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Dark Horse por LaMueRtHeSitHa

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Dark Horse


“Batalla por la gloria”


Por LaMueRtHeSitHa


 


Un sabor amargo viajó desde la boca del estómago de Sasori hasta su garganta, haciéndole tragar grueso. Mil infiernos calentaron su cuerpo y mente. Era tan equiparable su odio a la traición y al engaño que arañó la pared en la que se escondía con tal fuerza que sentía que podría dejar su marca. Cuestionó el comportamiento del mago, los motivos que lo guiaron a hacer tal bajo acto. Él había cumplido todos los caprichos y deseos de Ónix, por más imposibles que fueran. Todo su interés, detalles y preocupación no habían hecho al chanty sólo para él. Comprendiendo que a pesar de los regalos costosos esa no era la forma de tenerlo, ni que le fuera mínimamente leal. Porque se compra lo que tiene precio, pero lo que tiene valor se conquista.


Esa noche no durmió preparando su venganza. Todo estaba organizado en su mente. Los haría sufrir como nunca. Poco antes del amanecer estaba ya detrás de las puertas, esperando su primer movimiento.


Al despertar el chanty, Sasori no esperó a que le sirvieran el desayuno ni ser delicado con él, fue directo a enfrentarlo. Intentó revolver su mente con preguntas capciosas e indirectas, buscando un hilo que le diera la seguridad de que Ónix estuviera de su lado, mas eso ya no podía ser, la desconfianza ya estaba clavada en él. De repente el de mirada caoba sacó una navaja amenazándolo por su blanco cuello. Todo se había quebrado entre ellos. Mentiras para un creyente y heridas para un insensible.


—Tan siquiera dime que sientes algo por mí. —pidió Sasori con una de sus macabras sonrisas. Pero ya todo estaba perdido.


Un momento después la habitación explotó, atrayendo la atención de los guardias, quienes en automático fueron en rescate de su amo. El pelirrojo sólo tenía ceniza y unas leves quemaduras a comparación de la lujosa habitación que ardía. Esto ya se había vuelto personal. Después de aquello fue oficial que los invitados ya eran prisioneros. Cuando Sasori volvió a encontrarlo Sasuke vestía su poderosa armadura purpurea y luchaba contra algunos guardias. Sasori ordenó que no le atacaran, pero que tampoco lo dejara escapar. Y así enfrentó a su ex pareja con su mejor armadura, ballestas y cañones de mano. Hechizos contra artillería. Aunque se creía que no había nada más poderoso que la magia, Sasori se la estaba poniendo difícil a Sasuke.


De un momento a otro Sasuke logró capturarlo entre  las manos de su armadura. El pelirrojo se resistió y con todas sus fuerzas logró liberar su brazo y apuntó amenazante con una pistola al otro. Sabía que debía matarlo, pero él no estaba acostumbrado a eso. El mago intentó quitarle el arma, llevándose sin querer también el brazo. Los guardias comenzaron a dispararle con flechas, pero no le hicieron daño hasta que le dispararon con cañones. Sasuke los alejó con su mano como moscas, pero lo único que lo lastimó fue el último recurso de Sasori: ya con una sola mano disparó al azabache, atravesando no sólo su armadura sino también su hombro haciendo que, en acto reflejo, le soltara por llevar su mano sobre su herida. Con esa bala Sasuke entendió que el pelirrojo jamás le perdonaría y que nunca lo volvería a amar.


Sasuke, tratando de mantener el control de la situación, volvió a buscar al mercenario, quien estaba inmóvil en el suelo en un charco de sangre. La altura debió matarlo. Sin mirar atrás lo dejó y se fue a buscar a su familia.


A Sasori le costó abrir los ojos. Sintió como todo el cuerpo le ardía y que estuviera en el infierno intentando no ahogarse con su propia sangre a la vez que se concentraba en la pasividad del cielo. Unos pasos pesados y veloces se escucharon. Eran sus soldados rodeándole.


—Maldición, Sasori —le exclamó Deidara arrodillándose a su lado, no sabiendo que hacer mientras los demás sólo le observaban. Sasori estaba demasiado mal herido. No sólo de su brazo salía sangre a borbotones, sino que además el impacto había destruido sus órganos internos. El rubio tomó un poco de su ropa y con ella hizo presión en el brazo. —Por eso te dije que no anduvieras con un mago.


Mientras que Sasori no podía responder con palabras, sólo con una sonrisa. Su cerebro estaba a punto del colapso.


Hinata, después de tener la visión que le advirtió de los guardias, apenas tuvo tiempo de ir por Naruto, quien para su sorpresa estaba siendo defendido el dios Kyubi, el zorro de nueve colas; o al menos su espectro ya que se podía ver atreves de él, como si estuviera hecho de humo, pero tenía la suficiente fuerza para lanzar aliento de chispas y fuego. Para cuando llegó Sasuke el dios ya había regresado a su interior y le protegía con una capa de fuego a función de escudo, como el de los Uchiha, pero más sencillo. Vaya manera de presentar sus nuevos poderes.


Para poder escapar tuvieron que pasar primero por las bóvedas de suministros militares. No había que olvidar que en el exterior estaba todavía la guerra. Se armaron hasta los dientes y mientras Naruto lanzaba cañonazos contra las murallas del castillo para salir, Hinata curó la herida de Sasuke, que por fortuna había entrado y salido limpia; escapando así en un vehículo motorizado.


Los pocos doctores y magos curanderos de “sin magia” luchaba por mantener con vida a su amo. Entonces entró en la habitación Deidara para informarle que los prisioneros habían escapado. Sasori del coraje le tomó con violencia de sus ropas con su nueva prótesis articulada, similar a la de sus títeres.


—Manda este mensaje a la reina: Ya estoy de su lado. —Sasori no había querido mostrarse preferente con algún ejército para no afectar su negocio, pero ahora ya tenía un enemigo común con Inglaterra.


Para fortuna de nuestros protagonistas llevaban tanque lleno y gasolina de emergencia. Ayudándoles a viajar por el desierto hasta el amanecer, que fue cuando encontraron el campamento de un ejército. Estaban agotados y necesitaban descansar, y se acercaron con precaución. Entonces lograron identificarlos por su bandera: eran ingleses. Detuvieron su andar temiendo un ataque, pero sabían que aunque los evitaran, no sabrían hasta cuando encontrarían otro campamento. Hinata tomó un pañuelo blanco y lo agitó en el aire indicando son de paz. Los otros bajaron sus armas tranquilizándolos, mas esto fue poco ya que un minuto después vieron como salía un aeroplano en dirección a ellos.


—Están con Sasori. Huyamos. —indicó Sasuke al reconocer el aparato.


Cambiaron de dirección al interior del desierto. El ejército inglés salió en apoyo por tierra mientras que el avión postró su sombra sobre de ellos para después sacar una metralleta y disparar contra sus enemigos. Sasuke, como pudo, le dio el volante a Naruto mientras que él y Hinata se dedicaron de derrotar a los otros. Ella vio como les lanzaban flechas, pero estaban a suficiente distancia como para que los alcanzaran y vio como el aparato en las nubes les seguía persiguiendo, pero iba demasiado alto y no podían atacarle por más que alzaran murallas de fuego.


Todos sentían la advertencia de peligro, pero sobre todo Hinata, siendo además que ella presentía la muerte como un perfume mortal. “Vamos a morir, vamos a morir, vamos a morir…” se repetía ella en su mente mientras conjuraba un hechizo de arenas movedizas que atrapó a los soldados ingleses. Entonces tuvo la terrible visión de un aviador con cabellos de fuego apuntando con saña a Sasuke con una ballesta con intenciones malditas.


Hinata reconoció que sus visiones no eran un accesorio o parte vital de su esencia, sino que iba a algo más allá. Sus vistazos al futuro le daban ventaja suprema frente al mundo e incluso los dioses, pero debía proteger algo superior a sí misma, aceptando así que no podía seguir consumiendo tiempo vital para el mundo. 


—Viene a nosotros. —exclamó ella con pavor.


—¿Qué cosa? —inquirió Naruto.


—¿Por dónde? —exclamó su hermano.


—La cosa del cielo, por allá. —y señaló al frente del vehículo.


De entre el humo negro provocado por las llamas apareció el avión casi en picada hacia ellos. En él iba Sasori. Él quería llevarse a como dé lugar la vida de Sasuke. El azabache apenas tuvo tiempo de crear una ventisca de arena que ayudó a desviar la aeronave, llevándola con dirección fatal al suelo. Ella con dificultad se colocó frente a Sasuke protegiéndolo, a la vez que Deidara les disparó con la metralleta. Todos sintieron las ráfagas de aire por las balas. Estando a sólo unos metros de distancia los amantes cruzaron miradas, por última vez, cargadas de odio. Sasori sacó la ballesta y disparó contra el azabache sólo para segundos después estrellarse y explotar a pocos metros de ellos.


“Moriré, moriré, moriré…” se repitió ella en su mente al sentir una punzada en su estómago por la flecha que la inmovilizaba en el asiento y ver sangre brotando sin control de dónde debía estar su hígado.


El vehículo se detuvo y Naruto intentó acercarse sin tocarla, mientras Sasuke está petrificado.


—Hinata, todo va estar bien. —exclamó Naruto con una sonrisa nerviosa tratando de amenizar la situación a la vez que buscaba algo con que intentaba buscar algo con que tapar la herida. Nunca una herida grave de alguien que quieres te va a dejar mostrar felicidad.


Sasuke se movió con cuidado para conducir y poder para refugiarse. Ella, a pesar del dolor, trató de mostrarse calmada. No serviría de nada mostrar preocupación. Cuando Naruto encontró el botiquín y observó su contenido, le explicó lo que haría para sanar sus heridas.


—No tocaremos la flecha hasta que sanemos la herida de aquí. —y el rubio señaló su costado. —Por suerte está sirviendo de corcho. Ahora sólo debemos esperar a que Sasuke encuentre un sitio para protegernos. —explicó el rubio tratando de tranquilizarla, mas ella ya no estaba alterada. —Todo va estar bien.


Entonces Sasuke vio un campamento recientemente abandonado y giró en su dirección, aunque el movimiento fue brusco haciendo que Hinata no se mantuviera en su lugar, dejando salir bastante sangre. Cuando entraron a una carpa Naruto se dispuso a sellar el costado de Hinata, quien por haber perdido mucha sangre estaba comenzando a ver borroso. Cuando llegó el momento de sacar la flecha, ella puso su mano encima. No quería dolor.


—No tiene caso…


—No digas eso —exigió Sasuke apagando el motor para después quitar la mano de Hinata. —, vas a estar bien. —era fácil mentir.


—Siento el aire… —mencionó, dándole esperanzas a ellos, pero se refería a que se sentía alivio en su alma, pero no de su cuerpo. —Ya lo vi, es mi fin… —mientras que sangre salía de su boca. No podía seguir fingiendo. 


—Todavía te puedo salvar, sólo…


—Ya es tarde, lo sé. No me salvaran. —y Sasuke limpió la sangre de su boca. —Lo hice porque los quiero…


Hinata nunca quiso fingir más allá de lo personal. Ella sintió su muerte, y aun así les deseó lo mejor. Siempre los imaginó a ellos juntos más allá de lo que pudiera ver. Quería el bien del mundo, sobretodo el de ellos. Y antes de partir tomó la mano de Sasuke para apretarla. Después de ello ambos permanecieron en silencio. Pero Sasuke no pudo contener sus lágrimas, dejándolas fluir hasta que el sonido de explosiones lejanas les hizo volver a la realidad.


xXx Sasuke x Naruto Dark Horse Naruto x Sasuke xXx


Itachi, vistiendo con armadura de guerrero real de Egipto, estaba con junto a faraón, el hijo de este y demás militantes egipcios dentro de una carpa, rodeados de mapas y dibujos del Ahriman, observando con cuidado una ilustración del territorio de India. Trataban de establecer una estrategia junto con otros ejércitos para entrar en dicho imperio. De repente uno de sus guardias de élite interrumpió la reunión con un mensaje para él: Sasuke había llegado al campamento. Preocupado salió de inmediato por él. A pesar de lo que habían hecho él y su hermana, no podía odiarlos, y con los brazos abiertos fue a recibirle buscando perdón. Para su sorpresa a quien vio primero fue al rubio, quien cargaba algunas armas y pertenencias variadas. Después vio a Sasuke intentando bajar con dificultad algo. Antes de que los demás intentaran ayudarlo, él fue a toda velocidad, sólo para quedar desconcertado al ver a su hermano menor con el rostro afligido junto con sus ojos rojos tratando de contener sus lágrimas, a la vez que cargaba un cuerpo femenino cubierto por una manta oscura. No queriendo creer que fuera Hinata, destapó con cuidado la cabeza y al ver su rostro cayó de rodillas ante el dolor.


Cuando Sasuke tuvo que explicarle la situación, Itachi malinterpretó todo, o más bien cegándose por su odio. Entendiendo que los ingleses habían sido los único responsables de la muerte de Hinata.


Nuestros protagonistas sólo tuvieron menos de un día para recuperarse porque junto al ejército egipcio debían enfrentarse a su principal contrincante: Ahriman. Previo al amanecer, Naruto y Sasuke ya estaba equipados con armaduras similares a la de samuráis japoneses y alistaban el equipamiento del ejército: cañones, escudos, sus principales magos, y demás municiones. No eran tantos soldados como para enfrentar a un dios aunque se aliaran con el resto del mundo. No tenían las probabilidades para un empate. Antes de llegar al campo de batalla, Naruto notó la duda y el temor en los militantes egipcios y Uchihas, y como no sí desde la lejanía se sentía el vibrar de las explosiones y demás poderes mágicos. Esa era una batalla que iba más allá de lo que se podían imaginar, llegando al grado imposible. Pero eso no podía sonar así para Naruto y menos para el ejército que le acompañaba y protegía. Entonces el rubio adelantó el paso de su caballo para encarar a sus aliados.


—Sabemos que es un enemigo poderoso. Un dios. Y nosotros un ejército de mortales, pero tenemos cañones, magia, fuerza —enumeró Naruto señalando a cada uno—, astucia —y señaló su cabeza—. Pero tenemos algo mejor que eso —mantuvo un silencio expectante para los demás. —: tenemos valor. Ese dios no se había mostrado antes porque temía que lo destruyéramos. Así que no tenemos otra alternativa. Debemos enfrentarlo, aunque eso signifique vencer o morir. Si ganamos será con honra, y si caemos será con valentía y gloria.


Dicho esto él ofreció un grito de guerra, característico de los ejércitos romanos a la hora de empezar la batalla, que fue replicado por el resto con fuerza. De inmediato giró su caballo y a todo galope fue en dirección a la guerra. Tan sólo pasando la colina llegaron a ver el palacio del marajash y a cientos de soldados enfrentándose entre sí. Estaba hecho un desconcierto. Se escuchaban gritos y espadas chocando; volaban flechas y hechizos. Ya estaba ahí el ejército chino, romano, ruso y japonés, o al menos a esos lograron identificar. No tenían tiempo de ponerse de acuerdo con los demás ejércitos, pero no fue difícil identificar el objetivo: derribar las murallas de la ciudad imperial.


Itachi y Sasuke se encargaron de organizar a los ejércitos propios y extranjeros, cosa relativamente sencilla tomando en cuenta que conocían bastantes idiomas. Mientras que Naruto fue enviado a buscar a los capitanes y tenientes para organizar un plan para cuando tuvieran que entrar al palacio. Naruto gritaba a los soldados, según como los identificaba por su uniforme, reconociendo a unos y presentándose con otros.


Entre la batalla reconoció a la suma miko quien, con una armadura ligera peleaba con hechizos de implosión contra seis soldados a la vez. Luchaba cuerpo a cuerpo guardando su energía mágica para verdadera batalla. Aunque tenía un punto ciego, el cuál un soldado identificó y apuntó su lanza contra ella, Shion logró verlo apenas pudiendo evitar el ataque, recibiendo una herida superficial en su hombro. Justo en ese momento Naruto logró llegar a ella defendiéndola de los otros con algo similar a balas de aire. Naruto la subió a su caballo y la llevó a donde estaban los demás oficiales para que la sanaran.


—Naruto, qué bueno que estás bien. —mencionó con alegría tomando la mano que sostenía las riendas del caballo. —¿Cómo llegaste hasta aquí?


—Con ayuda de Sasuke, pero eso no es importante. Debemos ver como atacar al Ahriman.


Entonces se escuchó un estruendo potente y largo que hizo que todos los presentes voltearan en dirección a la puerta que se caía a pedazos.

Notas finales:

Disculpen la tardanza.

Espero les haya gustado el capítulo.

Y nos vemos siguiente episodio.

Que llegara más pronto de lo que imaginan ;D

 

Buenos días, tardes, noches o lo que se les antoje ;3

Atte:

LaMueRtHeSitHa ^^*


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