Se quedo viendo fijamente la navaja que tenía entre manos.
Estaba dentro de la bañera y no dejaba de soltar ligeros suspiros y de hacer girar la navaja entre sus dedos, intentando calmarse y saber que hacer…
¿Cuánto había pasado? Tal vez tres o cuatro años… había dejado de contar hace mucho…
Escucho unos suaves golpes en la puerta del baño, que le hicieron sobresaltarse ligeramente y voltear a ver hacia la puerta con la curiosidad en la mirada.
— ¡Sasuke! —gritaron desde afuera—. ¡Tienes una hora!
El chico asintió, aun cuando la otra persona no podía verlo y bajo lentamente la mirada, viendo su cuerpo; lleno de marcas de besos, rasguños y moretones… antes no era así, antes su piel era blanca y pura, antes lo único con marcas era su cuello…
Antes no pensaba en el suicidio…
****
Hace unos años, él no tenía esa vida, hace unos años el tenia un novio y una familia que le cuidaba, aun cuando no le quería mucho… o al menos, eso parecía.
Su familia no era rica & no era de gran importancia, eran una típica familia de clase media.
Su novio; él era maravilloso. Era atractivo, lindo, amable, divertido, dulce, optimista & siempre le había tratado bien…
Eran la pareja perfecta para muchas personas; la más extraña pareja pero, perfecta.
A él le encantaba pasar las tardes en el cuarto de su novio; haciendo tareas, viendo tele, películas, hablando o haciendo cualquier tontería, así como besarlo y decirle cuanto le amaba… solo cuando estaban completamente solo, se permitía ser dulce y amoroso con su novio. Cuando había más personas cerca, era arisco y frio, no dejaba que él se le acercara mucho y, muchas personas consideraban que su novio no merecía a alguien así de frio… pero, su novio siempre decía que ellos no conocían a Sasuke… eso era verdad.
Naruto; así se llamaba su novio.
Duraron más de tres años juntos; había peleas, como toda pareja las tiene, así como había estupendas reconciliaciones en las que se la pasaban en la cama, gimiendo y dejando marcas de besos en el otro.
Sí, su vida era perfecta en más de un sentido.
El problema era su padre, quien parecía nunca tener tiempo para él, era como si solo existiera su hermano y él… bueno, él era Sasuke, su hijo el gay que sale con el hijo de uno de sus mejores amigos… & nunca llego a ser más que eso…
Pero, le gustaba su vida; esos momentos en los que su madre le daba el desayuno y sonreía encantada al verlo comer; las peleas con su hermano y las miradas enojadas así como las sonrisas; incluso las pocas palabras que su padre le dirigía eran maravillosas; sus “suegros” siempre era amables, invitándole a comer y después a cenar y quedarse a dormir, eso le encantaba; su novio siempre sonriendo y abrazándolo por atrás, susurrando cosas a su oído y besando su cuello y mejilla…
Como añoraba todos esos momentos.
No estaba seguro cuando todo se fue a la mierda…
Recordaba estar discutiendo con Naruto por alguna estupidez que había hecho alguna de las chicas “enamoradas” de Sasuke… recordaba estar en casa de su novio, los gritos y los casi golpes que ambos estaban por darse, para después escuchar:
— ¡No quiero saber más de ti! ¡Lárgate! —por parte de Naruto.
Recordaba haber dejado todas sus cosas en la casa de Naruto, menos el celular que lo llevaba en el bolsillo, recordaba haber bajado corriendo por las escaleras, completamente furioso y al borde de las lágrimas, recuerda el grito de Kushina, su suegra:
— ¡Sasu! ¡Espera! ¡No te vayas! ¡Naruto no habla enserio!
Pero, no volvió... como se arrepentía de eso.
Había continuado su corrido por la ciudad, sin intención de ir a su casa; recuerda que un carro estubo por atropeyarlo pero, logro evitarlo...
Comenco a caminar hacia su casa pero, desvio ligeramente su camino pues, en lugar de ir a casa, se fue hacia un parque, al que siempre iba con Naruto cuando ambos se aburrían de estar en la casa de uno o del otro.
Recuerda haberse sentado en una banca y haber cerrado los ojos para relajarse & no comenzar a llorar.
Su celular había sonado quince veces, antes de que lo sacara y viera las llamadas perdidas; Naruto, su hermano, su madre & Kushina.
Pero, las había ignorado por completo, limitándose a suspirar y a apagar el móvil, sin intención de hablar con nadie en esos momentos; aun no se sentía listo…
Después, comenzó a llover, tan fuerte que pensó que era mejor volver a casa pero, no quería ir ahí, ni ahí ni a ningún lado… se quedo en el parque, esperando a sentírselo suficiente mojado para obligarse a ir a casa a cambiarse…
Ahí fue que todo cambio…
Cuando se había puesto de pie para irse, un hombre con sombrilla se había acercado a él; tenía aspecto de serpiente y, le causaba un mal presentimiento. El hombre se había presentado como “Orochimaru” y se había ofrecido a llevarle a casa y, Sasuke se había negado, diciendo que no vivía muy lejos y no quería molestar al hombre con cosas innecesarias, además de que no le conocía…
No se dio cuenta cuando se acercaron por atrás de él; solo noto esa pañuelo sobre su boca y nariz, lleno de un liquido dulzón que le causo sueño. Y mientras sus ojos se cerraban y todo se ponía borroso, pudo ver al hombre sonreír y lamerse los labios con su extraña y larga lengua.
Su último pensamiento, fue hacia Naruto.
*~*~*~*
Cuando había despertado, estaba amarrado y amordazado en una silla, con una tela sobre los ojos, impidiéndole ver lo que sea.
No estaba seguro de cuánto tiempo se quedo ahí, hasta que escucho la una fría y horrible risa, viniendo desde algún lado a su derecha.
—Tu novio parece desesperado, Sasu-chan —le habían dicho.
No le tomo mucho, para darse cuenta que la voz era del hombre que le había ofrecido llevarle a hasta su casa.
—Es increíble ese chico —siguió diciendo “Orochimaru” —. Pero, no te preocupes, nunca te van a encontrar… estarás aquí, conmigo & ambos seremos muy felices, ¿Verdad, Sasu?
Nunca supo como el hombre le conocía o, por que a él le habían raptado, nunca supo porque no escapo o porque su novio y familia nunca lo encontraron, nunca supo en que parte del mundo estaba o, como fue que gano la confianza del hombre para que lo dejara sin la amordaza y le dejara comer en la mesa junto a él, así como pasear por la extraña mansión donde estaba a su libertad.
Ese hombre era amable con él, y le trataba bien, el problema venía en las noches… aun cuando ya no lo hacía, al principio lloraba cada que el hombre le obligaba a tener sexo con él; no podía dejar de llorar, pensando en Naruto y preguntándose como estaría, ¿Qué estaría haciendo?
Después dejo de llorar & dejo se sentir. Era como si no tuviera vida, como si su cuerpo estuviera completamente vacío & eso, era por demás cansado…
Estaba cansado de todo; de su vida ahí, de Orochimaru, de las noches de sexo que no quería tener, de que el marcara su cuerpo, del sadomasoquismo que le hacía… estaba cansado de vivir.
El conseguir la navaja no le había costado mucho, solo pedirla, diciendo que quería tener algo bonito… el frasquito de veneno que tenía a su lado, había sido más fácil de conseguir… solo había tenido que bajar hasta el “laboratorio” del amigo de Orochimaru & tomar uno de los frascos que tenia etiquetados.
Dejo la navaja a su lado, soltando un suspiro y hundiéndose un poco más en la espuma de la bañera.
Siempre que estaba solo, intentaba recordar a su novio pero, no recordaba cómo se sentían sus besos, sus caricias… su voz… solo, recordaba sus brillantes ojos azules y su cabello rubio… eso era todo, no había más en su mente, además de los borrosos recuerdos de lo que habían pasado y vivido juntos.
Soltó un pequeño gemido, mientras tomaba el frasco con el veneno y lo bebía, dejando que se deslizara por su garganta lentamente, sintiendo como quemaba un poco, como si fuera whisky. Volvió a tomar la navaja y corto lentamente su muñeca, dejando que la sangre saliera a brotones. Mancho uno de sus dedos con sangre y escribió el los blancos azulejos. “Naruto”.
Dejo que su mano cayera dentro del agua, aun con la navaja en mano, mientras la otra la recargaba en el borde de la bañera y veía como la sangre salía de ella, dejándole sin ella.
Volvió a gemir, sintiendo el dolor en su muñeca y, aun más el que le causaba el veneno.
Se dejo resbalar por la bañera, hasta que su cara estuvo por completo dentro de la bañera, menos su muñeca, que continuaba afuera, desangrándose.
Cuando el aire comenzó a hacer falta, soltó una exhalación, dejando que el agua entrara a sus pulmones y calmara un poco los dolores que sentía…
Se sentía en una nube, flotando lentamente en ella; se sentía tan liviano como una pluma. En ese momento una sonrisa salió de sus labios… hacía años que no sentía esa tranquilidad en él…
Cuando todo comenzaba a oscurecer, escucho como la puerta del baño se abría de golpe, antes de escuchar unos gritos y muchos pasos…
Pero, él sabía que ya era tarde…
Su último pensamiento, fue hacia Naruto…