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Dark Horse por LaMueRtHeSitHa

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Notas del capitulo:

Feliz Navidad atrasada y próspero año 2018!!!

(qué rápido está pasando el tiempo, ya me siento vieja xD)

Para que no se vaya el año sin actualizar!!!

Espero que les gusté este capítulo :3

Dark Horse

 

“Jaula de oro”

 

Por LaMueRtHeSitHa

 

 

 

 

 

 

 

Aunque no existieran límites las nubes melocotón marcaban la privacidad entre nuestros protagonistas y el infinito. Sasuke estaba de rodillas con el rubio con las piernas abiertas sobre de ellas. El azabache se inclinó sobre el otro acariciando su pecho desvistiéndolo de su túnica. Naruto apretó el almohadón que tenía cerca conteniendo sus nervios al sentirlo repartir cuidadosos besos sobre su piel. Las caricias que compartían hacían que las sábanas vino se deslizaran sobre sus cuerpos húmedos al punto en que sus cuerpos fueron separados por estas. Naruto se colocó de forma dominante sobre la pelvis del otro, aprisionando sus caderas y sus muñecas. El mayor se opuso sin desearlo, pero mostrando una mirada cargada de pasión. El de marquitas mostró una sonrisa seductora a la vez que movía su pelvis haciendo que ambos miembros se acariciaran entre sí de forma suave hasta que ambos destilaron líquido pre-seminal. Entonces el de mirada azulina tronó sus dedos haciendo aparecer un pequeño frasco purpura en el aire, pero el otro lo tomó.

 

 

 

—Ni lo pienses, no estoy de humor. —declaró Sasuke pasándole una copa de vino, que fue bebida de un trago por el otro.

 

 

 

El rubio sabía por qué el chanty no cedería, pero no quería quejarse por cosas externas cuando estaban escondidos. El de piel nívea atrapó la gota furtiva de su boca con la yema de su índice, para después probarla con sensualidad juguetona, empujó lentamente al de ojos azules sobre las esponjosas nubes mientras abría el frasco con la boca arrojando el corcho por algún rincón. Naruto intentó levantarse, no lo consentiría tan fácilmente, pero unas sogas de sedas lo ataron por su torso, brazos y cuello.

 

 

 

—No había necesidad de tanta presión. —se quejó con suavidad viendo sus suaves grilletes.

 

—Tú me obligaste. —declaró el azabache para después tomar su miembro erecto y masturbarlo debajo de las sábanas.

 

 

 

Sobre una alfombra de terciopelo de color similar se escuchaban los pasos a prisa y firmes de los sacerdotes. Como si fuera una marcha del que desentonaba un par que pisaban con furia. Shion entró a la sala y cerró la puerta en la cara a sus sirvientes. A oscuras ella soltó su llanto y golpeó el suelo con sus palmas por el asesinato de su madre. Cuando se hubo calmado un poco, se levantó con torpeza, tomó una navaja de su escritorio, fue a su mapa gigante y en cierto punto lo rasgó con fuerza hasta que finalmente clavarlo en Egipto. Un enjambre de emociones la invadía: enojo, amargura, frustración, miseria, impotencia, ira, tristeza, furia. Haría que cualquiera que osara en enfrentarla, se lo pensara dos veces.

 

 

 

xXx Sasuke x Naruto Dark Horse Naruto x Sasuke xXx

 

 

 

El ambiente era tenso y las nubes grises lo aumentaban. Desde muy temprano habían empezado a recibir a visitantes de las altas esferas vestidos de luto para asistir al funeral de Miroku. Los sirvientes corrían de aquí para allá asistiéndolos en lo que esperaban a dar sus condolencia y deseándole un largo periodo de paz por ser la nueva suma miko a Shion. A lo que la chica debía agradecer con una sonrisa, cansándola.

 

Naruto al llegar a Fuyaira le sorprendió la gran cantidad de arreglos florales, veladoras e inciensos que habían en la entrada del palacio por los habitantes que no habían podido lograr entrar junto con los de los demás magos, reyes y poderosos que sólo habían alcanzado a mandar su pésame por medio de algún mensajero. Y aunque la corona de flores del faraón y su sequito al igual que la del emperador romano eran bastante llamativas, Naruto dejó con las demás ofrendas sinceras un ramos de flores blancas, representando a su pequeño ejército, su familia (incluyendo a Sasuke) y a él. Se formó en una larga fila acompañado de Sai, quien sorprendentemente permaneció en silencio por respeto, y también porque el rubio se lo había ordenado. Firmaron el libro de visitantes y se dirigieron a uno de los múltiples altares del interior para rezar por su buen camino al paraíso.

 

Los ojos lavandas se iluminaron al reconocer a Naruto. Pidió un descanso y un salón en el que activó murallas de silencio para conversar bien con él. Frente a frente se sentaron. Después del protocolo él no sabía que decir y guardó silencio.

 

 

 

—Él es capaz de deshacer murallas mágicas. —soltó Shion haciendo sobresaltar al otro. Sasuke no podía ser el culpable, aun sabiendo que él fácilmente pudo haber saltado la seguridad del palacio. Ella no había dudado ni por un segundo en la culpabilidad del chanty, tenía un buen motivo: no quería que se realizara la alianza. Pero antes de hacer pública su demanda, debía investigar por su cuenta.

 

—Sasuke estaba muy lejos. —declaró el rubio como si fuera la verdad absoluta.

 

—Conseguí su itinerario. Hubo un lapsus en que se marchó a descansar. Él pudo irse ya que no había nadie que pudiera corroborar su lugar.

 

—Yo estuve con él esa noche.

 

—¿En serio? ¿Estás de su lado?

 

—No estoy del lado de nadie. —comentó con fastidio girando sus ojos. Eso de los bandos era tan cansino.

 

—No quieras hacerle una coartada. —con tono furioso por no querer creer la situación.

 

—Yo nunca te mentiría. —impuso el rubio también enojado. Shion le vio con temor. Hacía mucho que Naruto no la regañaba, y este soltó un suspiro para calmarse. —No estoy inventando una coartada, estuvimos juntos toda esa noche.

 

—¿Él se separó en algún momento de ti?

 

—No.

 

—¿Estás seguro?

 

—Claro que sí. —y el de ojos azules recordó esa noche con detalle. —Bueno, sólo se marchó unos minutos…

 

—En ese momento pudo haber ido. —declaró Shion.

 

—Fueron menos de cinco minutos. Entiéndelo: ¡Es imposible! Estábamos a muchos kilómetros, ni con magia eso es posible.

 

—¡No lo quieras defender! —contestó entre lágrimas por la frustración.

 

 

 

Naruto trató de entenderla. Ella estaba desesperada por saber quién era el culpable. La abrazó y ella respondió el gesto con más fuerza y soltó un montón de lágrimas. Entre tanto odio todavía no se daba el tiempo de sacar todo ese cúmulo de tristezas. Permanecieron un largo rato así sin decir nada. La suma miko pensaba en la situación, reconociendo que Sasuke era un mago superior a ella y a la magia misma.

 

 

 

—No confíes en él, está lleno de mañas ¿Cómo estás seguro que no usó un doble para irse? —advirtió ella a su amigo antes de despedirse.

 

 

 

Las pesadas gotas de lluvia golpeaban con fuerza como los tambores marcando la marcha del ejército y los relámpagos como cañones de guerra. Toda esa aura oscura de malas intenciones que rodeaba a la suma miko, como buitre del mal augurio, había logrado ser lo suficientemente fuerte para clavar una espinita en Naruto.

 

Él desconocía los límites del azabache y dudó por ello. Y como en ocasiones anteriores, no pudo evitar cuestionar al mayor a la primera oportunidad privada que tuvieron. Esa lluvia cambió a unas suaves pompas que flotaban en un cuarto de baño con grabados en sus muros de piedra. Muy similar al cuarto en el que por primera vez se aseó el rubio al llegar a Egipto.

 

 

 

—Sasuke ¿Y tú no puedes crear una copia tuya? —interrogó el de marquitas mientras recibía un relajante masaje en sus hombros por parte de Sasuke.

 

—No, ¿Por qué? —y el mayor se acercó a su oído —¿Qué tienes en mente? —preguntó con suavidad.

 

—Nada de eso, teme. Es sólo que Shion…

 

 

 

Desde que escuchó ese nombre, supo que algo malo había pasado. Tenía unas enormes ganas de prohibirle a Naruto verla, pero entonces le daría el derecho de hacer lo mismo. Y aunque no tuviera ganas de escuchar de ella, puso atención a toda la situación. Al final se sintió indignado ante la desconfianza del otro.

 

 

 

—Imagínate al cerebro como una máquina, uno puede cambiar sus comandos, sus órdenes. Incluso uno puede regenerar otro con antiguos comandos, que sería como revivir, como lo que está haciendo la India. Pero nadie en la historia ha podido crear una maquinaria de la nada. Bueno al menos los dioses sí. Pero como ya han muerto, resulta imposible crear una copia de alguien. —explicó con fastidio y enojo. Nada de ocultar emociones, nada de guardar secretos, se habían prometido. Pero no quedándose con las ganas le dio un zape en su nuca.

 

—¿Y eso por qué fue? —se quejó viéndole con enfado.

 

—Te lo ganaste.

 

 

 

Pero a pesar de eso el rubio no le respondió pues sentía alivió al saber que no había sido Sasuke y que además era imposible que hubiera sido culpable en cualquier situación. Aunque no fue lo mismo por parte del otro.

 

Durante la noche, en una fiesta egipcia, estaba “Ónix” carcajeándose mientras se despedía de algunos invitados, dejando su copa vacía en alguna mesa. Al salir de la gran sala su prometido tuvo el atrevimiento de tomarle de la mano por la privacidad que recibían en ese largo pasillo hasta sus habitaciones.

 

 

 

—Durmamos juntos, mi luna de Egipto. —pidió el pelirrojo cuando el otro intentó separar su amarre.

 

—Me encuentro exhausto, ahora sólo quiero descansar. —se excusó el azabache con ojos suplicantes.

 

—Yo nunca pedí nada más. —contestó con un tono que denotaba un guiño. Entonces el chanty con su mano libre acercó el rostro de Sasori al suyo y le besó en su mejilla, muy cerca de sus labios.

 

—Descansa, mi guardián. —le deseó con gestó encantador, haciendo al otro sonreír como un tontuelo. —Buenas noches, Deidara. —con dulce sonrisa.

 

—Buenas noches, excelsitud. —respondió el rubio, Ónix entró a su alcoba y cerró la puerta.

 

 

 

Al encender las luces notó una de las estatuas mirando en dirección norte, señal de que debía ir a la sala privada. Bajó por un pasadizo oculto y con una antorcha fue por el largo pasillo. En el inmaculado sillón le esperaba Sasuke, quien al “verse” entrar se levantó de inmediato con un papiro en sus manos.

 

 

 

—Tenemos un problema. —indicó entregando el pergamino. El otro lo abrió y lo leyó con rapidez para en pocos segundos mostrar enfado.

 

—¿Para esto te vas dos días?

 

 

 

En este mensaje se le informaba a “Ónix” que había sido citado por el reino de Japón a un juicio por el asesinato de Miroku. Juicio que se celebró a pesar de su ausencia y en el que se declaró culpable y con una orden de aprensión. Si llegaba a tocar Japón o su emirato sería encarcelado.

 

Shion ya sabía a ciencia cierta de la culpabilidad de Sasuke, pero que no pudieran ir directamente a aprisionarlo, le había fastidiado, pero así era la ley ¿Rompería su palabra de sacerdotisa por venganza? Mas en su lugar decidió ir de casería y atacar dónde realmente le doliera a Sasuke, a tal punto en que se viera obligado a bajar sus defensas.

 

 

 

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Estaban los inciensos encendidos en la sala nenúfar, que en su honor, era decorado con grabados de esta delicada flor en los pilares. En un impecable sillón blanco de algodón esperaba Shion con un elegante kimono negro con flores amarillas mientras bebía té con dos sacerdotes resguardándola. Serena, mas aferrada a su colmena como un arco tenso antes de disparar, y con paciencia que no tenía, esperaba a “Ónix” a la reunión que había programado. Estando en el nuevo palacio egipcio en su reciente emirato adquirido, la que las tenía de perder era ella. Aun a pesar de estar frente a frente, ella no podría encarcelarlo sin un oficial, pero aun así Sasuke no deseaba respirar ni el mismo aire. En su lugar mandó a Hinata, con su vaporoso vestido blanco y máscara, para despedirla. Ni mandado a hacer.

 

Con un leve movimiento de su rostro Shion ordenó que la capturaran. Hinata al instante activó sus poderes que al tocarla hizo que ellos cayeran inconscientes. Quedándose a solas. Shion comenzó a atacarla con hechizos a distancia. “Basted” se defendió y soltó uno que otro golpe intentando entrar en contacto con ella. Estaba fuera de práctica, sus entrenamientos habían disminuido desde que  había tomado su máscara. Por el ruido una cuadrilla de guardianes de élite fueron al rescate de su familiar, mas la rubia al sentir su presencia activó tres sellos de protección que eran incluso mucho mejores que los que había visto Sasuke la vez pasada. Hinata acumuló magia azul en sus puños formando un par de leones. En respuesta la suma miko activó el nivel de magia a tal punto que comenzó a irradiar un aurea purpurea y sus ojos dieron luz. Comenzaron a repartirse hechizos y golpes. Se agrietaron las paredes y se arrancaron puertas. Los escudos las mantenían aisladas y a la vista de los guardias que intentaban pasar. Hinata golpeaba con rapidez, pero Shion, precaviendo de no tocarla directamente, la golpeaba hasta con los muebles de la sala.

 

Sasuke se hizo presente para empezar a deshacer los escudos, pero le dio trabajo. A lo que Shion se apresuró y contuvo a Hinata, pecho al suelo, con un pedazo de madera de alguna puerta entre ellas. Cuando lograron entrar, Shion ya tenía una navaja contra la garganta de la de cabellos azulinos.

 

¿Quién se quebraría primero? Sasuke sentía como si el cuchillo estuviera en su cuello y Shion miraba el suelo protegiéndose de los rubís. Recordando en su mente la promesa que se había  hecho de hacer que el otro se retorciera por provocarla y el juramento de no delatarle.

 

 

 

—Shion, sabes que lo que intentas no tiene sentido. —exclamó Sasuke al tenerla rodeada de varios Uchiha con el sharingan activado, mientras ella seguía viendo al suelo, con el cuello de Hinata en su mira con el filo.

 

—Lo sé —contestó con firmeza.

 

—Sabes que esto no te devolverá a tu madre.

 

—¡Lo sé! —declaró con más fuerza. Contra alguien que no tiene nada que perder, no tienes ninguna posibilidad.

 

—Sabes que estoy tratando de ser lo más políticamente correcto contigo —y se la ponía difícil. —, pero si mueves tú mueves el cuchillo un centímetro más cerca de ella voy a dejar eso aparte.

 

—Entonces aleja a tus guardias. —impuso la suma miko.

 

 

 

Sasuke le obedeció, y con la seña de su mano todos comenzaron a dar un paso atrás hasta que quedaron ellos tres en la sala. Shion estiró la manga de su kimono y tomó el cuello de la otra, obligándola a levantarse, pero nunca separando su cuchillo. Con tensión en el ambiente la puso junto a ella y se fueron hacia un biombo. Shion seguía viendo el suelo, mientras Hinata veía aterrorizada a su hermano.

 

En cuestión de segundos Sasuke se colocó detrás de la suma miko. Pero ella ya sabía que haría eso. Antes de que él pudiera atacarla, ella colocó en su cuerpo un sello que lo inmovilizó, no sin antes soltar a Hinata. Antes de que la de ojos blancos pudiera reaccionar, Shion chasqueó sus dedos y entre un muro de humo los desvaneció a ella, los sacerdotes y a Sasuke.

 

Todo pasó tan rápido que cuando Sasuke se dio cuenta del engaño y de que estaba en otro sitio, él ya tenía unas esposas anti-magia, hechas especialmente para él por Shion, y alguien le cubrió su rostro con una bolsa negra, imposibilitándolo de usar su magia ocular. El chanty forcejeó hasta que Shion se agachó y le susurró a la altura de su oído.

 

 

 

—Quien sabe usar su magia, no necesita trucos. —refiriéndose al Sharingan.

 

—Ónix Tanaqasu, chanty de Egipto, queda usted arrestado por el asesinato de Miroku Tomeido… —declaró un oficial antes de que alguien noqueara a Sasuke para llevarlo arrastrado a su celda.

 

 

 

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Las calles perfectas de Fuyaira estaban vacías, tanto por la terrible lluvia que no había parado en días como porque su población estaba de luto. Los sacerdotes estaban en ayuno para bendecir el camino del alma de Miroku. En el interior del palacio parecía de madrugada por las nubes y sus lámparas apagadas. Los rayos hicieron vibrar las delicadas puertas del recinto y las gotas golpearon con fuerza los ventanales circulares del gran salón, dónde las lámparas resplandecían y la nueva suma miko coronada se encontraba sentada en un trono de madera negra y en completa paz. Su inmenso y ostentoso kimono negro con hermosos peces dorados bordados en él, con pliegues que la asemejaban a una bellísima flor en su punto más admirable. Ella con delicadeza se sirvió un poco más de sake, y con suavidad lo acercó a su boca, pero antes de pudiera tocar sus labios, se detuvo. En su rostro se mostró una engreída sonrisa y alzó su recipiente en forma de brindis.

 

 

 

—Por ti, Sasuke. Por tu laaarga vida. —declaró en forma sarcástica para su enemigo, el único además de ella en el salón.

 

 

 

Él en un sencillo yukata blanco, sin su maquillaje, su peluca o joyas. Estaba limpio y de rodillas frente a ella. Con los brazos a sus espaldas cubiertos con docenas de esposas, con grilletes en sus tobillos, con un collar espinado que le impedía conjurar hechizos y que le obligaba a mantenerse erguido y viendo al frente, y con una corona oscura para evitar que pudiera activar el sharingan. Todas hechas de un metal especial. Si él intentaba activar su magia el metal se pondrían al rojo vivo. Todo esto con el prisionero dentro de una jaula de barrotes dorados. Por eso Shion le veía sin miedo a los ojos.

 

Dentro de unas horas, a la puesta del sol, sería ejecutado. Ella sólo disfrutaba de su prisionero mientras tanto. Y Sasuke, aunque se mostraba muy calmo, en sus pensamientos estaba destruyendo todo con fuego negro.

Notas finales:

Con polvora te bañaste

Con engaños te vestiste

Tus ojos de amanecer 

Ni con mil perdones te podrán limpiar

En la luz; rey o dios 

Tú caeras. 

 

Espero que les haya gustado el capi, casi muero en el camino subiendo este actualización xDU pero agradescan al inventor del USB

¿Se rimperan juramentos?

¿Habrá traición?

¿Qué creen que pase? o.o

 

No olviden dejr sus reviews, críticas, amenazas(galletas??)

Se les agradece de antemano :3

 

Nos vemos el año que viene!!(ba dam tsss)

 

Buenos días, tardes, noches o lo que se les antoje!!

 

Atte.

La Muerthesitha

^^*


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