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Enamórame por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Saga 3: Silver Fullbuster

Sting Eucliffe POV

 

Esa misma tarde, Rogue me llamó para contarme lo que le había pasado a Natsu y que iba a ir al hospital a verle y yo habría ido, pero me pidió que cuidase de su primo Zeref mientras él estaba fuera y ya mañana, cuando las cosas se hubieran calmado un poco, él mismo me acompañaría a ver a Natsu, a Jellal y por supuesto, a Gray.

Así que aquí estaba yo, en casa de Rogue, sentado en el sofá, cuidando de Zeref, que en realidad seguía con sus notas y viendo películas ¡era un chico raro! Tampoco le di hoy mucha importancia y es que estaba preocupado por todo lo que había pasado con Natsu y Jellal, tan preocupado debía estar, que hasta Zeref al notarlo, me preguntó si quería que me preparase una manzanilla o algo para los nervios. Me quedé sorprendido de tanta amabilidad y al final, accedí a tomarme una con él.

Él fue quien las preparó mientras yo recogí la mesa y coloqué las cosas necesarias para la manzanilla. Nos sentamos ambos en el sofá y mientras nos tomábamos la bebida, hablamos y realmente… era un chico normal cuando hablaba enserio.

Nos terminamos la manzanilla y Zeref siguió con sus trabajos pero yo al cabo de un buen rato, empecé a encontrarme algo mareado, no terminaba de encontrarme bien y creo que era por los nervios que tenía de no tener noticias de Natsu y los demás. Zeref que me vio algo pálido, me indicó que podía irme a la habitación de Rogue y acostarme un rato, él se quedaría haciendo trabajos en el salón.

Se lo agradecí y me fui a la habitación de Rogue a descansar. Cerré los ojos y traté de dormir un poco, pero es que esos nervios no me dejaban pegar ojo. Al final acabé bajando un poco la persiana para crear algo de oscuridad y es que… me dolía la cabeza. La puerta se abrió en aquel momento y vi a Zeref acercarse hasta mí, se sentó en un borde de la cama y me tocó la frente.

~ Estás ardiendo – me dijo – voy a por un pañuelo frío para ponerte

~ Gracias – le agradecí y volvió a salir de la habitación para traer lo que había dicho.

Cuando volvió a entrar y me colocó el paño en la frente, lo agradecí mucho, algo fresquillo con el calor que tenía, era bueno. La verdad es que Zeref estaba muy cerca y podía oler su perfume desde aquí y olía bien o yo estaba realmente enfermo.

~ ¿Necesitas algo más? – me preguntó y debía estar muy mal para que él estuviera aquí preocupándose.

Le miraba y no sé por qué narices… estaba excitado, pero además mucho, lo que necesitaba ahora mismo es a Rogue aquí, porque mi miembro estaba empezando a moverse. Intenté concentrarme en que todo estaba bien, yo no estaba excitado, pero es que mis ojos ahora se iban irremediablemente a los labios de Zeref que me preguntaban cosas que no escuchaba. Al final acabé besándole y cuando él se separó de mí, me di cuenta de lo que había hecho.

~ Lo siento – le dije – dios no sé que me ha pasado

~ No te preocupes – me dijo – yo si no necesitas nada más… me voy de nuevo al salón – dijo intentando irse lo más rápido que pudo pero yo le cogí del brazo.

~ Zeref lo siento – le repetí - ¿Te has enfadado? – le pregunté.

~ No, contigo no puedo enfadarme nunca, eres demasiado tierno – me dijo en un tono meloso – la verdad… es que me gustan tus besos y si no estuviera Rogue yo no te habría dejado escapar.

~ Zeref yo… quiero a Rogue – le dije – lo siento pero no puedo ir por ahí besándote. No sé que me ha pasado, me siento raro – le comenté.

~ ¿Cómo de raro? – me preguntó acercándose mucho a mí de nuevo y volví a ver sus labios ¿Qué narices me pasaba? ¿Por qué no podía dejar de pensar en sexo? Eso era muy extraño - ¿Estás excitado Sting? – me preguntó susurrándome al oído mientras miraba el bulto de mi pantalón y empezó a tocarlo por encima de la tela – muy excitado por lo que veo – me dijo con una sonrisa al darse cuenta de cómo estaba ya.

~ Sí – le dije - ¿Qué narices me has dado? – pregunté.

Él sonrió y supe que me había metido algo en la manzanilla, pero no sabía el qué ¿Me había drogado? Pero no me sentía como tal, sólo tenía esta maldita excitación que empezaba a dolerme, tenía que bajar esto.

~ Shh – me mandó callar – no hablemos de eso ahora, hay cosas mejores que hacer – dijo besándome y aunque no quería, mi cuerpo lo deseaba, deseaba quitarme toda esta excitación porque me estaba destrozando.

Le estaba besando, no es que él me besara a mí, no… yo estaba buscando sus labios cada vez que los separaba de los míos, yo era quien recorría su boca con mi lengua, era yo quien estaba buscándole, quería sexo con Zeref y no podía creérmelo ¿Qué narices me había dado para estar así?

~ Zeref por favor – le dije – déjame

~ ¿Qué te deje? Eres tú quien me está besando – me dijo y era verdad

~ Por favor, no me hagas hacerle esto a Rogue

~ Tranquilo… te voy a dar el mejor sexo de tu vida, vas a gemir como nunca lo has hecho y no te preocupes por Rogue, yo no voy a decirle nada y tú cuando despiertes después de lo sucedido… no recordarás esto – me dijo sonriendo.

~ Por favor Zeref – le volví a pedir.

~ Eres mío Sting, te deseo tanto como tú me deseas a mí.

~ No lo hago – le dije – es esto que me has dado lo que me hace desearte.

~ No es cierto, tú me deseas. Eres tan hermoso, me encantan tus ojos claros y tu cabello rubio como el oro, no sé que viste en mi primo, pero yo te daré algo que te encantará. Estaremos juntos siempre tu y yo Sting, porque cada vez que estés conmigo, te acordarás de todo el placer que te doy yo, al final… olvidarás a Rogue, sólo pensarás en mí. Es un prototipo nuevo, un experimento mío y la verdad… es un poco lento, pero obtienes buenos resultados – me explicó.

~ Zeref no lo hagas.

~ Ya está hecho, poco a poco irás olvidando todo sobre Rogue, irás olvidando lo que sientes por él, porque recordarás esta tremenda excitación hacia mí siempre que me veas. Me ha venido bien que no viniera hoy mi primo, tengo toda la tarde para follar contigo, para recorrer todo tu cuerpo, para memorizar tus besos y ahora Sting… devórame la boca como estabas haciendo, sé que lo deseas, deseas penetrarme – me dijo y volvió a excitarme, aún sabiendo que era la maldita... "cosa" esta que me había dado, no podía evitarlo, mi cuerpo se movía sólo y volví a besarle esta vez con tanta pasión, que Zeref acabó bajo mi cuerpo sonriendo por mi agresividad y la necesidad que tenía de sexo – así Sting, déjate llevar por lo que sientes, eres mío.

Madre mía… es que le tenía debajo de mí, es que al final a este ritmo, acabaría teniendo sexo con Zeref y por mucho que intentaba frenarme, me era imposible ¡había subestimado a este tío!

~ Fóllame Sting – me gritó y me excitó aún más, porque eso es lo que yo solía decirle a Rogue para excitarle. Estaba utilizando cosas mías en mi contra ¿Pero como sabía todo eso?

Se chupaba los dedos, se mordía el labio inferior seductoramente, ponía poses sugerentes y se quitaba con lentitud la ropa ¡exactamente todo lo que a mí me excitaba y hacía con Rogue! Parecía saber todo lo que me excitaba, todas las palabras sucias, todos los gestos, las posiciones, este tío lo tenía todo planeado desde hacía bastante tiempo y yo había caído en su trampa.

Le besé con impaciencia y es que no soportaba más la excitación que cada vez crecía con mayor intensidad dentro de mi cuerpo. Necesitaba a Rogue, quería que viniera y me impidiese hacer esto, pero no vendría, sabía perfectamente que no vendría porque Zeref lo tenía todo planeado.

Su mano se coló por mi pantalón empezando a masajear mi miembro y lo agradecí, porque pensé que iba a reventar si no le prestaban atención. Suspiré casi de alivio y de gusto cuando su mano me tocaba, necesitaba urgentemente quitarme esta sensación, porque empezaba a doler.

No podía parar de besarle, de devorar su boca a mi antojo mientras él empezaba a bajarse el pantalón dejándome ver su miembro en pleno apogeo. Mi cerebro estaba empezando a olvidarse en este momento de Rogue, ahora sólo veía a Zeref y por mucho que intentaba frenar, cuanto más luchaba contra esto que me había dado, más rápido parecía hacer efecto. Estaba empezando a olvidarme de cosas y vivir sólo el momento y él lo sabía.

Zeref se agachó por la cama hasta bajar mi ropa interior y meterse de golpe mi miembro en su boca, subiendo y bajando mientras me decía cuanto le excitaba y yo gemía, hasta que no aguanté más y cogiéndole por la nuca, le hice subir hasta dejarle sentado apoyado en el cabecero de la cama mientras le metía con fuerza mi miembro en su boca. Se dejó hacer e incluso sus manos acabaron agarrando mi trasero indicándome que siguiera ¡se sentía tan bien! Era como si la presión se estuviera liberando, como si bajara mi excitación y es que quería bajarla.

Salí de su boca y le vi sonreírme antes de lanzarse a besarme. Se cayó encima de mí y ahora era él quien me besaba con fuerza y desesperación, como si fueran a quitarle mi boca en cualquier momento y tuviera que aprovechar. Se agarraba a mi cabello y me gustaba. Gemí al sentir sus manos de nuevo en mi intimidad masajeándola.

~ Te deseo Sting – me susurró pero yo solo podía gemir – pídeme lo que quieras, haré todo lo que quieras, haré lo que sea para que sólo pienses en mí, eres mío.

~ ¿Harías cualquier cosa? – pregunté

~ Sí – dijo besándome – sé que te gusta a cuatro patas – me dijo sonriendo – lo haré para ti, gritaré tu nombre mientras me penetras, te diré todas las frases sucias que te gustan, vamos…. – me dijo levantándose de mí y cogiéndome de la mano para que le acompañase.

Mi cuerpo fue con él, no podía hacer otra cosa. Le seguí hasta el despacho de Rogue y aunque mi mente chillaba que parase, aunque quería llorar de la impotencia, mi cuerpo no reaccionaba a mis pensamientos, iba por si solo movido por el deseo, movido por lo que se supone que él me había dado. Le vi subirse encima de la mesa a cuatro patas apartando algunos papeles y luego me miró con aquella pose sugerente suya.

~ Fóllame como a una perra Sting – me dijo y no pude evitarlo

Acabé penetrándole encima de la mesa y tal y como dijo, no paró de gritar mi nombre, no paró de decirme aquellas cosas sucias que me gustaban, no paró de intentar seducirme hasta que nos corrimos. Después de aquello, sólo recuerdo que me llevó de nuevo a la cama y me dormí.

Me desperté un poco sobresaltado cuando noté que alguien me besaba, pero vi a Rogue. Volví a cerrar los ojos y le besé, le echaba de menos, había estado todo el día fuera. Rogue fue subiéndose poco a poco encima de mí mientras sus manos acariciaban mi torso.

~ ¿Qué has hecho hoy? – me preguntó con una sonrisa y entonces se borró mi sonrisa

~ No… no lo sé – le dije y es que… no me acordaba que había pasado hoy.

Sé que estuve cuidando de Zeref en el salón y que me tomé una manzanilla con él mientras hablábamos de algo… no recordaba nada más hasta el beso de Rogue, ni siquiera recordaba cuando había entrado en la habitación a dormir.

~ Creo que te estás haciendo mayor – me dijo – no te preocupes, yo estaré aquí para recordarte las cosas cuando seas un abuelito – me dijo sonriendo.

~ ¿Cómo están Natsu y Jellal? – le pregunté acordándome de que había ido allí a verles.

~ Ufffff, es una larga historia – me dijo empezando a contarme sus informes médicos.

 

 


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