Pasó antes de la final. Estaba sentado bajo Sawamura mientras lo hacía venirse como siempre. Las posaderas del otro rozaban su intimidad sobre la ropa y su otra mano se ocupaba de cierto agujero en el que penetraban ya tres de sus dedos.
Eijun se vino y entonces el catcher le dijo sobre su oído—Esta vez necesito más—
Entonces el otro castaño buscó sus labios y él los besó mientras se deshacía los pantalones del pitcher.
Entró en él tan fácil. Era tan cálido. Y quiso más y más mientras más se movía dentro de él.
Los dos comenzaron a gemir, cada vez más alto y cada vez más rápido mientras sus cuerpos se agitaban más y más y el calor aumentaba por momentos.
De pronto Miyuki lo puso en cuatro, empujó el cuerpo del ojos amarillos y juntos se vinieron al unísono.
Entonces comenzaron a ir al baño de hombres cuando estaba solo. Se fijaron que no hubiera nada y entonces entraron en un cubículo. Allí se besaron y amaron apasionadamente.
Miyuki se sentó mientras sobre él Eijun lo besaba y se entregaba.
Entonces. Un día. Terminó todo. La final se llevó a cabo.
Les quedaba un mes para volver a clases por lo que cada uno volvió a sus casas. En la de Sawamura se notaba una diferencia. El pitcher no se notaba tan entusiasta y todos los días practicaba frente a un muro que no podía devolverle las pelotas. Sus lanzamientos dejaban mella en él pero después de tratar de bromear sobre eso, sin respuesta, su padre y su abuelo dejaron de molestarle. Algo le pasaba al hijo de la casa y la respuesta era obvia. Extrañaba Seidou.
Pero más que a Seidou, Eijun extrañaba a cierto catcher. Sus amigos fueron a jugar con él y el castaño intentó divertirse con ellos pero era obvio que no podían atrapar sus lanzamientos.
Al que le tocó de catcher le dijo--¡Supongo que extrañas al catcher de Seidou!—y todos vieron que se deprimía.
Los siguientes días cuando no practicaba con el muro se encerraba en su cuarto o se sentaba en el porche. De vez en cuando miraba una fotografía. La última que se tomaran con el grupo. Miraba una cara en particular y fruncía el ceño entre molesto y triste.
Entonces la oveja negra llamó.
¡Oy, Sawamura! ¿Cómo te está yendo en tus vacaciones?—pero no recibió respuesta--¡Oy!—le grito—Es de mala educación no contestar—dijo después.
Me está yendo bien—fue la respuesta que recibió del zurdo.
Te oyes pésimo. ¿No quieres que vaya a rescatarte o algo así, no?—preguntó en tono de broma el otro castaño removiendo algo en Eijun pero no contestó--¡Oy, Sawamura! ¿En serio estás tan mal?—preguntó un poquitín preocupado Miyuki. Usualmente el otro le hubiera gritado en respuesta pero la línea estaba muda. ¿Habría cortado?
Supongo que tienes mucho que hacer—dijo el pitcher y el catcher se sorprendió y luego sonrió--¿Tienes cuarto de invitados? Supongo que puedo abandonar a mi familia por el fin de semana. Ellos irán a comer con unos parientes viejos y a mí me sirve practicar. ¿Qué Sawamura, voy?—
Estaba tan feliz que le costaba contestar. No podía resultar muy demostrativo así que tragó antes de lograrlo—Si quieres ven—
Tras el pitcher su padre sonrió. De pronto su hijo se oía más animado. Tenía razón. Extrañaba a sus compañeros de Seidou.
Dos días más tarde llegó el ojos mieles con su natural desapego dejó las maletas en la puerta y saludó como si hubiera estado ahí toda la vida. Después de comer se fueron a practicar y su familia se divirtió al ver como el catcher lo sermoneaba. Sin duda esos dos se llevaban bien.
Entonces el domingo los amigos y familiares de Sawamura hicieron una fiesta para el invitado. Como hacía calor la hicieron afuera y como todos eran chicos de su casa temprano terminó y los dos principales se quedaron fuera a tomar el fresco.
¿A que universidad irás?—preguntó Eijun pensando que el siguiente año sería el último para Miyuki en Seidou.
A la de Kanto. ¿Por qué? ¿Piensas seguirme allá?—preguntó con sorna el ojos mieles pero su risa se apagó un poco cuando el otro que como él bebía un refresco en lata miró para otro lado.
¡No yo…!—dijo pero el catcher le cortó.
¡No lo puedo creer! ¿En serio…?—
Abochornado el pitcher se levantó tratando de alejarse y se internó más en el jardín trasero pero el otro le dio alcance, tironeando su brazo para que se volviera.
¡Déjame!—le gritó Eijun—Yo…--no pudo decir más porque sus labios fueron acallados por otros mientras su cuerpo era estrujado por los brazos del otro.
¡Creo que necesitas relajación? ¿No te has relajado desde la última vez que nos vimos, cierto?—preguntó con un tono lascivo el catcher a Sawamura una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo.