-¡Cállate! Te he dicho mil veces que no pienso ir a ese lugar.- dijo el castaño enfadado- Llévame a tomar algo o lo que sea, menos allí.
-Allí puedes tomar algo, además, verlos bailar en todo momento es una verdadera maravilla.- su amigo no dejaba de incitarle.
Jongdae estaba a punto de perder los nervios, desde luego tener que aguantar esas charlas por teléfono no era su punto fuerte. Desde hace unos días, su amigo Chanyeol le insistía en ir a un Gaybar o como mierda se llamara. Él se negaba rotundamente, pero el acoso que le llegaba de parte de su amigo era cada vez peor. Tenía que aguantar comentarios como "Hay una cantidad de chicos preciosos bailando por todas partes, y si eres afortunado, te los llevas a la cama" o "te vendría bien pasar una noche de fiesta, cada día te ves más amargado". A veces desearía no ser gay, y así evitar a Chanyeol, pero su naturaleza se lo impedía.
-Mira, llévame a ese maldito bar y acabemos este acoso de una vez. A las diez en mi casa.- y de esta forma, Jongdae colgó el teléfono.
Su mejor camiseta junto a una cazadora de cuero, unos tejanos notoriamente ajustados y unas deportivas negras. Así se presentaba Jongdae delante de la puerta de su casa. Sin olvidar su toque de colonia Playboy, el castaño se había arreglado para ir a su encuentro con Chanyeol en aquel bar. Y una cosa era que no quisiera ir, pero él era nada más y nada menos que Kim Jongdae, nunca va desarreglado a ningún lugar. A lo lejos pudo divisar un coche que se acercaba hasta pararse frente a él, y la puerta del copiloto se abrió.
-7 minutos tarde, Yeol. La próxima vez voy a traer mi látigo.- dijo entrando al coche y abrochándose el cinturón- ¿Sabe Baekhyun que vas a estos lugares?
-Oh si, por favor, tráelo. Y de paso, tortúrame en tu sala roja del dolor.- puso el coche en marcha- Mi Baek no sabe nada, pero yo no voy allí para tener aventuras, sino para pasar un buen rato con los amigos.
-Puedes pasar un buen rato con los amigos sin necesidad de ir a estos lugares. Mi casa, una peli y palomitas de maíz son la mejor diversión.
-Dime que en tu casa hay dos tipos bailando en la mesa de tu salón y en el sofá e iré encantadamente.- a Chanyeol ya se le estaba formando la escena en su mente. Si eso pasaba, se mudaría a la casa de Jongdae.
-Pervertido, tu tan solo con ver dos chicos bailando ya estás excitado. Me pregunto si alguna vez tu miembro se ha sentido en paz.- el castaño rio ante sus palabras.
-No me estaba imaginando a dos desconocidos precisamente.- y le lanzó una mirada seria a su amigo- Te quiero, Chen. A ti y a mi novio.- dijo con una sonrisa.
"Que alguien me baje de este coche por el amor de dios", pensó Jongdae. Aunque viniendo de su amigo todo era pura confianza, desde dormir en la misma cama hasta bañarse juntos. Hacia tanto tiempo que conocía a Chanyeol que ya ni podía recordar la escena concreta. Lo que si recordaba era su apodo "Chen".
-Como mi mejor amigo que eres, tener un mote sería guay.- dijo el quinceañero de pelo oscuro.
-Sorpréndeme, Yeol.- dijo Jongdae mientras seguía leyendo su cómic favorito: las fantásticas aventuras de Potato Man.
-Bueno, ya que mi nombre mola tanto y esta tan genial, deberías tener un nombre parecido al mío.- se quedó un momento pensando hasta que tuvo una "magnífica" idea.- ¡Ya sé! ¡Chen! En ved de CHANyeol, le cambias una letra y listo.
Jongdae lo miró seriamente.- Aparte de tener el ego alto, eres pésimo en la originalidad.- dijo mientras retomaba su lectura.
-Lo que tú digas, Chen.- Chanyeol lo miró disimuladamente mientras esperaba lo obvio de su amigo: su tic en el ojo izquierdo- Ya estás con el tic.
-No tengo ningún tic, deja de imaginar porque te va a explotar el cerebro.- seguía leyendo aún con su tic.
-Vale Chen, de acuerdo.- dijo entre risas.
Y a día de hoy, a sus 21 años, nuestro querido amigo Jongdae sigue con ese extraño mote. Chanyeol aparcó el auto en la cera que quedaba en frente de un edificio de ladrillos. Ambos bajaron del coche y Chen esperó a que el moreno avanzara hacia algún lugar, era raro no ver ningún cartel extravagante por allí. Chanyeol caminó por un callejón al lado del edificio de ladrillos y al final de él había una puerta totalmente normal, la cual abrió. Los dos entraron y en ese instante la música ya se les filtraba por los orificios auditivos, siendo molesta para Jongdae ya que odiaba los ruidos fuertes. Bajaron una escalera bastante larga, a cada escalón la música era más potente y a Chanyeol se le iba el cuerpo mientras bajaba. Los ojos de Chen se abrieron cuando llegaron a la sala principal: una cantidad de chicos bailando en el centro de todo, sofás llenos de gente, camareros coqueteando mientras servían los pedidos, una barra siendo invadida por gente acompañada de un vaso de alcohol, otra barra (esta vez de bailar) situada en medio de un escenario que ocupaba un cuarto de toda la sala,... Por un momento a Chen le apeteció pedir dos chupitos y disfrutar de la fiesta junto a su mejor amigo, hasta que sacudió la cabeza y se dijo a si mismo que solo estaba allí por obligación, a él realmente no le gustaban esos sitios. Las fiestas sí, pero los bares, no.
-Siento como si este ambiente te estuviera gustando más cada segundo que estas aquí.- dijo Chanyeol conduciéndolo hasta la barra. Dio unos golpecitos a la mesa y automáticamente el Barman le sonrió mientras buscaba la bebida para servirle.
-Acabas de confirmarme que no eres para nada un desconocido aquí. Quiero abrazar a Baekhyun porque me da pena y quiero preguntarle porqué tiene un novio así.- Jongdae dio un sorbo a la bebida ya ofrecida.
-Ya te he dicho que solo vengo aquí para pasar un rato con los amigos, nada más.- el moreno también dio un trago a su vaso.
-¡Channie!- gritó una voz chillona desde algún sitio del lugar.- ¡Cuánto tiempo sin verte! Ya te echaba de menos, hyung. Espero que podamos tener otro rato como el de hace unos días.- dijo el chico guiñando un ojo, y acto seguido se fue.
Jongdae le siguió con la cabeza hasta que desapareció entre la multitud. Giró su cabeza mirando a Chanyeol con la boca entre-abierta.- De verdad... que quiero abrazar a Baekhyun.
El menor iba a soltar alguna excusa inventada en los dos segundos de tiempo que tenía, pero se vió interrumpido por una fuerte voz que sonaba desde un micrófono.
-¡Atención! Ya ha llegado la hora de nuestro espectáculo especial de la noche, el momento más esperado de la fiesta. Esta noche, actúa uno de nuestros bailarines más populares y sexys para vosotros... ¡Xiumin!- dijo un chico que estaba parado al lado del escenario. Llevaba una camiseta y pantalones ajustados negros, y su pelo era rubio oscuro.
"Se ve bastante normal" pensó Chen, que estaba sorprendido luego de ver cómo iban vestidos los chicos y los camareros. En ese momento la música y las luces se apagaron, la multitud empezó gritar fuertemente mientras comenzaba a sonar una música un tanto sensual. Una luz enfoco la barra del escenario y se podía ver a un chico caminar hasta ella, mientras unos golpecitos se escuchaban por el escenario. Se paró enfrente de la barra un chico de tez blanca y un pelo castaño claro-pelirrojo. Iba vestido sin camisa, llevaba una falda abierta y de ella enganchaban unos tirantes que le lograban cubrir un 2% de su torso. Destacaban sus medias de rejilla y sus enormes tacones de aguja (de allí los golpecitos). El chico posó una mano en la barra y en ese momento empezó a dar vueltas: se agarraba con las piernas a la barra y giraba fácilmente, dejaba sus brazos libres e incluso se restregaba por ella. Jongdae estaba bastante impactado, nunca había visto a un hombre bailar en una barra. El dinero volaba sobre ese escenario, y ese tal Xiumin siguió con el espectáculo unos minutos más. Fueron segundos en los que Jongdae se dio cuenta de algo, tan solo fueron segundos. El pelirrojo dio una vuelta y en ese momento, él pudo ver como su cara expresaba algo parecido a la tristeza. Sus cejas se doblaron hacia abajo e incluso tragó saliva. Fueron solo esos segundos que hicieron que Jongdae se preocupara sin más.
La música acabó y el chico dejó de bailar y saludo al publicó lanzando un beso al aire, los más ilusionados pensaron que iba hacia ellos. Entonces Xiumin bajó del escenario y salió corriendo por la sala hasta que subió unas escaleras diferentes a las de la entrada. En ese momento Chen se levantó de la silla inconscientemente y empezó a caminar con el fin de seguir al chico.
-¡Espera, Chen! ¿A dónde vas?- Chanyeol se dio cuenta de su ausencia y también se levantó.
-Me he cansado de este lugar, me quiero ir. Llámame mañana, y si vas a dormir a mi apartamento no me esperes despierto.- y dicho eso Chen desapareció entre toda la fiesta.
Subió las escaleras que anteriormente el bailarín había subido y se encontró con un pasillo con un sin fin de habitaciones. Caminó por él escuchando algunos gemidos provenientes de algunas habitaciones, en otras se escuchaban ronquidos como si algún trabajador de aquí ya estuviera durmiendo.
De repente se detuvo, acercó su oreja hacia la habitación 112 y esperó callado. Se escuchó un pequeño sollozo proveniente de allí y luego a un chico llorando. No le faltaron agallas a Jongdae cuando de un empujón abrió la puerta de la habitación, encontrándose lo que venía siendo un dormitorio. Y sin haberse equivocado, vio como el chico pelirrojo estaba sentado en una cama de matrimonio con las manos en la cara. Pero ante la puerta ahora abierta separó sus manos de la cara y se quedó mirando al chico que ahora se encontraba allí con los ojos abiertos.
Y aquella mirada que se dirigieron ambos, fue la primera de tantas que se iban a dirigir.