Dedicado a Leticia Gutierrez Luna
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Creo que este es el mejor momento de decirte adiós.
La verdad no se si vayas o no a decir algo por esto, pero bueno……… es mi decisión.
Sabes que hemos sido amigas y más que eso….mucho más que amigas; tal vez no han sido muchos años, pero en fin, me despido de ti.
A mi mente llegan imágenes tuyas.
La primera vez que te ví, que te hable y sin darnos cuanta enlazamos nuestros caminos.
Parecías muy dulce, tal vez demasiado. Encantadora y frágil como rosa, pero…. Las rosas llevan espinas y tú no fuiste la excepción. ¿Lo sabías?
Realmente te amaba con toda mi alma y veía que tu también me correspondías; no sabes que feliz me sentí, casi no cabía en mí.
Los días transcurrían con naturalidad y te abrí un poco más la puerta de mi mundo secreto.
La segunda vez que nos vimos ya estabas acompañada, pero yo, que solo vivía para ti no dije nada.
Algo extraño comenzó a suceder, y fue que al fin me acercabas tus dolorosas espinas. Tu fragancia dulzona me hipnotizaba a pesar de debatirme conmigo misma entre la razón y el corazón.
Comenzaron las peleas que yo siempre terminaba arreglando.
OK
No importaba, lo único importante para mí eras tú y nada más.
Llorabas en mi hombro mientras me hablabas de tu dolor, y yo, feliz de ayudar te enamoraba más. Pero como dije antes, tú eras una rosa y las rosas tienen espinas.
Descubrí tus maltratos a mi amor.
Me negué a creer tales cosas, pero…… el amor a ti solo me idiotizo más al igual que tu dulce voz que me juraba amor.
Nos volvimos a ver la tercera vez y esta vez mucho más juntas, perro me cerraste tus pétalos sin compasión.
Comencé a acercarme a otras flores en un deseo de curiosidad, pero eso te enfurecía. Me enterraste tus espinas y con tu hermosa gracia me hacías cree que yo era la mala contigo.
Te lloré mil veces por tu amor.
De nuevo escuché como maltratabas mi amor.
Ahora solo te dejabas ver a mí cuando mejor te convenía, y yo, creyendo ciegamente en ti lo acepté. Pero las demás flores me llamaban con sus ansiosas fragancias.
Lo confieso; en secreto me reunía con ellas y hablábamos de ti mi bella rosa.
Que dolor me profano cuando descubrí solo eras espinas.
Me alejaron de ti y me deje hacer; te perdí y me sorprendí con horror que no te extrañaba; que bailaba con tu dolor al igual que las otras flores que siempre creíste tus amigas.
Te deje de amar, te deje…….
Nos volvimos a reunir lunas después para solo volver a repetir el mismo ciclo trazado por ti. ¿La diferencia?
No sabías que te traicionaba como tú me seguías traicionando.
Solo eras una rosa inmadura.
Todos celebrábamos tu dolor.
Jugaste con más mariposas desafortunadas como yo, y con horror descubrí que ya no me importabas más linda rosa.
Y ahora………. Ya no quiero estar más cerca de ti.
Piensas que las otras flores te quieren, pero cuando cierras tus tiernos pétalos tú no sabes lo que ellas y ho hablamos. Te arrancamos tus espinas para dejarte indefensa.
Las flores te traicionaban a tus espaldas, para cuidarme con cariño.
Los siento, pero esta mariposa te dice adiós para siempre.
Adiós.
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