-Te quiero-susurró Red entre sueños.
Green lo miró y se sonrojó, luego lo descargó suavemente en su cama y lo cubrió con su cobija.
-Descansa Red-susurró el castaño.
Ya se asomaba un nuevo día en la escuela, Red se hallaba despertando de la cama de Green mientras el chico de cabello castaño lo contemplaba sorprendido desde el sofá. El jovencito abrió sus grandes ojos carmesí y sonrió.
El soberbio chico apretó su cobija con la que estaba cubierto de las piernas para abajo.
-Buenos días-bostezó Red.
-Bu..buenos días-respondió Green asustado.
-No sabía que te gustaba espiarme mientras dormía-soltó una carcajada.
-¿Qué? ¿Quién te dijo que te estaba viendo? Tengo mejores cosas qué hacer, tonto-dijo irritado.
-Entonces... ¿qué tanto mirabas cuando desperté?
-Mejor alístate para ir a clase.
-¿Irás hoy a clase Green?-preguntó el jovencito con un gesto de ternura.
-Claro que si, ahora vete-se sonrojó-no quiero que te vayas sin comer algo.
-Ya nos vemos-abrazó al castaño-por cierto tienes ojeras ¿dormiste bien?
-Adiós, Red.
El chico salió de la habitación.
-Como si me hubieras dejado dormir, tonto-susurró.
En el salón de clases todos recibían su clase matutina, todos, menos Green, estaba que se dormía, al parecer no había descansado lo suficiente.
-¡Green! Mi clase no es para echar la siesta-gritó el maestro-sal del salón, al menos hasta que mi clase acabe.
-Profesor...lo siento, está bien-dijo abatido el chico.
Salió del salón y pensó en ir a dormir a su habitación, cuando llegó a la sala de estar de los dormitorios notó que estaba su abuelo recibiendo el familiar de un alumno, pensó que ya había fallado el día anterior y que si sabía de su ausencia también ese día le llamaría la atención; de pronto algo lo tomó del saco, era Red.
-Tu ¿pero qué...?
-Cállate, sígueme.
El bello jovencito tomó a Green de la mano y lo llevó hasta las afueras del edificio hasta un bosque espeso.
-¿A donde me llevas?-preguntó el chico.
-Ya lo verás-respondió el jovencito.
Cruzaron un jardín lleno de rosas de varias tonalidades y al final había una hermosa laguna con grandes árboles.
-Este lugar es...hermoso-dijo el castaño sorprendido.
-Hace poco lo descubrí, acá vengo cuando quiero pensar-Red miró al horizonte de la laguna-puedes descansar aquí, nadie viene por estos lados, así que no te podrán molestar.
-Gracias-se ruborizó Green.
-Nos vemos luego, tengo clase aun, descansa-Red corrió a toda prisa.
Green se recostó sobre un gran árbol y cerró sus ojos lentamente ante la luz del sol que atravesaba las hojas de aquel gran árbol.
Al terminar las clases Red buscó por todas partes al castaño, al parecer no estaba en su escondite, trato de encontrarlo a como diera lugar; finalmente lo vio cerca de la fuente.
-Green, te he estado buscando, debemos ir a terminar el trabajo con Sabrina ¿Dónde te habías metido?
-Red, no creas que tienes derecho a que te de explicaciones.
-¿Cómo? Pero...
-Red-dijo soberbiamente-no quiero herir tus sentimientos pero creo que es mejor que no pienses nada de mi, después de todo lo de hace unos días sólo fue un desliz.
-Green-agachó su cabeza el jovencito-no entiendo nada.
-Es simple Red...
-¡No!-gritó el chico indignado-nada de esto es simple ¿no entiendes? Todo esto lo he hecho por ti, pero tu sólo te mientes a ti mismo, es normal que tengas miedo como yo lo tuve, pero...yo me he arriesgado, eres un cobarde-se alejó.
-Red...yo.
-Te espero para terminar el trabajo.
-Red, Green-murmuró Blue oculta tras uno de los muros de la escuela, había escuchado todo.
Era de noche ya Blue, Surge y Brock estaban ultimando detalles para presentar el trabajo del otro día.
-No me gusta tu idea, es estúpida-gritó Blue.
-¿Estúpida? Pues tu idea no es ninguna genialidad-replicó Brock.
-Chicos, cálmense-dijo Surge.
-No escuchas ideas de alguien que tiene mejor habilidad en construcción.
-En absoluto me interesan los consejos de una niña engreída.
-Aghh, eres insoportable Brock.
-¡Suficiente!-dijo Surge dando un fuerte golpe contra la mesa-Blue escribe tus ideas, Brock, tu igual, al final las complementaremos y tomaremos una decisión.
-Si señor-dijeron ambos resignados.
Ya eran las 11 de la noche. Red, Green y Sabrina se encontraban terminando el proyecto.
-Toma, come algo-dejó el castaño un refresco y un sándwich sobre la mesa a Red.
-No quiero-dijo malcriadamente el jovencito.
Sabrina los miró a ambos extrañada.
-Escucha, te dije que comas ¿o acaso te quieres enfermar?-lo tomó de la mano irritado.
-No me importa mucho si enfermo, entiéndelo, no comeré nada que me des tu-le sacó la lengua.
-Ambos están bastante extraños esta noche-los miró Sabrina bebiendo su refresco-Red, no pusiste tu música y estás levemente irritado.
-Claro que no, estoy muy bien-replicó.
-Come-volvió a insistir Green.
-Ya te dije que no quiero.
La noche transcurrió en una leve tensión, finalmente eran las doce; Blue y Brock se dirigían a sus habitaciones.
-Brock-lo llamó la chica.
-¿Si?-respondió el morocho.
-Tal vez en este momento me detestes por lo sucedido hace unos días, pero debes entender que no puedo corresponderte, en realidad yo...
-No te preocupes, te entiendo, siento haber sido tan infantil, no debí ser tan duro contigo cuando fuiste tu sincera.
-Gracias, a decir verdad, como ya te lo dije antes, creo que me interesa otra persona.
-Entiendo, no hay problema.
-En realidad...esa persona es...Red.
-¿Qué? Pero...
-Por favor, no se lo digas a nadie, ni siquiera él lo sabe.
-Entiendo, puedes confiar en mi, tu secreto está a salvo.
-Gracias, que descanses-se marchó.
-Adiós Blue-la miró resignado.
Mientras tanto Red y Sabrina se dirigían a sus habitaciones.
-Buena noche chicos, que puedan descansar-se despidió Green-adiós Red-se sonrojó.
Red cerró la puerta sin emitir una sola respuesta. Green lo dudó por un instante y abrió la puerta de su habitación.
-¡Red!-gritó.
Al salir se encontró con Blue.
-Blue, hola ¿Cómo va todo?-preguntó un poco nervioso.
-Muy bien, gracias ¿andas buscando a Red?
-No, claro que no, o bueno si es que...se le quedó su reproductor de música en mi habitación.
-Entiendo-lo miró Blue compasiva-¿sabes algo? No siempre puedes darte el lujo de dejar pasar oportunidades, lo más probable es que nunca vuelvan-suspiró-toma las cosas en su momento, tal cual como vengan, más si es lo que deseas con tu corazón.
-Blue-se ruborizo-¿por qué me dices eso?
-No se, es una linda noche, es todo-siguió su camino.
-¡Blue!-volvió a gritar.
-¿Si?
-Nada...que descanses-apretó sus puños.
Ya era la 1 de la madrugada y Green daba vueltas en su cama, se sentó en el sofá y recordaba una y otra vez las palabras de Blue. Se levantó y fue a la habitación de Red, golpeó tímidamente un par de veces, pero luego tomó valor y entró al cuarto, donde notó que no estaba
-Pero ¿Dónde podrá estar?
El chico se encontraba en su escondite secreto tirando piedras sobre la laguna.
-Estúpido Green, es un engreído.
-No sabía que pensara eso de mi-lo interrumpió en su labor
-Green-su voz se agudizó- ¿qué haces aquí? Te advierto que si vienes a insultarme te puedes largar-lo miró indignado.
-Red...yo...-veía tímido al jovencito.
-No tienes el valor para decirme lo que piensas-se levantó molesto dispuesto a marcharse-eres un...
Las palabras de Red fueron cortadas por un cálido y tierno beso que lo hizo estremecerse, ambos chicos se sentían morir en aquel gran momento ante la luz de la luna y las estrellas y ante la fresca brisa de verano.