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Shape of my heart por Eileen12

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Notas del fanfic:

Todos los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Inspirado en Simple Life un fanfic sterek de AO3.

-Universo alternativo.

-Naruto nunca existió, nunca nació; y por lo tanto toda la historia cambió. El cuarto Hokage sigue con vida, etc...

-Naruto es un zorro y siempre lo fue. Luego en el transcurso se convierte en humano.

-Sasuke tiene entre 15-17 años. Fue acogido por Minato después de la masacre de su clan.

-Cualquier otra pregunta se responderá en el fic o pueden hacermela y responderé. Posiblemente.

Kurama Habla así

Naruto en la mente "Así"

Los dialogos con guiones largos (—)

Trato de no usar negrita, pero si creen que es necesario me comunican. Saludos~

Notas del capitulo:

 工 レo√乇 ㄚa11;∪ my dear readers~

Espero les guste. 

SHAPE OF MY HEART

 

:.          UNO       .:

 

I.

Sasuke abandonó Konoha con lo único que valía la pena salvar; un par de pergaminos, su set de kunais y el relicario de su madre. La única vestimenta era la que llevaba puesta y los únicos pensamientos eran de venganza.

No había perdido tiempo en siquiera regresar a su cuarto para buscar el único recuerdo que le había dejado su hermano. No después de haberse enterado de todo. De la verdad. De haber creído en las promesas de un Hokage que no sabía nada. Absolutamente nada de los pecados de su antecesor. Minato Namikaze era promesas vacías, irreales. No debió confiar en que aquel hombre fuera a vengar a su familia.

Sasuke se detuvo kilómetros lejos de la aldea. Descansaría.

Ya estaba lo suficientemente lejos como para confundir el rastro a Iruka o Kakashi por si los mandaban a buscarlo. La forma en que se enteró de todo causó conmoción y no fue la mejor manera de afrontar la verdad. Atacar al Hokage en medio de una reunión no fue su mejor plan, pero culparía a la ira y vergüenza y resentimiento y odio.

Encontró una cueva en la cual pasaría la noche, o lo que queda de esta. Se tiró sobre la tierra boca arriba, tenía que recuperar el aliento, recuperar fuerzas, tenía que descansar para poder seguir su camino a primera hora del día. Los ambus no tardarían en alcanzar su rastro y lo encontrarían, y lo llevarían de regreso a esa aldea. Ya no era su aldea, no más. No cuando era el único Uchiha con vida, siendo retenido con mentiras y promesas huecas.

Después de la masacre de su familia, de haber creído que su hermano había sido el culpable. De haber odiado a su hermano por tanto tiempo. De haber crecido con el único propósito de matar a su hermano. Oh Dios, matar a su hermano, su sangre, su única familia, su amado hermano. Cómo pudo sobrevivir con tanto odio a la única persona que amó tanto como su vida misma. Y todo por el único fin de proteger las mentiras de un mal líder, de un hombre que cometió errores y pecados, que prefirió eliminar, asesinar, masacrar a todo un clan en lugar de salvarlos, en lugar de buscar una solución.

Cerró sus ojos con fuerza y contuvo los gritos de rabia que querían salir de su pecho. Tenía que descansar, no podía seguir despierto, tenía que dormir aunque sea unos minutos, segundos, lo que sea. Necesitaba la fuerza.

Usó a sus compañeros para que cubrieran su escape, Shikamaru y Lee lucían confundidos pero cuando lo vieron acorralado por aquellos ambus los detuvieron, los distrajeron. Usó a Ino y Chouji para detener a Iruka. Y usó a Sakura para retener a Kakashi, el filo de su kunai en su cuello y su cabello rosa cayendo al suelo cuando él decidió cortarlo para demostrarle a Kakashi que él era serio, que la lastimaría. Kakashi desarmado, con solo esa mirada de decepción y juzgadora lo dejó ir. Pese a que la amenazó Sakura lo dejó ir y retuvo a Kakashi, exigiendo explicación, exigiendo entender. Porque según ella Sasuke tenía una buena razón.

Quizá ella en algún momento logró entenderlo, quizá solo un poco, pero eso fue suficiente.

Cerró los ojos recién cuando un rayo de luz atravesó la entrada de la cueva. Quería reírse de su mala suerte, quería llorar, quería gritar, quería abrirse el pecho y morir de vergüenza, lastima y odio a sí mismo. Se sentía sucio. Sucio de haber estado en esa aldea creyendo mentiras. De haber vivido tranquilamente, confiando que aquel hombre que una vez fue alguien que admiró lo ayudaría, que él entendía su deseo de vengar a su familia, de encontrar la verdad.

No lloraría. No lloraría por su hermano. No de nuevo. No después de tantos años, no otra vez. Aunque esa vez fue por motivos diferentes. Ya había llorado. Y llorado en los brazos de ese hombre, escuchando sus promesas y sintiendo su mano sobre su cabeza tratando de calmarlo. No lloraría por culpa de Minato Namikaze.

No abrió los ojos. Solo unos minutos, necesitaba la fuerza, necesitaba-

Uno de los inconvenientes de ser alguien buscado por una de las aldeas más poderosas era que tenían informantes en todas partes. Una semana. Había pasado una semana huyendo, robando comida de las aldeas que encontraba en el camino y más que todo cazando en los bosques donde pasaba la mayor parte de su tiempo. Necesitaba un plan. No podía vivir toda su vida escapando de los shinobis de Konoha o sus aliados. Y tampoco podía unirse a sus enemigos, ¿cierto?

Quizá si buscaba a los enemigos de Konoha podía idear un mejor plan, Sasuke solo no podía contra toda un aldea. Aún no era lo suficientemente fuerte. Y nadie lo tomaba en serio, no cuando se veía como un simple adolescente. Un niño.

Lanzó con precisión el kunai para segundos después escuchar el sonido de su presa caer. Respiró agitado. Había estado entrenando toda la mañana y cazando su almuerzo y primera comida del día. Enderezó su cuerpo y caminó hasta el lugar donde estaría el conejo muerto. Se detuvo. El movimiento de las hojas del arbusto captando su atención. Frunció el ceño confundido. Había dado en el blanco. El conejo no podía seguir vivo. El movimiento paró pero aún en guardia se acercó.

Si no era el conejo…

Se lanzó al arbusto atrapando al animal que había intentado robarle su presa. Aún en el futuro se preguntaría por qué decidió lanzarse a luchar en lugar de lanzar el kunai que aún tenía en su funda. Pero sin detenerse abrazó con fuerza el pelaje rojo que sobresaltaba contra su piel blanca y desnuda de su pecho. El animal se contraía contra su cuerpo intentando liberarse. Pequeños gemidos parecidos a los que un cachorro haría pudieron escucharse. ¿Cachorro?

Tratando de calmar al animal que tenía entre sus brazos, Sasuke dejó de presionar con fuerza contra el pequeño cuerpo del zorro. Era un zorro rojo, un cachorro de zorro. El animal aún luchaba pero al sentir que Sasuke ya no intentaba lastimarlo y solo retenerlo dejó de luchar con garras y colmillos.

Sasuke podía sentir los arañazos en su piel y las puntas de sus colmillos aún sobre su hombro donde el hocico del zorro se había detenido. Sasuke estaba agitado, echado boca arriba, abrazando a un zorro rojo, un animal salvaje que tenía sus colmillos presionados contra su cuello y lo único que quería era reír. Reírse de la segura ridícula escena que formaba.

Sin poder evitarlo rió, rió y rió. No dándose cuenta que mientras lo hacía ligeras lágrimas salían de sus ojos y su rostro se hundía en el pelaje rojo del animal. Animal que parecía confundido por los hechos recientes. Sus colmillos dejaron de amenazar el cuello del humano que lo había detenido y ahora parecía acariciarlo. El zorro refunfuñó al ser acariciado como si fuera un perro y Sasuke rió con más fuerza por lo ridículo que era todo. En serio. Qué clase de animal salvaje ponía su pata sobre la boca de un humano porque su risa era molesta.

El zorro rojo se liberó del abrazo y se paró sobre el pecho de Sasuke mirándolo con curiosidad. Sasuke había dejado de reír y ahora veía al animal. Aún con una sonrisa en el rostro porque por alguna razón el pequeño zorro parecía irritado por culpa de Sasuke.

—Tu empezaste—, dijo sintiendo aún la sonrisa en sus labios, no importándole que estaba hablándole a un animal ni el hecho de que su voz se oía rasposa, recordándole que no había hablado por más de cinco días— el conejo es mi almuerzo. Yo lo vi primero.

El zorro bufó y con sorpresiva molestia volvió a poner una pata sobre los labios de Sasuke. Sasuke parpadeó y alzó una ceja inquisitiva. El zorro giró hacia el arbusto y corrió hacia el lugar donde aún estaba el cuerpo del conejo. Sasuke se levantó y apoyó sobre sus codos para ver lo que hacía el animal. Quizá se le ocurrió muy tarde que posiblemente el zorro cogería al conejo y se iría corriendo. Pero antes de que se levantara para ir detrás del zorro, este regresó con el conejo en su hocico.

El zorro rojo era pequeño, casi un cachorro, pero era el doble del conejo que llevaba en sus fauces. Caminó con él hasta llegar frente a Sasuke y lo dejó a su lado.

—¿Qué? —El zorro rojo se sentó y alzó sus dos patas delanteras para ponerlas sobre el conejo. Sasuke solo lo miró fijamente— No entiendo—. El zorro volvió a bufar y por alguna razón Sasuke sentía que si pudiera el zorro hubiera rodado sus ojos en exasperación. El zorro volvió a repetir el movimiento. Sus pequeñas patas sobre el vientre del conejo. Sasuke parpadeó—. ¿Quieres compartirlo?

El zorro rojo se quedó mirándolo fijamente. Sus patas fijas en el vientre del conejo. Sasuke frunció el ceño e intentó tomar su almuerzo pero el zorro rojo le mostró sus colmillos y gruñó ligeramente. El movimiento  de arriba abajo por tercera vez. Sasuke estaba seguro que esos colmillos no podían ser más filosos que su kunai pero-

—Está bien, lo compartiremos—. El zorro parecía dudoso—. Déjame cogerlo, lo cocino y lo compartimos—, el zorro giró su cabeza, si no se equivocaba el zorro parecía inquisitivo—. O no. Si lo prefieres crudo, crudo será.

Sasuke se quedó sentado frente al pequeño zorro rojo. Muy profundo en su mente, se preguntaba a sí mismo si se estaba volviendo loco, si ahora que no tenía contacto humano comenzaba a discutir con animales del bosque. Si ese era su nuevo hobby y se haría amigo después de ardillas y quizá un ciervo. Al menos los animales no mienten, ¿cierto?

—Rápido que tengo hambre—. Repitió al animal—. Te voy a dar la mitad—, sus patas aún seguían sobre el conejo. Sasuke suspiró, que creatura más terca—. Escúchame zorro terco, si sigues así ninguno va a comer y por lo que veo realmente necesitas comer algo.

Realmente Sasuke se estaba volviendo loco si ahora podía entender la expresión del zorro, que parecía pensar sus palabras y tomarlas en cuenta. Era cierto que el zorro estaba delgado y seguramente no había comido en días.

Con lentitud, vio cómo el zorro se paró en sus cuatro patas y se alejó unos pasos del conejo para después volverse a sentar y mirar fijamente a Sasuke.

Sasuke no pudo evitar sonreír por la desconfianza del animal. Era un zorro bastante inteligente.

—Entonces, ¿crudo o lo cocino todo?

El zorro rojo solo giró su cabeza de lado mirándolo con curiosidad.

Es la primera vez que te atreves a acercarte a un humano.

El zorro rojo parpadeó ante la voz en su mente. Su mirada fija en el humano que había juntado pedazos de arbusto y árboles para crear esas cosas naranjas que parecían con vida, pero dolía si las tocabas.

Eso es fuego.

La presa sobre el fuego. El humano lo iba a cocinar. Aún no entendía porque debía de cocinar la presa, la sangre se perdía y el humano había tirado el pellejo en algún lado. El zorro no estaba seguro si el humano sabía lo que hacía.

Está preparándolo, para comerlo. Los humanos lo necesitan cocinado.

El zorro parpadeó de nuevo ante la explicación en su mente. Siempre esa voz le explicaba todo a su alrededor y lo guiaba. Desde que era un cachorro fue guiado por esa voz y siempre la seguía, era una de las razones por las que aún permanecía con vida, esa voz sabía qué hacer.

No tienes que decirme esa voz, ya te dije mi nombre. Soy Kurama.

El zorro alzó el hocico, el olor de algo llamando su atención.

Es el conejo. Está cocinándose.

La voz suspiró. Y la presa –conejo- olía bien. El zorro se paró en sus cuatro patas y se acercó a la presa –conejo- y al humano.

—Hey, no. Todavía no. Si te acercas te vas a quemar.

El humano hizo un movimiento de manos. Quién se creía para votarlo, esa también era su presa. Él la había visto primero no el humano. El zorro mostró sus colmillos. El humano solo suspiró y refunfuñó entre dientes. La voz refunfuñaba bastante también.

Es porque eres desesperante.

—Solo faltan unos minutos, zorro terco.

El zorro se sentó. Minutos. Tiempo. Minutos no era mucho tiempo. La voz le enseñó a esperar. Él podía esperar unos minutos. El zorro se echó, su cabeza sobre sus patas delanteras. Esperaría a que el humano terminara. La presa –conejo- olía bien.

¿Por qué no huyes de este humano? Lo has estado observando ya por días.

El zorro bufó. La voz hacía muchas preguntas.

—¿Estás bien?

Claro que no. Estoy atrapado en un tonto animal.

La voz siempre se quejaba pero el zorro nunca le hacía caso, ya se había acostumbrado. El zorro volvió a mirar al humano. El humano solo agitó la cabeza de lado a lado, pero no parecía molesto.

Está sonriendo. Mira qué raro, le caes bien.

—Ya está listo.

El zorro se levantó de inmediato y caminó hacia el humano.

Pareces un cachorro de perro, una mascota.

El zorro bufó. No le haría caso a la voz, tenía hambre y la presa –conejo- olía bien. Comida. No había comido hace mucho.

Es porque eres muy débil.

El humano le dio su parte y le dolió su lengua al cogerlo con su hocico.

—Está caliente, zorro tonto. Espera que enfríe.

¿Por qué todos le dicen zorro tonto? La voz rió y el zorro solo la ignoró para caminar hasta la presa –conejo- y esperar a que enfriara. ¿Qué es enfriar?

Como cuando estás en el frio. Como en el invierno, ¿recuerdas?

El zorro se estremeció ante el recuerdo de la nieve. La nieve es fría. Es mala. No quería que la comida se enfriara.

Solo un poco hasta que este comestible, zorro tonto.

Un poco. Un poco es como tiempo. Como minutos. El zorro podía esperar. El zorro olfateaba la comida. Su hocico se le hacía agua, quería comer ya. Miraba de reojo al humano que también esperaba que su comida enfriara. El zorro alzó la cabeza al ver que el humano sacaba agua. Agua. No había tomado agua hace mucho.

Tomaste agua ayer.

Ayer es hace mucho. El zorro tenía- tenía-

Sed. Cuando quieres agua es sed.

Sí, tenía sed. El zorro se paró y caminó hacia al humano.

—¿Qué pasa?

En serio pareces un perro. Siento vergüenza ajena.

—¿Quieres agua? Me estas pidiendo- ¿Qué clase de animal salvaje eres?

Lo mismo me pregunto yo. Hasta el humano está burlándose de ti. Pensé que la ardilla lanzándonos nueces era lo más bajo que podía caer, pero no. Ahora somos la mascota de un humano.

El zorro ignoró la voz, como siempre lo hacía, el agua era mejor. El humano le dio agua y el zorro se sintió mejor. El caliente en su panza se fue.

Ardor. Te ardía el estomago.

El zorro dejó de tomar agua cuando sintió la mano del humano sobre su cabeza. Sus orejas se movieron cuando sintieron algo raro.

Cosquillas. Te está acariciando y esto te gusta. Vergüenza ajena. Tanta vergüenza.

—Ya debe estar frio.

El zorro giró la cabeza en confusión.

La comida zorro tonto. Deja de estar embobado con el humano.

Oh, comida. El zorro corrió hasta la comida que sí, ya se podía comer. El zorro parpadeó, sabía muy bien.

—Te vas a atorar así, zorro tonto.

El zorro podía escuchar la risa del humano y el suspiro de la voz pero nada importaba, tenía hambre y la comida olía bien y sabía bien, y quería más. Por qué se acabo tan rápido.

—Bueno, eso es todo.

El zorro giró a ver al humano que se levantaba y pisaba donde había creado el fuego. Sus patas-

Manos.

Sobre lo que quedaba de la presa y lo botaba. El humano se estaba… qué hacía.

Se alista para irse. Recuerda, él ha estado rondando por estos bosques bastante tiempo. Nunca se ha quedado en un solo lugar por mucho.

El zorro dejó lo que quedaba de su parte de la presa y se paró para ir hacia el humano.

—¿Zorro? —el humano suspiró— no puedes seguirme, eres un animal salvaje, tienes que ir a seguir con lo que hacías. Correr, cazar, ser libre, lo que hagan los zorros. ¿No tienes una familia o tu madriguera?

El zorro giró la cabeza en confusión. ¿Familia? ¿Madriguera? La voz no dijo nada, usualmente cuando el zorro no entendía algo la voz le explicaba, ¿por qué la voz no deci-

No tienes familia ni madriguera. Hogar. Otros zorros. No tienes nada.

El zorro tiene a la voz. La voz ayuda al zorro. La voz es su madriguera. La voz es suficiente.

—Cuídate, zorro tonto.

El humano se paró y comenzó a caminar. El zorro parpadeó. El humano era bueno, como la voz, quizá el humano también es su madriguera.

No. No lo sigas.

El zorro se detuvo. Pero el humano cocina la presa. Y la presa cocinada en fuego sabe bien, huele bien y se enfría bien. El humano caza y provee, como la voz, ayuda. El humano no tenía que saber. El zorro lo seguiría, tenía que cocinar para el humano también. El humano cazó. El zorro también puede hacerlo y darle al humano. Sí, eso. El zorro tenía que alimentar al humano también.

La voz suspiró pero no volvió a intentar detener al zorro, así que la voz debe estar de acuerdo. El zorro tenía que ayudar al humano también.

 

 

II.

Entre malas decisiones que Sasuke Uchiha ha tomado, alimentar a un zorro ha sido una de esas de las cuales no lo dejan dormir. Ese día fue una simple debilidad, el pequeño zorro rojo estaba hambriento y era lindo. Era curioso y no había tenido compañía por muchos días, fue una debilidad del momento el haber reído y haber permitido al animal encariñarse. Era un zorro, no una mascota que podía conservar.

Un zorro tonto y terco.

Sasuke suspiró. Tenía que dormir no importaba lo mucho que el zorro gimiera.

El zorro era un animal salvaje que debía saber cómo huir de una simple trampa y cubrirse de la lluvia. No importa lo cachorro que parecía o lo débil y despistado que era para caer en la simple trampa que le había puesto. En serio, qué clase de animal ingenuo era este zorro. Caer en el truco más simple de comida como sebo y una soga.

El pequeño zorro rojo seguía gimiendo pidiendo ayuda como un cachorro. No, Sasuke no saldría de la cueva, bajo la intensa lluvia para desatarlo. Era culpa del zorro tonto que se dejaba capturar por algo tan simple. No, Sasuke no saldría.

No lo haría.

Sasuke suspiró.

—Que sea la última vez— le dijo al animal que lo veía bajo su pelaje rojo y sus orejas que estaban pegadas a su cabeza. Sus grandes ojos celestes, un zorro rojo con ojos celestes, lo veían como un cachorro perdido y abandonado. Y Sasuke se odiaba un poco por haber caído en la trampa del animal indefenso—. Entra de una vez, pero no-

No pudo terminar a tiempo cuando el zorro se sacudió a penas puso una pata dentro de la cueva. Sasuke suspiró, no podía permitirse tener un corazón tan débil. No frente a un simple zorro. ¡Era un vengador! Su objetivo era la masacre de una aldea, su venganza. ¡No iba a ser derrotado por los inmensos ojos celestes de un simple zorro!

—Solo quédate en esa esquina y no-

Muy tarde, el zorro se estaba acurrucando junto a él. ¿Para qué se sentó y dejó que el zorro se acercara? En serio, Sasuke mismo estaba permitiendo que estas cosas pasaran. Estaba por empujar al animal para que le diera espacio, era un zorro por Dios, no una mascota. Pero no pudo. No pudo hacerlo cuando el pequeño animal comenzó a temblar a su lado, el frio de la lluvia seguramente atravesando su pelaje.

Sasuke suspiró de nuevo y nuevamente no podía creer que fuera a caer por este zorro.

Solo esta noche. Solo por esta vez.

Sasuke se echó dejando que el zorro, hecho una bolita de pelaje rojo, se acurrucara junto a su estomago, Sasuke lo rodeó con su cuerpo y no admitiría el alivió que sintió al sentir otra presencia a su lado por primera vez después de dos semanas, ni la tranquilidad que le hacía sentir el calor que iba incrementando del pequeño animal.

Si que era muy débil.

Me equivoqué, al menos tienes la astucia de un zorro. Algo es algo.

El zorro dejó que la voz siguiera hablando, la comida es primero.

Engañar al humano para que te dé abrigo y comida. Quizá somos mascota por ahora pero cuando crezcas lo suficiente podemos dejarlo y continuar con nuestro camino.

El humano ahora formaba parte de su manada, eran él y el humano. Cazaban y se mantenían calientes juntos, quizá el humano era su familia.

No, él es humano, tú un zorro. No son ni de la misma especie.

—Zorro.

El zorro alzó la cabeza y el humano acarició su pelaje, al zorro le gustaba cuando el humano acariciaba su pelaje. El humano –Sasuke- la voz dijo que el humano era Sa su ke.

Claro, a él si le dices por su nombre y yo sigo siendo “la voz”.

—Solo estamos a diez kilómetros de distancia. Esta será la última comida hasta que lleguemos, así que aprovéchala.

El humano se fue hacia las cosas que había cogido de la última aldea por la que pasaron, el humano estaba molesto.

Está serio. Al fin ha encontrado una pista sobre alguien para que lo entrene y ya estamos cerca. Está nervioso, supongo.

Sí, el humano quiere entrenar, hacerse fuerte. Para proteger la manada y cazar.

No, los humanos no solo buscan proteger la manada y cazar. Los humanos se hacen fuertes por otras razones.

La voz suena molesta con el humano. Pero el humano no ha sido malo con la voz o con el zorro, así que el zorro no cree que el humano sea la razón porque la voz está molesta.

Los humanos son molestos. Irritantes y odiosas creaturas.

La voz dice que el zorro es una creatura tonta e irritante.

Los humanos lo son más. Tú solo eres desesperante y tonto.

La voz ya no suena molesta. La voz no se molesta con el zorro. La voz ama al zorro.

Claro que me molesto cuando haces tonterías como seguir al humano como un cachorro necesitado y perdido. Además quién dice que te amo.

Amor. Amar. Cuidar y proteger a algo o alguien. La voz siempre protege al zorro. La voz cuida al zorro. La voz ama al zorro.

YO no-

El zorro ama a la voz también.

—Es hora de seguir.

El humano volvió a pisar con sus patas-

Pies, creatura tonta, cuántas veces tengo que repetirlo.

Los restos del fuego. La voz vuelve a ser la misma. El zorro está feliz. El zorro sigue al humano que se aleja con rapidez.

Si creo que es peligroso nos alejamos de inmediato. No me importa que el humano quiera matarse, tú no lo seguirás.

El zorro corre.

El humano cuida y protege al zorro. El zorro lo seguirá, el humano es manada, es familia, es madriguera.

El te cuida sí, pero él no-

El humano ama al zorro.

No, zorro tonto e ingenuo.

El zorro ama al humano también.

No. No entiendes lo que es el amor.

Así que el zorro cuidará y protegerá al humano también. A su humano.

Zorro tonto.

La voz suspira pero no dice nada más. Es la misma voz de siempre.

Había pasado un mes desde que escapó de Konoha y al fin había llegado al lugar que debía. Que le daría la fuerza necesaria para su venganza. Mantenerse oculto y recolectar información sobre su nuevo maestro tomó tiempo, pero valdría la pena. Orochimaru era alguien que podía darle el poder. Se lo había ofrecido antes. Pero tontamente lo había rechazado.

Encontrar su nuevo escondite fue problemático y tomó tiempo, pero ya estaba a pocos pasos del tan ofrecido poder.

Sasuke giró al escuchar un gemido a su lado. El zorro lo veía confundido y curioso. Después de esa noche en la lluvia, hace ya más de diez días atrás, el zorro rojo lo había seguido y Sasuke no lo alejó. Siguió alimentándolo y siguió dejando que se acurruque junto a él en las noches. Era una debilidad, lo sabía. Pero no podía evitarlo.

Aquel pequeño zorro rojo era lo único que lo mantenía cuerdo, lo mantenía firme, decidido. Si no hubiera tenido a quién hablarle o a quién proteger quizá hubiera caído muerto de odio a sí mismo y resignación. Pero tenía aquel cachorro de zorro que dependía de él, que lo necesitaba, así que necesitaba seguir vivo y ser fuerte, para alimentar al zorro, para protegerlo.

Era un ideal débil, pero lo mantuvo fuerte hasta que consiguió idear este plan para recurrir a Orochimaru. Él lo entrenaría. Le daría el poder y vengaría a su familia, a su hermano.

—Vamos, es hora.

Su voz volvía a ser la misma de antes. Siempre se mantenía hablándole al zorro, era al único ser al que le hablaba y lo curioso era que parecía entenderle. A veces refunfuñaba y bufaba y lo callaba y era algo que solo aceptaba del zorro, de nadie más. Era sorprendente que aceptara este tipo de cosas de un animal que de cualquier humano. Los humanos hasta ahora solo le mentían y prometían cosas. El zorro solo dependía de él y no le mentiría. Aunque admitía que era algo solitario cuando nadie le contestaba. Ja. Nunca creyó que extrañaría escuchar la voz de alguien.

Tanto Sasuke como el zorro entraron a la guarida de Orochimaru. Era extraño, no había nada que les impidiera el paso, como si estuviera- abandonado.

—No- ¡Rayos!

Sasuke corrió hacia el interior, sabía que el zorro lo seguiría a donde fuera. Pudo notar los pequeños detalles, los muros con kunais enterrados en ellos, partes quemadas, cuerpos en los pasillos, restos de cuerpos. El lugar había sido invadido. Siguió corriendo buscando alguien, algo, algo que le dijera que aún podía encontrar a Orochimaru. Que aún podía hacerse más fuerte.

Este no podía ser el fin.

Corriendo llegó a un cuarto amplio que pareciera donde se llevó la batalla más grande. Sasuke tragó duro. Había cuerpos. Entró al lugar, revisó los alrededores y los cuerpos con kunais incrustados en estos. Kunais con emblemas reconocibles.

Shinobis.

Shinobis de Konoha.

Shinobis de Konoha habían invadido el lugar. Ellos llegaron antes.

Con sus puños formados golpeó el muro más cercano, este se hundió bajo su puño. La estructura era débil, debía salir de aquí de inmediato. Guardando la furia e impotencia salió del cuarto. Tenía que salir del lugar y buscar otro modo. Orochimaru debe seguir con vida. Debe-

El zorro no estaba.

—Hey. ¡Zorro! Rayos, ¿dónde te has metido?

Tenían que salir. Tenía que encontrar al zorro e irse. Si Konoha había estado aquí significa que seguían buscándolo. ¿Por qué seguían buscándolo? No era nadie. Sasuke era un simple adolescente, sin el poder suficiente de hacer algo contra su aldea. ¿Por qué Minato, el Cuarto, seguía buscándolo?

—¡Zorro! Maldición.

¿Por qué seguían buscándolo? Sasuke solo quería que lo dejen solo. Que lo dejen-

El gemido del zorro lo alertó y fue corriendo hacia el lugar desde donde vino el sonido sin pensarlo un segundo. Su cuerpo corrió con toda su fuerza. Eso era una ¿explosión?

—¡Zorro! ¡Demonios!

Te dije izquierda. Izquierda. ¿Tengo que volver a explicarte la diferencia entre derecha e izquierda?

El zorro había perdido a su humano. Hace un momento estaba frente a él y después ya no estaba.

¡Porque giró a la izquierda!

El zorro comenzó a olfatear el lugar intentando encontrar a su humano. Pero en lugar de a su humano olió algo diferente. El zorro siguió el aroma.

Oh, no. Seguir los instintos en un animal es usualmente correcto, pero tú no tienes nada de eso. Tus instintos solo te llevan a problemas, gira, da la vuelta, no sigas nada.

El aroma era curioso y raro, era nuevo. El zorro siguió olfateando, ya estaba cerca.

Da la vuelta. La última vez que seguiste tu olfato por curioso terminamos siguiendo a un humano y siendo su mascota.

El zorro llegó a un lugar blanco, como la nieve, era blanco y olía raro. El zorro entró y siguió olfateando junto a las cosas largas y frías de cuatro patas.

Son mesas. Y este es un laboratorio. Zorro, tenemos que salir de aquí. Esas sustancias pueden ser peligrosas.

Las sustancias no están vivas, no se mueven, no pueden hacerle daño al zorro. El zorro se paró en sus patas traseras, mientras las delanteras se apoyaron en una de las creaturas –mesas.

No están vivas, pero pueden hacerte daño. Como esa planta ¿recuerdas?

El zorro no va a comer las sustancias. Solo olfatear.

¡Hey! ¡Alejate!

Esta cosa huele raro, es una ¿sustancia?

¡No empujes eso! ¡Se va a ca-!

Duele. Duele. Duele.

Deja de gemir, es solo humo. Tranquilízate, necesitas salir de aquí.

Arde. Arde. Arde. Arde.

Zorro tonto, escúchame.

Duele. Duele. Miedo. Miedo.

 ¡Escúchame! ¡Zorro!

Miedo. Miedo. Mi humano, Sa su ke. Ayuda. Ayuda.

¡Tranquilízate! ¡Solo sal de aquí!

—¡Zorro!

Sa-

—¡¿Dónde estás?!

Su-

—Zorro tonto…

Ke-

—Te tengo, te tengo. Tranquilo. Tranquilo.

 

 

III.

Zorro tonto, despierta. Despierta. Fue solo humo, ya estas mejor. Sé que estas mejor. Así que deja de ser un vago y despierta.

“Cállate, tengo sueño”

¿Me has respondido?

“Mi hocico me arde”

¿Estás hablando?

 “Tengo hambre, voz, tengo hambre. ¿Dónde está mi humano?”

Oh Dios, ahora puedes hablar. ¿Qué tenía ese humo?

“¿Voz? Suenas rara, ¿también tienes hambre?”

No. Dios. Rayos. Puedes responderme, pero solo tonterías como siempre.

“¿Mi humano?”

Pues abre los ojos y búscalo.

El zorro abrió los ojos. Por primera vez desde que nació vio un techo. Parpadeó sorprendido, eso era un techo. Eso significa que está en una casa. ¿Por qué está en una casa? Las casas son para los humanos, no para los zorros. El zorro se levantó de donde estaba, es suave y caliente.

Es un futón.

Algo a su lado se mueve y el zorro gira para ver a su humano.

“Mi humano”

—¿Hmm?

El zorro gira la cabeza mirando al humano con curiosidad. Esta durmiendo. Con una de sus patas sobre el pelaje del humano el zorro lo mueve ligeramente.

Cabello. Tú tienes pelaje, pero los humanos tienen cabello.

“Mi humano, despierta. Tengo hambre.”

—¿Y? ¿Acaso tengo qu-

Oh. Rayos. ¡Te entiende!

El humano se levantó de inmediato, en guardia. Sin darse cuenta cogió al zorro entre sus brazos protegiéndolo de lo que sea que pareció amenazarlo. Mirando con cuidado el resto del pequeño cuarto donde estaban. La única luz de las llamas de un par de velas.

—¡¿Quién está ahí?!

El humano y el zorro miraron al alrededor. El humano frunció el ceño confundido.

—Estaba seguro que oí a alguien.

El zorro alzó la mirada hacia el humano.

“No huelo a nadie más.”

El grito que lanzó el humano fue muy agudo e hizo que la cola del zorro se erizara, además de que el humano soltó al zorro de inmediato.

—¿Zorro?

“¿Humano?”

El humano tragó duro.

—Creo que me golpeé la cabeza muy fuerte. Estoy volviéndome loco.

“¿Loco? ¿Es comida? Tengo hambre. ¡Comamos! ¡Tengo hambre!”

El humano gruñó entre dientes. La voz rió. El zorro no entendía.

—Acabas de recuperarte, ¿cómo tienes tanta energía?

“¡Comida! ¡Humano! ¡Comida!”

—Soy Sasuke. No humano. Y no tengo comida, tienes que esperar.

“¿Esperar? ¿Cuánto? ¿Minutos? ¿Dónde estamos?”

El zorro recorrió la mirada al cuarto. Su cola moviéndose de un lado a otro, emocionado y curioso de estar en un sitio nuevo.

Es sorprendente que tu humano no se esté jalando los pelos. Esto es interesante.

—Es una cabina que estaba cerca a la guarida de Oro- Al lugar donde estábamos. Es pequeño, pero tenía un futón y provisiones. Creo que era una especie de lugar de vigilancia. Hay una aldea cerca.

“¿Guardida?”

—Guarida. Eso no importa. ¿Estás mejor?

“Tengo hambre.”

—Te escuché las primeras diez veces.

El humano suspiró. Se frotó la sien con cansancio.

—Si estoy volviéndome loco al menos tendré el estomago lleno—. Murmuró mientras se levantaba del futón y lanzaba la sabana sobre el zorro que sacudió la tela de su cabeza.

“¡Humano!”

—Sasuke.

El zorro ladeó la cabeza.

“Sa su ke.”

—No lo silabees. Suena raro.

“Sasu ke”

—Tampoco, — suspiró, mientras buscaba sus zapatos.

“Sas uke”

La voz rió, el humano –Sas uke- solo suspiró.

—Si no lo dices bien no te traeré nad-

“¡Sasuke!”

El humano –Sasuke- sonrió triunfante. Sacudió sus ropas y caminó hasta la puerta.

—Traeré comida. No te muevas. Ya vengo.

El zorro sacudió su cola de un lado a otro feliz.

“¡Voy contigo!”

—No, quédate. Aún no sé si estás bien. Quédate, zorro.

“Pero…”

—Zorro terco—, suspiró— solo, cuida el lugar, ¿sí? Cuida la hmm- ¿madriguera? Los zorros viven en madrigueras, ¿cierto? — Murmuró entre dientes— Cuídala mientras voy por comida.

“Yo puedo proteger la madriguera. ¡La protegeré! ¡Verás que puedo, Sasuke!”

El humano sonrió al ver cómo el pequeño zorro rojo sacaba pecho y se sentaba con determinación sobre el futón.

—Muy bien, ya regreso.

El humano salió del lugar. El par de velas encendidas y el pequeño zorro rojo sobre el futón.

El humano lo tomó muy bien, demasiado bien.

“¿Hmm? ¿Qué quieres decir? Sasuke fue por comida.” La voz sonaba cautelosa y desconfiada, eso ponía nervioso al zorro.

Que nadie puede tomar bien que de la nada un zorro le hable en su mente. Zorro, si no regresa-

“Sasuke va a regresar, Sasuke lo dijo. Dijo que regresaría con comida.”

Pero si no lo hace.

“¡Regresara!”

Bien. Pero sino. No podemos quedarnos aquí.

“Regresará, voz. Sasuke es manada. Sasuke es mi humano. Nos cuidamos. Nos amamos.”

Ya te dije. Tú no entiendes lo que es el amor. No es tan simple.

“Y yo soy de Sasuke.”

Zorro tonto.

No estaba teniendo un ataque de pánico. Esto no era un ataque de pánico. Porque todo lo que ocurrió dentro de la cabina fue un sueño. Sí, simple ilusión ocasionada por el golpe que se dio cuando salía del lugar y este se caía a pedazos. El zorro no le hablaba. Sasuke no se estaba volviendo loco.

Sasuke ya estaba lejos de la cabina. Cerca a la aldea. Necesitaba conseguir agua y algo para comer. Para él. No para el zorro. El zorro que ¡habló!

Inhala, exhala.

No. No era cierto. Todo fue una ilusión creada por su lastimado cerebro. Nada más.

Sasuke estaba bien. Todo estaba bien.

No podía volver.

No debía volver.

El zorro estaría bien. Sí, era un animal salvaje después de todo. Estaría bien. El zorro sobreviviría.

Un día. Sasuke ya había comido y recogido provisiones de la pequeña aldea. Ahora podía irse y seguir su camino.

Un día.

No puedes volver Sasuke.

Tenía que seguir su camino, tenía muchas cosas que hacer. Una venganza que cumplir, muchos planes que idear. Hacerse más fuerte. Ganar poder. No podía regresar por un zorro.

Ya pasó un día. Seguro ya no está.

Estaba a varios kilómetros de distancia, no podía regresar. Dos días. Ya han pasado dos días. No debía regresar. Pero ¡Demonios! No podía dejar de pensar en el pequeño zorro rojo que movía la cola de un lado a otro orgulloso de ser dejado con la responsabilidad de cuidar el lugar, la madriguera.

Es solo un zorro.

Estaba tan feliz.

No puedes regresar. ¡Piensa en tu cordura!

Además, ya son dos días. Es un zorro, un animal salvaje, no una fiel mascota.

Ya no debe estar ahí.

Oh por favor que se haya ido.

Seguro ya no estaba, han pasado cuatro días. Seguro ya no estaba y se había ido a buscar comida o a otro humano a quien volver loco y molestar y acurrucarse en la noche, y tapar la boca con una pata y gruñir para no ser mojado o gemir por pisarle la cola… Ya no podía estar. Así que Sasuke era un idiota por estar parado en la puerta de la cabina. La iluminación de las velas ya inexistente.

Sasuke abrió la puerta.

—Zorro…

Susurró, no queriendo alertar a otro posible habitante. No hubo respuesta; y por un momento se sintió estúpido, pero idiotamente aliviado de que el zorro no lo hubiera esperado.

Cerró la puerta y se apoyó en esta mientras se cerraba. Descansaría esta noche aquí. Se sentiría estúpido en la mañana, cuando sus músculos dejaran de dolerle por haber corrido tanto en tan poco tiempo.

“Regresaste…”

Sasuke alzó la cabeza entre asustado y sorprendido. Se paró de inmediato y siguió la voz. La voz estaba en su mente, pero podía sentir el lugar desde donde venía. ¡El futón!

—Oh Dios.

Ahí estaba el pequeño zorro, bajo el nido de sabanas que se había armado para refugiarse del frio. Su hocico con la justas visible bajo el blanco de las telas. El bulto temblaba y podía notar la debilidad en el pobre animal.

“Tengo hambre, Sasuke. Te demoraste.”

—Sí, lo sé. Lo siento. Yo- Yo-— ¿Por qué este tonto animal lo esperó? ¿Por qué confió en que volvería? ¿Por qué no se fue? — ¿Por qué sigues aquí?

El zorro parecía confundido y Sasuke quería reírse porque siempre se sentía tonto al lado de este ingenuo animal. “Porque dijiste que regresarías, y yo te dije que te esperaría. Cuide el lugar por ti, Sasuke. Te dije que lo haría… lo hice.” La respuesta era tan simple pero con tanto significado.

—Te pude haber mentido. ¿Qué hubieras hecho si no regresaba?

“Regresaste.”

—¿Pero si no?

“Pero estas aquí, Sasuke. Ya deja de hablar, dame comida. Tengo hambre.”

Sasuke rió, rió y no hizo caso a las lágrimas que salieron de sus ojos. Movió la cabeza en negación, su zorro era un animal ingenuo, terco y tonto. Como un niño creía todo lo que le decían, todo lo que Sasuke le prometía, todo lo creía y lo seguiría haciendo.

—Déjame calentarlo y-

“Nooo… No lo cocines, no importa crudo. Tengo mucha hambre.”

El zorro rojo seguía hundido en el futón y con los ojos cerrados, parecía lo suficientemente débil como para querer mover un musculo. Sasuke se levantó y prendió unas velas que trajo. Se puso en marcha, tenía que prepararle algo a su zorro.

—Solo tengo ramen. Y eso no lo puedes comer crudo. Se prepara rápido, dame unos minutos.

“Unos minutos es mucho, yo no- ¿Qué haces Sasuke?“

—Lo siento.

Sasuke no pudo evitar más y abrazar al animal, tal como lo hizo la primera vez que lo encontró. Abrazarlo y hundir su rostro en su pelaje, sus lágrimas secándose en el rojo y esponjoso pelaje del pequeño zorro.

“Si me das comida te perdono.”

Sasuke rió y rió. ¿Cómo no se había dado cuenta que todas las veces que reía eran junto a este pequeño animal? Por este pequeño animal. Gracias a este pequeño zorro.

—Está bien. Solo dame unos minutos.

“Te esperaré, Sasuke.”

Notas finales:

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