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Mi inspiración por 01PrincessaCandy01

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Notas del capitulo:

Recuerden que la historia está narrada desde el punto de vista de Goku y su opinión al respecto de lo que sucede. Verán, sentirán en carne viva como poco a poco un hombre pierde la cordura siendo testigos de sus pensamientos… ¿Han notado ya un cambio en lo que piensa?

Recuerden que la historia está narrada desde el punto de vista de Goku y su opinión al respecto de lo que sucede. Verán, sentirán en carne viva como poco a poco un hombre pierde la cordura siendo testigos de sus pensamientos… ¿Han notado ya un cambio en lo que piensa?

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Capitulo dos: La cena esta lista.

—No lo fue, ¿Por qué dices eso? —Lo abrece y hundió su cabeza en mi pecho—Sabes que no es verdad.

—Cállate —Me dio una mordida en la clavícula que me hizo quejarme de dolor y me miro a los ojos enojado— Mentiroso, ¡acepta que soy tu puto juguete!

— ¡No lo eres! —Grite, había olvidado lo orgullosos que era este tipo, no era mi culpa. ¡No había pasado ni doce horas desde que lo conozco!— Bueno, mira, no ere mi juguete. Simplemente quise probar como tu cuerpo reaccionaba  a los estímulos externos.

— ¿Qué cojones tienes eso que ver? —Cuestiono — esa es la teoría de Cannon-Bard, tú no tienes que probar nada sobre eso.

—Que… ¿te he dicho que hueles a canela, casi chocolate? —Le comente— valla a bañarse de una vez, lo espero en una hora en mi habitación para ir a cenar. ¿De acuerdo?

— ¿Piensas que iré contigo luego de esto? —Se apreso más en las sabanas— estás loco.

—Ningún autor esta cuerdo —sonreí— si lo fuéramos, no podríamos encontrar la inspiración.

— ¿Y qué cosa te inspira? —Pregunto curioso.

—Te lo diré en la cena —Me levante y le di un beso en la frente. Me aleje de él y Salí por la puerta.

Llegue a mi habitación y camina hacia la cama, levante la almohada, y encontré lo que buscaba. Con la luz apagada, masque el chicle que dejaron allí para pegarlo en el agujero de la pared. Sera mi secreto su presencia y utilidad. Por ahora, fui a mi maletín, rebusqué y tome la cinta trasparente para poder pegar la golosina en su lugar.

Prendí la luz, luego, y me recosté en mi cama. Mi ropa olía a Vegeta, así que no me tome la molestia de quitármela, comencé a continuar mi novela.

Reí de entre dialogo — ¿Qué cosa me inspira? —Pregunte al aire— una persona, una persona que es agradable…

Seguí escribiendo, cada tanto echando miradas fugaces a la puerta o al reloj. La hora pasaba tan lentamente, que si no fuera por la pequeña inspiración que me había otorgado Vegeta, quien sabe que haría ahora. Pero la puerta fue golpeada.

—Sonido constante que demanda atención —Hables solo, una frase de mi historia— ¿Quién es?

— ¿A cuántas personas esperas? —La voz de Vegeta se oía molesta. No me sorprendió. ¿Acaso mi pequeña escultura de mármol pulido se ha puesto celoso?  Que adorable.

Abrí la puerta y lo observe. Un traje negro de gala, elegante en él, se ajustaba sensualmente al contorno de su cuerpo. Me miro y se sonrojo— No se ha lavabo las manos, autor.

Mire mi mano  era verdad, reí y me incline a darle un beso— No quería hacerlo.

No me respondió, pero fue agradable ese contacto mutuo—Apúrese— ordeno— la cena se enfriara.

—Por supuesto —Entre al baño a lavarme las manos, el jabón del hotel que estaba embolsados, olía a brisa de verano. La verdad todavía no puedo creer como es que lo hacen— ¡Vegeta, ya estoy!

Ambos caminamos hasta el salón del hotel, yo caminaba delante de él, donde tomamos asiento en una mesa alejada. El mantel blanco, delicado y suave. Los platos plateados de, quizás, de algún mineral que copiara la consistencia y tono de la plata. Vino el mesero y pedimos nuestros platos y el postre. Cominos las entradas en silencio, yo deguste cada porción con una sonrisa, cada plato era más esquicito que el anterior. ¿Carne de Vaca? Algo tan común y cotidiano, ¿carne de camello? ¡Exquisito majar exótico! Quizás, tengo una fascinación por la carne. La amo.

Devore cada sabor al final. Me dirijo a Vegeta que leía mi libreta azulada con mucha atención. ¿¡Como la había podido traer!?

— ¿De dónde has sacado ese libro? —Le pregunte horrorizado, lo último que necesitaba era armar un escándalo en medio del salón.

—De tu cuarto, mientras lavamos tus manos — Me contesto mientras leía atentamente y probaba su ensalada.

—Dámelo, Vegeta —Ordene en voz baja en la voz grave— dámelo, tu no deberías leerlo.

— ¿Por qué no? —Pregunto— si hasta parece que el protagonista… soy yo.

—Que me lo des —

—Dime: ¿De verdad soy yo? —Pregunto, yo me estaba desesperando, nadie debía saber que tenía esa libreta— O me lo dices… o grito bien fuerte que me intentaste violar.

Con mi fama no podía permitirme eso, estoy seguro que le creerían y, caso de que eso pasara, mi libreta solo me condenaría y cada palabra sería un año más en prisión —Bien. Si, si lo eres —

— ¿Piensas burlarte de mí con esto? —Cerro de imprevisto la libreta y tomo una gran bocanada de aire.

—Espera, no es por eso —Entonces me di cuenta que estaba casi sobre mi plato, cerca de Vegeta, mire alrededor para comprobar que nadie nos observaban. Miraban el espectáculo que hacían las mujeres sobre la plataforma— Vegeta…—Regañe.

Estuvo a punto de gritar, lo sé. Estire mi brazo tomando su corbata y atrayéndolo sobre la mesa, me acerque a el de manera violenta, lo sé. Pero nuestra mirada estaba a centímetros.

—Suéltame —El también háblame en vos baja. Seguro sabe el escándalo que se armara. Nuestra imagen pública pendía de un hilo muy delgado, y mientras más estirábamos, más rápido podría romperse.

—Vegeta, escúchame bien, no lo repetiré —Tome una bocanada de aire y continúe—: Eres la persona responsable de eso, eres mi inspiración, Vegeta. Me iré de aquí mañana, y te guste o no: Vendrás conmigo.

—No lo creo —Se negó— No iré a ningún lado contigo.

—No te estoy preguntando —Lo solté— Te contare… más tarde porque vendrás conmigo ¿entendido?

—No soy tu puta —

—Eres más que eso —Sonreí, clave con mi tenedor el trozo de carne que escurría su jugo— Eres mi inspiración… Mi musa.

Termine mi plato, me levante y camine hacia la salida. No sin antes tomar mi libreta, y acariciar la mejilla de mi acompañante que, sentí sobre mi espalda, su mirada petrificada. Cuando llegue a mi habitación, escuche sus pasos detrás de mí. ¿Habría sido una mala idea, quizás? Me relamí los labios sintiendo el gusto a la carne que había comido.

Entre a mi habitación y deje la puerta sin seguro y me quede de pie en medio de mi alcoba— pasa, puedo sentir tu presencia desde la puerta.

Escuche el sonido de su garganta, trago asustado, y luego sus pasos dentro de mi cuarto— ¿eres una especie de demonio o algo así?

—No, tengo buen odio —Le comente sin darme vuelta, me acerca a mi maletín y tome un lápiz de adentro— Pero no son muy diferentes. A lo mejor si lo soy, explicaría mi favoritismo por la carne ¿No crees?

—Eso tiene otro nombre —Explico, quizás me había estado observando mientras tragaba trozo y trozo de carne—Podría ser… opiomanía.

—Quizás —Sentencie, me senté sobre el cubrecamas naranja y me puse a dibujar un boceto—voy a alucinar en cualquier momento. hazme el favor de tomar asiento… allí.

Señale la silla que estaba junto al armario y una mesita ratonera— ¿Para qué?

—Tu solo hazlo —El me obedeció un poco dudoso— Crúzate de piernas y apoya tu codo sobre él apoya brazos… así, bien —Aprobé, la imagen de Vegeta obedeciéndome cuidadosamente como si fuera un protocolo era algo… bello, para abreviar— Bien, ahora poya tu mentón sobre la mano que acabas de apoyar… ¡Posa, vegeta, no sonrías!

Me puse histérico gritándole una y otra vez como colocarse. Por suerte había cerrado la puerta y, espero, que nadie pueda escucharme maldiciéndolo. Al final quedo en una pose perfecta.

—Perfecto… no te muevas, si puedes ni respires —Le dije mientras lo dibujaba.

Hubo un momento de silencio, podía sentir su confusión en el aire—No sabía que usted dibuja —Me dijo rompiendo el silencio de la habitación— ¿Por qué soy su “musa”?

Le sonreí y lo mire— Soy un artista, eso le dije. Hago arte —Hice una pausa terminando de garabatear su pelo—  Hace algún tiempo, mi pequeño interlocutor, he perdido la inspiración…hace tanto tiempo atrás. Yo solía escribir mucho, siempre que podía, historias largas y prosperas, originales sobre todo. Pero un día todo eso acabo, me vi obligado a viajar por distintos lugares buscando eso que tanto anhelo y desgraciadamente perdí. Tengo la vaga impresión que solo está dormido dentro de mí, solo necesito algo para despertarlo. ¿Pero qué?

— ¿Tu inspiración? —Cuestiono— Por eso quieres que valla contigo, ¿verdad? No quieres perderla de nuevo.

—Exacto —afirme— Tomare un expreso a mi hogar, usted me acompañara, y vivirá conmigo como mi musa. ¿No es fantástico?

—No, no lo es —Dijo, con esa respuesta no pude evitar romper la punta del lápiz contra la hoja— No iré con alguien como usted que cambia drásticamente de parecer y casi de personalidad.

— ¿Que? —Repetí. No podía creerlo, arroje las cosas a un costado, tome mi cabeza entre mis mano— ¿¡Por qué!?

—Yo… —Escuchaba titubear, no podía responderme— ¿Cómo podría yo vivir con usted? ¿Y mi trabajo?

Me levante, con una mano tape la mitad de mi cara y sonreí, él se estremeció— ¿Dinero? ¿El problema es el dinero? —Estaba perdiendo el control— ¡Yo pago! Pagare cualquier cantidad de dinero, constar que venga conmigo a ‘nombermin’*. Se lo ruego.

— ¿No entiende? —Me pregunto, se levantó y se acercó hacia la puerta, mirándome y caminando hacia atrás— Yo no puedo ir con usted.

Me acerque, cortando la distancia, su espalda quedo contra la puerta —Musa… —Susurre— Se lo ruego… venga conmigo. No le are daño. Solo… solo necesito su compañía.

Lo abrase, en ese momento sentí el miedo de perderlo de mi lado. ¿Alejarse de mí? No deseo eso, lo quiero cerca. Me aferre a su pecho, como si fuera perderlo.

—Quédese a mi lado —Susurre mientras las lágrimas caían de mis ojos— O sino…

El quedo quieto, pero murmuro — ¿o sino que?

Saque el arma que escondía en mi pantalón y le apunte en el pecho, si la bala era expulsada. Sería el final de ambos— O… Moriremos.

El trago y me correspondió el abrazo— ¿Cuándo… dice que saldremos?

Su voz era un hilo de inseguridad, una delgada hoja de cuchillo que cortaba el silencio a la mitad con cada palabra. Estaba temblando. Era increíble la facilidad que tenía para hacer que su mente se corrompiera y su cuerpo se resquebrajara de bajo de mis manos.

—Mañana… cuando el sol se asome, luego del desayuno —Lo solté y con el arma en la mano me acerque a él, besando su mejilla— Vístase bien y… no se eche ese perfume fétido de arándano. Así huele bien.

El quedo quieto, con los ojos como platos. No se movió, casi ni respiraba. ¿Habrá sentido el cañón del revolver en su espalda?

—Mejor… duerma conmigo —Lo volví a abrazar. Pero esta vez, el me respondió el abrazo, temblaba de miedo. Escondió su cabeza en mi hombro y yo en la suya. Todo había acabo bien, al fin y al cabo.

Eso húmedo en mi hombro… ¿son lágrimas?

Notas finales:

Recuerden que la historia está narrada desde el punto de vista de Goku y su opinión al respecto de lo que sucede. Verán, sentirán en carne viva como poco a poco un hombre pierde la cordura siendo testigos de sus pensamientos… ¿Han notado ya un cambio en lo que piensa?


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