“ — Esta mañana fue hallado un cuerpo femenino a las afueras de Detroit. El cuerpo yacía en uno de los lugares más transitado de toda la ciudad, la persona que halló a la víctima declaró haber estado camino a su trabajo cuando pudo visualizar a una mujer “desmayada”, este hombre, con la intención de ayudar, se acercó encontrándose con la escena de un crimen, horrorizado llamó a las autoridades quienes rápidamente hicieron su aparición acordonando el sector y haciendo los peritajes correspondientes.
Se especula que el agresor es misma persona que durante el último mes ha estado detrás de la oleada de crímenes que ha golpeado firmemente nuestra ciudad. Con este cuerpo ya tendríamos el n° 21 del mes. Se ha visto que la policía está haciendo todo lo posible por atrapar al asesino llegando a que las fuerzas especiales tomara cartas en el asunto.
Ahora bien, aquí estamos con el capitán del cuartel general de la policía de Detroit quien nos dará más detalles de lo sucedido… ¿Podría usted decirnos si este crimen es otro de los tantos del asesino que acecha nuestra ciudad?
— Buenos días. Antes de todo debo decir que este caso sí está relacionado con los otros crímenes. Estos 21 cuerpos llevan el sello personal de nuestro ignoto y sin querer entrar en más detalles sólo esperamos poder encontrarlo y juro por mi placa que una vez te tenga en mis manos no querrás haber comenzado con esto… Sólo resta decir que la ciudadanía debe tomar todas las precauciones posibles, como no estar solo en las calles durante las tardes o noches, sean cuidadosos ya que no estamos frente a un asesino ordinario. Sin más que acotar les voy a solicitar que salgan del lugar. - Dijo en hombre algo fornido mientras se alejaba a paso rápido de las cámaras.
— Con esto terminamos la nota, adelante estudio... “
En el televisor de una cafetería se vio rápidamente la figura de los presentadores, quienes con una destreza increíble pasaron a la siguiente noticia. Los ojos de la pelinegra miraron, casi sin vida, el borde de la taza que sostenía frente a su boca. Su rostro se mantenía impasible frente a la noticia que había estado mirando y es que últimamente nada le sorprendía, una mano se poso frente a ella tratando de llamar su atención y sin quererlo una sonrisa algo agotada se coló en sus carnosos labios.
— “Hey” - Saludó con una sonrisa tímida la castaña.
— “Hey, Dana” - Devolvió la pelinegra.
9 Años antes…
La mañana estaba algo fría y la densa neblina no ayudaba a su visión, la calle estaba totalmente desolada y la pelinegra de tan solo 17 años caminaba en dirección a su nueva escuela, no esperaba nada en lo absoluto y es que su corta vida le enseñó que no debía esperar nunca nada de nadie ni de nada, pero algo en su pecho revoloteaba con entusiasmo, por alguna extraña razón sentía que esta escuela podría ser diferente, pero los recuerdos golpearon nuevamente su cabeza…
Flash back
“ Hoy como todos los días los golpes dejaron de doler, el problema actual era que estaba presa en las emociones del momento ¿Podría en algún momento desconectarse de la realidad? ¿De dejar de lado las voces que la torturaban diariamente? porque en realidad... ¿Qué importaba otra costilla rota? ¿Qué importaba que la arrastraron del cabello si ni siquiera podía sentir el dolor? Cuanto daría por poder sentir el ardor de las heridas en donde la sangre brotaba con tanta libertad, cuanto daría por gritar y que sus pulmones no le jugaran la mala pasada de no retener el suficiente oxígeno para poder hacerlo, estaba perdida, era el trapo de sus compañeros de escuela, el saco de boxeo.
La dinámica era la siguiente... todos los días, sin excepciones, ella saldría corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieran, tenía 5 min de ventaja y si el bus que la llevaba a su hogar pasaba cuando llegara a la parada, ese día, podría irse intacta, pero digamos que soñar es hermoso… lo primero que sentía era el jalón en el cabello que la tiraba automáticamente hacia atrás, luego venía la patada a las costillas y el jadeo que su cuerpo deba en respuesta, luego estaba el peso muerto que se situaba en su estómago, era la perra de la escuela que se encargaba de dejar lo más claro que podía, con el poco vocabulario que maneja, que la pelinegra era la escoria de la sociedad, el error que en algún momento debería tomar la decisión de desaparecer, que era una perra que no debería estar desperdiciando el oxígeno que, en su diminuto cerebro, le pertenecía a ella. Sólo eran 15 min, 15 min que se repetían los 300 días del proceso escolar, 15 min que se multiplicaban en 4500 min en el año, 3 años de su vida lleno de violencia y malos tratos, pero… ¿Por qué nunca dijo nada? Bueno es una respuesta sencilla, sus padres nunca estaban en casa y en su momento era fiel partidaria de que todo mejoraría en algún momento, pero no fue así.
El último día de su martirio diario la ira se apoderó de su ser, corrio, corrio tanto que sus pulmones quemaban, corrió tanto que sus piernas temblaban, pero no en dirección a la parada, de pronto, llegó la primera acción y cayó de manera rotunda al suelo, el aire se acabó de pronto pero aun así logró levantarse rápidamente mientras que sus 4 agresores la rodeaban, el que estaba tras de ella la agarró del cabello, pero poco duró ya que de sus bolsillo sacó sus tijeras y cortó sin miramientos sus rizos negros, se dio la vuelta y empujó fuertemente al chico y cayendo con él lo golpeó como si su vida dependiera de ello dejandolo inconsiente en el 4to golpe que logró conectarle, los demás la tomaron de los brazos alejándola del imbécil que inició todo. La chica del grupo se acercó y tomándola de las mejillas se acercó a su rostro de manera amenazante.
— “Al parecer la escoria tiene coraje” -El asqueroso aliento de la chica chocó contra su nariz y fue imposible ocultar la arcada que le generó el hedor- “ oww ¿Estás asustada, corderita? puedo ayudarte a salir de shock si lo deseas…” -Dicho esto soltó bruscamente las mejillas de la pelinegra y le soltó un puñetazo en la nariz.
La ira se apoderó nuevamente de ella y sintiendo la adrenalina correr en sus venas, se soltó de los chicos que la sostenía y saltó sobre la que la había golpeado y azotó en múltiples ocasiones la cabeza de la estúpida rubia contra el pavimento. Uno de los muchachos la agarro de los brazos y la arrojó con fuerza a la calle… y fue en ese preciso momento en que todo se volvió negro...”
Fin flash back…
1 Mes en el hospital y 6 meses más yendo a rehabilitación, según dicen el auto que la impactó la hizo volar varios metros lo que causó múltiples contusiones, TEC abierto, tuvo también el traumatismo de hombro flotante, lo que generó varias idas a la pabellón. La chica estaba tan ensimismada en sus recuerdos que no notó que había llegado a su nueva escuela, la campana sonó trayendola nuevamente a la realidad, inconscientemente toco su hombro y sonrió con algo de nostalgia. Ahora a sus 17 años todo se veía tan lejano, como un mal sueño, pero los días fríos le recordaban con creces lo sucedido hace tan solo 2 años, el dolor interno que le provocan las placas de titanio que tenía en su escápula y clavícula le decían que todo había sido verdad y que la marcarían de por vida, las cicatrices de su cirugía en el hombro jamás la dejarían olvidar, pero de alguna manera era positiva, ya que sabía que todo a su debido tiempo se superaría, el cambio de ciudad y la preocupación continua de sus padres la ayudarían.
Con algo de timidez entró al salón y las miradas de manera automática se posaron en ella, algunos susurros se hicieron presentes algo así como “¿Una chica nueva?” “¿No te parece guapa?” “Vaya! sus ojos son hermosos”. Las clases pasaron con normalidad, algo tediosas y largas, pero fue un dia superado. Cuando la campana marcó la salida la pelinegra solo tomo su mochila y espero a que los alumnos salieran, una vez todos fuera suspiro y se levantó para hacer lo mismo que los demás, el retorno a casa.
— “¡Hey!” -El grito hizo que de manera automática sus músculos se tensaran- Hey… Hola jaja siento haberte asustado jaja ¿Tu eres la chica nueva de mi salón? Mucho gusto… -Dijo estirando su mano.
— “…” -La pelinegra miró la mano de la castaña con algo de desconfianza lo que causó que ésta la retirara algo avergonzada.
— “eh… Mi nombre es Dana… ¿C-Cómo te llamas tú?” -Insistió la castaña mientras frotaba las palmas de sus manos en el costado de su falda con algo de nerviosismo, lo que causó que la pelinegra sonrió.
— “Mariana... Me llamo Mariana”
— “Mucho gusto Mariana, espero que podamos ser buenas amigas” -Dijo regalandole nuevamente la encantadora sonrisa.
Es aquí, justo en este momento en donde las heridas comenzaron a sanar, en donde encontró el refugio para sus crisis, su confidente y por sobre todo lo anterior fue donde conoció lo que es enamorarse por primera vez de alguien que evidentemente no le correspondía, pero para ella tenerla a su lado fue suficiente. Dana la chica risueña y amante de la vida, la única persona que en su momento podría hacerla feliz y por quien el día de hoy comenzamos esta historia...