Heechul y Hyungsik nunca fueron grandes amigos, solo compañeros de grupo. De vez en cuando establecían alguna conversación, pero siempre superficiales. Para Heechul, Sik siempre había lucido demasiado inocente como para gustarle. Aunque Sik fuera más alto que él, aún tenía esa cara de niño bueno y esa forma de pensar de estudiante de secundaria. Nada atractivo para alguien como Heechul, a quien le gustaban las personas que exudaran sensualidad por cada poro de su cuerpo, que se le insinuaran y lo dominaran. Sin embargo, una tarde, sentado en el sofá mientras pasaba canal tras canal, sin encontrar ninguno bueno en el cual detenerse, llegó Sik y se sentó a su lado, tomando agua de una botella, con un poco de pesar, Heechul volteó a verlo y allí fue donde comenzó su perdición, su obsesión por tener a Sik en sus brazos, dominarlo, hacerlo implorar por más durante el sexo, que el menor solo pensara en él, que lo deseara tanto como él lo empezó a hacer desde ese día.
Sik llevaba puesto una polera sin mangas, con un cuello amplio que dejaba ver sus clavículas y sus brazos, que aunque eran delgados estaban muy bien formados. Mientras bebía agua, se le derramó un poco encima, humedeciendo sus carnosos y rojizos labios hasta mojar su largo cuello.
Cuando Sik lo notó, rió de la forma más bobamente hermosa que Heechul jamás podría haber imaginado. En ese momento sintió como si algo presionara su pecho fuertemente, era un dolor intenso, pero muy cálido a la vez.
Desde aquel día, la visión que heechul tenía sobre Hyungsik cambio en un 100%, ya no era un integrante más de ZE:A, ni el niño que llegaba cada tarde con su uniforme de la escuela, de hecho ese uniforme se convirtió en una inspiradora imagen donde él desvestía a Sik, mientras besaba sus labios y le mordisqueaba el cuello, causando que la respiración del más joven se acelerara y que de su boca escaparan dulces suspiros que eran acallados con más besos.
Algunos días después, Heechul se decidió a hacer algo para que sus fantasías se cumplieran, ¿cómo? aún no lo tenía claro, pero de una forma u otra el menor estaría en su cama, de eso no había duda.
Desde entonces, Heechul intentó que entre él y Sik existieran muchos acercamientos que aparentemente lucieran casuales, roces de manos, hablar muy cerca de su rostro, abrazarlo por la espalda y susurrarle al oído, dejar que Sik "accidentalmente" lo viera desnudo en el baño y otras que en un 80% habían logrado sonrojarlo.
A las 21:36 pm, Entre los estantes de una tienda donde vendían películas, en la sección de terror, Heechul buscaba la que sonara más espeluznante, porque sabía que Hyungsik las amaba, a pesar de que en las noches no podía dormir por el miedo. Aunque ya tenía 17 años (ad portas de cumplir los 18), ese tipo de películas le seguían asustando.
¡Llegué! .- dijo Heechul con una enorme sonrisa y haciendo sonar las bolsas que traía en sus manos, unas con comida y otra con la película.
Frente al televisor, Kevin, siwan, minwoo, Hyungsik y Heechul se disponían a verla. Mientras que el resto se iba a dormir, ya que, ese día habían tenido ensayo y estaban muy cansados. En realidad todos lo estaban, pero para algunos de los chicos ver esa película era más tentador que ir a dormir temprano.
Hace más de una hora que casi todos se encontraban durmiendo placenteramente en sus respectivas habitaciones. En la habitación que compartían Heechul, Sik y minwoo, Sik era el único que no podía conciliar el sueño, había bebido mucho té helado antes de ir a dormir y ahora necesitaba con urgencia ir al baño, pero le daba miedo, la casa le parecía un tanto tenebrosa con todas las luces apagadas y el hecho de haber visto la película hace tan sólo un par de horas, no lo ayudaba mucho.
¿Y si le pedía a uno de los chicos que lo acompañara?
Con Minwoo no podría contar, él tomaba gotas para dormir, por lo tanto, sería en vano intentar despertarlo. Sólo le quedaba Heechul.
Aunque en el último tiempo se habían vuelto muy cercanos, a Sik aún le parecía muy vergonzoso pedirle que lo acompañara al baño, pero la necesidad era mayor.
Heechul, Heechul.- decía Sik a la vez que lo movía de un brazo.
Después de decirle el motivo por el cual lo despertaba, Heechul soltó una pequeña risita y aceptó acompañarlo.
Heechul aguardaba fuera del baño, esperando que el otro saliera, y en eso, una idea pasó por su mente: Asustar a Sik.
Sin más apagó la luz y fue a esconderse. Sik abrió rápidamente la puerta, pero heechul ya no estaba ahí. Él ya aguardaba escondido detrás de la mesa. Sik caminaba lentamente llamando de vez en cuando, con voz temblorosa a heechul, y diciéndole que no era nada gracioso todo esto.
Al notar un bulto cerca del sillón, se acercó sigilosamente, pensando que era heechul, quien lo quería asustar, pero cuando ya estaba lo suficientemente cerca para distinguir lo que se encontraba allí, notó que solo era una chaqueta y un bolso que alguien había dejado.
Por unos segundos se sintió aliviado, hasta que algo sujetó sus piernas fuertemente
¡Aaaah!.- gritó sik, su corazón latía tan fuerte que casi podía oírlo palpitar.
Mientras sujetaba su pecho tratando de calmarse así mismo, Heechul reía sin parar.
¡Eres un idiota, casi muero del susto! .- dijo sik
La habitación quedó en completo silencio y entonces Heechul abrazó fuertemente a Sik. Así se quedaron un par de minutos, en silencio. Lo único que se podía oír eran sus calmadas respiraciones.
¿Cómo te sientes ahora? ¿Aun tienes miedo? .- preguntó el mayor
No, ya no...
Entonces la próxima vez que tengas miedo piensa en nosotros dos, así.- susurró al oído de Sik.
Oír esas palabras hizo que su cara ardiera y se tiñera rápidamente de un suave rojo. Por primera vez en esa noche, Sik agradecía que no hubiera luz, porque jamás podría haber vuelto a ver a la cara a Heechul, si el descubriese que esas solas palabras lo habían puesto así, tan nervioso y ¿confundido?