Tsebriv era uno de los muchos pueblos en donde dominaba la pobreza dentro de Ucrania, el hogar de Aleksey, un joven de apenas 22 años,alto, fornido, de rubios cabellos y bondadosa mirada de grandes ojos azules, el era originario de ahí, su vida había transcurrido entre escuelas rurales, matorrales, pobreza, trabajo en las minas, pero sobre todo de la hermosa Inha, su vecina de la infancia, la niñita que no temía llevarse con niños aunque al final del día terminara con la ropa sucia, raspones en las rodillas y sus largos y negros cabellos llenos de ramitas, aquella que se había convertido de la noche a la mañana en una hermosa joven, alta, de justo talle, grandes ojos color verde Esmeralda, cutis de porcelana y sobre todo un corazón bondadoso, se habían convertido en buenos amigos, para después los padres de ellos acordarán el matrimonio de los jóvenes, quienes en lugar de oponerse, se mostraron complacidos.
Ahora Aleksey con 22 años e Inha con tan sólo 19, formaban una bella y joven pareja, padres de una niña que llevaba por nombre Taras, de brillantes ojos color verde Esmeralda como su madre y una larga y rubia cabellera,ella era el sol de ambos jóvenes, quienes a pesar de tener una precaria vida, que apenas podía sobrellevar su sueldo de minero, se mostraban felices y mantenían esa pura y sana felicidad de los pequeños y simples momentos de la vida.
Sin embargo las actuales condiciones políticas y económicas del país, y para ser más precisos de su pueblo complicaban todo, para empezar la delincuencia iba en aumento, los salarios por los suelos y los precios de artículos básicos elevados, como respuesta no se hicieron esperar los movimientos, como marchas, protestas y huelgas cada vez eran más violentas y para colmo el gobierno en lugar de poner un alto a ello, sólo reprimía a la gente con más violencia, después de los movimientos era común los golpes tanto de policías como hasta hace poco de la fuerza militar, ataques con gases estiló pimienta, petardos y lo más temible era cuando alguien era sospechoso de formar parte de aquellos grupos de gente inconforme, porque era entonces cuando el gobierno mandaba la revisión de su casa, que por lo regular terminaba en atracar a la familia entera, golpes, muerte y aniquilación no sólo para ellos si no que para las casas vecinas.
Por estas razones era común que la jornada laboral terminara antes de las 6 pm, para los grandes sectores productores era mejor reducir su jornada laboral que poner en riesgo a los pocos trabajadores que aceptaban el mísero sueldo a cambio de mucho esfuerzo físico.
Era miércoles, aquel día era especial, después de todo no todos los días era el cumpleaños de su pequeña Taras, por lo cual al salir del trabajo había decidido pasar al centro del pueblo a comprar algo para ella; trato de no entretenerse mucho e irse directo de la salida al pueblo, tomo uno de los camiones que lo acercaba, sin embargo demoraba demasiado en llegar, se preocupó porque cada vez se le hacía más tarde y sabía que después de las 7 cualquier lugar era peligroso, miro por la ventana y por cada lugar que pasaban sólo se veía gente cansada ir y venir, definitivamente era una hora conflictiva aquella, dado que era la hora en que todo mundo salía de su trabajo.
Concentrado en la hora, y algo cansado, recargó su cabeza a la ventana del camión, pero de repente un estruendoso sonido expandió el pánico.
-Coche bomba!!.- gritaron a lo lejos, el joven al igual que los demás pasajero a abandonaron el camión para correr en dirección contraria al humo y en fuego, que venía del centro del pueblo, asustado por lo que siguiese a continuación corrió a donde sus piernas lo llevarán, sin embargo a algo lo hizo tropezar. Como pudo evito que la gente lo pisara y pasara encima de el mientras intentaba levantarse antes de ello, volteo a ver que lo hizo tropezar y se encontró con un joven de blanca tez, ropas rasgadas y cabello verde, estaba inconsciente y tenía una herida en la cabeza que sangraba. Aleksey se acercó al joven para mirarlo de cerca, se veía tan delicado e inocente que el corazón se le encogió y lo llevo consigo sin pensarlo dos veces.
Lo cargo sobre su espalda mientras se alejaba lo más rápido que sus piernas se lo permitieran.
El camino fue extremadamente largo, pero gracias a su buena condición física adquirida en las minas, llego a pie a su casa.
-Papá?- lo escucho llegar su hija.
-Cariño.- si esposa le abrió la puerta y lo recibió.- Pero, que... Que paso?.- pregunto sorprendida al recibir a su esposo con aquel joven en la espalda.
Al parecer otra manifestación, coche bomba y pánico.- dijo a manera de resumen, ignorando que su mujer había dirigido la pregunta hacia el hecho de que llevaba compañía.
-¿Quien es ese joven?.- pregunto alarmada
- Lo encontré en el suelo, probablemente se accidenté, tiene un golpe muy feo en la cabeza.-
- Recuestalo en nuestra cama.- le dijo preocupada por el hecho de que ahora tuviesen compañía, y lo siguió para poder revisarlo, la joven tenía alguna nociones sobre como atender heridas, después de todo su abuela le había enseñado básicamente la magia de la herbolaria y prácticamente se había válido de ella para mantener sana a a su familia.
- Tenerlo aquí es muy arriesgado.- comento acercándose al joven y examinándolo.- No sabemos si es de los rebeldes, podría ocasionarnos problemas.-
- No creo que pertenezca a ellos, de hecho no parece de aquí.- contesto Alexsey observando los rasgos físicos, su ropa y aspecto.
- Esperemos que no, sabes si alguien te vio cuando lo traías?.- pregunto preocupada.
-No. Nadie lo noto, el pánico era grande, así que consideró que no lo tomaron en cuenta.--
-Bien.- la joven observo la herida de su huésped, le apartó el cabello de la frente haciéndolo hacia atrás con cuidado, observo que no tuviese más heridas de las cuales preocuparse, notó algunos golpes en brazos y su pantalón estaba rasgado.
-Quien es el papa.?- le pregunto su hija a Aleksey.
- Es un invitado amor, debemos ser corteses con el y cuando despierte no hacerle demasiadas preguntas.-
-Deacuerdo.-
-Lamento que este no sea el cumpleaños que esperabas, pero te lo compensare, mi amor.-
-No te preocupes papa, yo puedo esperar.-
- Muy, como toda una damita, ahora ve a jugar a la sala, en lo que mama y yo atendemos al invitado.- la niña obedeció te salió del cuartito dejando solos a los adultos.
-¿Como esta?.- pregunto asustado el joven a su esposa.
Sólo es el golpe de la cabeza. Necesito ir por unas cosas a la cocina, por favor mientras tanto limpia la zona del golpe.- le dijo mientras salía rápidamente de la habitación, Aleksey busco un paño y con agua y jabón comenzó a asear la cara del muchacho, una vez limpió lo miro y no pudo evitar sentir cierta ternura por el y lástima, además de preguntarse como una persona como el, había terminado en un lugar tan problemático como aquel.
-Ya esta amor, dame permiso.- dijo la joven entrando no algunos frascos, y unas vendas, con esmero desinfecto la zona y comenzó a untar un poco de la pomada proveniente del frasco amarillo, para posteriormente colocarle la venda alrededor de la cabeza, de otro frasco azul saco una fina hierba, la cual coloco en la boca del joven por unos instantes para después sacarla.
-¿Que era eso?.- pregunto interesado Aleksey
- Le ayudara a no sentir tanto dolor cuando despierte.- contesto su esposa tomando sus cosas para llevarlas a su lugar. - Probablemente tarde en hacerlo.- dijo un poco preocupada retirando se del lugar. Aleksey la siguió, estaba confundido, no sabía si había hecho lo correcto o si estaba poniendo en riesgo a su familia, su esposa se sentía igual de confundida que el, algo en el interior le daba paz, respecto a aquel muchacho, pero aquellos tiempos que les toco vivir eran difíciles y era mejor prevenir.
Un poco más tranquila, Inha saco del horno una base de pastel que había dejado lista por la tarde y comenzó a decorarla, después de todo aún era el cumpleaños de su niña. Teniéndola lista, saco a Aleksey de sus pensamientos y le pido que le acompañará con su hija, después de todo era su cumpleaños y solo estaban esperando a su padre para celebrar