2.Hermano menor
— ¿!Co-cómo que hermano menor¡?— Pregunta sorprendido Romano.
— Si a primera vista parecía una hermosa fille!— Exclama el Francés mientras pequeñas cascadas caen de sus ojos y muerde un pañuelo que quien sabe de dónde lo saco.
Alfred hace un puchero— Acaso no me escuchan, dije que él es mi hermano pequeño, así que no le digas fille o lo que sea que signifique— Dice mientras abraza a Matthew protectoramente.
El sorprendido grupo compara a uno con el otro y no saben de dónde sacar el parecido, en eso Romano lo mira con algo de resentimiento — ¿No era yo el que no te decía las cosas?
Alfred respinga al darse cuenta de que él tampoco le había contado nada de la existencia de su hermano, lo mira con culpabilidad y una tonta expresión de "lo siento"
—Fusososo— Llega hasta la escena un animado español riéndose de nada y con un jugo de tomate en la mano, al ver a todos reunidos en torno al chico recién transferido al parecer abrazando a algo, se detiene sin entender lo que pasaba— Ano...¿Qué fue lo que sucedió mientras no estaba?— Todos se giran a mirarlo, ahora con diferentes expresiones de lástima.
—Jeje,Has llegado muy tarde— Dice el Francés negando con las manos alzadas.
—Kesese, te perdiste de mucho, más sin mi gloriosa presencia a tu lado kesese.
—Je, Always the last...— Con una pequeña sonrisa lastimera el Inglés.
En ese momento suena la campana y aquel alboroto se desase con cada uno volviendo a sus respectivos puestos y pequeños comentarios de la situación, dejando a un confundido Antonio delante de los hermanos abrazados y al par de italianos.
— ¡Jeee, Antonio!— Corre a su lado un feliz Veneciano— Nee, te perdiste de la presentación del hermano de Alfred.
— ¿...Hermano...?— Mira con cuidado el espacio que hay entre los brazos del Americano. Abre su boca cuando se da cuenta de que hay una persona ahí y que esta sea un chico, ya que al mirar de reojo no parecía haber nadie pero con un poco de cuidado parecía una delicada chica—Yo-yo...
Antes de que pudiera decir algo lo interrumpe la voz del profesor exigiendo que vuelvan al salón de una vez. Alfred de mala gana suelta definitivamente a Matthew y con unas breves palabras se despiden.
La tarde se les hacia interminable no solo a Romano y Alfred si no que al resto de los estudiantes también. Algunos cabeceaban, otros solo dormían o se distraían jugando con sus lápices hasta que finalmente la campana tan esperada sonó anunciando el termino de la jornada.
—Que bien al fin termino esto-aru— Se despereza en su asiento.
—Concuerdo contigo en lo de estar feliz Yao-kun—Se acerca hasta su puesto un paciente Japonés.
—Tu nunca pareces alterado Kiku— Apoya un codo en el pupitre y su cabeza en la mano levantada.
—Oh, pero claro que lo... —Es interrumpido por un repentino escalofrió en su espalda, seguido de un brazo que pasa alrededor de su cuello.
—Claro que a veces se altera, y más cuando estoy yo cerca ¿No es cierto demoiselle?—Dice olisqueando su característica rosa, para luego hacer un recorrido por el pálido cuello del Japonés, quien lo mira con incomodidad pero sin decir nada. Una mirada asesina era dirigida a Francis por parte del Chino.
—Oi, suelta a Kiku-aru!— Reclama con voz severa, raro de escuchar en él.
Los dos se sorprenden por la tonalidad de las palabras. En un comienzo la cara de Francis solo se veía la sorpresa que luego quedo remplazada por una sonrisa traviesa. Siguiendo con su juego se acerca más al asiático entre sus brazos.
— Acaso... ¿Estás celoso Yao? — En eso suelta a kiku que aún sorprendido por lo anterior no se movía de su posición, y se tira encima del chino quien reclamaba para que se alejara y no tocara de nuevo al nipon.
Por otra parte Antonio se levantaba de su asiento y se dirigía feliz hasta Romano, el cual guardaba sus cosas en su puesto con total tranquilidad y una gran seriedad.
— Oi Romano—Se acerca a su cara sorprendiéndolo y ve como las mejillas de este al acto se pintan de rojo, cosa que le hizo gracia ya que parecía un hermoso tomate, esos de los que a él le encantan.
—¿Qué-qué quieres bastardo?-Avergonzado por la cercanía desvía el rostro.
—¡Fusoso, te ves tan lindo! Como un hermoso tomate rojo— Lo rodea con los brazos en un apretado abrazo, mientras el otro más avergonzado imposible, solo se queda encerrado en el abrazo sin decir nada.
—OHH, ¿Aquí se dan abrazos?— Llega de la nada el francés interrumpiendo. España no suelta a Romano pero mira a Francis tratando de decirle "interrumpes" con la mirada. Por su parte este hace caso omiso a la mirada y se lanza hacia ellos con una tonta sonrisa. Los primeros se quejan y tratan de alejarlo.
—Jejeje, la secundaria es muy divertida — Sonríe triste Alfred, quien no se da cuenta de que alguien acababa de escuchar su comentario.
—Is the same in all the high school, don't you think?— Lo mira con una ceja levantada. Alfred se sobresalta al escuchar una inesperada respuesta a su comentario a un lado suyo, rápidamente gira la cabeza y ve a su compañero de asiento a su lado, trata de arreglar lo que había dicho pero solo logra tartamudear unas cuantas palabras sin sentido por lo que prefirió guardar silencio.
—Permíteme presentarme correctamente- Se cuadra- My name is Arthur Kirkland am the president of the students counsel, so if you have some doubt with about school feel free to ask me, now more that we're sitting one next other.
Alfred aún sin poder decir nada, solo asiente mientras pensaba "N-no estaba informado que en las escuelas las personas se ayudaban unas a otras... Se siente raro escuchar que alguien me este ofreciendo ayuda...— Sacude la cabeza tratando de sacar aquel pensamiento- aunque esto sea solo una escuela...No debo bajar la guardia..."
—Gracias, aprecio tu ofrecimiento, lo tendré en cuenta Arthur jeje— Luego de eso mira un momento a sus compañeros que hacían payasadas unos con otros, sin embargo se queda mirando en especial a su compañero Romano quien permeancia al lado del español con el ceño fruncido, sin decir nada solo escuchando "Así que ya está en ello, eh. Supongo que ya es hora de actuar para mí. Por ahora tengo una fuente de información y por lo que dijo puede ser bastante confiable, solo espero que Romano haya hecho su parte, je que digo si él esta categorizado como unos de los mejores espías junto conmigo"
—Y dime ¿Hace cuanto se ha inaugurado la escuela?-Le pregunta al Inglés que aún permanecía a su lado con la mirada fija en los demás.
—No hace mucho tiempo, fue hace unos diez años más o menos.
—Wuau es poco para ser tan prestigiosa, ¿no?- Lo mira de reojo, para ver si cambiaba un poco su pasible expresión.
— Al principio era una escuela mediocre, que no poseía una infraestructura mayor a las escuelas normales y la exigencia era realmente escasa, pero hace cinco años con la llegada del nuevo director las cosas comenzaron a cambiar.
— ¿Nuevo director?— Serio y más atento— ¿Cómo que cosas cambiaron?
—Like... the high scool is more bigger now, the problematic students...— Se detiene al darse cuenta de que esta mezclando los idiomas- fueron expulsados, hubo un alza notoria en la exigencia y rendimiento de los alumnos que ahora eran seleccionados, todos los que estábamos antes de la llegada del nuevo director tuvimos que hacer exámenes para ver si éramos aptos para la nueva escuela.
—Mmm... ya veo, dime has visto al director hablando con alguien ultimamen... — Es distraído con el chillón grito de Romano, que retrocedía tambaleante, agitando sus brazos para no perder el equilibrio. Pero es inútil, se delgado cuerpo no fue lo suficientemente ágil para mantenerlo por mucho tiempo estable. Dando por resultado que caiga sobre las piernas de Alfred.
—Itee— Romano sobándose la nuca que había chocado con el pecho de su compañero.
— Perdón, Romano— Dice Antonio deteniéndose al frente, con cara de arrepentimiento. — Perdóname, no pensé que te asustarías.
Francis quien se para a su lado, le pone una mano en el hombro— Pauvres Antonio, te dije que usaras la otra técnica. Esa era muy apresurada.
¿Técnica? se preguntan los otros tres en su mente.
Romano se para con el ceño fruncido y haciéndose sonar los nudillos— No preguntare a que se refieren con lo de técnica— Se acerca hacia Francis y Antonio, con una aura negra creciendo a su alrededor— Pero será mejor que desaparezcan de mi vista, si no quieren sufrir MIS técnicas.
Los acusados tiemblan en sus puestos tomados de las manos como colegialas. Y apenas se mueven debido al miedo, que les infundo Romano con el sonar de sus nudillos.
— Ja ¿Entonces les gusta sentir dolor? —Dice irónico— Bien, si tanto desean sentir dolor, les hare el honor de mostrarles una de mis técnicas.
Y con eso, Francis y Antonio salen corriendo de la sala con lágrimas y una cara de miedo, haciendo que todos los presentes en el salón se giren a verlos correr apresuradamente a la puerta. Romano en cambio, relaja los brazos y emite un sonido de exasperación.
— Maldicione, esos dos sí que son un dolor de cabeza.
— Aunque dices eso, en el fondo ya les tienes cariño ¿No es asi, Romano-san?
Los tres miran a la persona que acababa de hacer ese comentario y se sorprenden al ver a Kiku frente a ellos, con una sonrisa en la cara.
— Kiku — Dice sorprendido Arhtur.
— Oh, perdónenme — Dice haciendo una pequeña inclinación— No fue mi intención escuchar su conversación, pero me pareció justo hacer ese comentario de unos buenos amigos— Se levanta y los vuelve a mirar con una sonrisa suave.
— Ah, yo no-yo no quise decir eso, bueno no de ese modo — Tartamudea Romano, mientras sus mejillas se encienden — Yo, yo... Chiggi!!— Ahora era él quien sale corriendo de la sala.
Mirando hacia la puerta— ¿Dije algo malo?— Pregunta el inocente Japonés.
— No hay de qué preocuparse— Dice riéndose el Norte Americano— Siempre se pone así, cuando descubren lo que de verdad piensa o siente.
— Oh, ya veo— Se gira Kiku hacia Alfed, relajado — Pensé que había hecho algo mal.
— No, no — Mueve la muñeca.
— Aunque sus reacciones son bastante raras — Murmura el Inglés a su lado.
Alfred trata de sonreír mientras escuchaba los murmullos del inglés y miraba el desorden que tenían con los bancos sus nuevos compañeros. "Estos serán unos largos tres meses" piensa para sí, mientras que a lo lejos un chino abrazaba feliz a un oso panda quien sabe de dónde lo habría sacado, olvidando la pelea anterior con uno de sus compañeros.