qué hacer para acercarme a ti, no sé cómo narices tratarte porque tan pronto estás de buen humor como te vuelves insoportable, no consigo entenderte y desde luego… tú no me explicas nunca nada ¿Qué es lo que quieres de mí? – me preguntó.

 

Dejé caer la bolsa que llevaba al hombro al suelo y me abalancé sobre él besándole con fuerza, empujándole hasta que su espalda chocó contra una de las taquillas produciendo un ruido metálico al ser golpeada. Puede que hubiera pillado desprevenido a Loke, pero desde luego, no tardó en reaccionar colocando sus manos en mi cintura mientras me quitaba el chaleco antibalas y tras él la camiseta dejando caer todo al suelo. Llevé mis manos hasta el cuello de su camiseta y agarrándola con fuerza le empujé hacia los servicios cerrando la puerta tras de mí y sentándole encima de la tapa del retrete mientras yo me sentaba a horcajadas sobre él empezando a quitarle también la camiseta. ¡Creo que Loke intentaba hablar! Pero le besaba con tanta fuerza y tan continuo que no conseguía hablar ¡ahora parecía un cachorrillo asustadizo que se dejaba hacer cualquier cosa! Y es que así era yo… me gustaba dominar, era exactamente lo que solía hacer con Laxus también, llevar yo el ritmo que a mí me gustaba, no dejar que me controlasen y desde luego Loke… estaba perdiendo ahora frente a mí.

 

~ Jellal – le escuché pronunciar mi nombre como si intentase decirme algo, como si fuera a decirme que frenase un poco, pero no le dejé, volví a besarle mientras desabrochaba su cinturón - ¿puedes calmarte un poco? – le escuché preguntarme y la verdad… es que al ritmo que iba, me di cuenta de que prácticamente le estaba violando, aunque se estuviera medio dejando.

 

No le contesté porque no merecía la pena, quería esto, sexo salvaje, ni más ni menos, quería quitarme todo este cabreo que tenía encima y me daba exactamente igual si era Laxus o Loke o quien fuera, quería sexo y pienso… que eso también lo notó Loke. No debía ser fácil para él la situación, no debía ser fácil tener relaciones conmigo mientras sabía que me daba igual quien fuera, le estaba utilizando, como utilizaba a Laxus, como utilizaba a todo el mundo ¿Era mala persona por hacer esto? Porque me sentía así, pero no podía evitarlo. Loke trató de cogerme el cuello y me tensé, no soportaba que me pusieran las manos en el cuello y cuando quise darme cuenta, una lágrima estaba resbalando por mi mejilla y desde luego… Loke la vio, porque abrió los ojos y me miraba.

 

~ ¿Jellal? – me preguntó como si intentase averiguar por qué había dejado escapar esa lágrima. Tampoco quise contestarle, no quería que pudiera descubrir nada de mí, así que le besé de nuevo esquivando el tema.

 

~ No me agarres el cuello – le dije – no lo soporto.

 

~ Vale – me dijo apartando sus manos de mi garganta.

 

Le bajé el pantalón hasta prácticamente los tobillos dejando su miembro expuesto y en cuanto mis manos lo tocaron, Loke no pudo evitar gemir en mi boca. Le besé con toda la pasión que pude sacar mientras ahogaba una y otra vez sus gemidos, mientras le masturbaba, porque no sé si el querría, pero yo le quería dentro de mí y por supuesto… lo que me proponía siempre lo conseguía.

 

~ Jellal – me dijo – no creo que sea buena idea – dejó escapar.

 

~ No te preocupes de nada – le dije muy seguro – sólo tienes que meterla.

 

~ No me refería a eso – me dijo – no quiero que me malinterpretes, quiero hacerlo contigo, pero no así, quiero que estés a gusto, que lo disfrutes.

 

~ Lo disfrutaré – le dije – deja de preocuparte y hazlo.

 

Loke no parecía muy convencido con lo que le estaba diciendo, así que cogí su mano y la llevé hasta mi boca chupando sus dedos mientras veía su cara sonrojarse al verme. Le sonreí cuando sus dedos estuvieron listos y los llevé hasta mi entrada, por suerte, parece que Loke se espabiló un poco y fue él quien los metió en mí sacándome un gemido.

 

La mano libre de Loke se deslizó por mi nunca empujándome más hacia su rostro para besarme, para invadir mi boca con su lengua, paseándola por donde quiso mientras yo gemía sintiendo como me preparaba.

 

Ni siquiera le dejé a él decidir cuando quería que entrase en mí, fui yo quien cogió su miembro y me moví para sentarme sobre él introduciéndome con lentitud. ¡Dolía! Pero era algo que ya sabía. Lo introduje hasta el fondo, hasta que volví a sentarme por completo en sus piernas y esperé unos segundos besándole antes de empezar a moverme. En cuanto empecé a coger más velocidad subiendo y bajando sobre él, me di cuenta de que Loke se estaba excitando cada vez más, sentía su miembro aún creciendo más dentro de mí y grité, grité y gemí como nunca lo había hecho, sacando aún más el rojo en las mejillas de Loke.

 

Cogí mi miembro entre mis manos y empecé a masturbarme frente a Loke, desde luego… lo iba a pasar mal conmigo, porque él intentaba viendo y sintiendo todo aquello, no correrse mientras yo buscaba excitarle tanto, que lo hiciera. Creo que gemí tanto, que a Loke le fue imposible entre mis movimientos y mis gritos, aguantarse durante mucho tiempo, porque aunque intentó frenarme un par de veces para no correrse muy deprisa, yo no se lo permití, básicamente porque este era el ritmo que a mí me gustaba, porque estaba buscando mi placer, quería correrme yo y al final, sentí como mi mano se llenaba con mi líquido que resbalaba ahora hacia el abdomen de Loke sintiendo también dentro de mí como Loke se vaciaba.

 

~ Eres un maldito cabrón dominante – me dijo Loke cabreándose y yo sonreí.

 

~ Sí – le dije – lo soy, pero te ha gustado por mucho que te quejes. Además, ¿no decías que tenías ganas de hacerlo conmigo? – le pregunté con sarcasmo.

 

~ Y quería hacerlo contigo, pero no así Jellal, no a empujones en el baño de la base contigo casi violándome, quería hacerlo bien.

 

~ No he visto que te quejases mucho mientras me penetrabas – le dije con ironía levantándome para empezar a vestirme.

 

~ Tampoco es que me hayas dejado muchos momentos para quejarme.

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).