Las grandes y fuertes pinzas de la cabeza de Pinsir se comenzaron a cerrar, Charmeleon gritaba de dolor.
-Charmeleon, creo que será mejor si me doy por vencido-susurró Red
-No lo hagas-le gritó Green tomándolo de la mano-debes seguir hasta el final, solo debes hallar una manera para que Charmeleon se suelte.
-Lo tengo-exclamó el jovencito-Charmeleon, utiliza tu rugido especial, un rugido que asuste lo suficiente a Pinsir como para que te suelte un poco.
Charmeleon tomó valor y rugió tan fuerte que el Pinsir dudó un instante y lo dejó caer.
-Perfecto, ahora usa arañazo para bajar su ataque.
Charmeleon pegó en el abdomen del bicho un arañazo certero.
-¿Qué? Maldición-gritó el desafiante-Pinsir utiliza agarre de nuevo.
-Charmeleon, acábalo con ascuas.
El ataque de Pinsir falló y Charmeleon lanzó una gran flama.
-Pinsir, fortaleza-gritó el desafiante.
Se levantó una gran humarada que no dejaba ver a ninguno de los chicos lo sucedido, después de un rato se observó ambos Pokemon aun en pie de lucha.
-Perfecto, mi Pinsir resistió el ataque, ahora acaba con él, movimiento sísmico.
El desafiante dio la orden y su Pinsir se desplomó.
-¿Cómo? dijo el sujeto sorprendido.
-¿No lo entiendes? Idiota-respondió Green-te lo explicaré, cuando diste la orden a Pinsir de que se defendiera ya era muy tarde, el daño ocasionado por el fuego de Charmeleon fue bastante grande, sin contar de que el ataque de guillotina lo tenía ya exhausto.
-Demonios, yo no quería perder.
-Eso lo sabemos amigo, ahora pon el sello en la tarjeta-rió el castaño.
Mientras tanto Misty y Blaine se encontraban perdidos.
-Te digo que no es por acá-dijo el científico.
-Estoy segura que es por estos lados.
-De ir en la dirección correcta hace rato nos hubiéramos encontrado con algún desafiante.
-Cállate ¿Cómo osas a cuestionar a la gran Misty?
-Como tu digas, chica, mira lo que hay sobre esos árboles, maldición-observó horrorizado.
Red y Green finalmente pudieron encontrar la llave llegando a la puerta que abría la salida del bosque verde.
-No puedo creer que hayamos ganado-dijo Red emocionado.
Al pasar la puerta notaron que todo estaba oscuro y en silencio.
-¿Qué rayos sucede aquí?-preguntó Green desconfiado.
-A lo mejor es una fiesta sorpresa.
-Esto es bastante sospechoso.
De repente las luces se encendieron, Red y Green cerraron los ojos cegados por la luz.
-Felicidades-se oyó una voz familiar.
Los chicos abrieron sus ojos notando que se trataba del profesor Akira.
-Profesor-exclamaron ambos chicos.
Notaron que los maestros y el director estaban amordazados.
-Me tomé el trabajo de venir porque no deseaba perderme este gran evento, quiero darles mis felicitaciones sinceras, Butterfree, paralizador.
El Pokemon batiendo sus alas dejó caer un polvo de color naranja que impidió a ambos chicos escapar o defenderse.
-Maldito, todos estaban preocupados por usted, incluyendo a mi abuelo ¿esa es la forma en la que le paga?
-Green, Green, no seas insolente chico-sonrió Akira mientras le propinó una patada en el estómago al chico.
-Oiga-gritó Red-déjelo en paz.
-Vaya, miren a quien tenemos acá, es el niño prodigio ¿quieres probar una cuchillada de mi Scyther?-dijo el malvado hombre tomando al jovencito del cuello bruscamente.
-Déjelo en paz maldito-gritó Green alterado-déjelo, lastímeme a mi, pero a él déjelo en paz, por favor.
Red quedó en shock junto al profesor Oak.
-Qué conmovedor, muy bien si quieres ser tu el primero en sufrir no tengo problemas, pero antes, voy a dejar un regalo a la escuela-Akira oprimió un botón.
Al hacerlo comenzaron a salir de los árboles varios Beedrill que empezaron a atacar a los estudiantes, ninguno podía escapar, al parecer todas las entradas habían sido selladas con máxima seguridad. Todos gritaban horrorizados y trataban de defenderse con sus pokemon al menos con los que aún no habían sido envenenados.
-Monstruo, estas personas fueron sus alumnos, lo estimaban-gritó Red.
-Eso, no me importa, ahora me llevaré todo lo que me pertenece y haré que esta escuela sea una guarida para mis planes.
Akira se puso su abrigo y al voltear Red notó que tenía en su nuca un chip muy parecido al de los Pokemon que lo habían intentado atacar. Akira salió por un momento, Red comenzó a moverse violentamente para alcanzar a tomar su poke-ball con Charmeleon en el interior, finalmente lo consiguió.
-Charmeleon, corta este polvo paralizador con ascuas.
Unas llamas controladas del pokemon permitieron acabar con el efecto de Butterfree, Red y Green se trataron de poner de pie, de repente entró Akira de nuevo.
-¿Qué creen que hacen estúpidos?-dijo el malvado hombre molesto.
-Charmeleon, cuchillada-gritó el azabache.
El pokemon propinó un golpe en la mano de Akira, el cual tiró al suelo el control que dominaba los Beedrill.
-Maldito pokemon de pacotilla-decía Akira mientras trataba de detener su mano sangrando-Butterfree psícorayo.
-Charmeleon, rugido.
Butterfree se intimidó con el rugir de Charmeleon por lo que no pudo atacar.
-Ahora ascuas.
Fue un ataque certero para el Pokemon de Akira.
-Imbéciles, pronto volverán a saber de mi-dijo Akira escapando.
Una vez todo fue controlado se necesitó trasladar a centros Pokemon y a hospitales los pokemon y los estudiantes que habían sido envenenados o heridos por el ataque de los Beedrill, el concurso fue cancelado por lo que no hubo ganadores.
-Misty, veo que estás bien, me alegro-dijo Blue-a decir verdad la pase muy bien hoy con Brock, exceptuando lo del incidente con los Beedrill.
-Noto que me quieres molestar Blue.
-En absoluto, pero sabes...siempre he detestado la gente insegura, así que si no tomas una decisión yo podría quedarme con ese chico.
-¿Qué? Como te atreves a decirme eso-respondió molesta la chica-estúpida-susurró.
-Como sea, voy a la enfermería a visitar un rato a Jigglypuff.
-Misty ¿estás bien?-preguntó Blaine.
-Blaine, ehh, si, gracias, pensé que ya te habías ido.
-No, en absoluto.
Misty se lanzó al científico y le dio un beso, en ese instante pasaba por allí Erika quien se quedó paralizada al ver la escena, al reaccionar salió corriendo y se estrelló con Surge en el pasillo.
-Disculpa Erika, creo que debí prestar atención-dijo el rubio.
-No te preocupes, es mi culpa, adiós.
-Erika, la verdad yo...este-el chico se sonrojó-necesito darte esto-sacó la carta de su bolsillo.
-¿Qué es eso?
-Qué demonios...Erika me gustas, no sé cómo expresar esto que siento por ti.
-Te gusto-agachó Erika la mirada-todos son iguales.
-¿De qué hablas?
-Toma tu tonta carta-la tiró a la cara de Surge-no me interesa nada que tenga que ver contigo ni con nadie-salió corriendo llorando.
-Ella me ha...humillado-dijo Surge con voz quebrada-maldición, maldición-tomó la carta entre sus manos y la hizo añicos, comenzó a golpear las paredes brutalmente-abrí mi corazón y me haces sentir un insecto, muy bien Erika, juro que lo lamentarás-apretó sus puños.
Red y Green se encontraban en la habitación cenando.
-¿Puedo preguntarte algo Green?-lo miró tiernamente el jovencito.
-Está bien-respondió el chico extrañado.
-¿Aun conservas la carta que te di cuando éramos niños?
-A decir verdad...no lo se.
-Creo que solo tu lo sabes.
-No lo recuerdo Red ¿por qué la insistencia?-respondió molesto.
-Es que...solo deseo saber-agachó la mirada.
-Yo...la perdí o la boté en algún momento, la verdad no lo recuerdo bien.
-Entonces no la tienes-susurró.
-Supongo-siguió comiendo.
-¿Quieres decir que se perdió como si hubiera sido cualquier cosa para ti?-se levantó de la mesa.
-No entiendo por qué el drama.
-Tu nunca entiendes nada, aunque esa carta te la di cuando éramos unos niños, todo lo que escribí en ella, era cada uno de los sentimientos que tenía, tengo y tendré por ti idiota, hace unos días me quedé callado ante las cosas, pero quizá me gustaría algo serio contigo, algo que no deba esconder.
-¿Co..co..como serio?-lo miró sonrojado e irritado.
-Ya sabes, tener citas, hacer cosas de novios.
-¡Novios! Creo que estás hiendo algo rápido-soltó su tenedor.
-No Green, creo que tu te estás quedando en el mismo punto, últimamente me frustra mucho el hecho de que deseo tomar las cosas en serio, pero tu...de ser así prefiero hacerme a un lado, buenas noches-corrió y cerró la puerta.
El castaño quedó estático en la mesa.
-Tonto, ni me dejo terminar mi cena-suspiró.