Cuando Aarón y Laila llegaron al comedor lo vieron terriblemente, por no decir exageradamente, lleno. Aunque en cierto modo es normal, ya que en su internado hay muchísima gente, entre alumnos y profesores , también está el servicio. Esa es la situación que te encuentras en un internado con tanto prestigio. Lo malo es que de los cuatro comedores que hay todos suelen ir al mismo, hasta que ven que no cabe ni un alma claro.
Se dirigieron hasta la cola para ordenar su comida, algo paso por su mente, o mejor dicho alguien.
- Deberíamos buscar a Pao- dijeron los dos al unísono, se miraron y no pudieron evitar soltar una carcajada. Ya en la cola la castaña le miró.
- Le has llamado Pao- dijo sonriendo- hacía mucho tiempo que no le llamabas así.
- ¿YO? Debe haber sido tu imaginación- dijo desviando su mirada de los ojos color miel- de todos modos, deberíamos buscarlo a ver si mientras esperamos lo conseguimos ver, si tenemos que buscarlo después de haber comprado la comida dudo mucho que lo encontremos pronto entre tanta gente- sus mejillas había adquirido un tono rojizo que no pasó desapercibido a su novia.
- Mmmm ya veo, estas avergonzado- dijo soltando una risita- no sé porque os comportáis así , antes siempre le llamabas Pao.
- No sé de qué me hablas- dijo mientras buscando con la mirada entre la gente
- No lo recuerdas?- dijo la castaña levantando una ceja- tú fuiste el primero que le llamó así.
- ¿Seguro que no te estas equivocando de persona Laila? Yo no lo recuerdo- mentira, lo recordaba perfectamente, pero no le iba a dar ese gusto a su novia- Estamos hablando de Paolo Laila, ¡por Dios, Paolo Bellefleur! ¿En serio me estas preguntando esto?- dijo, mientras lo más disimuladamente que pudo , estaba buscando entre las mesas del comedor, ¿por qué tenía que haber tanta gente?
- No logro entender lo que pensáis, en serio. Cambiando de tema, te dejaré a ti el trabajo de búsqueda ya que estas tan absorto haciéndolo- dijo Laila con tono sarcástico
- ¿Qué? Eso no es verdad!- dijo fulminando a su novia con la mirada
- Ya, claro- dijo rodando los ojos- entonces cariño me harías el grandísimo favor de buscar a Pao y decírmelo cuando lo encuentres?- dijo esta con una sonrisa, miró a su novio a los ojo, se puso de puntillas y ayudándose con su brazos inclinó a Aarón para darle un dulce beso en los labios- después de todo eres más alto que yo, te será más fácil.
- Lo que mi princesa diga- dijo devolviéndole el beso
Después de eso, Aarón siguió con su tarea de buscar al rubio. La cola seguía avanzando y casi era su turno cuando divisó una melena rubia conocida, agudizó la vista y lo vió. Efectivamente ahí estaba el rubio hablando con otro chico , no sabía quién era ya que estaba de espaldas. Estaban al otro lado del comedor, casi al final. Ya era su turno de ordenar cuando dijo:
- Lo encontré- se giró y miró a Laila- he cumplido satisfactoriamente el trabajo encomendado my lady- dijo haciendo una reverencia.
- Buen trabajo mi caballero- dijo la castaña soltado una pequeña y agradable carcajada- es nuestro turno, deberíamos ordenar nuestros manjares mi fiel caballero.
Aarón se incorporó, ambos se miraron y no pudieron evitar reírse. Después de que su ataque de risa momentáneo cesara pidieron comida para los tres y se dispusieron a ir hacia la mesa en la que estaba el rubio. Por supuesto, con el azabache a la cabeza. Mientras iban hacia la mesa veían a todo tipo de alumnos: grandes, pequeños , niños e incluso algún que otro profesor. Cuando ya estaban cerca de la mesa, empezaron a escuchar al rubio conversando animadamente con el otro chico.
- ….y entonces va y se cae, ¿ te lo puedes creer?
- ¿En serio paso eso?- pregunto el rubio- pobrecito mira que hay que tener mala pata
- Ya ves, si me lleva a pasar eso a mi… Bff no me lo puedo ni imaginar.
- Sería una situación completa de ¡TIERRA TRAGAME!- dijo el rubio haciendo que los dos soltaran una gran carcajada
- Tienes toda la razón, ¿y sabes lo qué dijo después?
- Parece que os lo estáis pasando muy bien- dijo Aarón dejando dos bandejas en la mesa.
- Ya habéis ordenado la comida?- pregunto el rubio
- Tu qué crees genio?- dijo el azabache- si te parece lo que llevamos en las bandejas son libros de texto, para ir adelantando materia- dijo sarcásticamente mientras le sonreía de medio lado de forma burlona.
- ¡Era una pregunta retórica so imbécil!- gritó el rubio mientras daba un golpe a la mesa.
- Hey hey- dijo el chico que estaba hablando con Paolo- tranquilízate, que con tantos humos la comida no te va a estar muy buena
Al escuchar al chico, Aarón se giró para ver al chico, ahora sí que lo había reconocido. Era Gabriel Steen, un chico de su curso; un chico de alrededor de un metro setenta de altura, con un cuerpo no muy musculado pero bonito, cabello corto moreno y ojos color café. Aarón podría decir que ese chico era bastante guapo, pero que no le llegaba ni a la suela de los zapatos -que modesto-.
- Steen tiene razón- dijo la castaña mirando al rubio y el azabache- tengamos la comida en paz por una vez.
- La comida siempre es más apetitosa si se está en un buen ambiente Sagesse- dijo mirando a la castaña- Bueno, que os aproveche.
- ¿No te vas a quedar a comer?- preguntó Laila.
- Yo ya he comido hace un rato Sagesse-dijo el moreno- pero como he visto a Paolo me he quedado a hablar con él mientras veníais vosotros.
- Ah, ya veo- dijo la castaña- bueno pues hasta luego.
- Si, ya nos veremos- dijo despidiéndose y comenzando a caminar- Ya seguiremos lo que estábamos hablando Paolo-dijo el moreno girándose
- Claro, nos vemos- dijo Paolo, el moreno se giró y siguió su camino.
Aarón se limitó a mirar cómo se iba para después decir:
- Si no comemos pronto se enfriará
- Si, en eso tienes razón
- ¡Me muero de hambre!- dijo el rubio haciendo un puchero.
- Pues hace un momento no parecías tener mucha hambre- dijo el azabache- Anda toma- dijo pasándole una bandeja mientras soltaba un suspiro.
- Thank you- dijo el rubio sonriéndole
- Que aproveche!- dijeron los tres a la vez.
Laila había pedido un menú 5, que consistía en: una ensalada de tomate, lechuga, queso, atún y olivas de entrante; un plato de espaguetis a la carbonara con bacón , champiñón y queso, y de postre un trozo de tarta de fresa y nata. Aarón había pedido un menú 2, que consistía en: unos entremeses de fiambre de entrante; emperador con patatas y salsa de perejil de segundo, y de postre una macedonia de fruta. Y para Paolo habían pedido un menú tres, que consistía en: ensaladilla rusa de entrante, salmón al limón con pimiento, cebolla y patatas de segundo, y para postre un trozo de tarta de tres chocolates. Estuvieron unos cinco minutos comiendo en silencio hasta que Laila lo rompió.
- Ya estamos en esta época del año
- Si- dijo Aarón- no esperaba que nos llamaran tan tarde para hacer el comunicado.
- Después de todo siempre lo suelen hacer por la mañana- dijo Laila- Aunque es domingo.
- Claro si lo piensas de esa manera es lógico- dijo el azabache, Paolo se estaba comenzando a poner más pálido de lo normal perdiendo todo toque cremoso en su piel- los fines de semana nos levantamos tardísimo, al menos la gran mayoría- el rubio sabía hacia que se estaba desarrollando la conversación, definitivamente no quería hablar de eso.
- Pao, ¿estás bien? Te has puesto pálido de repente- dijo la castaña preocupada.
- Estoy bien, debe ser tu imaginación Lala- dijo el rubio llamándola por el mote cariñoso que le tiene a su mejor amiga, y rezando porque dejaran de hablar de ese tema.
- Dudo mucho que estés bien, después de todo tu odias ese evento sobre todas las cosas. Dijo el azabache mirándole suspicazmente- ¿o no es así Pa-o-lo?- dijo separando bien las sílabas, ante las afirmaciones del azabache, el rubio no pudo evitar explotar.
- ¿POR QU… DE ENTRE TODAS LAS COSAS TENÍAN QUE SER PELÍCULAS DE TERROR?- gritó el rubio cayendo derrotado sobre la mesa- ¿tanto nos quieren hacer sufrir?
- Eso es obvio, sobretodo el profesor Di Estefano, su propio apellido lo dice- dijo Aarón entrecerrando los ojos y soltando un suspiro, para después apoyar su codo en la mesa y así sujetar su cabeza mientras dice- Sofferenza significa sufrimiento en italiano, sin duda su apellido le queda muy bien con su personalidad-dijo para después incorporarse de nuevo.
- Si lo que dices es cierto, te tengo que apoyar en que no conozco a otra persona a la que se le adapte mejor ese apellido- dijo mirando a los ojos a Aarón, haciendo que este se perdiera por un momento en esos profundos ojos plata. Segundos después el rubio agarró su cabeza con ambas manos y soltando un suspiro dijo- ¿por qué películas de terror? ¿No podían ser conejitos o mariposas? ¿¡De entre todas las cosas tenía que ser eso!?
- Si al menos fueran películas de terror normales- dijo la castaña- de verdad que compadezco a los que estén emocionados por verlas, no saben lo que les espera
- ¡Sí, son las películas de miedo más terroríficas que he visto en mi vida- dijo el rubio poniéndose aún más pálido si es posible.
- Tampoco es que hayas visto muchas, después de todo eres la persona más miedosa que he conocido en mi vida- dijo el azabache soltado una carcajada
- ¿QU… HAS DICHO?- dijo Paolo, el color pálido de su rostro había sido sustituido por un tono muy rojizo- ¡ATREBETE A REPETIR ESO AAR”N ROBUSTTRE!- gritó muy enfadado el rubio.
- Eres la persona más miedosa que he conocido en mi vida- dijo el azabache con una sonrisa de suficiencia. A punto estaba el rubio de saltar sobre él, si no fuera por cierta castaña que lo había sentado en su sitio después de agarrarlo de la camiseta.
- ¡Basta ya! ¡Siempre estáis igual, acaso habéis visto la escena que estáis montando!- dijo Laila muy enfadada
Al escuchar a su amiga ambos chicos habían dejado de lado su discusión y observaron como todo el mundo en el comedor había dejado lo que estaban haciendo para prestarle atención a su pelea. Entonces la castaña sin siquiera mirarlos se levantó de la mesa y comenzó a andar, diciendo una única palabra:
- Vámonos.
Sin pedir explicación alguna, los dos chicos se levantaron e intercambiando una mirada siguiendo a la castaña fuera del comedor.
Ya fuera del comedor, la castaña los dirigió a una parte tranquila y poco transitada del jardín. Laila se sentó en un banco y les indicó que se sentaran, Aarón se sentó a su lado mientras que Paolo tomó asiento en el césped.
- Me podéis explicar porqué aprovecháis cualquier oportunidad para comenzar a discutir?!
- No es que aprovechemos cualquier oportunidad Lala- dijo el rubio mirando a su amiga- ¡es que siempre me saca de quicio!- dijo fulminando con la mirada a Aarón.
- Tú eres el que salta por cualquier tontería!- replico el azabache devolviéndole la mirada.
- ¡ Aarón aprovechas cualquier oportunidad para meterte con Pao!- Replico la castaña
- ¿Verdad que tengo razón Lala?? Siempre está igual!
- ¡NO!- gritó la morena- la culpa la tenéis los dos porque siempre estáis picándoos, pero esta vez el que está equivocado eres tú Pao- dijo la castaña, tomó aire y se dispuso a seguir hablando- Aarón lo ha hecho para molestarte, pero es verdad que eres un miedoso. El único problema es que eres demasiado orgullosos como para reconocer que tiene razón!
El azabache estaba patidifuso, su novia estaba reprendiendo al rubio, al rubio al que ella adora con locura. Vale que es verdad que está equivocado pero no esperaba que se pusiera así con él. Paolo se había quedado de piedra, no pudo hacer otra cosa más que bajar la vista y mirar el césped, sin sabes que decir, más bien en ese momento no podía articular palabra.