Hace más de un año que Alex y Bill habían decidido irse a estudiar juntos a Europa y las cosas no podían ir mejor, a pesar de que sus carreras eran completamente distintas, Alex estudiaba literatura y Bill medicina, lograron convencer al director de la universidad para compartir el mismo dormitorio en el campus, al principio este se había reusado pero el rubio logró convencerlo diciéndole que el ojiverde y él eran mejores amigos desde pequeños y como venían de otro país no querían sentirse solos, eso y un poco de dinero fueron más que buenas razones para que el director accediera y los dejara vivir juntos.
Ahora ya estaban finalizando el primer año de sus carreras y, aunque todo iba bien, Alex no podía evitar sentirse un poco solo, Bill se la pasaba todo el día estudiando en la biblioteca, el castaño entendía que tenía que ponerle mucho empeño a sus estudios porque la carrera no era nada fácil, pero eso no le molestaba, lo que le molestaba era que cuando por fin terminaba de estudiar se la pasaba hasta la madrugada pegado al teléfono y a la computadora manejando cosas de la empresa, apenas le dirigía unas cuantas palabras cuando llegaba al dormitorio y luego se iba directamente a su escritorio a llamar a su secretaria, la verdad todo ese asunto lo ponía realmente triste pero no podía hacer nada, solo observarlo desde su cama hasta que el sueño lo vencía, a mitad de la noche sentía como Bill se metía en su cama y lo abrazaba para dormir juntos, pero cuando despertaba ya no estaba ahí, sus clases empezaban más temprano que las de él así que siempre se levantaba primero
-Oye amigo ¿Estás bien? Le preguntó una voz desconocida sacándolo abruptamente de sus pensamientos
-Em, sí ¿Por qué? Respondió volteándose a ver a un chico que había visto hace poco, era nuevo y lo trasfirieron de otra universidad, nunca habían hablado hasta ahora
-Oh, por nada, solo que la clase terminó hace media hora y tú sigues aquí sentado con tu mirada perdida en la ventana. Dijo el chico con ironía pasando una de sus manos por su cabello castaño oscuro, Alex paseó su mirada por el salón quedándose sorprendido al ver que efectivamente, no había nadie más ahí
-¡Demonios, ya voy tarde para la otra clase! Gritó Alex fastidiado, últimamente le pasaba mucho eso cuando se ponía a pensar en Bill
-Jajajaja tranquilo, el profesor se enfermó y no vendrá por toda esta semana. Informó el chico con una sonrisa
-Em, gracias… Dijo Alex tratando de acordarse de su nombre
-Derek, mi nombre es Derek. Aclaró el chico sin borrar su sonrisa
-Ok, gracias Derek, fue muy amable de tu parte. Dijo Alex levantándose de su asiento con la mochila en su hombro caminando hacia la salida pero Derek no lo seguía, se quedó en el salón con la mirada fija en el suelo de manera tímida. Hey ¿Vienes conmigo o te quedarás todo el día ahí parado? Bromeó haciendo que el chico se sobresaltara y se acercara rápidamente hasta él
-Lo siento, es que no estoy muy acostumbrado a que la gente quiera estar conmigo, por ser el nuevo y eso. Explicó Derek sin interés siguiendo al ojiverde
-Te entiendo, la gente no es muy amable aquí, extraño a los amigos que tenía en mi país natal. Dijo Alex con melancolía al recordar a sus amigos, todavía hablaba con ellos, pero simplemente no era lo mismo que verlos todos los días, siguió caminando por los pasillos hasta que llegó hasta la puerta de su dormitorio, la abrió e invito al castaño a que pasara, este lo hizo y ambos se sentaron en el suelo
-Yo también extraño mucho a mis amigos y familia, lo bueno es que pude venir con mi novio, porque si no me sentiría muy solo. Respondió Derek con un poco de tristeza
-¿Tienes novio? Preguntó Alex sorprendido, nunca se imaginó que encontraría un amigo gay en la universidad, la verdad casi nadie le hablaba en ese sitio, solo algunos compañeros pero cuando les tocaba hacer un trabajo en grupo y no hablaban de temas personales, simplemente se limitaban a hacer el trabajo y ya
-Em si ¿Te molesta? Dijo Derek un poco a la defensiva a punto de levantarse del suelo
-Oh no, para nada, yo también tengo novio, de hecho dormimos en la misma habitación, pero casi no lo veo. Respondió Alex sintiéndose triste de nuevo
-Estoy seguro que no lo hace a propósito, si vino hasta acá contigo es porque te ama. Dijo Derek abrazándolo por los hombros en señal de apoyo
-Lo sé, estoy de seguro de esas cosas, pero aunque lo entienda sigue doliendo el hecho de que no pueda pasar tanto tiempo con él como solía hacerlo antes. Explicó Alex cabizbajo
-Te entiendo, mi novio estudia arquitectura y casi no lo veo, solo hablamos unas pocas horas en las noches y los fines de semana cuando ninguno de los dos tiene que estudiar. Dijo Derek con el mismo tono triste del ojiverde
-Genial nos vinimos al otro lado del mundo a ser ignorados por nuestros novios. Respondió Alex rodando los ojos provocando que el otro chico riera por su ocurrencia
-Tienes razón, al menos nos podemos hacer compañía mientras ellos están ocupados, a unas calles de aquí hay una librería fantástica donde venden casi todos los libros que nos han mandado a leer para los exámenes finales, podríamos ir mañana, no tengo nada que hacer y mi novio tiene que hacer unos planos muy importantes. Propuso Derek esperando que el ojiverde le dijera que sí para no pasar el fin de semana solo
-Por su puesto me parece una idea genial. Respondió Alex igual de alegre porque al fin tenía un amigo en esa fría universidad y que de paso compartía una situación similar a la suya, escuchó como el teléfono del chico comenzaba a sonar y en la pantalla aparecía el nombre de “Josh”, suponía que era su novio
-Ups, lo siento, me tengo que ir ahora Josh me está esperando. Se excusó Derek levantándose del suelo y recogiendo su mochila apresurado
-No te preocupes, nos vemos mañana. Dijo Alex recibiendo un pequeño abrazo de despedida por parte del castaño, el cual correspondió de inmediato con una sonrisa
-¿Interrumpo algo? Preguntó Bill con su voz cargada de molestia, estaba muy emocionado porque por fin pudo salir temprano de clases y podría pasar un rato con su novio, pero lo primero que consiguió al abrir la puerta fue a SU Alex abrazando muy feliz a otro chico que no supo quién era, sintió como hervía de celos y no lo pudo disimular ni un poco, por eso sintió la necesidad de hablar y hacer notar su presencia
-Oh no, yo ya iba de salida. Respondió Derek separándose del ojiverde y caminando hasta el rubio que lo miraba con mucha molestia reflejada en sus ojos azules, supuso que ese era el novio de Alex y no le gustaba mucho su presencia ahí, así que decidió salir de la habitación despidiéndose de ambos con un gesto de la mano para que el ojiazul no se molestara más con él.
Cuando se cerró la puerta del dormitorio Bill se volteó enojado a ver a Alex que se había acostado boca abajo en su cama leyendo un libro con tranquilidad
-¿No piensas explicarme que hacía ESE chico en NUESTRA habitación? Preguntó Bill con el ceño fruncido, el ojiverde cerró el libro que estaba leyendo y dirigió su mirada hacia el rubio
-Ese chico tiene nombre, se llama Derek y es mi nuevo amigo. Respondió Alex fastidiado sin entender la actitud de su novio
-No me interesa no lo quiero en mi habitación. Dijo Bill cortante sentándose en su escritorio y encendiendo la computadora para empezar a revisar las estadísticas de la compañía, ese hecho hizo molestar mucho al ojiverde
-¡¿Es en serio?! ¡¿Vienes temprano por primera vez en todo este tiempo y lo único que se te ocurre es reclamarme cosas sin sentido e ignorarme con tu maldita computadora como siempre?! ¡Pues no Bill! Me niego a que me ignores y si Derek quiere venir a NUESTRA habitación pues puede hacerlo las veces que le dé la gana, es la única persona que se siente igual de sola que yo y está dispuesto a acompañarme porque ¡Tú me has dejado solo desde que llegamos a este maldito país! Gritó Alex dejando salir todo lo que había retenido por tanto tiempo, el rubio volteó a verlo con los ojos abiertos por la impresión pero su rostro cambió inmediatamente a uno enojado
-¿Tú crees que todo esto es muy fácil para mí? ¿Tener que partirme la espalda estudiando todo el día para luego tener que ocuparme de la compañía que me dejo mi padre sin poder hacer nada divertido? ¿De verdad piensas que no preferiría pasármela todo el día aquí contigo? ¡Pues no, tú no piensas ninguna de esas cosas, porque solo piensas en ti! ¡Y de paso cuando llego te veo abrazando a un estúpido chico que no conozco! Respondió Bill igual de enojado y para ser sinceros, un poco dolido, no sabía que su novio pensaba todas esas cosas de él
-Piensa lo que quieras Bill…En momentos así extraño demasiado la vida que tenía antes de venir aquí. Dijo Alex sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas, pero se negó a dejarlas salir frente al rubio
-¿Te arrepientes de haber venido aquí conmigo? Preguntó Bill sorprendido por las palabras del ojiverde
-En estos momentos sí. Respondió Alex de manera cortante acostándose en su cama, cubriéndose hasta la cabeza con las mantas y dándole la espalda al rubio, en realidad no lo había dicho en serio, pero fue lo único que se le vino a la mente y lo dijo sin pensar, pero ya no podía dar marcha atrás, las palabras dichas no vuelven
Esa noche Alex no pudo dormir para nada bien, la culpabilidad estaba empezando a invadir su cuerpo, nunca había peleado de esa manera con Bill y las cosas que le había dicho fueron muy crueles, él no se arrepentía de haberse ido con el rubio, todo lo contrario, se sentía sumamente feliz porque, a pesar de los altos y bajos, siempre que Bill tenía un tiempo libre se encargaba de organizar una salida muy romántica en la cual ambos la pasaban muy bien, él sabía que lo que le había dicho su novio era cierto, él no tenía la culpa de nada, estaba obligado a hacer cosas que la mayoría de los chicos de su edad no hacían. Debía admitir que actuó como un idiota insensible, pero ahora lo que le quedaba era esperar hasta el día siguiente para pedirle disculpas al rubio, con estos pensamientos se fue a dormir planeando que le diría a su novio al día siguiente.
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A la mañana siguiente Alex se levantó más temprano de lo habitual porque ya había tomado la decisión de pedirle disculpas a Bill, pero cuando abrió los ojos se dio cuenta que la habitación estaba vacía, el rubio no se encontraba por ningún lado, lo llamó a su celular varias veces pero no le contestaba, suspiró de manera frustrada y se levantó para bañarse y cambiarse de ropa, planeaba buscar a Bill por todo el campus si era necesario para hablar con él. Cuando terminó de vestirse escuchó como alguien tocaba la puerta, sabía que no era su novio porque él tenía llave y cuando abrió la puerta vio que efectivamente no era él sino Derek
-Hola Alex ¿Listo para irnos? Saludó Derek con una sonrisa alegre
-¿Eh? ¿A dónde? Preguntó Alex sin entender
-Ugh, eres demasiado despistado, ayer acordamos que me acompañarías a la librería que queda cerca de aquí ¿Recuerdas? Dijo Derek enarcando una ceja con expresión divertida
-Oh ¡Cierto! Lo siento, se me había olvidado por completo. Respondió Alex apenado
-Jajajaja no importa ¿Nos vamos? Propuso Derek saliendo de la habitación
-Em, claro. Dijo Alex sin mucho ánimo cerrando la puerta y siguiendo al chico por los pasillos de la universidad hasta la salida.
Mientras caminaban hablaban de diversas cosas, el que más hablaba era Derek le contaba cosas de la vida que tenía en su país natal, de los amigos que tenía ahí, de su familia y por supuesto de su novio, Alex simplemente se limitaba a contestar con monosílabos, estaba muy triste y no tenía ganas de hacer nada, pero ya le había prometido al castaño que lo acompañaría y no le gustaba romper sus promesas.
Por fin llegaron a la librería después de unos cuantos minutos caminando y Alex se quedó impresionado, era realmente grande y hermosa, no sabía cómo en todo ese año jamás la había visto, entró junto a Derek que saludó al dueño y a la chica que trabajaba ahí con un gran abrazo y luego se dirigieron directamente a los estantes
-¿Conoces al dueño? Preguntó Alex impresionado mientras veía los libros
-Sí, en mi primera semana aquí estaba dando un paseo y descubrí esta librería y como siempre vengo me hice muy amigo del dueño y de su hija, la chica que trabaja en la caja registradora. Explicó Derek con tranquilidad agarrando unos cuantos libros que le llamaron la atención
-Oh, que genial. Respondió Alex sin mucho entusiasmo en su voz, extrañaba mucho a Bill y quería verlo para pedirle disculpas pero no sabía dónde estaba
-Alex ¿Qué tienes? Has estado actuando raro. Dijo Derek preocupado volteando a ver al ojiverde que estaba cabizbajo con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones
-Es que…Ugh, Bill y yo peleamos anoche. Contestó Alex apoyándose en una de las paredes de la librería
-¿Por qué? Preguntó Derek impresionado
-Se puso celoso cuando te vio en nuestro dormitorio ayer y luego de eso me molesté y le reclamé que nunca está conmigo y que siempre se la pasa trabajando, básicamente me comporté como un idiota, dije cosas sin pensar y no consideré que él hace esas cosas porque está obligado a hacerlas, pero ya no importa de seguro debe estar odiándome en estos momentos. Explicó Alex sumamente triste
-Algo así me imagine, no se veía precisamente feliz cuando me encontró ahí, pero no creo que te odie, solamente está dolido por lo que le dijiste, pero si hablas con él solucionaran todo, solo no vuelvas a decir cosas sin pensar. Aconsejó Derek agarrando los libros que quería y dirigiéndose a la caja registradora para pagarlos, cuando terminó de pagar por sus libros ambos chicos salieron de la librería y emprendieron su caminata de vuelta a la universidad
-¿Tú crees que me perdone? Preguntó Alex de repente con nerviosismo
-Claro que sí, Josh y yo hemos tenido peleas de ese tipo pero siempre las solucionamos porque nuestro amor es más importante que una absurda discusión y sé que Bill debe pensar lo mismo, así que ve a buscarlo y hablen de eso. Respondió Derek dándole pequeños empujones al ojiverde para que se apurara y llegaran más rápido.
Cuando por fin llegaron a la universidad, Derek se despidió rápidamente de Alex deseándole suerte y este se adentró por los pasillos hasta su dormitorio, abrió la puerta con un poco de nervios y lo que se encontró del otro lado no le agradó mucho, Bill estaba sentado en la cama que ambos compartían con su cabeza escondida entre sus piernas sollozando y habían dos maletas en el suelo
-Bill… ¿Qué es todo esto? Preguntó Alex confundido entrando a la habitación y acercándose al rubio hasta quedar frente a él
-Y-yo, hice lo que querías…Te compré unos boletos para que regreses a la que vida que tanto extrañas. Respondió Bill levantando ligeramente el rostro y extendiéndole al ojiverde los boletos de avión, eran para esa misma noche
-¡¿Estás loco?! ¡Yo no quiero esto! Dijo Alex sorprendido lanzando los boletos que tenía en sus manos como si el simple tacto con ellos le quemara
-Claro que sí…Eso dijiste ayer, eres miserable aquí conmigo Alex y lo entiendo nunca estoy contigo, soy el peor novio del mundo. Contestó Bill sollozando con más fuerza volviendo a ocultar su rostro entre sus piernas, esa imagen le destrozó el corazón al ojiverde, se sentía demasiado culpable, no quería que siguiera llorando, así que se acercó más a él y lo abrazó con fuerza sintiendo como su novio ahogaba su llanto en su hombro
-No llores por favor, el que tiene la culpa de todo soy yo, no soy miserable aquí, en realidad estoy más feliz de lo que he estado en toda mi vida, en serio, es solo que estaba molesto porque me hacías falta, pero lo que nunca consideré es que tú no tienes la culpa y que la estás pasando incluso peor que yo, disculpa por haber sido tan insensible Bill, tú no te mereces nada de lo que te dije, eres el mejor novio que alguien podría tener, no me imagino estar en un lugar donde no estés, simplemente no puedo. Dijo Alex acariciando el cabello del rubio con cariño
-P-pero yo… Trató de decir Bill entre sollozos pero el ojiverde se lo impidió poniendo uno de sus dedos en sus labios indicándole que dejara de hablar
-Nada de peros, tú no tienes la culpa de nada de lo que pasó, él único culpable soy yo y voy a compensártelo. Dijo Alex sentándose encima del rubio colocando sus piernas a ambos lados de las caderas de él, Bill lo miraba desde su posición con evidente confusión en su rostro
-¿Q-qué haces? Preguntó Bill desconcertado y repentinamente nervioso
-Shh…Solo déjate llevar ¿Sí? Respondió Alex rodeando el cuello del rubio con sus brazos y empezando a besar su cuello de manera provocativa mordiéndolo y succionándolo de a ratos haciendo que el ojiazul gimiera cada vez más alto, eso estaba comenzando a excitar al castaño que sintió como Bill empezaba a corresponder a sus movimiento metiendo sus manos dentro de su camiseta y acariciando toda la espalda de Alex haciéndolo estremecer.
El castaño besó de manera apasionada al rubio y rompió el contacto por unos minutos para quitarse su camisa y sus pantalones junto con su ropa interior, Bill hizo lo mismo con su ropa quedando ambos desnudos y con las respiraciones agitada, Alex agarró la mano del rubio y se llevó dos de sus dedos a la boca y empezó a lamerlos ante la atenta mirada de Bill que lo veía con ojos hambrientos y oscurecidos por la excitación.
Cuando Alex sintió que los dedos del ojiazul estaban suficientemente lubricados los llevó hasta su entrada, Bill estaba impresionado, nunca había visto al castaño tan entregado ni tan sumiso ante él, pero debía admitir que le encantaba, así que no esperó ni un minuto más y comenzó a mover sus dedos en el interior de Alex con rapidez arrancando gemidos entrecortados de su boca
-Ah…P-para Bill…S-si sigues voy a acabar muy rápido. Pidió Alex con los ojos cristalizados por el placer, pero el rubio no le hizo caso y siguió moviendo sus dedos con más fuerza en el interior del castaño que no paraba de gemir y apretar los hombros del ojiazul cuando sintió como la fuerza arrasadora del orgasmo azotaba su cuerpo haciendo que acabara en la mano de su novio.
Bill veía como Alex trataba de recomponerse de su orgasmo reciente y como su pecho se movía rápidamente tratando de regular su respiración, sus cabellos estaban revueltos sobre su frente y sus ojos entrecerrados tratando de enfocar su vista en el rubio que lo miraba más excitado que nunca con ganas de hacerlo suyo
-¿Estás listo? Preguntó Bill con la voz cargada de deseo recibiendo un rápido asentimiento por parte del castaño que se mordía el labio con fuerza tratando de no gemir más.
Ese asentimiento fue permiso más que suficiente para el rubio que dirigió su miembro hacia la entrada de Alex y lo penetró con una sola estocada haciendo que el castaño diera un grito mezclado entre placer y dolor, quiso esperar unos minutos a que el ojiverde se acostumbrara pero al parecer él no se pensaba lo mismo porque comenzó a auto penetrarse subiendo y bajando a lo largo del miembro de Bill enredando sus manos en su cabello y besándolo con necesidad y amor. El rubio no creía que podría aguantar más tiempo de esa situación tan excitante así que agarró con fuerza a Alex de las caderas para empezar a embestirlo con fuerza llegando a lo más profundo del interior del castaño tocando un punto que hizo que este gimiera de manera ahogada y acabara entre ambos vientres, Bill luego de unas pocas estocadas más acabó en el interior de su novio y ambos se quedaron un rato en esa misma posición con sus frentes unidas y la respiración agitada.
-Al parecer perdí el vuelo. Dijo Alex de manera juguetona después de unos minutos repartiendo besos por todo el rostro del rubio que le sonreía con felicidad
-Lo sé, somos un desastre. Respondió Bill sin poder evitar que una ligera risa brotara de sus labios
-Bill…De verdad lo siento, fui un completo imbécil, pero quiero que sepas que no me arrepiento de estar aquí contigo, porque tú me haces muy feliz, aunque no te pueda ver en todo el día el hecho de que me abraces en las noches antes de dormir hace que mi día entero mejore, te amo demasiado y no me imagino en un lugar que no sea aquí a tu lado. Dijo Alex casi al borde del llanto ante la simple idea de pasar el resto de su vida sin el rubio, no, simplemente no podía
-Yo también te amo Alex y sé que es difícil para ti el hecho de que no nos podamos ver todo el tiempo y de que te haya traído aquí conmigo alejándote de tu familia y amigos para luego prácticamente abandonarte, eso lo entiendo y por eso mismo ya nombre al presidente de la compañía de mi padre. Informó Bill mientras se acostaba en la cama con el castaño encima de él abrazándolo por la cintura
-¿En serio? ¿Por qué? Preguntó Alex sorprendido apoyando su barbilla en el pecho del rubio para verlo a los ojos
-Sí, lo hice ayer, fui a una reunión y lo anuncié, vine a decírtelo apenas lo hice pero bueno ya sabes cómo resultó eso. Respondió Bill bromeando
-¿Estás seguro de lo que hiciste? Es decir, es la compañía de tu padre no se la puedes dejar en manos a cualquiera. Dijo Alex inseguro, no quería que por su culpa la compañía de la familia de su novio se viniera abajo solo por su tonto capricho de querer estar con él a todas horas
-Lo sé, y por eso no se la deje en manos a cualquier persona, el presidente es el que era el mejor amigo de mi padre, es prácticamente un tío para mí, le tengo mucha confianza y además yo sigo siendo el dueño de la empresa, él no puede hacer nada sin mi consentimiento, pero lo bueno de que esté ahí es que se puede encargar de todo y yo nada más tengo que firmar algunos papeles y ya, no tendré que estar frente a la computadora toda la noche revisando cada detalle. Explicó Bill acariciando la espalda del castaño con cariño
-Bill, no es necesario que hagas esto por mí, yo…
-No digas más nada, no estoy haciendo esto por ti, lo estoy haciendo por nosotros ¿Ok? Lo estoy haciendo para que podamos pasar todas las tardes y los fines de semana juntos sin ninguna interrupción disfrutando de nuestra compañía mutua como es debido y lo estoy haciendo porque yo tampoco me imagino mi vida sin ti, cuando compré esos boletos lo único que estaba esperando es que me dijeras que no te irías y afortunadamente fue así. Explicó Bill con tranquilidad
-Yo jamás me iré de tu lado, pase lo que pase siempre estaré aquí, porque te amo y estoy dispuesto a luchar por lo nuestro las veces que sean necesarias. Dijo Alex dándole un pequeño beso en los labios al rubio, después de eso ambos se durmieron, estaban muy agotados, habían sido demasiadas emociones en menos de una semana y ahora que todo estaba bien no podían sentirse más felices de comprobar, una vez más, que su amor era más fuerte que cualquier otra cosa.
FIN.