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Can u smile? por PanquequeS

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Notas del capitulo:

Disclaimer:

 
Ninguno 
de los hechos acaecidos en este relato ha ocurrido en la realidad; todo es puro y completamente ficticio.
La autora de este relato no posee ninguna clase de derecho ni propiedad sobre los artistas citados en él, ni está vinculada en modo alguno con ellos, sino que utiliza sus nombres sin su consentimiento explícito. Con su trabajo, no pretende ofenderlos o causarles perjuicio alguno, sino, simplemente, crear una forma de entretenimiento para ella y quien quiera disfrutarla, sin obtener beneficio económico de ninguna clase.

Capítulo 1

 

 

 

—Buenos días.-Saludó a los empleados domésticos.

—Buen día señorito.-Lo saludó el ama de llaves, mientras que el resto inclinaban sus cabezas  para saludarlo, algo que le molestaba de sobremanera.

— ¿Cuántas veces lo tengo que decir?-Preguntó. —-No hagan eso.-les recordó con amabilidad pero no obtuvo respuesta por parte de los empleados.

—Venga al comedor, señorito.-Le indicó Amber, el ama de llaves. —-Todos aquí lo ven como el señorito de la casa que es, no podrá romper tan fácilmente las costumbres que le enseñan a los criados.-le explicó el ama de llaves.

—Pero eres tu quien marca la diferencia.-Le recordó Luhan.

—Ha pedido de usted.-Sonrió.

 

Hace aproximadamente año y medio, Luhan se volvió el señorito de Oh. El encuentro que tuvo con Jongin fue uno totalmente diferente; se conocieron dentro de un elevador. Ese día ambos habían quedado encerrados y fui así como se conocieron y comenzaron su historia.

Antes de llevar el apellido Oh, Luhan era únicamente Xiao Luhan. Un joven adulto de veinticuatro años de edad, ejercía una profesión de enfermero, amante de los animales, caritativo y una persona humilde con buenos valores inculcados.

Su esposo; Oh Jongin. Uno de los inversionistas más importante de toda Asia, magnate billonario y apuesto. ¿Quién no desearía un hombre así?, todos desean un hombre como Oh Jongin.

Luhan ama a su esposo o eso cree. Ya no lo sabe realmente. Antes eran la típica pareja perfecta. Jongin sabía cómo acortejar a una persona. Simplemente era un esposo del cual nadie se podría quejar, un hombre muy atento, amable y cariñoso.

A finales de su primer año de casados, Jongin se la pasaba casi las veinticuatro horas del día en la empresa. Hoy en día ya nada es igual como solía serlo antes. Luhan siempre decía que estaba bien ver los avances de la empresa, los problemas que tenga o cualquier cosa que requiera de la presencia de su esposo pero lo que hacía Jongin iba más allá de la obsesión por el trabajo.

Luhan se sentía terriblemente solo, si no fuera por su único y mejor amigo Taemin, estaría muriéndose literalmente del aburrimiento en la enorme casa de los Oh.

Solían salir algunas veces al centro de la ciudad, iban a refugios de animales y muy de vez en cuando iban de compras.

 

—Señorito.

— ¿Que sucede?-Preguntó.

—El señor tiene una llamada del joven Oh

—Tomaré la llamada.-Recibió el teléfono. — ¿Diga?-gesticuló.

— ¿Quién habla?-Le preguntó su interlocutor. — ¿Esta mi hermano o no?

—En este momento Jongin no se encuentra en casa. Estará h…

—Está bien.-Le cortó de inmediato. —Trataré de comunicarme después con él, gracias.-finalizó la llamada.

—Pero si tengo un cuñado demasiado cool.-Dijo con obvio sarcasmo. Luhan sabía de la existencia del hijo pequeño de los Oh, más nunca lo había visto.

 

El día que contrajo matrimonio con Jongin, el joven Oh no se presentó a la boda.  La fiesta fue una muy sencilla y discreta. Luhan y Jongin compartían algo muy similar y eso era la pérdida de sus progenitores, eso fue uno de los factores por lo cual decidieron hacer algo pequeño y discreto.

 Luhan se levantó del comedor una vez que terminó su desayuno y fue hasta su jardín. Tenía que regar las flores y alimentar a los pajarillos que solían llegar.

 

—Luhan.-Le llamarón.

—Hola Taemin.-Le sonrió a su amigo.

— ¿Qué haces?-Le preguntó Taemin, mientras se acomodaba en un suave sillón.

—Estoy por regar las flores.-Respondió.

—Deja esas tonterías que para eso tienes a tus criados. Ellos lo pueden hacer.-Luhan le dirigió una mirada severa.

—Te he dicho más de una vez que no lo digas de esa manera tan déspota. Ellos son trabajadores de esta casa, no mis esclavos.-Le regañó.

—Ya. No necesito oír tu sermón de siempre.-Luhan le miró de reojo y suspiró.

— ¿Que te trae por aquí?-Le preguntó Luhan.

—Salgamos a algún lado. Siempre te quedas encerrado en esta enorme casa.-Luhan oía atentamente lo que le decía su amigo.

—Me siento muy cómodo estando en mi casa.

—Cómodo o no, saldremos hoy.-Luhan rodó los ojos.

—Se lo comentaré a Jongin.-Le dijo. —Vamos adentro. Le hablaré.

— ¿No es demasiado?-Le preguntó.

— ¿A que te refieres?-Quiso saber.

—Me refiero a ti.-Le respondió. — ¿Por qué tienes que pedir permiso si vas a salir con tu mejor amigo?, ¿Que eres?, ¿Un niño de quince años?

—Estoy casado, Taemin.-Le mostró su anillo. —Ya no es lo mismo. No puedo desaparecer por la noche cuando tengo un esposo.

—Esposo que siempre está en la empresa.-Gesticuló Taemin. —Amigo, eres joven, hermoso.-rió. —Si fuese tú, saldría a divertirme. ¿Qué hago en mi casa cuando mi esposo está trabajando?, te diré la respuesta: Nada.

—Aun así, estoy casado y no puedo hacer las mismas cosas que solía hacer antes.-Le explicó.

 

 

— ¡Sehun!-Giró para encontrarse con la persona que le habló.

—Hola, Kyungsoo.-Saludó al bonito chico, quien recién llegaba.

— ¿Cuándo regresaste de Alemania?-Preguntó.

—Hace aproximadamente.-Miró su reloj. —Veinte minutos con diez segundos.-le sonrió.

— ¿Hablas enserio?-Preguntó Kyungsoo. —Has llegado como caído del cielo.-sonrió.

—Algo traes en mente.-Le acusó. —Me gusta. Sea lo que sea me gusta.-le guiño el ojo.

—Conmigo no funcionan tus encantos.-Le dijo. —Por algo soy tu mejor amigo.-le recordó. —Pero eres muy cruel Sehun, no tuviste la delicadeza de avisarle a tu mejor amigo que regresabas a Seúl.

—Eso pensaba hacer.-Le jaló la mejilla, en un gesto de muestra de cariño. —Pensaba hablarte. De hecho recién corte una llamada que le hice a mi hermano.

 

 

— ¿Cuánto tiempo planeas seguir llamando a Jongin?-Le preguntó. Luhan se sentía fastidiado por el modo de hablar de Taemin.

— ¡¿Puedes estar callado por unos segundos?!-Le gritó. Luhan solía ser una persona que manejaba muy bien el autocontrol pero Taemin estaba pasándose de la raya.

— ¿Sabes qué?-Lo miró. —Cuando Jongin te haya accedido el permiso para salir, háblame.-le dijo antes de abandonar la habitación.

— ¿Qué pasa con él?-Dejó al aire la pregunta. Taemin y Luhan se conocieron a los dos meses de su matrimonio. Taemin siempre estaba para apoyarlo pero de repente cambió. Su comportamiento era extraño, diferente, no era el mismo Taemin del inicio. Luhan nuevamente retomó lo que estaba haciendo y espero unos minutos más, hasta que hubo respuesta por parte de su esposo.

—Hola.-Lo saludó. — ¿Pasa algo, cielo?-preguntó.

—Solo llamaba para avisarte que saldré por la noche con Taemin.-Le comentó. — ¿Está bien, cariño?

—Me parece bien. Diviértete y procura no llegar tan tarde, ¿sí?-Sonrió.

—Lo sé. Nos vemos después.-Finalizó la llamada. Volvió a sonreír con un deje de tristeza y añoranza. Extrañaba al antiguo Jongin, él que siempre estaba a su lado las veinticuatro horas del día. Algo no estaba bien.

Después de unos minutos, Luhan le escribió un mensaje de texto a Taemin y al final terminó acostado en su suave y pulcra cama.

 

 

— ¿Y a dónde iremos?-Quiso saber.

—Iremos a un nuevo club de la ciudad. Hoy celebraremos tu regreso a tierras surcoreanas.-Sonrió.

—Eres un sexy y provocador hombre.-Lo alabó.

—Por supuesto.-Aceptó el alago.

—Cualquier hombre o mujer estaría complacido con tenerte en sus brazos.-Le dijo con sinceridad Sehun a su mejor amigo.

—Tal vez.-Se encogió de hombros. —No estoy interesado mucho en eso, prefiero disfrutar de mi soltería un poco más.

— ¿Por cuánto tiempo planeas seguir disfrutándolo, Kyungsoo?-Le preguntó.

—El tiempo que sea necesario.-Sonrió.

—Tienes veintitrés, Kyungsoo.-Le recordó. — ¿No piensas casarte?-lo cuestiono de nuevo.

—Pienso contraer matrimonio…Algún día. ¿Qué me dices tú?, tu estas en los veinticuatro años de edad y no te veo casado.

—Aun lo/la estoy esperando.-Rió. —Solo espero encontrarla/lo pronto.

 

 

Luhan estaba reposando en su cama, creía que no vería a Taemin hasta la noche pero esos no eran los planes que tenía este último para Luhan. Fueron al centro comercial de la ciudad para dar comienzo.

 

— ¿Tienes algún atuendo en mente?-Le preguntó.

—No realmente.-Respondió.

—Entonces déjamelo a mí.-Apresuraron el paso. Entraron a una elegante tienda donde Taemin compraba muy a menudo. Luhan miraba como su amigo tomaba jeans, tras jeans más playeras y se los iba dando. Taemin llevó a Luhan hasta un probador y no dejo que articulara alguna palabra. Con pereza comenzó a probarse uno de los tantos jeans y playeras, se miró en el espejo y era evidente que esos tipos de atuendos no eran de su agrado, no era su estilo. — ¿Ya te has probado alguno?-le preguntó Taemin desde afuera.

—Sí.-Respondió en voz baja, esperando no ser oído.

—Entonces sal de ahí. Quiero verte.-Luhan bufó en silencio y con resignación salió. Taemin lo miraba de pies a cabeza. —Prueba con otro.-Luhan le dedicó una mirada acida, de odio puro por obligarlo a probar otro atuendo.

 

**

 

Llevaba más de tres horas probándose atuendos tras atuendo. Ninguno lo convencía. Taemin quería que Luhan usara un atuendo muy ceñido al cuerpo que dejaba mucho a la imaginación pero fue Luhan quien no doy su brazo a torcer.

Taemin se ausentó un rato para ir al tocador y ese fue el momento que Luhan necesitó para escoger un atuendo que le había gustado desde hace un rato. Entregó el atuendo y lo pagó sin pensárselo dos veces.

 

— ¿Has pagado ya?-Le preguntó un Taemin confundido al ver una bolsa.

—Sí.-Respondió.

—Déjame ver.-Luhan escondió la bolsa tras de su cuerpo y se negó.

—Lo verás más tarde.-Fue su respuesta. — ¿Nos vamos ya?

—Aun falta ir al estilista.

—Puedo maquillarme solo. Sabes que no me gusta el maquillaje muy cargado.

—Solo nos haremos manicure, ¿feliz?-Luhan asintió.

 

**

 

Luhan pensaba que Taemin había cambiado mucho pero aun así podían divertirse como antes. Regresó a su casa unas horas después y subió a su habitación. Se encerró en el cuarto de baño y se despojó de toda prenda para que al final se metiera bajo el chorro de agua.

» —Amor.-Sonrió al verlo.

—Mi bebé.-Jongin lo abrazó con tanta delicadeza. Tenía miedo de hacerle daño. Para Jongin, Luhan era como un vaso de cristal: Frágil. — ¿Cuántas horas llevo sin verte?-le preguntó.

—Solo han pasado tres horas.-Respondió.

—Pues te he estado extrañando estas tres últimas horas.-Lo besó.

—Y yo a ti.-Le dijo Luhan una vez que separaron sus labios.

—Te amo.-Le susurró al oído.

—Yo más… «

 

Salió envuelto en una toalla. Sonrió con nostalgia. Sin duda alguna, extrañaba a Jongin, al Jongin de hace un año atrás. Extrañaba todo el cariño que su esposo le brindaba, su preocupación, extrañaba todo del Jongin de hace un año. Entonces… ¿Que había pasado?, ¿Que les había pasado?, ¿Se había acabado el amor?, ¿Se amaban todavía?, ya no lo sabía.

Luhan sacó su nuevo atuendo y se lo puso. Una hora después ya estaba arreglado para pasar una buena y agradable noche con su mejor amigo.

—Nada mal.-Luhan se alagó. Su maquillaje era lo más básico; Un poco de polvo, rímel y brillo. Casi no se maquillaba muy a pesar de ser gay. No era un homosexual muy llamativo como lo era Taemin.

—Señorito.-La voz de Amber retumbó por toda esa habitación silenciosa.

—Pasa.-Le dijo. — ¿Sucede algo?-la cuestionó.

—El señor ha hablado para anunciar que no podrá regresar esta noche.-Comenzó a explicarle la mujer. —Algo ha surgido en el trabajo y debe terminarlo.

—Ah…-Luhan asintió. Amber se marchó unos segundos después. Miró su teléfono y nada, no tenía ni una sola llamada de Jongin. Eso le había molestado. Su esposo pudo llamarlo a él y decirle pero no hizo nada de eso. — ¿A dónde iremos a parar Jongin?-soltó la pregunta al viento. Lo que no sabía es que el viento se lleva las cosas sin ninguna consideración.

 

 

—Pero si te vez hermoso.-Sonrió el hombre.

—Gracias.-Lo tomó de la mano y lo ayudó a bajar los últimos escalones. —Pero no tienes permitido enamorarte de mí.

—Claro que no.-Negó él. —No eres mi tipo.-recibió un golpe por respuesta.

— ¿Listo para una noche caliente?-Le preguntó Kyungsoo.

—No buscaré a una puta o puto el día de hoy.-Respondió, Sehun.

—Tal vez hoy es tu día de suerte.-Sonrió Kyungsoo. —Tal vez encuentras a tu media naranja.

—Tal vez…

 

 

— ¡Xiao Luhan!-Chilló Taemin.

— ¿Qué?-Preguntó.

— ¿Qué?, ¿Te atreves a decirme que?-Lo miró enojado. —Pasa que escogí los mejores atuendos para ti y no compraste ninguno de los que elegí.

—Lo siento.-Se disculpó. —Pero ninguno era de mi gusto. Eran demasiado reveladores para mí. Me gusta lo discreto.-finalizó la recién discusión.

— ¿Qué más da?-Se encogió de hombros. —Vámonos ya.-Taemin jaló del brazo a Luhan y después de media hora de camino, ya estaban en ese ostentoso y nuevo club.

— ¿A dónde me has traído?-Le preguntó Luhan.

—Es un nuevo club. De hecho es uno de los más ostentosos que jamás habían abierto. Hoy lo inauguran, así que a pasarla bien.-Taemin lo tomó de la mano.

—Espera, yo no quiero.-Luhan intentó detener a su amigo pero le fue imposible. La música obstruía la audición.

— ¡El ambiente es estupendo!-Luhan apenas logró a oír lo que Taemin le gritó.

—Taemin.-Le habló pero continuó arrastrándolo hasta una mesa. —Taemin.-insistió.

— ¿Qué pasa?-Le preguntó el nombrado.

—No me gustan estos lugares y lo sabes.

—Ya estamos aquí, así que diviértete.-Luhan bufó resignado. El único que se divertiría sería Taemin y eso lo sabía a la perfección Luhan. La primera ronda de tragos llegó a su mesa, aunque en realidad Luhan solo quería una bebida que no fuese tan fuerte. Decidido se puso de pie y fue hasta la barra.

— ¿Que va a tomar?-Le preguntó el barman.

— ¿Puedes darme una piña colada?-El joven barman asintió y Luhan se quedó esperando su bebida.

—Si hubiera imaginado que encontraría hombres tan hermosos como tú en estos lugares, no dudaría en venir todos los días.-Un hombre se le acercó a los segundos. — ¿Quieres pasar un buen rato con un verdadero hombre?-Luhan rió con descaró. “Verdadero hombre” pensó y sonrió con diversión y al mismo tiempo asqueado.

—No…Gracias.-Le dijo sin mirarlo.

— ¿Me estás rechazando?-Le preguntó indignado el hombre más grande. — ¿Ahora eres sordo?-lo tomó del brazo.

—Suéltame.-Trató de soltarse de su agarre.

—No eres más que un puto que se está haciendo del rogar.-Le dijo el hombre. —Apúrate y vámonos.

— ¡Le digo que me suelte!-Intentó de nuevo soltarse, más no tuvo éxito.

—El señorito ha dicho que lo suelte.-Luhan alzó la vista solo para toparse con aquel rostro. El tipo que lo tenía del brazo, lo soltó y se marchó sin más. — ¿Estás bien?-le preguntó el desconocido.

—Estoy bien, gracias.-Sonrió.

—Aquí tienes tu bebida.-Luhan le dio un sorbo a su bebida y agradeció.

— ¿Puedo ayudar en algo más?-Preguntó aquel hermoso desconocido.

—Tal vez…-Respondió dudoso Luhan. —Quisiera ir a buscar a mi amigo.

—Entonces te acompaño.-Luhan asintió y emprendió camino. Luhan estaba volviéndose loco; el tipo estaba demasiado bueno para ser cierto. El corazón de Luhan bombea a mil por hora, era como si le hubiesen encendido la mecha de una veladora. —Oye…

— ¿Sí?-Ambos se miraron.

— ¿Es aquí?-Luhan no se había dado cuenta que ya habían llegado a su mesa pero lo que más le extraño fue el no ver a Taemin. Se giró y busco a Taemin en la pista de baile pero nada, no había señal de su amigo. — ¿Pasa algo?-le preguntó.

—No está mi amigo.-Respondió.

—No se habrá ido sin ti, ¿no?-Negó rápidamente.

—Seguro anda por algún lado.-Luhan no deseaba quedarse solo. Odiaba los clubes. Quería quedarse con ese desconocido.

— ¿Quieres quedarte conmigo y mi acompañante?-Le preguntó y Luhan asintió sin dudarlo. Luhan lo siguió de cerca. El perfume del desconocido llegaba hasta sus fosas nasales. “Huele bien” pensó Luhan y rápidamente se dio una auto- bofetada imaginaria para dejar de pensar lo sexy y atrayente que era ese hombre.

— ¡Auch!-Se quejó al chocar con la amplia espalda de su salvador.

— ¿Te hiciste daño?-Le preguntó. Luhan alzó la vista y fue capturado por esos orbes color café oscuros.

—E-estoy b-bien.-Tartamudeó y rápidamente se alejó del hombre más alto.  Era un peligro estar muy cerca de ese hombre, era demasiado atrayente. Llegaron hasta una mesa, en donde se encontraba un pequeño muchacho.

—Hola.-Saludó. — ¿Eres algún amigo de Sehun?-preguntó curioso.

— ¿Él es Sehun?-Preguntó, obviando que ese el nombre de su salvador.

—Sí, soy Sehun.-Sonrió. —Lo siento, no me presente. ¿Tú eres?-lo miró esperando respuesta.

—Luhan.-Extendió su mano.

—Mucho gusto, Luhan.-Estrechó su mano con la de él. Ambos sintieron esa corriente eléctrica en sus manos. “¡No!”, se gritó mentalmente Luhan. No podía ni debía, no señor. ¡Era un hombre casado, maldita sea!, no podía tener sentimientos por otro hombre. No, no, no, no, no y mil veces no.

—Y yo soy Do Kyungsoo.-Luhan recordó que no estaban solos y eso era mucho mejor a estar solo con Sehun.

—Mucho gusto.-Trató de soltarse del agarre de Sehun pero él no lo permitió. Arrastró a Luhan hasta sentarlo a su lado.

— ¿Se acaban de conocer?-Preguntó Kyungsoo.

—Si.-Respondió Sehun. —Por cierto.-Sehun le habló esta vez a Luhan. —Él es mi mejor amigo.

— ¿Mejor amigo?-Asintió. Luhan sintió un gran alivio al saber eso. “Serás estúpido” se reprochó. No tenía porque sentirse aliviado.

—No lo parecemos, ¿verdad?-Habló Kyungsoo. —Nos vemos como si fuésemos hermanos.-Kyungsoo rió y se puso de pie. —Debo ir al tocador.-se excusó.

—Luhan.-Él giró a verlo. —Bonito nombre.-Luhan sintió una punzada en su corazón.

—Gracias.-Sonrió. Platicaron de algunas cosas. Sehun era un hombre interesante. Luhan  se sentía extraño a su lado pero aun así no pensaba apartarse.

— ¿Puedo preguntarte algo?-Luhan asintió. — ¿Crees en el amor a primera vista?-la pregunta lo desarmó completamente. Luhan no sabía que responder. Lo que estaba sintiendo por ese hombre podía solo ser atracción sexual, pero ¿Quién le aseguraba que no era amor?, no sabía. Era un hombre casado, así que no podía cometer ningún error. —Yo creó en él.-Sehun se acercó al rostro de Luhan pero él se alejó.

—Estoy casado.-Le dijo para que así Sehun estuviese lejos de él.

—Correré el riesgo de ser asesinado por tu esposo u esposa.-Eso no se lo esperaba, no, no, no. Lo siguiente que supo era que sus labios eran prisioneros de aquellos suaves labios ajenos. Sentir aquella boca tan experta, deseosa y con ese delicioso sabor lo embriagaba. Estaba perdiendo la batalla. Por más que trató de alejarlo, al final fue Luhan quien se rindió ante Sehun y sus deliciosos besos.

 

Notas finales:

Hola a todos. Una vez más les traigo una de mis historias. La escribí yo por si tienen dudas pero también he decidido adaptarla al Hunhan.

Como anteriormente dije, estoy a casi nada de entrar a clases de nuevo, así que estoy bastante atrasada con los capítulos de mi historia llamada "Broken Doll". No he podido escribir nada desde hace unos días porque mi cabeza está en blanco y no quiero dejar a medias la historia, por lo tanto, he decidido ponerle un medio-hiatus. No es permanente y tampoco demoraré meses. Sólo serán algunos días, máximo, algunas semanas.

Espero puedan comprender mis razones y tal vez y solo tal vez, pueda que antes que ponga el medio-hiatus de Borken Doll, cuelgue un capítulo más. Prometo no demorar pero os pido amor y paciencia. No olviden la historia. De verdad que vuestros leídos me hacen feliz y me sentiré bastante mal si vosotros dejan de leer la historia por mi culpa.

En fin. Pido paciencia, comprensión y por favor, esperad por el comeback de Broken Doll. No lo olviden y si fuese posible, lean de nuevo si os ha gustado.

Antes de retirarme, os diré que como es una adaptación del genero heterosexual al homosexual, puede que hayan muchos errores. Sufro de la vista, así que muy seguramente una que otra cosa se me haya escapado. Si vosotros lo ven, no duden en decirme y yo lo arreglaré inmediatamente.

Saludos.


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