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Una promesa perdida en el viento por sunako_1

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Notas del fanfic:

Los personajes del manga/anime "Gintama" no me pertenecen, son propiedad de Hideaki Sorachi-sensei

Notas del capitulo:

hola a todas y todos los que leen mis ff y a los que por primera vez leen uno.

aqui otro FF de mis amados samurai <3

espero les guste

 

Aclaraciones: bueno, esta historia esta basada en la pelicula pelicula Gintama Kanketsuhen Yorozuya yo Eien Nare especificamente, despues que habla con Genai en el bar de Otose-san y antes que fuera a beber con su foto.

Esto pasó (en mi imaginacion) en esas horas perdidas.

es una historia que se podría leer sola, pero si no han visto la pelicula, tal vez no entiendan algunas cosas.

 

El viento frio que corrió por su habitación, lo hizo estremecer. Al abrir sus ojos azules, vio que la ventana se encontraba abierta -¡¿Quién eres?!- preguntó mientras se levantaba bruscamente al ver una silueta sentada en el marco –No, no puede ser…- su rostro se mostró sorprendido y comenzó a temblar levemente –E… esto es un sueño ¿Verdad?-

La silueta movió la cabeza para mirar al pelinegro -¿Me extrañabas Hijikata-kun?- la varonil voz hizo eco en sus oídos mientras la corriente de aire, jugaba con aquellas hebras platinadas –Nunca creí que te haría tanta falta- sonrió confiado poniéndose de pie.

-“Esto no puede ser real”- el pelinegro se acercó lentamente sin despegar la vista de ese hermoso rostro de piel blanca, que brillaba en aquella habitación semi oscura -¿De… de verdad… eres tú?-

-¿Quién mas podría ser?- el pelinegro se detuvo a solo centímetros de aquel hombre y levantó la mano derecha para rozar, con la yema de sus dedos, la suave y tibia mejilla. Sus ojos rojos se agrandaron asombrados al ver las dos gotas que cayeron de los azules y afilados ojos del pelinegro -¿Hijikata-kun?-

Sin decir alguna palabra, el pelinegro lo envolvió en un posesivo abrazo-Gintoki…- por primera vez, el peliplata pudo escuchar su nombre en aquella bella voz. Sus pómulos se tiñeron de carmesí –… por fin volviste-

El peliplata sonrió y le devolvió el abrazo mientras escondía su cara entre el cuello y el hombro del pelinegro –Sí. Estoy de vuelta- sus corazones se acoplaron en un frenético palpitar. Ambos levantaron sus cabezas. Se miraron por algunos segundos con los ojos entrecerrados, viendo el reflejo del color luminoso que mostraba sus propios sentimientos. Lentamente los fueron cerrando mientras separaban sus labios acortando la distancia entre sus bocas para unirlas en un dulce beso. Ninguno entendía el por qué de aquella acción, o tal vez, lo entendían demasiado bien, pero decidieron ignorar todos sus pensamientos y disfrutar.

Se abrazaron con más fuerza al momento que sus lenguas se encontraron. El pelinegro comenzó a recorrer el cuerpo del peliplata quitando la ropa con desesperación, casi rompiéndola mientras intensificó los besos. El peliplata separó las bocas al tirar la cabeza hacia atrás y emitir un erótico gemido cuando sintió las manos del pelinegro sobre su hombría –Gin…- no supo en qué momento solo tenía puesto su pantalón y ropa interior que estaban en sus tobillos -… Gin…- aquel tono suplicante con el que lo llamaba cerca de su oído, lo estaba volviendo loco.

-Hi… Hijikata… mgh… kun…- pudo sentir como crecía su erección en la tibieza de aquella mano que lo masajeaba con rudeza -… aah… Hiji… mmnh…- el pelinegro puso su otra mano en la nuca del peliplata para volver a acercar sus rostros y besarlo otra vez.

Las piernas del peliplata perdieron fuerza y se sostenía de la yukata del pelinegro para no caer. La lengua húmeda, saboreaba cada lugar de su boca mientras lo masturbaba rítmicamente. Sentía próximo el clímax. Con un gemido ahogado entre los voraces besos, se corrió bañando esos delgados dedos y temblando ligeramente.

Se separó del pelinegro cayendo al piso. Aun sintiendo el orgasmo, miró hacia arriba encontrándose al pelinegro que lamía y chupaba sus dedos degustando el liquido blanquecino que se deslizaba entre ellos. El peliplata se sonrojó aun mas, cuando la penetrante mirada de aquel maduro rostro se volvió a posar en el. Tragó saliva –Hi… Hijika…-

-Te haré mío para que no vuelvas a desaparecer- el pelinegro lo interrumpió con firmeza y lo levantó en brazos para llevarlo al futon donde anteriormente dormía. Las últimas prendas quedaron en el piso. Lo acostó suavemente sin despegar sus miradas.

El pelinegro se acomodó entre aquellas largas y sensuales piernas, rosando su hombría con el trasero y los testículos del peliplata. Sintió claramente la gran erección que se escondía bajo la yukata –Qui… quítatela…-

El pelinegro sonrió mientras tomaba el obi y lo quitaba lentamente. La prenda se abrió dejando a la vista aquel marcado y blanco torso, y la ropa interior azul. Se volvió a frotar contra el peliplata, poniendo más fuerza al poner las manos a cada lado de su cintura. Su miembro despertó irguiéndose descaradamente.

Ambos jadeaba ante el contacto. El pelinegro decidió recorrer con su boca y lengua, desde el cuello hasta el vientre del peliplata. Sus manos bajaron a las piernas para acariciarlas -¡Aaahh!... Hi… Hijikata…-  el pelinegro sonrió al encontrar su punto débil… el interior de sus muslos.

Después de tortúralo un rato, ya no podía esperar. Acercó los dedos a la boca del peliplata rozando sus labios -Lámelos- el peliplata abrió su boca para que los introdujera mientras cerraba los ojos. Los chupaba y lamia llenándolos de saliva dejando que un poco de esta, resbalara por la comisura de sus labios. Aquella visión… era increíble.

Quitó los dedos dejando unidas las yemas con la punta de la lengua del peliplata con un hilillo de saliva que desapareció al instante. El pelinegro sabía que ya estaba en su límite. Quería meterse fuertemente en su cuerpo y embestirlo como bestia mientras lo oía grita su nombre, pero no lo haría. Lo iba a preparar con cuidado haciéndolo enloquecer con sus caricias dentro y fuera de sus cuerpo. Lo marcaría con sus besos, con su aroma, con su voz. Lograría que el peliplata solo se estremeciera con él y no se pudiera ir nunca más.

Hoy no le importaba nada. No le importaba su jefe. No le importaban los integrantes de la yoruzuya. No le importaban sus subordinados. No le importaba el hombre de cabello largo y su extraña mascota blanca. Tampoco le importaba la promesa del peliplata con la castaña, ni las otras mujeres enamoradas de él. Esa noche, en ese lugar, solo estaba él con el peliplata fundiéndose en el asfixiante calor de la pasión.

Se alejó un poco para levantar las caderas del peliplata sosteniendo uno de sus muslos, dejando expuesta la cavidad en su trasero. Deslizó dentro su dedo medio sintiendo como las paredes se abrían a su paso -¡Mmmmghh!...- el peliplata apretó los labios. Lo metió y sacó un par de veces y después se le unió el dedo índice siguiendo el ritmo.

El pelinegro estuvo dilatando el lugar, hasta que la mueca de molestia en el rostro del peliplata, cambió a una de total excitación. Liberó su erección bajando su ropa interior y la masajeó llenándola del pre seme que ya goteaba en el glande. Quitó los dedos y agarró el otro muslo –Voy a meterlo- le avisó al peliplata que se afirmó al futon esperando la intrusión en su cuerpo.

Se fue introduciendo dando pequeñas embestidas, llegando cada vez más adentro -¡Aaaaahh!...- el peliplata gimió sonoramente al sentir lleno su interior -… aah… Hiji… Hijika… mmmhg…-

El pelinegro inició movimientos constantes. Entraba y salía con más fuerza y con más velocidad –Gin… aahh…- la caliente presión que envolvía a su falo, lo llevaba a un nuevo y desconocido nivel de éxtasis -… Gin… ah… Gin…- lo nombraba repetidamente para comprobar que era él realmente y que esto no era un sueño.

-Hi… aah… ah… kata…- el pelinegro vio la mano del peliplata levantada buscando algo. Soltó uno de los blancos muslos y entrelazó sus dedos llevando la mano del peliplata hacia atrás, dejándolas unidas a un lado de su cabellera rizada. Se tiró hacia adelante dejando su rostro muy cerca del peliplata y abrazó la pierna, que aun sostenía, por la rodilla -…. ¡¡Aaaaaaahh!!...- gimió casi gritando. El cambio de ángulo, hizo que el pelinegro rosara el punto que lo llevó al cielo -… ¡Hiji… kata!… ¡Aah!...-

-Toshirou…- el cálido aliento rozó sus labios separados mientras el pelinegro se detenía -… mi nombre es Toshirou, Gin-

-To… shi… rou…- repitió suavemente mientras enfocaba son su vista desorbitada  y el pelinegro se volvía a mover -… aah… Toshirou…- encontró aquellos afilados ojos azules y su otra mano se metió bajo la yukata para aferrarse a su espalda -… ¡Aaaahh!... ¡Toshi!... ¡Mmmmghh!...- se besaron ardientemente mientras las embestidas se intensificaron.

___

 

Cubría su piel llena de marcas rojas, con la fría ropa que encontró dispersa sobre el tatami. Intentaba ser silencioso para no despertar al pelinegro que estaba tapado con el cobertor, pero sus movimientos eran un poco torpes por culpa del temblor en sus piernas y el dolor en sus caderas -¿Cuánto tiempo te irás esta vez?- dio un respingo al escuchar esa pregunta. Se dio media vuelta encontrando al pelinegro de lado que recargaba la cabeza sobre su mano -¿Nos volveremos a ver?-

El peliplata le dio la espalda y se acerco al marco –Toshirou…- salió y se puso de frente para mirarlo mientras afirmaba la ventana corrediza -… ¿Prometes no olvidarme?-

El pelinegro se sentó –Jamás te olvidaría- sonrió tiernamente –Yo… te amo- decidió tirar su orgullo a un abismo y decir sus verdaderos sentimientos.

El peliplata se ruborizó y sonrió –Entonces nos volveremos a encontrar- cerró la ventana. Aquella sombra se quedó de pie unos segundos y después desapareció entre la tímida luz de la mañana.

 

Fin.

 

Notas finales:

espero les haya gustado

esta historia esta dedicada a Asterocampa Leilia que quería otro FF entre ellos dos y a Yoshiki que quería a un Gin-chan uke :3 ojala les gustara

desde que ví la pelicula quería hacer un ff de esa parte <3 es que se nota que a Hijikata le duele que Gin no esté y trató de buscarlo todo esos años <3 (gritos de fan)

agradesco sus comentarios


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