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TEMPTATION por littlefreak

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Notas del capitulo:

Hola! Esta es mi primera vez publicando un Jongkey! Espero que les guste la idea y quieran más!!!

Sus manos se movían por sí mismas, recorrían lentamente cada parte con maestría. A veces presionando delicadamente, suave pero con mucho amor. Para luego cambiar inesperadamente de ritmo, más ligero, más rápido. Se sentía tan bien poner todo de si mismo, entregarse completamente y con tanta intensidad. La música lo rodeaba y se sentía en otro mundo. Con cada nota se alejaba más de la realidad y se acercaba a un mundo del que sólo él era dueño, pero fue interrumpido por un sonido bastante conocido. Jonghyun dejó  el piano y  la melodía que aún estaba  en construcción para contestar el teléfono que no dejaba de sonar. Se paró resoplando porque realmente estaban interrumpiendo su inspiración. La música era su pasión pero también su trabajo, y necesitaba terminar de componer aquella canción. Atendió y una voz que hace mucho no escuchaba le habló.


Una voz femenina- Hola Jonghyun, cómo has estado? Aun me recuerdas?-


Jjong fruncía el ceño, no podía evitar estar más que sorprendido por la voz de aquella mujer. ¿Cómo olvidarla? Durante su adolescencia siempre eran su mejor amigo, ella y él. Siempre juntos, parecían inseparables, compartiendo risas, buenos y malos momentos. Hasta que Jonghyun un día se dio cuenta que estaba enamorado de ella. En él último año de secundaria, él confesó su amor. No temía perder su amistad, realmente sentí certeza en su corazón, parecía tan correcto estar juntos. Fue tan feliz cuando ella le dijo que sí, fueron novios todo ese año. Él estaba perdidamente  enamorado, realmente había caído como nunca antes. Por eso mismo, no fue capaz de ver como se tomaba las cosas su mejor amigo. Ni fue capaz de darse cuenta que él único embobado en esa relación era él. Cuando egresó de la secundaria a Jonghyun le llegó la oportunidad de perfeccionar sus habilidades musicales con una beca para estudiar en el exterior. A él realmente le emocionaba la idea aunque no quería dejar a su amada en Corea. Pero sus padres y sus amigos lo alentaban a no desperdiciar aquella oportunidad que tan bien merecida tenia. Su novia prometió esperarlo porque en principio sería tan solo un año. Pero lo que Jonghyun no sabía era que le iban a extender la beca por un par de años más y que hasta una importante compañía musical lo terminaría contratando inmediatamente después de terminar sus estudios. Pero sobretodo no sabía lo que ocurría en Corea mientras él estaba ausente. Su novia siempre había estado enamorada de su mejor amigo y él le correspondía. Y sin Jjong de por medio  eran libres de amarse. Y así lo hicieron. Se casaron sin remordimientos, ya que para cuando Jonghyun regresaba a su país ya era demasiado tarde. Sentado, quieto, sin poder despegar los ojos de aquella mujer que tanto había creído amar y del hombre que algún día fue su mejor amigo. Se sentía tan pesado su cuerpo, tan impotente, los nudos en su garganta  se ajustaban cada vez con más fuerza. Aquellas dos personas le estaban robando lo que él consideraba su felicidad, esas dos personas sonreían, eran felices, se amaban y él sobraba. Siempre había sobrado. No sabía que hacia allí, luego de que la ceremonia llegara a su fin, Jonghyun decidió no asistir a la fiesta y no volver a Corea. Se fue sin más, dejando una corta carta para los novios. Sólo superficiales excusas, calló todos sus sentimientos, huyendo lejos.


Jonghyun respondió seco- Sí- no dijo más nada y no porque no quisiera, realmente quería decirle muchas cosas a esa mujer. Después de tantos años sin contacto, sin buscarse, ignorándose completamente. ¿Qué demonios quería? Si hablaba no iba a poder mantener la calma, por eso calló.                                                                             
Jonghyun se que hemos perdido el contacto en estos años y que seguramente no tengo derecho a pedirte lo que voy a pedirte. Pero las circunstancias lo requieren, por favor entiéndeme, eres nuestra mejor opción. Ambos confiamos en ti, a pesar de que  te encuentras lejos, te necesitamos.-
Jjong dejó salir un largo suspiro, no podía creer todo lo que escuchaba. ¿Qué sucedía? ¿Qué necesitaban de él? ¿Qué era tan importante como para que después de todos esos años se dignaran a llamarlo? No entendía.-Realmente no me imaginó que circunstancias serán, pero dime que es lo necesitas y veré si puedo ser de ayuda.- Terminó diciendo bastante resignado, por qué no cortaba la llamada y ya? Suficiente daño le habían hecho esas personas como para aun asi pedirle favores. Pero aun así no podía negarse.


Mientras tanto en Corea:


Un chico de cabello rubio se apoyaba en el marco de su ventana. El día terminaba, los colores en el cielo se entremezclaban, rosa, violeta, naranja, hasta oscurecer completamente. A través de esa ventana se veían distintos árboles, techos de casas vecinas, pero el joven no estaba mirando. Sólo podía pensar en la conversación que había tenido recientemente con sus padres. El viento ya frío desparramaba sus cabellos, helaba su tersa piel, su  mirada lucia apagada, tan triste. Se sentía solo, abandonado nuevamente, a pesar de tener una familia seguía solo y perdido. Su estrella favorita aparecía brillante en aquel cielo oscuro frente a sus ojos. Una sonrisa sarcástica se dibujaba amargamente en su rostro. Kibum ya no era un niño, sabía cómo serían las cosas, sabía que este día iba a llegar, pero guardaba la esperanza de tener más tiempo.  Tampoco era un adolescente, o por lo menos él aún no se consideraba uno. Siempre decía soy PRE-adolescente! Aun no quería crecer, aun no quería enterarse lo que ya sabía hace tiempo, que estaba solo en aquel mundo frío.


Lentamente, como si su cuerpo en realidad no quisiera realizar esa acción, se dio vuelta, mirando ahora hacia su cuarto. Prendió la luz, abrió y cerró cajones. Guardó en cajas de cartón las cosas que no llevaría consigo al extranjero, quería deshacerse rápido de todo.  Ya no le importaba, sus padres le habían dicho que ya no viviría con ellos. Kibum sabía que al terminar la secundaria seguramente estudiaría en el exterior pero no sabía que ese hecho se iba adelantar tantos años.


Sus padres y él siempre se habían tratado fríamente, eso no era algo nuevo. Pero no creí que buscarían tan rápido la forma de deshacerse de él. En su interior sabía que no viajaría al exterior para ir a la escuela de danza de sus sueños, como sus padres trataban de convencerlo, sentía que había algo más. Los ojos de su madre lucían tan tristes, no podía imaginarse que estaba sintiendo, pero lo único que se le ocurría es que ya no lo querían junto a ellos. Kibum no era muy afecto a mostrar sus emociones, así que se limitó a fingir estar de acuerdo y obedecer. Ya no compartiría sus días con aquellas dos personas a las cuales no pudo satisfacer como hijo, sentía su pecho doler fuertemente al pensar que no servía como hijo. Subió una gran valija a su cama y guardó sus prendas preferidas. A pesar de todo, aquellas dos personas siempre lo habían consentido en todos sus caprichos y él no había hecho más que alejarlos. Ahora ya era tarde, en menos de un mes, dejaría su país natal atrás. Para ir a vivir con un completo desconocido. Sus padres jamás habían mencionado a aquel hombre,  y ahora le salían con que fue el mejor amigo de ambos en tiempos de secundaria. Una vida nueva empezaba para él.
 
Ahí se encontraba, nuevamente frente a una puerta desconocida con una gran maleta a su costado. Había pasado un mes y estaba en un país en el que nunca había estado. Nadie lo había ido a recoger al aeropuerto, sólo tenía una dirección y un número de teléfono. Kim Jonghyun, ese era el nombre de la persona que ahora se haría cargo de él. Ni una foto, ninguna descripción tenia de esa persona, sus padres le habían dicho que confiara en él. Tocó timbre, ya estaba atardeciendo y no quería permanecer enfriándose afuera. Se escucharon unos pasos, el sonido de una llave moviéndose en la cerradura, todo parecía suceder en cámara lenta. La puerta se abrió y un hombre de cabello castaño elevó su cabeza. Uno tenía clavada la mirada en el otro, se observaron detenidamente él uno al otro en completo silencio. Había algo similar en ellos, difícil de descifrar, tal vez el terrible vacío de sus miradas. El mayor suspiró y dejó entrar al menor.


-Kibum, verdad? Así te llamas, no es así? No te preocupes, para mí esto también es incómodo, puedes pasar, adelante.- Dijo Jonghyun cerrando la puerta, dándose la vuelta, yéndose rápidamente hacia otra habitación sin siquiera esperar respuesta de un Kibum totalmente perdido y con una gran valija a cuestas.
Kibum pensaba seguir dañando su espalda moviendo esa cosa, así que simplemente la dejó ahí, él no estaba hecho para esa clase de trabajo. Estaba muy cansado por el viaje y en cuanto vio el gran sofá rojo en el living con una pantalla plana enfrente, no lo dudo. Tiró sus zapatos y se lanzó al cómodo sillón. Prendió el televisor pero no le prestó atención. Miró su celular tenía una llamada perdida de su madre. Ja! ¿Era en serio? Qué más querían? Ya habían logrado lo que querían, no iba a devolver esa llamada. Encima lo habían dejado a cargo de un completo extraño que ni le dirigía la palabra. De todas maneras, eso no era tan malo, por lo menos no lo molestaría. Con todas estas cosas en mente, Kibum ya se estaba quedando dormido, pero una melodía lo interrumpió. Tomó con un poco de esfuerzo el control remoto y puso en mudo el televisor para poder escuchar mejor. Alguien tocaba un piano mientras susurraba una canción. Sin saberlo, los pies de Kibum se encontraban moviéndose en dirección a aquella música. De un momento a otro, la voz se hizo escuchar más fuerte. Jonghyun tenía una voz realmente poderosa, acariciaba cada palabra, aquella canción estaba cargada de sentimiento, se sentía real. Kibum estaba parado detrás de la puerta de esa habitación, totalmente hipnotizado por esa canción.


(N/A: escuchar canción link http://www.youtube.com/watch?v=m4eEUt8GlTM)


“Aunque parezca que lo tenga todo
No quiero ser un solitario tonto
Todas las mujeres, todos los autos caros, todo el dinero
No se comparan contigo
Entonces puedo hacer creer que tengo todo pero no puedo pretender
Que no veo que sin ti mi vida está incompleta”


Las notas en el piano se detuvieron, la voz dejó de cantar y un sonido extraño reemplazó la anterior melodía. Kibum había olvidado como respirar mientras escuchaba la voz de Jonghyun todo parecía haberse desvanecido a su alrededor. Aquella voz erizaba su piel y cada nota se clavaba en su corazón como si se trataran de flechas. La magia se cortó, Kibum se dio cuenta que esos sonidos extraños no eran otra cosa más que el llanto de Jonghyun. Al principio, había intentado reprimir sus lágrimas pero después simplemente ya no pudo. Kibum estaba paralizado, no esperaba nada de esto, se compadecía de aquel extraño pero no había nada que pudiera hacer. Al final, el menor terminó regresando al sillón, aunque ahora estaba curioso por su misterioso tutor.


Cuando Jonghyun escuchó el timbre sonar, sabía que al abrir encontraría el fruto del amor de las dos personas que él tanto había querido. ¿Por qué había aceptado sufrir una tortura cómo aquella?
Pero la mujer que había amado algún día sin medida se lo había pedido. Ahora sufriría al descubrir los rasgos de ella en aquel pequeño. En aquel chico que aunque no tuviera culpa alguna, Jonghyun ya odiaba. Ese hijo que no era suyo, ese ser que le mostraba lo inalcanzable que era  aquella mujer para él. Levantó su cabeza y vio a un adolescente de cabellos rubios teñidos. Cada rasgo de ese chico era delicado y bello, pero sus ojos marrones destilaban tristeza. Jonghyun no logró encontrar nada en él pequeño que le recordara a aquella mujer. Pero aun así, dolía. Lo dejó entrar y con pasos rápidos huyó hacia su estudio. Aquella habitación era su refugio del mundo. Allí eran sólo él y su música. Tener a aquel chico en su casa era abrir las heridas de haber amado tanto, era darle paso a los recuerdos que creía haber dejado atrás mucho tiempo atrás. Sin darse cuenta, sus dedos ya se encontraban presionando levemente las teclas de su amado piano. Y su boca empezaba a susurrar una canción que hace tiempo no cantaba. Cuando terminó de cantar, las lágrimas ya empapaban su rostro. Apoyó su cabeza en una de sus manos y suspiró largo, tratando de aclarar sus ideas. Él se había comprometido a cuidar a aquel chico, no le había dado de comer ni le había señalado cuál sería su habitación. Se había dejado llevar por sus emociones y no se había comportado como el adulto responsable que se suponía que era. –Jonghyun eres un idiota y un idiota masoquista.- Se dijo a si mismo.


Se dispuso a buscar a Kibum para disculparse y ver si necesitaba algo. Pero cuando encontró al adolescente, lo vio durmiendo muy cómodo en su sofá. Jonghyun no pudo evitar sonreír frente a esa imagen. Primero llevó a la valija a la habitación y luego cargó a Kibum hasta la que a partir de ese día sería su cama. Con cuidado lo colocó sobre el colchón y lo tapó para que no pasara frío. Pensó que ese chico tampoco debía estarla pasando bien, esto no era fácil para ninguno de los dos. Se prometió a sí mismo, despertase temprano en la mañana para preparar un desayuno completo. Así trataría de recompensar al menor. Después de todo, ahora ya no sería el solo en la casa, tendrían que aprender a llevarse bien. Pero la convivencia no sería fácil.


Jonghyun apagó las luces de la casa, se sacó su remera y su pantalón, introduciéndose dentro de su amollada cama. 
Sentía como los primeros rayos de sol le hacían cosquillas a sus párpados. Era tan molesto, no quería abrir sus ojos aun, pero el sonido de su estómago pidiendo por alimento lo terminó de despertar. Moría de hambre, pasar todo un día sin probar bocado alguno era peligroso. No para Kibum pero si para las personas que lo rodearan. Un Kibum hambriento era algo digno de temer. El mal humor del chico aumentó al darse cuenta que no estaba en su habitación. Se encontraba sentado de brazos cruzados aun esa cama que definitivamente no reconocía como suya, frunciendo el ceño, tratando de entender la situación. Para cuando recordó que hacía en aquella casa, ya se encontraba refunfuñando en busca de un baño y un espejo. Para su suerte, su cuarto tenía un baño. Se duchó, se secó el pelo sacudiendo la cabeza a la vez, se hidrató la piel con crema y se vistió. Todavía se encontraba observando su figura reflejada en el espejo cuando alguien golpeó la puerta. 


-Pase- dijo Kibum bastante bajo pero la puerta igual se abrió.
 

Notas finales:

http://www.youtube.com/watch?v=m4eEUt8GlTM

Hola!!!:) espero que escuchen a Jonghyun cantando Incomplete!!! yo no me canso de escucharlo!!!

 


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