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El color del mar por OlivierCash

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Notas del capitulo:

Antes que nada recordar que la obra original fue escrita y dibujada por Masami Kurumada y el Lost Canvas por Shiori Teshirogi

 

Estaba claro que ese día iba a llover,como los anteriores. Las puerta de cristal que daba la terraza estaba abierta y las finas cortinas no paraban de moverse,le ponía algo nervioso,pero no quiso levantarse a cerrarlas,así que se dio media vuelta e intentó seguir durmiendo. La habitación estaba a oscuras y la puerta cerrada. Se preguntaba quien habría abierto la puerta de la terraza,bueno,ya le preguntaría a los otros dos a ver quien había sido. Se cubrió con toda la manta,total,ahora estaba solo en gran cama de matrimonio,así que no le quitaba su parte de la manta a nadie.

 

 

Afuera,en la terraza,estaba un chico de unos quince años. Tenía el pelo castaño y unos grandes ojos azules. Los observaba todo,a la gente,a los coches,al mar. Bajó la mirada a la calle y pudo ver salir de la librería de abajo a Degel y a Asmita. Los conocía un poco de vista,e incluso alguna que otra vez había hablado con ellos,pero nada más. Su tío Sísifo si que tenía más relación con Degel,de vez en cuando bajaba a la librería para ver si estaba. Y si se encontraba ahí,pasaban las horas hablando. Su tio El Cid también conocía a Degel,solían pescar juntos. Pero con Asmita no tenían mucha relación,solo que trabajaba en la tienda de uno de los mejores amigos de su tío Sísifo y que había vivido en la casa de Sage,a quien Sísifo visitaba mínimo una vez a la semana.

 

Regulus suspiró. Estaba comenzando a pillar frio,la barandilla sobre la que estaba apoyado estaba congelada y la brisa helada no ayudaba. Así que se metió al piso,de todas maneras en nada debería vestirse para irse a clase.

 

Entró en la habitación de sus tíos con sigilo,uno todavía seguía en la cama. Pero se había movido y enroscado con la manta. Cerró la puerta de cristal con todo el sigilo que fue capaz y después salió por la otra puerta procurando hacer el menor ruido posible. Una vez fuera bajó las escaleras,al piso que estaba junto sobre la librería de Degel y se metió en su cuarto. Su cuarto también tenía terraza,pero prefería la del cuarto de sus tios,era más alta y podía ver mejor las cosas.

 

En ese momento escuchó el timbre de la puerta de abajo,salió de su cuarto y miró hacía las escaleras,parecía que su tío Sísifo no lo había escuchado,estaría arriba en la cocina.

 

— ¡Han llamado al timbre!— avisó a gritos,esperando que Sísifo se enterara.

 

— ¡Abre por favor,que estoy cocinando! — se escuchó desde el piso de arriba.

 

El timbre volvió a sonar,así que Regulus bajó corriendo por las escaleras de madera,las cuales hacían mucho ruido cuando alguien iba por ellas. Llegó hasta el pequeño vestíbulo. No era muy grande,pero tenía algunos muebles de madera bastante trabajados. El vestíbulo era pequeño porque gran parte de esa planta se la llevaba la tienda de Degel. Corrió sobre la alfombra que había en mitad del lugar,era suave y agradable. Y llegó hasta la puerta que abrió sin más.

 

— Hola— saludó Regulus al recién llegado.

 

En la puerta estaba Aspros,a Regulus le sorprendió verlo en la puerta de su casa. No es que fuera raro que Aspros visitara a Sísifo,pero de normal lo hacía a la tarde o solían quedar en otros lugares. Casi nunca se pasaba por su casa y siempre que lo hacía,solía a ser cuando no estaban ni él ni El Cid.

 

— Hola Regulus,¿esta tú tío?— preguntó Aspros con una radiante y amable sonrisa.

 

Regulus asintió como respuesta a su pregunta. Se dio cuenta que estaba detrás de la puerta,como si pretendiera que esta le protegiera de Aspros. No sabía porqué,pero ese hombre le inquietaba,solo que no se lo decía a nadie porque no quería que Sísifo se sintiera incomodo,si eran amigos,no podía ser una mala persona.

 

— Si si,esta arriba cocinando el desayuno— respondió. Se apartó un poco y abrió algo más la puerta para que pudiera entrar— Pasa.

 

— Bien,gracias.

 

Aspros entró y subió hacía la cocina,había estado las suficientes veces como para saber donde estaba. Regulus por su parte,se fue a su cuarto para prepararse para ir a clase.

Aspros llegó hasta la puerta de la cocina,estaba cerrada,con razón Sísifo no lo escuchaba. Sonrió y sin más entró en la cocina.

 

— ¿Quién era?— preguntó Sísifo pensando que era Regulus.

 

Sísifo estaba cocinando,así que no veía la puerta. La cocina era grande,pero porque no solo era cocina,también era comedor. En el lateral izquierdo estaba la parte de la cocina y donde se encontraba Sísifo en ese momento,mientras que en la parte derecha había una mesa plegada,apoyada a la pared con varias sillas. Para los tres que vivían ahí era más que suficiente.

 

— Yo— respondió Aspros.

 

Sísifo al reconocer la voz de Aspros se giró con una sonrisa,hacia días que no lo veía.

 

— ¡Oh! ¡Qué sorpresa! — exclamó Sísifo alegremente — Hacía días que no te veía.

 

Aspros entró en la cocina y se sentó en una de las sillas mirando hacía Sísifo,conocía bien su casa,así que no tenía problema a hacer esas cosas aunque no le invitaran.

 

— Pues si,hace días que ni te veo a ti ni a Hasgard,así que me he dicho,pues voy a hacerle una visita.

 

Sísifo acabó de preparar su desayuno y se sentó a comerlo junto donde Aspros se había sentado,era baicon con huevos fritos y zumo de naranja. Generalmente no desayunaba eso,solo cuando tenía el día libre.

 

— Bueno,siempre me alegra verte y más ahora— le miro sonriente— Felicidades por lo de tú boda,que callado te lo tenías ¿eh?

 

Aspros se rió ante el comentario,sin duda el tema de su boda con Asmita había sido una sorpresa para todos,tanto para los amigos de Asmita como para los suyos. Por supuesto que no iba a ir diciendo a sus amigos el como había logrado el si por parte de Asmita,eso era algo que muy pocos sabían. Tenía que mantener su buena reputación de buen hombre ante todos,debía seguir siendo el perfecto y caritativo Gobernador de la isla al que todos querían.

 

— Bueno,ya sabes lo discreto que es Asmita,no quería que nuestra relación se supiera. En esta isla los cotilleos corren como la pólvora.

 

— Pues si y mas siendo que Hasgard es uno de los grandes cotillas de la isla— comentó Sisifo a modo de broma mientras seguía con su desayuno. Aspros no pudo evitar reírse ante ese comentario.

 

— ¡Qué gran verdad Sísifo!— Aspros paró de reírse y prosiguió— Bueno,pues eso,lo mantuvimos en secreto porque bueno,si a eso le sumas que soy el Gobernador de esta isla....pues es un asunto un poco,no se,importante. Por alguna razón a la gente de la isla de interesa con quien salgo y dejo de salir,por eso era una relación secreta....esto parece una peli.

 

— Bueno,supongo que a las revistas y periódicos locales les interesa tener algo con lo que entretener a la gente— bebió un poco de su zumo— ¿Sabes? A veces se me hace raro que seas el Gobernador de la isla,me suena como,no se,tan increíble.

 

Aspros se rio un poco por lo que decía Sísifo. Cuando él salió como Gobernador de la isla se sintió tan satisfecho,había dedicado tantos años en serlo,que cuando lo logró casi no se lo podía creer. Hubo un momento en que casi lo dio todo por perdido,en el que sintió que todo había sido inútil,pero finalmente solo fue una prueba de Sage y cuando la superó,él fue escogido como el sucesor de Sage. Tuvo suerte,si hubieran tardado un poco más en decirle que solo había sido una prueba,lo habría echado todo a perder.

 

— Créeme,a veces no me lo creo ni yo—comentó Aspros con modestia.

 

Sísifo solo se rio y comenzaron a hablar de cosas sin demasiada importancia. Aspros observó como Sísifo acabó de desayunar y se levantó para fregar el plato y el baso,mientras seguian hablando de sus cosas. Después Sísifo se puso a cocinar de nuevo.

 

—¿Quién queda por desayunar?—preguntó Aspros con curiosidad.

 

—El Cid,¿quién va a ser sino?—respondió Sísifo.

 

Aspros solamente asintió y se quedo sentado mirando a Sísifo,el cual de vez en cuando hablaba y Aspros le respondía sin mucho animo. A Aspros no le caía bien El Cid,ni ahora,ni nunca y era algo mutuo. Cuando se enteró de que esos dos empezaron a salir,se hizo ilusiones con que sería algo pasajero y que no durarían mas de dos meses. Ahora Regulus consideraba a El Cid como su tío y cada vez que le escuchaba llamarlo así,le entraban ganas de darle una torta a ese crio. Lo que tenía con El Cid no era tanto personal,sino mas bien que El Cid se le hacia como un grano en el culo,era demasiado molesto y demasiado bueno en su trabajo. Por ello intentó apartarlo poniéndolo como el encargado de las multas de trafico. Pero para su desgracia eso era lo que había y Aspros no podía decir que no lo había intentado,porque había intentado mas de una vez que esos dos rompiesen. Para lo poco que le habían dado Hasgard y él juntos,estaban durando demasiado.

 

—Pensaba que se habría levantado ya,es más,ni me imaginaba que estaría en casa—comentó Aspros sin mucho ánimo. Apoyó el codo en la mesa y colocó su cabeza sobre su mano—No se,le hacía como super madrugador.

 

—Suele madrugar,pero de vez en cuando consigo que se quede hasta más tarde en la cama,aunque sea un día a la semana,de lo contrario se cansa mucho.

 

Aspros asintió desganado,su tema de conversación preferirá no era precisamente El Cid. Se fijó en lo que estaba haciendo Sísifo,era lo mismo que había comido él,pero había colocado los huevos fritos como ojos y el baicon como una sonrisa. Por alguna razón sintió que eso no le sorprendía viniendo de Sísifo.

 

—¿En serio?—preguntó al ver el desayuno.

 

Sísifo se encogió de hombros y colocó el plato sobre la mesa en la que estaba apoyado Aspros. Luego se volvió a sentar en la silla que estaba junto a Aspros y le echó un ojo al reloj.

 

— Cosas nuestras,la primera vez que lo hice se me quedó mirando con una cara muy graciosa— comentó Sísifo con una radiante sonrisa.

 

—No le pega.

 

—Bueno,son cosas que acaban pasando,sin más. Me imagino que entre Asmita y tú habrá cosas curiosas que halláis pillado como costumbre.

 

A Aspros le hubiera gustado decirle a Sísifo que si,que las había,pero por increíble que fuera,incluso para si mismo. No le gustaba mentirles a Hasgard y a Sísifo más de la cuenta,así que se encogió de hombros y negó.

 

—Supongo que como lo hemos llevado tan de tapadillo,pues no hemos pillado esas costumbres—comentó Aspros— Pero bueno,como ahora las cosas van a ser diferentes,pues quien sabe—añadió ilusionado.

 

—Bueno,ya veras como ahora las cosas van a mejor—animó Sísifo dándole unas palmadas en el hombro.

 

Aspros llevaba un rato preguntándose porqué Sísifo había preparado el desayuno del Cid si este no había hecho acto de presencia. Cuando lo vio en la puerta comprendió que llevaban tanto juntos que Sísifo ya sabía cuando hacerle el desayuno porque sabía a que hora aparecería. Eso podría parecer una chorrada,pero a él le gustaría poder llegar a tener algo así con Asmita.

 

—Buenos días—saludó El Cid un poco desganado.

 

Estaba claro que a El Cid tampoco le hacía mucha ilusión encontrarse con Aspros en la cocina de su casa. Pero por lo que sentía por Sísifo no dijo nada malo al respecto,solamente saludó y fue a sentarse a la silla que quedaba libre. Claramente estaba ignorando a Aspros. Y este intentaba ignorarlo,pero desde que había entrado por la puerta en pijama,Aspros no podía quitarle la vista de los pies,no podía no mirar esas zapatillas de andar por casa de cabras sonrientes,le pegaban tan poco que hasta se tuvo que aguantar la risa.

 

—Buenos días— Aspros le devolvió el saludo a El Cid intentando no reírse por lo de las zapatillas. Por suerte,al haberse sentado se quedaban debajo de la mesa y ya no las veía.

 

Después de ese incomodo momento El Cid y Sísifo se pusieron a hablar de cosas que a Aspros no le interesaban en lo más mínimo,así que los ignoró un poco y se puso a pensar en sus propios asuntos. Fueron interrumpidos un momento por Regulus,que se pasó por la cocina para despedirse de sus tíos,si,en plural,para cabreo de Aspros. Al rato,Sísifo pareció acordarse de que Aspros estaba a su lado y le volvió a hablar. Lo hicieron durante un rato. Mientras El Cid se puso a fregar el plato que había utilizado para el desayuno.

 

—Oye Aspros—comenzó Sísifo—¿Podrías pasarme el número de tu hermano?

 

—Claro—contestó Aspros sorprendido por la petición—¿Puedo preguntar la razón—pregunto con curiosidad.

 

—¡Ah! Es que Regulus el año pasado tuvo muy buenas notas y últimamente pues se esta portando muy bien y quería darle uno de los cachorros que tu hermano regala,si le quedan claro—aclaró Sísifo.

 

— Me parece que le quedaban dos,pero ahora no sabría decirte,de todas maneras te doy el número y lo hablas tú con él.

 

Sísifo sonrió alegremente. Aspros miró que hacía El Cid y vio que estaba sacando la ropa de la lavadora,en todo el rato que había estado ahí,no había escuchado la lavadora de fondo. Se veía nueva,sería de esas nuevas que casi no hacen ruido. Se apuntó preguntarle a Sísifo donde la había comprado,no escuchar a la maldita lavadora de fondo era una gozada. Por su parte El Cid metió toda la ropa en una cesta y se fue a tenderla. Quedó un rastro de gotas de agua por donde se había marchado.

 

— Entonces,le vas a regalar a tu sobrino un cachorro porque ha sacado buenas notas y se ha portado muy bien. Pero Sísifo,¿no es ese su estado natural? Y lo que lleva haciendo desde,siempre.

 

Sísifo se quedó un poco cabizbajo,Aspros se sorprendió,se veía algo deprimido.

 

—Intento que este alegre porque...—su voz se notaba triste y melancólica— su padre esta muriendo.

 

A Aspros le sorprendió bastante y casi se cae de la silla de la impresión que le dio. El hermano de Sísifo siempre había sido alguien algo enfermizo y en los últimos años se la había pasado enfermizo y moribundo,aun así,le costaba creer que esta vez se estaba muriendo de verdad.

 

—Oye,pero,¿en serio crees que esta vez se esta muriendo de verdad?—preguntó preocupado por su amigo.

 

—Aspros,soy médico,te aseguro que no le queda mucho de vida.

 

Aspros puso la mano sobre el hombro de Sísifo y lo apretó para darle ánimos. Ese Sísifo,siempre preocupándose por los demás y queriendo cargar con todo él solito,podía llegar a ser demasiado cargante.

 

— Aspros,no se lo he contado al Cid,si se lo cuento...se preocupará mucho por mi y él ya tiene bastante con sus problemas como para preocuparse por los míos...—dijo Sísifo— Por favor,prometeme que no se lo dirás.

 

Sino hubiera sido porque cuando era joven había admirado al hermano de Sísifo y porque este era su amigo,así que la situación lo entristecía,hubiera sonreído. Porque en ese momento tendría que haberle dicho que se lo contará al Cid,que era lo mejor y todo eso,pero se calló. Y eso olía a futura discusión entre El Cid y Sísifo,así que como él apoyaba todo lo que pudiera contribuir a su ruptura,le guardó el secreto.

 

—Claro...te guardo el secreto...—Aspros no sabía que decirle—No se que decirte...es que tu hermano,llevaba tanto tiempo así que joder,nunca me imaginé que un día me contases...que estaba muriendo.

 

—Dímelo a mí—dijo Sísifo triste.

 

Aspros quiso animarlo,en serio que quiso,pero animar a alguien no era lo suyo y por primera vez en mucho tiempo se sintió mal por eso. Así que le dio a Sísifo el móvil de su hermano para que lo llamara por lo del cachorro. Después de eso El Cid volvió a entrar a la cocina,estaba vestido,así que no llevaba las zapatillas de andar por casa que tanta gracia le hacía a Aspros. Una vez entró,Sísifo cambió radicalmente y volvió a estar alegre y sonriente como siempre. Aspros se despidió de ellos y se fue al Ayuntamiento para dedicarse a su trabajo. Más tarde intentaría contactar con Asmita,o mejor,podría ir a verle al trabajo y ya de paso saludar a Hasgard.


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