Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Innocent? por HarumiUzumaki

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Una one-shot creada sin fines de lucro.  Inspirado en un episodio de la serie “Mujeres Asesinas”  no recuerdo el nombre, pero la historia contaba que el personaje principal era acosada por su cuñada.  Si alguien sabe el nombre del episodio me avisa.

Los personajes pertenecen a Kishimoto-san, la historia es creación mía.

Notas del capitulo:

Espero les guste la historia, se me vino de un momento a otro y como la tenía ahí guardada decidí publicarla, como una compensación de la semana pasada y esta, por no subir capítulos de la otra historia.

Mas aclaraciones sobre el fic, en las notas finales…

¿Innocent?

 

Creo que debería empezar desde el principio. Para que todos entiendan las razones por las que cometí tales actos, y uno que otro error, de los cuales, no me arrepiento de nada.

Mi interlocutor, que ahora me está interrogando, sabe cómo empezó todo esto, pero ustedes, dudo que entiendan si comienzo respondiendo sus preguntas y no primero las de ustedes; así que, a él lo dejare esperando, en ese clásico silencio incomodo que se forma después de una pregunta un tanto sabida y cierta.

No le echare la culpa a él, creo que nunca paso por su cabeza lo que ellos me harían cuando me los presento, pero en parte, tiene mucha responsabilidad, ya que si no fuera por él, nunca los hubiera conocido y mucho menos, hablado.

 Naruto, el mejor amigo que cualquiera pudiera tener, es, en parte, el responsable de todo este desastre.

Cuando me pidió acompañarle a la fiesta de su compañero  de universidad, la cual me convenció con: “Necesitas divertirte y salir un poco. Venga, acompáñame que no te arrepentirás”, no me paso por la cabeza, qué, conocería a las personas más raras y mórbidas de toda mi vida.

Y eso que aún no he vivido demasiado.

Al llegar a dicha reunión, todo transcurrió tranquilo y normal, como en cualquier reunión; hasta que a mi querido amigo no se le ocurrió mejor idea que presentarme a su compañero y al hermano de este.

-Sasuke, Itachi. Les presento a Gaara, mi amigo de infancia.

Me palmo la espalda y de un delicado empujón, me hizo dar un paso hacia ellos.

-Ellos son los hermanos Uchiha.

Me susurro, sonriendo, mirando cordialmente a los dos presentes.

Yo solo atine a sonreírles y devolverles el saludo. Pero. ¿Quién diría que después de eso comenzaría todo el calvario?

Recuerdo que Naruto se iba de viaje a una excursión, y como yo vivía con él por el momento (y no entrare en detalles de porqué), él les pidió a los hermanos Uchiha que se quedaran a mi cuidado. No es que yo lo necesitara.  Solo que el temía que me pasara algo malo en su ausencia. -Y de ahí aprendí a que no es bueno confiar de las personas que recién conoces. A menos  que ellas sean normales-. Como necesite de su protección en aquellos días de intranquilidad.

Así que algo resignado, acepte ir a quedarme con ellos en su hogar.

Aun no entiendo el porqué del mal presentimiento de mi amigo. Si yo era capaz de quedarme solo en nuestro cuarto, ¿no sé porque tuvo que dejarme con ellos? Pero luego lo entendí. Mi hermana lo había amenazado: “de que si me pasaba algo malo, él la pagaría muy caro”. Así que intuyendo que tenía que proteger su pellejo, no se atrevió a dejarme solo, y es por eso que su cerebro formulo la mejor manera de no hacerlo: “dejarme con personas confiables que él conocía

Si supiera que ellos fueron todo menos eso.

Me costó adaptarme a sus horarios y reglas, pero lo hice, hice lo mejor que pude, pero aun no entiendo en que falle: si en ser demasiado obediente, muy fiable o en darles mucha confianza.

Yo soy de las personas que respetan y quieren que les respeten, que tan confianza, pero no demasiada, que son fiables, pero no al extremo; y sobre todo, que sean demasiado confiadas con los demás, como para darles cabida a algo más.

Y en eso creo que falle más. Fui demasiado confiado con ellos. Que al darles la mano…, ellos se pasaron hasta el codo. Y en este caso, la confianza necesaria como para que me volvieran su juguete.

Y en parte, me arrepiento de haber sido tan confiable y fiable con ellos.

Contarles el comienzo de nuestro compañerismo, vivencia  y “amistad”, seria de más, algo demasiado largo y aburrido que narrar. Así que mejor pasare al comienzo de toda la hecatombe. Y quien fue el responsable de iniciarla. ¡Porque sí!  Siempre hay un responsable para todo desastre ocurrido. Y en esta ocasión, Sasuke es el ganador. Sí. Ese Sasuke por el que todas y todos mueren, ese ser que es capaz de provocar tragedias y catástrofes a causa de sus acciones, ese ser, que se atrevió a perturbarme.

Ahora sí, creo que también mi interlocutor, si, ese al que deje en ascuas al no responderle, también se volverá participe.

-Tendría que contarte lo de esa noche, para que así me entiendas mejor.

Él se giró al escuchar mi bajita voz, que por alguna razón llamo su atención. Ya que a mi parecer susurre tan bajo esas palabras que cualquier persona normal la hubiese ignorado con justa razón. Pero ese no fue el caso en esta ocasión. Ya que el silencio generado por mi omisión, fue de factor ayuda a su audición.

Pero dejémonos de versillos tontillos y centrémonos en lo más importante de esta exposición.

-Comienza por donde quieras. Yo solo quiero saber el porqué de tales acciones.

Se sentó otra vez frente mío y comenzó a observarme razonable. Con cierta chispa de culpa y lamento en sus ojos.

Yo solo sonreí de lado, y suspirando hondo; preparándome para comenzar.

-Aquella noche de verano… -vacile por un momento al no recordar muy bien cómo empezó todo. –no recuerdo la hora ni el momento en que comenzó, solo lo que paso cuando reaccione. –desvié la mirada un poco incómodo, me costaría contar aquello, ya que a cualquiera que viviera esa experiencia, le costaría relatar lo acontecido. –Una mano recorría lentamente de mi cadera hacia mis muslos, en un masaje apacible y titubeante. Como si estuviera dudoso en hacer lo que hacía. Pero no se detuvo en su acción, sino que prosiguió hasta mi bajo vientre, en el que se contuvo al  escuchar el gemido de sorpresa, protesta y miedo que emití.

Algo nervioso gire el rostro para encararlo, -tengo que aclarar que en esos momentos yo estaba de costado-, y me arrepentí de haberlo hecho, ya que esperaba que fuera otra persona, y no al que estaba comenzando a considerar mi amigo.

 Sasuke, un tanto asustado se alejó un poco de mí. Creo que no esperaba mi despertar. Pero luego, a lo que yo imagino medito la situación, me apreso, haciéndome girar para encararlo, y sujetándome de las manos, impidió que me moviera por un largo rato.

Solo nos miramos los primeros minutos en completo silencio. El analizando mis gestos, y yo, el porqué de su reciente comportamiento.

No supe en que momento paso, pero cuando me di cuenta, él ya me estaba besando. De una manera que… -me ruborice recordando. –no le encuentro palabras para describirla.

Una de sus mano, bajo lentamente recorriendo todo mi cuerpo, hasta volver a detenerse en mi bajo vientre, en el cual dudo unos instantes, pero luego prosiguió a tocarme con descaro y lujuria todo lo que quiso.

Puso resistencia al principio, pero, al sentir esas raras sensaciones y al ser la primera vez que me tocaban de esa manera, me deje llevar por el momento. Y vine a reaccionar cuando me vi expuesto. Ya que al volver abrir los ojos, divise la cabeza de Sasuke entre mis piernas, y yo completamente desnudo en ese blanco lecho, disfrutando de esas nuevas sensaciones con locura. Que si no hubiese sido por el miedo que sentí al sentir sus dedos en mi extremidad, de seguro habría continuado con aquello hasta llegar al final.

Algo temeroso le pedí que se detuviera.

En esos momentos solo pedía que no se enojara por lo que dije y se fuera tranquilo sin armar problema. Y al parecer, se cumplió todo a pedir de boca.

Ya que termino con la labor en la que estaba, haciéndome sentir en la máxima gloria, se dispuso a dejarme como me encontró, y de un beso agitado y una disculpa vacilante, se marchó sin  tanto sosegarse.

Los días siguientes fueron de lo más normales. Yo lo evitaba lo mejor que podía, pero había momentos en que la suerte estaba de su lado y me acorralaba en lugares solitarios.

Y ni hablar de lo que me hacía. Yo era como un muñeco para él, que me dejaba hacer y deshacer a su manera.

-¿Tu permitías que te hiciera de todo?

-¡Claro que no! En esos momentos solo era coqueteo, juegos y caricias, nada más. –aclare mirándolo con recelo. –Ya que si quieres saber lo demás, te pido querido amigo, no me vuelvas a interrumpir.

-Disculpa. Continua, por favor.

-Gracias. ¿Por dónde iba? ¡Así! Los encuentros “casuales” que teníamos. Que no eran para nada casuales.

En esos momentos trataba de oponer resistencia, pero, la inexperiencia, las sensaciones causadas por sus atenciones, lograban distraerme de una manera que… solo al sentir la intromisión de sus dedos en mí, hacían que detuviera todo, por el momento claro, ya que cada qué que él ponía sus manos y labios sobre mí, una extraña fuerza me vencía y hacia que me entregara a él por casi completo.

Esa actitud que él causada en mí, me asustaba. Me dio mucho que pensar. Noches largas de insomnio me hacían meditar lo que ocurría y hacía.

No voy a negarlo, me gustaban los chicos, para ser sinceros, uno en espacial. Pero hacia mucho que no lo veía, que creo que fue esa la razón que me orillo hacer lo que hacía, ya que Sasuke me recordaba mucho a él, y por una extraña razón, me deje llevar por esta sinrazón.

Estaba reflexionando en si seguir con su jueguito o cortarlo de raíz, pero no voy a negarlo, me gustaba lo que hacíamos y quería continuar, pero claro, sin que haya nada carnal.

Recuerdo que ese día salí a pasear. Regrese un poco tarde, así que para no hacer ruido ingrese lo más sigiloso que pudo a la casa. Estaba por llegar a mi habitación cuando un ruido proveniente del cuarto de Itachi llamó mi atención.

Me acerque cauteloso, y para suerte mía, la puerta estaba entre abierta, no quería parecer un chismoso, así que solo me aseguraría que nada malo pasaba ahí dentro y luego me marcharía a mi habitación.

Pero lo que vi me dejo más que preocupado, sorprendido y un tanto asustado.

Itachi estaba con alguien en la cama. Sé que eso suena normal, pero, la persona que estaba precisamente con él era otro chico. Y no es que me incomodara, y bueno si me sorprendió un  poco aquello pero…, lo que si llamo mi total atención es que…  la persona que en esos momentos él estaba besando y embistiendo, era precisamente su hermano.

Sasuke, estaba bajo Itachi pidiendo más y abrazándose al cuerpo de su hermano como si su vida dependiera de ello.

Cambiaron de posición, Sasuke terminado encima de él, cabalgando, como si montara a un caballo, apoyando sus manos en el firme y musculoso pecho de su hermano, y este, sujetándolo firmemente de la cintura, continuaron con la escena más rara y perturbadora que haya visto. –hice una pausa, tratando de calmar mis nervios y la posible excitación que estaba comenzando a tener al recordar aquello. –Sé que para ti eso también debe de ser raro.

-¡Y lo es! ¡Por dios! Los dos, siendo hermanos, ¿Cómo podían hacer aquello?

Sonaba turbado, creo que lo que relate le sorprendió y asombro, como a cualquiera le haría. Ya que si los dos no hubiesen sido hermanos, creo que no habría ningún problema. Ya que mi oyente es tan de mente abierta como yo. Que si le hubiese relatado que lo vi con otro hombre teniendo relaciones, no le hubiese alterado tanto como estaba.

-Nadie sabe los porqués de las personas, así que ni tú ni yo tenemos porque juzgarlos. Ellos eran y hacían las cosas a su manera.

-Si lo sé, pero, me cuesta asimilar lo que contaste.

-A mí también me costó en su momento. Ahora. ¿Me dejaras continuar? –asintió, y yo un poco más calmado, continué con mi relato. –Estaba pasmado, viendo la escena un tanto incómoda y asqueada, me costaba creer lo que veían. Así que para evitarme el malestar, y alejarme de ellos por sus raros comportamientos, me decidí irme a mi cuarto, pero, al alzar la vista, me topé con esos ojos oscuros que me miraban con lasciva desde la distancia.

No sé por qué, pero, me le quede viendo. Analizando los movimientos de sus caderas y escuchando atentamente los gemidos que emitía.

Por alguna razón tuve la necesidad de querer tocar esa blanca piel y ser yo el que estuviera sobre el gimiendo de esa manera.

Mis mejillas comenzaron arder, y un cosquilleo repentino se ubicó en mi bajo vientre, despertando a mi pene, que se comenzó a endurecer.

Trate de calmarme, de evitar mirarles pero… el deseo pudo más.

Sasuke me sonrió con sorna, estiro una mano hacia mí y con el dedo índice comenzó a llamarme repentinamente.

Él quería que me uniera aquello, y yo, lo deseaba con todas mis ganas, pero, el girar del rostro de Itachi y el encontrarme con su mirada, hizo que saliera corriendo de ahí, y me encerré en mi habitación.

Pensé toda la noche en lo ocurrido y me decidí que hablaría con Sasuke para acabar con aquello e irme de ahí lo más antes posible. Ya que si seguía en ese lugar, terminaría teniendo sexo con ambos, participando en ese incesto, y conmigo, orgia.

Así que decidido baje hablar con él, pero lo que me encontré me sorprendió bastante, Itachi estaba solo en la cocina, que al verme entrar, pidió hablar conmigo.

Contarte sobre la plática que tuvimos es de más. Solo te diré que se disculpó por lo que vi, me pidió discreción y me ofreció un chocolate como distracción. Ya que lo que seguiría de ese día, era chico a lo que vi en la noche anterior.

Al ya saber sobre la relación incestuosa que ambos tenían, se comportaban como un apareja y no como hermanos, delante de mí. Incomodándome en algunas ocasiones, y disgustándome en otras, ya que lo que hacían no estaba realmente bien que lo hicieran delante de otra persona, si querían tener más intimidad, como aquella vez que los pille teniendo sexo en la cocina, deberían de  haberse ido a alguno de sus cuartos.

Luego de encontrarlos jugueteando y copulando en distintas partes de la casa, me siguió los coqueteos y chantajes de Itachi, ya que al parecer nos había visto y fotografía algunas veces a Sasuke y a mí haciendo cosas, ¿Cómo él las llamaba? ¡Ah… si! Indecorosas. En algunas partes de la casa, y se las mostraría y diría a todos lo que me conocían para que sepan la clase persona que era.

-¿Y qué hiciste al respecto?

-No supe cómo defenderme en esos momentos, así que acate a sus chantajes y pedidos.

-¿Qué eran…?

-Tener sexo con él. –mi interlocutor me miro asqueado, como si estuviera viendo algo abominable.

-¿y accediste?

-Acaso tenia de otra. –contesto con desdén. –Mi reputación pendía de un hilo y solo tenía esa salida.

-¿y te acostaste con él?

-¡Así es!

Los recuerdos de ese día me llegaron de un sobresalto. Era mi primera vez y nunca la voy a olvidar.

Me llevo a su habitación, y después de haber echado seguro a la puerta, se aproximó a besarme. Lo hizo de una forma suave y dulce, su beso no me disgusto, al contrario, me pareció lindo y con sentimiento.

Una pequeña batalla de lenguas se libró cuando invadió mi cavidad. Yo trate de corresponderle lo mejor que pude, pero él era más experto y me deje guiar por él en todo momento.

Delicadamente me quito la ropa y de un suave movimiento me recostó en la cama, terminando el sobre mí.

Beso y acaricio cada centímetro de mi cuerpo, haciéndome estremecer y gemir cuando mordía o succionaba en algunos puntos débiles que encontró.

Lo que hizo en mi entrepierna me es difícil de describir. Ya que no solo lamio y succiono como quiso a mi órgano viril, sino que me hizo experimentar sensaciones que nunca creí sentir, y al tener mi primer orgasmo, me hizo llevar al cielo de una manera que ni siquiera su hermano logro.

-¿Eso te gusto pequeño? –pregunto después de tragarse toda mi esencia, alzar la vista para verme de la forma más hermosa que me han visto, y acariciarme la frente, quitando los cabellos que estaban pegados  a mi frente por el sudor.

Yo solo asentí con un movimiento de cabeza y él sonrió, acercándose a besarme.

 Ahora entiendo a Sasuke y el porqué de ese cariño hacia su hermano. Él es tan delicado y atento en esas circunstancias, y ni hablar del buen físico que se maneja, y de lo amable y respetoso que es con los demás.

Así cualquiera termina queriéndolo. Como lo hice yo.

Me preparo con una delicadeza y paciencia, que si no hubiese sido el pasar vergüenza por no tener tanto aguante, me hubiese corrido solo con sus dedos. Y ese que los movía de una manera que… nunca voy a olvidar.

-¿Listo? –pregunto, terminándose de acomodar entre mis piernas y rozando levemente su miembro con mi entrada. Me estremecí al sentir ese roce y con algo de pena murmure…

-Sí, pero, ve con cuidado. –cerré los ojos.

-Eso siempre. –susurro, comenzando a adentrase en mí.

Me dolía, se sentía raro y cálido a la vez. Algo palpitante y grande adentrándose en mí. Agarre con fuerza las sabanas y me mordí el labio inferior para no gritar.

Cuando ya estuvo completamente dentro, me beso para tratar de calmarme, y con su mano libre, comenzó a masturbarme lentamente, haciéndome olvidar por momentos del punzante dolor que sentía ahí abajo.

Comenzó con un lento vaivén, no queriendo apresurar nada, pero conforme pasaban los minutos, las embestidas se hacían cada vez más rápidas y fuertes. Que en toda la habitación lo único que se escuchaba era en rechinar de la cama, los suspiros de Itachi y los sonoros gemidos, casi gritos, que salían de mi garganta, la cual la sentía seca y rasposa por tales rugidos que emitía.

Sentí que el final estaba cerca, así que abrazándome fuertemente a él, llegue al clímax gritando su nombre, quedando agitado y con algunos espasmos por lo recién vivido.

El tardo un poco más en acabar, que con un par de embestidas más, termino dentro de mí. Recostándose en mi lado al salir con cuidado de mi interior.

-Eso estuvo genial, ¿no lo crees? –me sonrió con cariño, acomodándome el cabello.

-Sí, lo estuvo. –conteste con una pequeña sonrisa, mirándolo como si él fuera un ser mágico. Y claro que lo era, era el mismísimo diablo en persona, solo que disfrazado de la forma más hermosa e irreal que cualquiera podría creer. 

Si tan solo yo hubiese sabido eso antes de entregármele y sucumbir a sus jueguitos perversos, creo que otra seria la historia. Pero ya les contare de eso más adelante.

Alce la vista, captando la mirada inquisidora de mi interrogante, que apoyado en el respaldo de la mesa, le daba un toque de distraído y aburrido.

-¿Ya meditaste como es que vas a seguir tu relato? –pregunto en un susurro.

-Sí, continuare. Y tratare de excluir algunas partes que podrían incomodarte.

-Gracias. –dijo volviendo a su postura normal y mirándome atentamente.

-Lo que prosiguió de aquel día, es difícil de contar. Solo te puedo decir que me volví un juguete más en su jueguito incestuoso y perverso.

Todos los días teníamos sexo.

Itachi logro convencerme para que Sasuke también participara en nuestros casuales encuentros, que se ocasionaban a cualquier hora del día, y yo, tontamente enamorado acepte encantado.

Describirte lo que hacíamos los tres en aquella orgia, sería demasiado fuerte, solo te diré que terminábamos realmente cansado y a veces mal por los juegos, que dejare a tu imaginación, realizábamos.

Todo estaba bien. Teníamos empatía, conjugábamos bien en esos momentos, realizábamos la fantasía del otro, todo iba de maravilla…

-Entonces, ¿Qué fue lo que paso para que tu…?

-Cierta confesión de amor que nunca debí hacer.

-¿A quién te le confesaste?

-A quien crees que va ser… -le mire escéptico. –A la manzana de la discordia. A él, a Itachi.

Ese día le prepare una comida espacial, solo que no contaba con que Sasuke estaría ahí, pero estaba bien, él también debía escuchar, y tal vez así terminaba con esa enfermiza relación entre los dos. Pero nada salió como lo planee.

Cuando le dije a Itachi lo que sentía por él, este solo se me quedo mirando sorprendido y luego se echó a reír, diciéndome: -“Como se te acurre decir eso. Gaara, lo que hay entre tú y yo solo es sexo”. Eso me dolió y mucho, y más la cara de odio que me dedicaba Sasuke en esos momentos.

Así que cargando el poquito orgullo que me quedaba, me retire, disculpándome por haber dicho tremenda estupidez, y a paso rápido me encerré en mi alcoba.

Lloré, como cuando murieron mis padres. Me lamente, por haber cometido esa estupidez. Me pregunte, ¿por qué no me quería? Me recrimine, el ser tan estúpido y confiado. Y planee, planee averiguar por qué Itachi no me quería como yo a él.

-¿Y qué te incito cometer tal acto contra Sasuke? –pregunto alterado, yo solo le sonreí de lado, recordando ese día perfectamente.

-La idiotez que me dijo. –mi interlocutor me miro asustado, esperando que comenzara. –Cuando se me paso todo el malestar y la rabieta, decidí salir a indagar. Y me fastidio de sobremanera… ver como Itachi, besaba y abrazaba a su hermano. Creo, que eso fue la gota que derramo el vaso, pero decidí dejarlo pasar, ya que ellos siempre actuaban así, así que no quise pensar mal y tampoco malinterpretar lo que vi.

Al regresar de la universidad, me topé con Sasuke en el estudio, recuerdo que ingrese para buscar una tarea, y a él lo halle ahí, con un libro entre sus manos y dedicándome una sonrisa hipócrita.

-Necesitamos hablar –dijo dejando el libro sobre el escritorio y acercándoseme lentamente.

-Yo no tengo nada que hablar contigo. –conteste dándole la espalda y caminando hacia el ordenador.

-¿Por qué lo quieres? –inquirió de la nada, deteniéndose a escasos centímetros de mí.  -¿Qué tiene el que no tenga yo?

-No quiero hablar del tema, Sasuke. –lo ignore, comenzando a teclear.

-Sabes que él nunca te querrá, ¿verdad? 

-¿Por qué lo dices?

-Creo que deberías comenzar a olvidarlo y empezar a estar con otras personas.

-¿Alguien como tú?

-Podría ser. Ya que yo si te voy a querer, y no como él.

-¿Por qué  estás tan seguro de eso?

 Se me acerco, inclinándose hacia mi oído y susurro, melosamente.

-Porque al único a que Itachi ama es… a mí. –soltó con una naturalidad que me paralizo.

Algo dentro de mí en esos momentos de rompió, y el escuchar la risita exasperada de Sasuke, al alejarse,  no ayudo mucho.

Que no lo pensé ni dos veces, que agarre el abrecartas, que estaba a un lado del engrapador, y me le acerque corriendo, apuñalándolo por la espalda.

El emitió un grito desgarrador llevándose la mano a la zona dañada y volteándome a ver, que estuvo a punto de decir algo, cuando otra vez le clave el pequeño cuchillo en el pecho. Volvió a gritar, y esta vez lo apuñale en el estómago, tumbándolo al suelo, y yo cayendo sobre él.

-Eres un maldito… enfermo… -musito, votando sangre por la boca. –el… nunca te va querer… Aargh –grito al sentir, de seguro, la nueva perforación que le hice en el hombro.

Me puse de pie, mirando cómo se quejaba retorciéndose de dolor, y hasta me sorprendió su resistencia, -que ya la conocía de antemano en la cama, pero no en esta faceta- , ya que la mayoría de la gente se muere con la tercera puñalada o así es como lo pinta en las películas, pero parece que en la vida real, todo es diferente.

 Vi cómo se giró, arrastrándose, tratando de llegar a la puerta. No se lo permitiría. Así que me le acerque, le tome por el pelo, y estirando su cabeza hacia atrás, me acerque a susurrarle al oído.

-Ya verás que al no estar tu… el me querrá. –masculle, acercando el abrecartas a su cuello, y rozando levemente el acero con su piel.

Me aleje a ver mi obra de arte, Sasuke tendido en el suelo, bajo un pequeño charco de sangre, que se formaba bajo su pecho.

Sonreí triunfante, al fin Itachi sería solo mío.

Escondí el cuerpo inerte de Sasuke, en la ducha del sótano, lo cubrí con hielo para que me ayudara en su lenta descomposición. Limpie lo mejor que pude el desastre del estudio, y me tome mi tiempo para asearme y ponerme atractivo para Itachi.

Para que describir lo que hicimos esa noche en la alfombra, si basta con resumir que me beso hasta la sombra… y un poco más.

Todo transcurría tranquilo, hasta que Itachi se comenzó a preocupar por la ausencia de su “hermanito”, trate de distraerlo, diciéndole que siempre se iba temprano a la facultad y que regresaba tarde y cansado, y que era por eso que no se unía a nuestros jueguitos. Pero al parecer no lo convencí del todo, que informándome, que pondría una denuncia por desaparición, hizo que esa misma noche planeara decirle la verdad.

Lástima que no salió como yo esperaba.

-¿A qué te refieres?

-No impacientes, ya lo sabrás. –dije conmocionado, queriendo ya terminar con este relato, que para serles sinceros, ya estoy algo cansado. –Bueno… ¿por donde comenzar? Claro, por ahí, no puedo excluir nada.

Aquella tarde, al informarme aquello. Me decidí a decirle la verdad.

Le prepare un delicioso almuerzo, lo atendí de las mil maravillas, y me lance, a preguntar lo que tanto quería saber mi receloso corazón.

-Itachi… tú… ¿a quién quieres de verdad?

Me miro expectante, crédulo por lo que acababa de oír.

-¿Enserio quieres saber? –pregunto tranquilo, mirándome atentamente. Yo solo asentí. –Muy bien. Ese chico… -lo mire sin entender. –El amigo de Sasuke –seguía sin entender- , el chico rubio que te nos encargó.

-¿Naruto? –pregunte un tanto ignorante.

-Sí, el.  Él es al chico que quiero. –sonrió esperanzado, como imaginándose, encontrarlo de nuevo.

-Se dónde está Sasuke. –dije de la nada, comenzando a caminar.

-¿Enserio?

-Sí, sígueme. –pedí, comenzando a acercarme al pasadizo. Bajamos al sótano, Itachi me seguía un tanto curioso, abrí la puerta del pequeño baño que había ahí, y guiándolo hacia la ducha, le mostré, al correr la cortina, el cuerpo putrefacto de su hermano.

Se sobresaltó y se agacho a tocarlo, comprobando si estaba tan muerdo, como su misma descomposición de varios días, demostraba.

-¿Qué… paso? –pregunto aun pasmado.

-Lo mismo que te pasara a ti por quererlo a él. –musite.

-¿Qué? –voltio a verme, y el cuchillo que tome de la mesa, termino clavada en su laringe. -¿Por qué?  -balbuceo llevándose la mano al cuello, tratando de detener la hemorragia.

-Por no quererme. –le rasguñe una mejilla. –Por querer a alguien que nunca te hará caso. –lo apuñale. –Y por haber jugado con mis sentimientos. –Grite, apuñalándolo directo en el corazón. Emitió un lamentable gemido, y se desplomo de espaldas al piso.

Lo miro con odio, y sonreí triunfante al haber acabado con su miserable vida. Mire mis manos, y me alegre de que estuvieran bañadas con su sangre. Acerque el cuchillo a mi boca, y con mi lengua saboree su sangre, dulce y salada a la vez, tal como era él.

Acomode su cuerpo al lado de su hermano y los cubrí con más hielo, limpie la sangre esparcida en el piso, y me limpie yo, tratando de borrar todas sus impurezas de mi cuerpo.

-Y los dos cuerpos, están ahora en la casa. –asentí. –Escondidos en esa bañera, bajo hielo, en el sótano. –volví asentir. -¿Ahora qué vas hacer con ellos?

Alce la vista y lo mire suplicante.

-Tú tienes que ayudarme a desaparecerlos… Naruto. –dije poniéndome de pie y abrazándome a su cuello. –Y no sabes cuánto me alegra, que tú nunca hallas querido a Itachi. –oculte mi rostro en su cuello. –Y gracias por seguir siendo mi amigo a pesar de todo, y acogerme otra vez en tu casa.

Sentí sus manos rodear mi cintura y apretarme a su cuerpo.

-Todo sea por remediar el holocausto que viviste junto a ellos. –murmuro cerca de mi oído, acariciando mis cabellos. –Mi Gaara-chan. –se lamentó. –Todo lo que has vivido y las cosas que hiciste por esos dos. –me abrazo más fuerte. –No sabes cuánto lo siento.

Lo aleje un poco, sin romper el abrazo, y le di un besito en los labios, sorprendiéndolo.

-Ya estás haciendo mucho por mí, Naruto. –le acaricie la mejilla. –Y te agradecería que guardaras total discreción sobre lo sucedido. Y que me ayudaras a desaparecer esos cadáveres.

-Seré una tumba. Me llevare el secreto a la muerte. Y te ayudare en todo lo que puedo. –lo volví a abrazar.

-Gracias, Naru. Ahora se, que solo puedo confiar en ti. –le robe otro beso, y él se alejó un poco de mí. -¿Qué pasa?

-Gaara, tu sabes que yo no soy homosexual.

-Lose. Pero por el momento solo déjate llevar. –dije volviéndolo a besar, y el correspondiéndome el beso.

Ahora solo me falta desparecer los cuerpos y hacer que Naruto siempre este callado. Y eso solo lo lograre estando cerca de él, así que, conseguiré que Naruto me quiera, siempre este a mi lado, callado y amándome para siempre.

Pero esta vez planeare mejor mis estrategias, porque no quiero que me vuelvan  a fallar como paso con los Uchiha.

Fin???

Notas finales:

Sé que no soy buena haciendo finales, pero eso llego y ahí quedo. Espero haya quedado bien, y hayan podido entender el final.

Es la primera vez que escribo sobre incesto, y juro que se me hizo un poco raro hacerlo,  no voy a negar que leo sobre el tema, pero escribirlo, sí que se me hace difícil. Espero sepan entender, y espero me haya quedado aceptable esa parte de la historia.

Para las que hayan escuchado la canción el Taxista de Ricardo Arjona, hay una frase que saque de la canción, y es que en ese momento la estaba escuchado y me pareció propicia para el momento.

Espero no haber tenido faltas ortográficas, es que cuando lo revisas varias veces te sueles aprender de memoria los diálogos y sucesos, que cuando lees crees que todo está bien.

Aun no se si el titulo de la historia sea el correcto, pero asi quedo. (Eso me pasa por pensar primero en la historia y ultimo en el titulo)

Bueno, espero les haya gustado el one-shot de compensación por no haber subido capítulos casi dos semanas, pero no se preocupen, actualizare cuando antes, y además traendoles una sorpresita.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).