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Intentando el matrimonio por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Después de semanas debiéndoles un oneshot, finalmente tuve tiempo de terminarlo y transcribirlo XD La idea vino a mí de repente y no es ninguna crítica a los muchos fanfics de matrimonios arreglados (Kyuu: Higa-chan tiene Romeo v/s Romeo que incluye ese tema. Por cierto, odio mi participación en este oneshot ¬.¬). Jejeje, bueno, esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, golpes, felicitaciones, bombas, flores, amenazas, cebollazos, jitomatazos y demás. El día de hoy también subí un oneshot de D.Gray Man llamado Precisamente con él además del capítulo 5 de El precio de tu corazón, por si gustan pasar a verlos. Sin más que añadir: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Los personajes como todos sabemos son propiedad del yaoista Masashi Kishimoto. La idea para este fanfic es producto de mis desvaríos mentales.

INTENTANDO EL MATRIMONIO

 

¿Por qué en la gran mayoría de las historias, cuando los protagonistas son obligados a casarse por un compromiso arreglado, deben hacerse sufrir y pasar por un montón de drama antes de enamorarse y estar juntos? ¿Qué pasaría si en lugar de eso ambos decidieran desde el inicio hacer lo posible por sacar adelante su matrimonio y comenzar su vida juntos?

 

Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto llegaron a Kyoto, lugar que eligieron para su luna de miel. Sus padres habían arreglado el compromiso para unir a dos poderosas familias; ellos no protestaron, aceptaron su deber como herederos. Se habían visto unas pocas veces, suficientes para darse cuenta que podían discutir con gran facilidad, pero también que podían llegar a divertirse juntos, que el otro era bastante atractivo y quizá no estaría tan mal estar casados. El problema precisamente era que no se conocían mucho que digamos.

 

-El lugar es muy bonito –dijo Naruto, sentado en la cama del hotel

-Bastante –contestó Sasuke, ocupando el otro extremo de la cama

Ambos se observaban con nerviosismo y desconfianza, pues aquella era la noche de bodas. El ambiente podía sentirse tenso y no tenían idea de qué hablar o qué hacer para romper con aquella atmósfera tan incómoda.

-Y… ¿qué tal ha ido el trabajo, teme?

-Ganando demandas como siempre, dobe. ¿Y tú?

-Pues interesante. Cuando niño no pensé que administrar la empresa familiar fuera tan entretenido.

-Ahh, qué bien.

Sin saber qué más decir volvieron a sumirse en aquél tenso silencio. Naruto se agarraba la ropa con nerviosismo, mientras Sasuke se desordenaba el cabello con exasperación, pero decidió ser esta vez él quien hablara.

-Ya que estamos aquí… ¿quieres que lo hagamos?

-¡P-Pero casi ni te conozco, pervertido!

-¡Oye, no me llames así! ¡Yo tampoco quiero hacerlo con un desconocido!

El Uchiha lo preguntó porque quería ver si el rubio era alguien fácil y le complació comprobar que eso quedaba descartado. El Uzumaki era un chico dulce y decente, quizá hiperactivo y escandaloso, pero sin duda un buen esposo.

-Sasuke –llamó, sonrojado-… te propongo algo. Sé que ya estamos casados, pero quisiera que nos conociéramos un poco más antes de… ya sabes, consumar nuestro matrimonio.

-Claro, me parece buena idea.

La convivencia te enseña muchas cosas de la otra persona. Y la primera noche durmiendo juntos Sasuke terminó con algunos golpes debido a que el rubio manoteaba mucho, mientras que Naruto acabó en el suelo debido a que el moreno jaló las sábanas y con el movimiento lo tiró de la cama.

 

Los pequeños y cotidianos gestos ayudan a conquistar poco a poco. Al casarte anhelas el llegar a casa después de un arduo día de trabajo y encontrar a tu pareja preparándote una rica cena mientras te recibe con una dulce sonrisa.

 

Después de la luna de miel Sasuke retomó sus labores al igual que Naruto. Como estaba en medio de un juicio bastante complicado, se había tardado en salir. Cuando llegó a su nueva casa de “recién casados” se encontró a Naruto cocinando con esmero.

-Estoy en casa, usuratonkachi.

-Ah, bienvenido, teme.

El rubio fue a recibirlo y ambos se quedaron mirando. No estaban cómodos intercambiando un beso de saludo, aunque ambos lo pensaron, así que el ojiazul mejor le ayudó a quitarse el saco y regresó a la cocina.

-Pon la mesa, enseguida estará lista la cena.

 

Sasuke obedeció y mientras ponía los platos observó a su esposo. Sabía que él también tenía muchas responsabilidades en su trabajo y aún así se esforzó en prepararle la cena. Eso le pareció un gesto muy dulce.

-Listo, aquí está.

Había preparado pescado, arroz, ensalada y un poco de sopa miso. La verdad es que la comida se miraba un poco rara y hasta quemada (en el caso del pescado y el arroz), pero decidió no hacer comentarios al respecto.

-¿Tú sólo comerás ese ramen instantáneo, Naruto?

-Sí, me encanta el ramen. Eh… pruébalo y dime qué te parece –señaló el pescado

Al notar sus ojos azules llenos de ansiedad, decidió probar los alimentos. El sabor era un tanto… peculiar; tragó con dificultad e hizo acopio de todo su autocontrol para no hacer algún gesto.

-Está… bueno…

-¿En serio? –preguntó, emocionado y sonrió con pena- La verdad es que no soy muy bueno en la cocina, pero… quería sorprenderte y… me esforcé lo más que pude.

Un lindo sonrojo adornó sus mejillas, así que el Uchiha se impuso que él también debía esforzarse y sólo por la sonrisa de su esposo se terminaría toda la cena. Claro que horas después, cuando se retorcía por el dolor de estómago mientras Naruto corría a una farmacia para traerle medicina, comenzó a pensar que lo mejor era sugerirle con delicadeza al rubio que tomara clases de cocina o convencerlo de que era más conveniente contratar un cocinero.

 

Es importante buscar los pasatiempos que la pareja tenga en común para estrechar su relación. Compartir divertidos momentos juntos fortalecerá sus lazos porque para poder mantener un buen matrimonio también necesitan ser amigos. Ambos ya conocían algunos pasatiempos del otro, por fortuna sus gustos en películas eran bastante similares (excepto las de terror que al ojiazul le daban miedo) al igual que en libros. Ese viernes por la noche estaban en la sala revisando la programación a ver si había alguna película o serie interesante.

-No hay nada en la televisión, Sasuke.

-¿Y yo qué puedo hacer, usuratonkachi?

-Estoy aburrido –se quejó-… Pero tampoco quiero salir de casa, mañana tendremos visitas.

-Es cierto –se le ocurrió una idea-. ¿Qué te parece si jugamos King of Fighters? Claro, a menos que me tengas miedo.

-¡Jamás! –lo miró de forma retadora- Adelante, hagámoslo. Pero luego no llores.

Conectaron la consola y en cuanto el juego comenzó, los chicos comenzaron a atacarse como si no hubiera un mañana. Les gritaban a sus personajes y también entre ellos, casi se golpean con los controles. Ambos eran demasiado competitivos para su propio bienestar.

 

La primera visita de tus suegros a tu nueva casa es importante, tratas de causar la mejor impresión posible. Y ya que los Uchiha y Uzumaki eran tan buenos amigos que hasta comprometieron a sus hijos, decidieron matar dos pájaros de un tiro y visitarlos juntos. Pero como ya habíamos dicho, Sasuke y Naruto son demasiado competitivos, a tal extremo que se pasaron toda la noche jugando y olvidando totalmente la visita de sus progenitores.

-Chicos –habló Uchiha Mikoto-, ¿están en casa?

Ella y su amiga Uzumaki Kushina ingresaron a la vivienda, seguidas de sus esposos, ya que tocaron varias veces el timbre pero nadie les abrió.

-¿Naru-chan?, ¿Sasuke-kun? –llamó Kushina

Fueron a la sala donde se encontraron a los jóvenes casados durmiendo a pierna suelta en la sala todavía sujetando los controles y con la televisión encendida.

-Parece que se están llevando bien –sonrió Namikaze Minato

-Y olvidaron que vendríamos –dijo Uchiha Fugaku, suspirando con resignación

-Cierto. Creo que lo mejor sería dejarlos dormir y volvemos otro día.

 

Los detalles son muy importantes, especialmente aquellos que se regalan sin necesidad de que sea una fecha festiva o como regalo de reconciliación por alguna pelea. Darle algo a tu pareja por el simple deseo de hacerlo es algo que se aprecia siempre.

 

Llevaban ya poco más de dos meses de casados, por lo que ese día Sasuke tuvo el impulso de hacer algo lindo por su esposo (Naruto ya lo hacía yendo a sus clases de cocina). Mientras caminaba por la calle buscaba el regalo ideal. Se detuvo frente a la florería y la observó fijamente. Quizá un ramo de rosas era demasiado cliché, sin embargo jamás le había regalado una mísera flor desde que se casaron y con la convivencia descubrió que al rubio le gustaban las plantas.

-Bienvenido, señor –saludó el encargado del lugar

-Quiero un ramo de rosas –ordenó

 

Naruto se encontraba revisando en su laptop algunos archivos que su padre le envió respecto a la administración de sus empresas. Escuchó la puerta abrirse y por ella vio ingresar a su moreno esposo.

-Bienvenida, teme.

-Estoy en casa, dobe. Eh… te traje algo.

Se acercó al rubio y le dio el ramo de rosas. Naruto contempló el regalo y su cara se puso azul al tiempo que saltaba hacia atrás.

-¡Rayos! ¡Aleja eso de mí!

-¡¿Qué?! –se molestó- Eres un malagradeci…

No terminó de reclamar porque vio cómo el ojiazul comenzaba a toser y parecía ahogarse mientras seguía señalando el ramo. Finalmente Sasuke entendió por qué su reacción de pánico, arrojó el ramo y corrió a sujetar a su esposo antes de que cayera al suelo.

 

Un rato después ambos se encontraban en la sala de urgencias del hospital, Naruto recostado en una cama con una máscara de oxígeno y Sasuke sentado a su lado. El ojinegro lucía arrepentido y preocupado porque fue su culpa que ahora ambos estuvieran ahí.

-Lo lamento mucho, Naruto.

-No te preocupes, teme –le sonrió un poco-. Tú no sabías que soy alérgico a las rosas y que provocan que mis vías respiratorias se cierren.

-Voy a tenerlo en cuenta si se me ocurre volver a regalarte algo.

-Muchas gracias –le sujetó la mano-. Me mandaste al hospital, pero fue un lindo detalle de tu parte.

El Uchiha apretó el agarre y no pudo evitar mirarlo con ternura y alivio porque recuperara su buen humor.

-Si no fuera porque ambos somos ricos, podría pensar que todo fue un plan tuyo para quedarte con el dinero del seguro y mi herencia, jejeje.

-¡Usuratonkachi!

 

La llegada de un nuevo integrante a la familia cambia toda la perspectiva del matrimonio. Saber que hay una vida que depende de ambos, con nuevas tareas y responsabilidades que compartir, pero que traerá también grandes experiencias y recuerdos maravillosos que los unirá más. Sin duda es algo que te da una nueva representación del mundo.

-¡Sasuke, ayúdame!

-¡Te dije que era mala idea, Naruto!

Ambos forcejeaban en  la bañera con un enorme y mojado perro San Bernardo. Aquella tarde mientras paseaban lo habían encontrado vagando solo por las calles mientras buscaba comida. Al rubio le causó pena y luego de saber por los vecinos del lugar que el perro era callejero, suplicó al azabache que lo llevaran a casa y lo adoptaran. Inicialmente el Uchiha se opuso, pero luego de la mirada anhelante de aquél par de ojos azules, terminó por ceder (todavía no lo compensaba por la vez que lo mandó al hospital). Claro que primero necesitaban asear al animal, pero por su tamaño les estaba causando bastantes problemas.

-Anda, Kurama, estate quieto para enjuagarte –pedía el ojiazul

-¿Kurama? –repitió Sasuke

-Sí, se me acaba de ocurrir. Está genial, ¿verdad?

-Eh… si tú lo dices, dobe… ¡Cuidado!

El perro saltó de la bañera, provocando que Naruto resbalara y cayera encima de su esposo quien amortiguó el golpe. Ambos, ruborizados, se observaron fijamente pues sus rostros quedaron a escasos centímetros de distancia.

-Sa-Sasuke…

El mencionado le acarició la mejilla suavemente y Naruto decidió terminar la distancia besándolo en los labios. Sasuke de inmediato correspondió el beso sujetándolo de la nuca para hacer el contacto más profundo e intenso. Estaban tan concentrados que se olvidaron del nuevo integrante de la familia, quien al parecer se emocionó de verlos tan juntos y decidió unírseles saltando sobre ellos para lamerles la cara.

-Auch, Kurama, pesas, jajaja –reía Naruto

-Bola de pelos, arruinaste el momento –regañó el moreno, intentando quitárselo de encima

Mientras Sasuke seguía forcejando con el perro, Naruto lo abrazó del cuello y le dio un beso en la mejilla, sonriéndole. El Uchiha correspondió a la sonrisa, pensando que quedar todo empapado y con una inquieta mascota que por su tamaño podía tumbarlos fácilmente, había valido la pena con tal de ver aquella brillante expresión en el rostro de su esposo.

 

Sólo el tiempo y la convivencia te ayudarán a conocer realmente a tu pareja, sus virtudes y defectos, lo que creará lazos más fuertes. Pasar tanto tiempo con otra persona, riendo juntos, divirtiéndose, incluso a veces peleando, inevitablemente hará que surjan los sentimientos entre ambos.

 

Un año había transcurrido desde que los herederos Uchiha y Uzumaki se casaron (de hecho acababan de celebrar su primer aniversario). Como de costumbre Naruto se encontraba en la cocina terminando de preparar la cena, ya se había vuelto un pasatiempo para él. La puerta de la casa se abrió y Kurama de inmediato se acercó para recibir a la persona que llegaba, moviendo la cola porque le alegraba verlo.

-Ya estoy en casa, usuratonkachi, bola de pelos – con la mano libre acarició la cabeza de su mascota

-¡Bienvenido, teme! –corrió Naruto a recibirlo

Sasuke le sonrió y detrás de su espalda sacó su otro brazo para mostrarle lo que ocultaba: un hermoso ramo de rosas de varios colores. El rubio retrocedió asustado, por lo que el moreno no pudo reprimir una carcajada.

-Tranquilo, Naruto, son de plástico –caminó hasta él y con los ojos llenos de cariño le acarició el plano vientre que en unas semanas comenzaría a abultarse-. En tu condición no puedo enviarte al hospital otra vez.

Naruto sonrió con alegría, sujetó el ramo y se lanzó a los brazos de su esposo para besarlo apasionadamente, como también ya se había vuelto costumbre.

 

Sí, quizá su matrimonio no empezó por amor, pero ambos pusieron todo su empeño para sacar adelante la relación. Todos sus gestos, detalles, locuras, pasatiempos e incluso discusiones les enseñaron a apreciar a su pareja e inevitablemente a enamorarse. Parece que en ocasiones las bodas arregladas por las familias de los novios no resultaban tan malas.

 

FIN

THE END

OWARI


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