Era un día soleado cuando Jonghyun ubicó el cartel para buscar un nuevo mesero para que trabaje en su pequeña cafetería. La última persona renunció al trabajo tan abruptamente que dejó a Jonghyun atendiendo solo la cafetería.
Después de pegar la noticia en la puerta de vidrio, volteó el cartel de ‘Abierto’ y empezó a ordenar la docena de pasteles que tenía en el mostrador. Amaba las cosas dulces. Amaba como el lugar olía en las mañanas-café, pasteles y pan. Así es como olía su casa cuando su abuela aún vivía. Abrir un café fue su sueño y luego se convirtió en el de Jonghyun. El chico de cabello plateado recordó como su abuela sonrió felizmente el día de la inauguración de pequeña tienda en la esquina. Honestamente ese fue el mejor día de su vida. Pero administrar todo el lugar solo no era fácil, tenía que tener al menos tres trabajadores. Pero ahora él era el único que quedaba. Jonghyun juró que nunca contrataría a los universitarios nuevamente-ellos siempre se iban después de unas cuantas semanas.
Todavía estaba soleado eran las tres de la tarde. La hora pico recién había terminado y Jonghyun estaba cansado. Tomando las órdenes y haciendo las órdenes al mismo tiempo hizo que quisiera cerrar el local por el día a pesar de haber abierto al mediodía.
Por lo que cuando la puerta de vidrio se abrió, no pudo evitar quejarse un poco. Él no lo quería hacer-simplemente estaba cansado.
“¿Cómo puedo ayudarlo señor?” preguntó Jonghyun educadamente al moreno ligeramente alto, la mitad de su cuello cubierto con una bufanda amarilla sus vaqueros lucen sucios por una caída.
“Yo-umm vi el letrero de en frente. ¿Necesita un nuevo mesero?” preguntó el chico, ligeramente tímido.
“Sí-Dios sí” Jonghyun suspiró aliviado.
“¿Puedo trabajar aquí?” preguntó. Aún inseguro de la reacción de Jonghyun aunque haya sido obvio.
“¿Cuál es tu nombre?”
“Jinki. Lee Jinki”
Fue al día siguiente cuando Jonghyun llegó a la tienda a las seis y media de la mañana aproximadamente. Sólo para encontrar a alguien encogiéndose en el pavimento frente a la cafetería, podía oír el llanto saliendo de aquella silueta.
“Hey, ¿Estás bien?” Jonghyun se acerco a la silueta que lloraba, una mano en su hombro cuando se dio cuenta de que de hecho era su nuevo trabajador-Jinki.
“Jinki-Dios ¿Por qué estás llorando?” dijo el jefe en pánico. No era bueno con las personas que lloraban.
“Un gato murió en frente de mi edificio. Yo-yo lo encontré en el suelo” dijo el chico. Jonghyun trató de esconder su sonrisa. Este chico era simplemente adorable en sus ojos. Sus mejillas ruborizadas y nariz roja. Esos labios húmedos y ojos en forma de media luna reluciendo con limpias lágrimas.
“Yo-¿Estaba sangrando?” Jonghyun no estaba seguro de que preguntar. No era exactamente una persona animal. No le interesaba si cualquier animal moría. No sabía ni siquiera como reaccionar, como cuidar de un gatito muerto.
“Su pata estaba sangrando ¿Qué pasaría si nadie lo entierra? Y ¿Si alguien simplemente tira el cuerpo a la basura?” dijo Jinki con pánico.
“Um- ¿Por qué no lo entierras tú? Puedo darte permiso para llegar un poco tarde hoy” dijo Jonghyun frotando su cuello. Honestamente no sabía cómo sonar ante situaciones como esta, como si en realidad cuidara de la criatura. Solo quería que su empleado dejara de llorar.
“No puedo” respondió
“¿Por qué no?”
“Le tengo miedo a las cosas muertas” dijo el chico.
“Solo es un gato muerto”
“Le tengo miedo a los gatos también”
Ese fue el inicio de Jonghyun aprendiendo muchas cosas sobre su nuevo medero/barista.
Como cuando Jonghyun descubrió que de hecho Jinki es mayor que él a pesar de cómo luce cuando Jinki finalmente completa los detalles para él.
“¿Eres mayor que yo?” dice Jonghyun en asombro después de leer el formulario completo, escrito con la desordenada pero aún así linda letra de Jinki.
“Supongo”
“Pero luces muy joven”
“Quizás eres tú el que luce mayor” dice Jinki riendo-tratando de hacer una broma. Pero Jonghyun no se rió. Aún estaba ligeramente asombrado.
“¿Estás-estás enojado? No-no. No quise decir que lucias mayor. Te ves perfecto. Quiero decir eres apuesto espera-lo siento. Quiero decir eres mi jefe. No puedo decirte apuesto o atractivo pero lo eres y no pudo mentir. Oh-no te molestes. Yo-” Jinki entró en pánico cuando Jonghyun no se rio. Temiendo que su nuevo jefe estuviera enojado.
“No estoy enojado”
“¿No estoy despedido?”
“No”
“Entonces, ¿Puedo decirte atractivo cuando quiera?”
Y luego Jonghyun descubrió que Jinki era de hecho-muy torpe.
El chico, el mayor era capaz de caerse en una superficie plana. Que dejando a Jinki agarrar más de una cosa en sus manos era peligroso.
Era temprano en la mañana cuando Jonghyun le pidió a Jinki que llevara unos pasteles recién horneados desde la pastelería al final de calle cuando encontró al moreno regresar, manos, rostro y cuello cubiertos de glaseado con dos en vez de tres pasteles.
“¿Qué pasó?” preguntó Jonghyun. Quitando las cajas que estaban sobre Jinki y agarrando una servilleta para limpiarlo.
“Lo siento. No quise arruinar tu pastel.”
“No te dije que te disculparas. Pregunté ¿Qué pasó?” Limpiando el glaseado rosa de las suaves palmas de Jinki.
“Me caí” respondió el chico cubierto de azúcar dulce. Jonghyun ahora limpiando su mejilla izquierda. Sintiendo su rostro calentarse en el proceso mientras se inclinaba más cerca a Jinki. Sabía que debería haberse enojado por la pérdida. Los pasteles eran costosos pero por el momento no le importaba nada que no fuera Jinki.
“¿Estás herido?” preguntó Jonghyun en pánico.
“No, pero herí el pastel. Y sangró sobre mí.”
Fue un martes a las cuatro de la tarde cuando unos cuantos clientes entraron a la tienda. Jinki estaba a cargo de tomar las órdenes por lo que sostuvo su bloc y lapicero azul antes de acercarse a la mesa.
“¿Cómo puedo ayudarlo señor?” el mesero partió con su grande y adictiva sonrisa. Jonghyun lo estaba observando. Notó que amaba observar a Jinki estos días. Todo estaba yendo bien hasta que Jonghyun vio como uno de los clientes intentó agarrar el trasero de su mesero. Jinki estaba luchando por salir de esta situación.
Jonghyun casi saltó fuera del mostrador para salvar al chico que se molestaba poco a poco cuando Jinki golpeó el rostro del hombre. Tan fuerte que le salió sangre de la nariz.
“Tócame una vez más y te encontrarás en la mitad del camino al infierno” el mesero amenazó al abusador.
Fue ahí cuando Jonghyun descubrió que Jinki parecía suave pero su puño no lo era. Amaba cuan fuerte era Jinki debajo de esa suave capa de piel blanca cremosa.
Y unas semanas después, fue cuando Jonghyun descubrió algo sobre él mismo. Que ya había sido herido por su empleado. Que el chico había robado su corazón.
Su cafetería estaba casi cerrada y Jinki estaba trapeando el piso mientras Jonghyun estaba en la cocina, organizando las tazas lavadas.
Mientras ordenaba los jarros verdes y rojos en el estante, escuchó un suave tarareo. El suave sonido lentamente se convertía en una canción.
Jonghyun no pudo evitar dejar la cocina (no es como si ordenar las tazas fuera tan divertido), encontrando al mayor balanceándose lentamente mientras limpiaba el piso. Sonriendo y cantando. Su voz sonaba como las nubes, las estrellas y la una cantando si pudieran hacerlo.
Jonghyun nunca antes había visto a alguien tan feliz, tan hermoso.
Jonghyun no pudo evitar moverse hacia el chico cantante.
No pudo evitar arrebatarle el trapeador y tirarlo lejos por el piso. Sus manos acunando el suave rostro de Jinki en el proceso. El rostro del mayor lentamente enrojeciéndose y calentándose bajo el contacto y la mirada penetrante de Jonghyun.
“¿Qu-qué estás haciendo?” tartamudeó Jinki mientras Jonghyun seguía mirándolo y sus cálidas manos sostenían su ardiente rostro.
“Tan hermoso” susurró Jonghyun.
“Yo-” Jinki no sabía qué hacer.
“¿Puedo?” el chico de cabellos plateados preguntó en un susurro.
“¿Puedes qu-qué?” preguntó el mayor. Su voz temblando, su corazón latiendo desenfrenado.
“¿Puedo amarte?”
Era de noche, cerca a la medianoche. La luna estaba atravesando la ventana aquella noche.
Jonghyun estaba abrazando a su ángel más cerca a su cuerpo. Su calidez siendo compartida. Su creciente amor siendo compartido.
Jonghyun nunca había sentido tanta calma en su corazón antes. Amaba oír el suave respiro de Jinki y los latidos de su corazón. Observó el rostro iluminado por la luna del mayor. Sus ojos luciendo más claros con el rayo blanco. Jonghyun amaba como ellos encajaban a la perfección. Como sus pieles se sentían tan suaves cuando se juntaban. Como sus piernas se enredaban. Como sus entrepiernas se alinean perfectamente cuando se acuestan tan cerca uno al otro.
“Amo que me abrases así” escuchó a Jinki decir suavemente. El corazón de Jonghyun revoloteó incontrolablemente.
“¿Me cantas para dormir?”