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One step to remember por AnyChan

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Notas del fanfic:

Notas del fanfic: Lo prometido es deuda gente. Esta será la historia del joven Fenrir, hijo de Thor y Loki.  Si no leyeron “The last Breath” no comprenderán parte de la historia. Aquí lo dejo: 
http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=127944 Es un one-shot, no muy largo. 

Parejas: Thor x Loki. (Thorki)

¡Nos leemos más abajo!

Pasaron aproximadamente 16 años asgardianos, el joven Fenrir paseaba por los pasillos del desolado Valhalla pues acababa de terminar su entrenamiento. Le dolían las partes de su pequeño cuerpo, pues no era nada bueno luchando pero se esforzaba lo más que podía. Era lo único que podía hacer. Su padre, Thor, le tenía prohibido lo que más le gustaba; la magia. 

El rubio más joven no reprochaba, pues todo era por su “bien”. Aun llevaba la culpa de lo que había sucedido hace algún tiempo atrás, no podía olvidarlo, y lastimaba su alma cada vez que recordaba lo poco que había sucedido de un segundo a otro.

[Flash-Back]

Un joven de ojos verdes y cabellera rubia, de tan solo 10 años, se encontraba cenando con sus padres. Días atrás había logrado hacer algo que hasta ahora jamás había visto; magia.  En la biblioteca los libros de magia estaban todos polvorientos y era algo difícil distinguir lo que decían, pero lograba entender perfectamente. Había enciclopedias de magia, en las cuales se nombraban grandes hechiceros, era un tema que al rubio le encantaba.  Decidió sacar el tema a conversación, y le comentó a su padre. 
 
— Padre, esto es genial. Pude levitar solo con mi mente un objeto en el aire. ¡Se sintió asombroso!  Mamá, ¿Es que acaso tengo familia hechicera? ¿¡Por qué no me habían dicho antes!? 

Thor había quedado totalmente asombrado, hace mucho no veía a alguien hacer un hechizo de magia. Realmente ese tema le intereso bastante, sobre todo porque ese entusiasmo le recordó mucho a Loki cuando era niño y le contaba que podía hacer magia, con exactamente el mismo entusiasmo. El ahora Rey, quería ver a su hijo hacer los trucos que alguna vez su hermano hizo. Al recordar lo sucedido, no pudo evitar que su semblante cambiara a una de tristeza total. Prefirió no decir nada; y su madre Sif, al ver tales cambios de humor en el rostro de su esposo, se levantó rápidamente de su asiento haciendo un escándalo inmediatamente. 

—No tenemos ningún parecido con esos monstruos de la magia. Tú jamás serás un hechicero, ¡Te prohíbo que vuelvas a intentar hacerlo!

El, en ese tiempo, pequeño Fenrir, se espantó. No pensó nunca que su madre reaccionaría así, sin motivo alguno. ¿Acaso odiaba a los hechiceros? Eso era lo más probable. Su escandalosa madre, se levantó de su asiento para desvanecerse entre las grandes puertas de oro.  Thor, ligeramente sorprendido por la actitud de su mujer, decidió seguirle la corriente, pues no quería sufrir al recordar a su fallecido ‘hermano’. 

—Papá, ¿Qué tiene mamá en contra de los hechiceros?  Es que ellos son…

Antes de poder terminar su oración, Thor se levantó de la silla, y miro con un semblante de enojo  a su hijo, quien no dejaba de estar sorprendido. Esa mirada que le dedicaba su padre en ese momento jamás la había visto, ciertamente le daba algo de miedo.

—No quiero que vuelvas a mencionar eso, Fenrir. Tienes totalmente prohibido volver a mencionar eso, o siquiera a leer uno de los libros de magia. Jamás vuelvas a intentar hacerlo.

Repitió las palabras de su esposa, se levantó al igual que ella y salió de allí dejando al joven rubio solo.  Este no sabía qué demonios pasaba, pero decidió no reprochar más. Termino su platillo, y dejo que los sirvientes limpiaran mientras este se iba del lugar en dirección a su habitación. Ya en ella, tiro un suspiro largo. La magia era algo que le gustaba mucho más que cualquier otra cosa. Y pronto debería elegir una profesión para aprender. Su cuerpo no era del todo fuerte como para ser un guerrero como su padre, y no le gustaba esa idea, para nada. 

Como era de noche, el joven rubio había quedado profundamente dormido, envuelto por sus pensamientos. Al otro día, desobedeciendo a sus padres, se escabulló sin que los guardias lo notaran y entro a la biblioteca a leer los manuales e enciclopedias de magia.

Pasó así un mes, el joven estaba dispuesto a enfrentarse a su madre, le iba a decir que quería hacer magia nuevamente, esperando que no esté de mal humor, como siempre. No recordaba día que ella no estuviese así.  Lo trataba mal,  y cuando su padre intentaba calmarla se enfadaba aún más.

Subió las escaleras en dirección al cuarto de sus padres, y a lo lejos notó como su madre estaba mirando por el balcón la hermosa vista que daba de Asgard. Se acercó lentamente hasta ella, y posó las manos en el barandal.

—Madre… Quería preguntar si…

Antes de poder terminar su frase, la mujer lo interrumpió, mirándolo fijamente con tez enojada. Todo ese mes, ella había evitado hablarle, pues al parecer el hecho de que quisiera hacer magia la había enojado mucho.

—Si dices algo de esa idiotez de hacer magia, no quiero escucharte. Lárgate de aquí, Fenrir.

Nuevamente, la mujer le desprecio. Haciendo que Fenrir apretará los puños, enfadándose también.

—Madre, si me dejaras continuar. ¿Por qué no puedo hacer lo que me gusta? Yo se que padre está de acuerdo, y él me dejará hacerlo si no te opones. ¡No tiene nada de malo!

Como en ese tiempo el rubio era tan solo un niño de 10 años, reprocho como tal. En un acto de maldad, Sif se volteó propinando una fuerte cachetada al niño. Su pesada mano hizo caer el pequeño cuerpo del rubio al suelo, mirándola con cara de sorprendido. No era la primera vez que le golpeaba, pero si la primera vez que lo hacía con tanta fuerza y enojo. Detrás de Fenrir, apreció Thor, mirando sorprendido la escena. Su hijo siempre se quejaba de que ella le golpeaba, pero nunca le creía, no hasta ese momento.

— ¡He dicho que no! ¡Y no quiero que vuelvas a molestarme con eso!

Y nuevamente su madre le proporcionó un fuerte golpe, Thor estaba por correr a ayudar a su hijo, pero este se levantó del suelo  antes que lo ayudara.  Sus ojos se hicieron totalmente rojos, pero solo la mujer podía verlos, pues estaba de espaldas al rubio mayor.  De sus manos comenzó a emanar una especie de luz azul, y miro con sus ojos totalmente vacíos a su madre.

—Madre…. No quiero que jamás… Jamás, me vuelvas a golpear.

Lo que más quería hacer el joven en ese momento, era golpear a la mujer que se hacía llamar su madre. Estaba cansado de todo.  Estaba cansado de que lo golpeara. No la quería como madre, ni jamás la quiso. Su cuerpo comenzó lentamente a reaccionar solo, y estaba en un punto que  ya no reaccionaba a lo que le decían. Thor se acercó casi corriendo, y tomó por la fuerza los brazos de Fenrir. Este, sin reaccionar, llevó la mano al pecho de su rubio padre, haciendo de alguna manera que este se congelara, y se soltó rápidamente. Sif no sabía dónde mirar,  y se apoyó contra las barreras. Fenrir apuntó hacia su madre, mientras sus manos seguían sacando un brillo azul, parecido al hielo. Entonces, en ese momento, detrás de la mujer apareció una especie de brillo verde que la empujo para atrás, e inevitablemente cayó tirando un fuerte grito hasta caer. El rubio más joven, se desmayó haciendo que su padre tuviese movilidad nuevamente.

—No…  Ese brillo… ¡Fenrir! ¡Tú y tu maldita magia!…

Luego de eso, el de ojos verdes no volvió a despertar durante una semana  entera. Y cuando despertó, todo había cambiado. Su padre llevaba siempre una tez de tristeza, y la biblioteca estaba cerrada bajo uno de los candados más grandes que jamás hubiera visto. Todos los libros que había en su habitación, ya no estaban.

Según Thor, lentamente Loki estaba tomando fuerza con la ayuda de Fenrir.  Si no era así, ¿Qué demonios era esa neblina verde detrás de su esposa? No quería recordarlo. No quería sufrir de nuevo por la muerte de su único y verdadero amado. La mejor manera de olvidarse de él, era prohibiendo cualquier forma de recordarlo. Aún si así debía prohibirle las cosas a su hijo. Lo había obligado a ir a entrenamiento de guerrero, sin importarle que volviera siempre lleno de marcas y moretones por todos lados.

[Fin Flash-Back]

 

Una silenciada noche se hacía presente en el Valhalla. Desde que nació Fenrir, todo era aburrido y sin vida. Nada era ya bueno en el castillo. La poca felicidad que todos tuvieron alguna vez, se había desvanecido. Ni siquiera la Reina Frigga, ya fallecida, podía ser feliz.  Era hora de cenar; así que, como siempre solían hacer, Thor y Fenrir bajaron al gran salón para “disfrutar” su cena. Comieron en silencio, ni uno decía una palabra. En cuanto terminaron su cena, ambos prácticamente huyeron del salón. Como si ninguno quisiera verse las caras; y en definitiva así era, ya no les importaba para nada.

Fenrir decidió salir un rato del castillo. A su padre no le gustaba para nada que él saliera, pero no le importaba. Tomó su corcel, y se dispuso a irse hasta el lago. Aquel lugar tan maravilloso, y sobre todo en las noches, cuando la luz de la luna alumbrada el agua haciendo un hermoso resplandor. Lo único que se escuchaba en esa fría noche, eran los golpes de las patas del animal en el suelo al galopar. Todo en silencio era realmente agradable. Bajo de su corcel una vez en dicho lugar, y se sentó en el pasto, apoyado sobre un árbol. Miro el reflejo de la luna en el agua, y los recuerdos invadieron su mente. Aún no sabía que había sucedido el día que falleció su madre, no tenía ningún recuerdo después del golpe que ella le había proporcionado. Pero aún que eso había sucedido hace 6 años, no podía olvidarlo. Lo más sorprendente de todo, era que, aún qué aquella mujer le había “dado la vida” no sufrió por su muerte. No dejó que ninguna lágrima cruzará sus ojos.  

—A él también le gustaba venir aquí.

Se escuchó de repente alarmando al rubio, haciendo que sacará su daga. Esta misma, la había encontrado en una habitación que sus padres le tenían estrictamente prohibido entrar, a sus 9 años. La habitación no tenía nada de malo, pero debajo de la cama había encontrado esta arma. En la empuñadura tenía un extraño nombre en otro idioma, que no lograba averiguar todavía.

— ¿Quién anda allí? Muéstrate.

Se escuchó un gran estruendo, haciendo que el joven se alarmará aún más. Y de entre los árboles, salió una anciana cubierta por una capa. Sus cabellos eran rubios aún que canosos, y aquella capa no dejaba casi verlos. El rubio, quien antes estaba alarmado, suspiró y bajo la daga al darse cuenta que solo era una anciana. Esa tranquilidad no duró mucho, pues la anciana demostró saber algo de él.

—No me quedaré mucho tiempo joven Fenrir. Pero no me iré sin darte esto.

Y buscando entre sus bolsillos, aquella anciana sacó un libro. Se lo ofreció al príncipe, pero este dudaba si tomarlo o no. Primero quería preguntar por qué sabía su nombre, pero ambos quedaron en silencio. No soportó la curiosidad de saber que era lo que había en el libro, y estiró su mano para tomarlo. En cuanto sus dedos hicieron contacto con este libro, la anciana se desvaneció y el libro cayó al suelo. Este mismo comenzó a radiar una luz verde, que abrió dicho libro en una zona en la cual explicaba un idioma muy raro. Tomó el libro, y pronto notó, que esas letras eran las mismas que las que portaba su daga.

No lograba distinguir mucho más, pues la luz de la luna no era suficiente para poder leerlo. De repente, el galopar de varios caballos lo alarmó nuevamente, y se apresuró para guardar el libro en el bolso que portaba. Notó como su padre se acercaba, junto con otros guardias a gran velocidad hasta donde estaba él.

— ¡Fenrir! Te he dicho muchas veces que no me gusta que salgas del castillo. ¡Mucho menos sin avisarme!

Thor se bajó del caballo, y tomó los hombros de su hijo para reprenderlo. Pero antes de que siguiera hablando, Fenrir se alejó de él.

—Sabía que me dirías que no si te preguntaba. Así que decidí irme. Pero estoy bien, no me sucedió nada.

Por supuesto no pensaba contarle de la anciana, y mucho menos del libro que esta le había entregado. Se acercó a su caballo, y se subió a este mismo. No pensaba quedarse a escuchar el típico escándalo que solía hacer su padre, así que avanzó  a toda velocidad en el caballo en dirección al castillo. No tardó mucho en llegar, pues tenía uno de los caballos más veloces de todo el reino. Dejó al corcel en el establo, y se bajó acariciando este. Le sacó la montura, para así dejarlo descansar por hoy. Entró rápidamente al castillo, y podría decirse que fue corriendo hasta su habitación. En ella, lo primero que hizo fue cerrar con llave, sentarse en su cama y sacar el libro que le había dado la anciana. Volvió a la página en la que estaba, y allí vio que en definitiva eran las mismas letras que estaban en su daga. Su padre no lo molesto en toda la noche, por lo que se quedó en vela leyendo esa parte del libro. Como no tenía dificultad para aprender las cosas, aprendió rápidamente algunas cosas de este. Cuando el sol emanaba en el cielo ya, entrando por las cortinas de sus aposentos, saco su daga, para ver las letras escritas en este. Rápidamente, con ayuda del libro, logró descifrar las primeras letras.

—Primero la “L”… “O”…  —Y paso a paso, descifró todas las letras. Como no era una palabra muy larga, fue bastante fácil. —La… “K”… Y ahora la “I”… ¡Loki!

Agradeció que al fin tenía la palabra completa, pues tenía mucho sueño. Debía quedarse despierto para el entrenamiento, y no podía dormirse. En la noche seguiría aprendiendo ese idioma, y se encargaría de ver de qué trataba el libro. En lo que había leído hasta ahora, ese idioma era utilizado para los conjuros de los magos. ¡No podía ser! ¡Tenía un libro de magia en su poder! Esa anciana de seguro era una maga. El rubio tomó el libro para esconderlo debajo de la cama, al igual que su daga, y se recostó en la cama para fingir que dormía cuando lo buscaran para ir a entrenar.

Cerró los ojos. Pero no pudo evitar pensar en algo. ¿La habitación prohibida era de “Loki”? Era lo más probable. Pero no entendía por qué jamás lo habían mencionado. Algo debió suceder, y por eso sus padres jamás lo mencionaron. Pero si la daga estaba escrita en ese idioma de los magos. ¡”Loki” Era un hechicero!

Ahora Fenrir tenía una nueva meta; saber porque sus padres odiaban a los magos; porque le ocultaron la historia de “Loki” y porque este hombre había vivido en su castillo.

Pues, si lo pensaba, ¿Quién demonios era ese Loki?

Notas finales:

¡Gracias por leer! Espero que les haya gustado. Dejadme  review si le gustaría que continúe la historia. Nos vemos en el próximo capítulo


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