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Falling In Love [ONE-SHOT] por ChaoticNaoGG

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Notas del capitulo:

Ahora bien, hace mucho que no escribía porque simplemente no tenía imaginación y empecé a sentir que no estaba hecha para esto, incluso dejé dos fics que había escrito, pero hace poco, en verdad ante ayer, decidí escribir un one shot basado en una situación que me ocurrió. Me pusé a escribir y las palabras solo fluyeron.

Asi es, este one shot esta basado en una historia real, obviamente que solo la base de la historia es real, el resto es pura imaginación porque obviamente yo no soy Zelo... o tal vez sí(?) okno.

En fin solo quería alcarar unos cosillas, el cabello de Zelo es rubio, Youngjae está castaño y Yongguk con el cabello negro, son estupideces pero me gusta aclararlo idk.

Ambos caminaban hacía la entrada del instituto mientras hablaban.

 

- Te dije que lo dejes, todo esto terminará mal, hazme caso por una vez. – decía Junhong frustrado, no entendía como su amigo podía estar tan obsesionado, o como él decía  ‘‘enamorado’’, de ese chico, no le vía lo interesante a ese extraño pelinegro.

 

- Te digo que me gusta de verdad, no me voy a rendir hasta que se fije en mí, además ya somos amigos así que no pasa nada. – respondía con simpleza Youngjae a su amigo quien continuaba con una mueca de disgusto.

 

Ya hace unos dos meses que el castaño seguía insistiendo con ese chico llamado Yongguk, el cual se encontraba en la misma clase que el rubio. Lo tenía cansado, su amigo siempre le comentaba lo mucho que le gustaba y todo los ‘’avances’’ que lograba con este chico, al principio se sentía feliz por él como todo buen amigo, tiempo después se dio cuenta que ese chico no era bueno para su amigo, el pelinegro siempre se la pasaba jugando con sus parejas, no le interesaba nada serio, simplemente quería divertirse, y sospechaba que su amigo también sabía eso pero simplemente trataba de ignorarlo.

 

Un día decidido a saber más sobre el famoso chico que tanto le gustaba a su amigo decidió tratar de acercarse, al principio fue difícil ya que era nuevo en esa clase pero luego de que el profesor de matemáticas los sentara juntos de alguna manera consiguió tener algo, ese algo era muy lejano a lo conocido como ‘‘amistad’’, no podía llamarse amistad a estar sentados juntos por obligación 4 horas a la semana y discutir sobre matemáticas.

 

- Entonces divides esto por el resultado de esto, lo multiplicas y listo. – terminó contestando la duda del  mayor, se le daban bastante bien las matemáticas por lo que siempre terminaba enseñándole.

 

- Wow, gracias, eres muy bueno con esto ¿verdad? – sonrío, fue cuando pasó, fue raro, por un segundo pensó que la sonrisa del pelinegro era bella, pensó que quería que sonriera más, que sonriera para él.

 

Se sentía estúpido pensando en esas cosas, los días pasaban y Junhong los pasaba observando a Yongguk, notó que llevaba una buena relación con toda la clase, que era un buen chico, un poco infantil por supuesto, no el mejor en lo se refiere a estudio, tenía dotes para la música y aunque a primera vista no lo parecía, era un ser muy profundo pero siempre se la pasaba divirtiéndose. Un día sucedió cierto incidente que cambió de cierta forma al rubio.

 

Durante el recreo se encontraba en la clase Youngjae, al notar que al parecer este había salido simplemente divisó a uno de sus otros amigos y fue a sentarse cerca de ellos, se perdió tanto en la conversación que no notó cuando el timbre había sonado, rápidamente salió de la clase, debía ir a la suya que se encontraba en el piso de arriba, de lo contrario lo regañarían de una manera que no quería imaginarse, al subir las dos escaleras corrió por el pasillo, dobló y fue cuando sintió un muro, no, una persona, había chocado contra alguien.

 

- ¿Qué te sucede? ¿No tienes ojos o qué rata de segundo? – para su buena suerte había chocado contra uno de los mastodontes de tercero que se creían los reyes del instituto. A este lo conocía, era el famoso Choi Minho.

 

- No… yo, perdón. Andaba apurado y no quería llegar tarde. – podía sentir la fresca brisa que entraba por la ventana del pasillo, esa brisa que pasaba por el pasillo congelándolo todo a su paso bailó alrededor de su nuca dándole una terrible sensación de escalofríos, de repente se sintió en problemas, el mastodonte no tenía muy buena cara, se veía en un futuro no muy lejano a sí mismo lleno de moretones y golpeado en un baño del instituto.

 

- ¿Y esa es razón para no fijarte por donde caminas mocoso? Ahora yo también llegaré tarde por tu culpa ¿no ves todos los problemas que ocasionas? –

 

Sintió que flotaba, no era eso, algo parecido, el grandote de tercero lo levantaba por el cuello de la camisa ‘‘ah, la planché hoy’’ pensó, reconoció que no era el mejor momento para estar pensando en eso. Minho ya levantaba el  puño, imaginó lo que sería volver a clase y ser el hazme reír de todos por tener un ojo morado, ‘‘genial’’ pensó y cerró los ojos esperando a que el golpe llegara.

 

Pasaron 2 segundos… 3 segundos… luego 5… el golpe nunca llegó… en cambio, un grito resonó en sus oídos, esa voz profunda la reconocía, miles de veces la había escuchado en clase.

 

- Oye, ¿te parece bien ir por ahí pegando gente? ¿Eres un imbécil o qué? Suéltalo ahora mismo. – levantó la voz, su voz si bien era la misma y la reconocía, estaba rara, sonaba con mucha autoridad, nunca lo había oído así antes, hasta podría decir que le causaba terror.

 

- ¿Y tú te atreves a interponerte en el camino de un alumno de tercero? El idiota aquí eres tú. –

 

- Ah Choi Minho, este es tu último año, sería una pena que te expulsaran por golpear a un penoso y lastimero alumno de segundo ¿verdad? O peor aún, sería malo que un alumno de segundo como yo le dé una paliza al gran capitán de baloncesto. –

 

El chico pareció pensárselo un poco, sí, realmente era estúpido si golpeaba al chico si con eso conseguía que lo expulsaran, si bien por culpa de ese niño llegaba tarde, era preferible eso a que lo expulsaran. Le enfurecía  la última acotación dicha por el pelinegro pero no podía meterse en más problemas, de lo contrario terminaría sin poder participar del torneo que se acercaba. Además no era tonto, conocía a ese chico, era Bang Yongguk, interesantes rumores corrían sobre él. Finalmente chasqueó la lengua, soltó al menor de los presentes el cual calló directo al piso y se retiró soltando unas cuantas maldiciones.

 

El pelinegro al notar que el mastodonte se había marchado se acercó al rubio quien se estaba sobando la cintura, la caída había sido complicada, dolía su cadera pero también dolía su cabeza que estaba llena de pensamientos confusos sobre ese chico, miles de preguntas surgieron.

 

- ¿Estas bien? – preguntó sinceramente preocupado. El rubio no sabía que responder, en su cabeza seguían las preguntas dando vueltas, lo único que logró decir fue:

 

- ¿‘‘penoso y lastimero alumno de segundo’’? pues gracias. – ‘‘gran momento para ser sarcástico’’ pensó Junhong ante su propia respuesta.

 

El mayor soltó una carcajada ante la respuesta del menor.

 

‘‘Ah… ahí está de nuevo… esa sonrisa.’’

 

El rubio desvió la mirada, no quería ver esa sonrisa en ese estado en el que se encontraba, le haría mal. Yongguk terminó de reír y ya con lágrimas en los ojos de la risa, levantó su mano y sacudió cariñosamente el cabello de su compañero.

 

- Ahh, me alegro que estés bien, no sé qué haría sin ti en matemáticas. Levántate y a correr que ya llegamos tarde. – seguido de esto, de un salto se puso de pie y empezó a caminar.

 

- No puedo creer que dejes solo en el piso a tu penoso y lastimero compañero al que acaban de lastimar. Eres de lo peor. – dicho esto se levantó con una pequeña sonrisa escondida, apretó el paso y lo alcanzó. Caminaron juntos hasta clase.

 

Ahora ya no era lo mismo, lo veía y su corazón se aceleraba, él reía y se sentía feliz de verlo reír, le parecía atractivo pero sobre todo le gustaba su sonrisa. Durante las clases de matemáticas trataba de mantenerse alejado, no quería que se diera cuenta de ese algo que a él le había costado tanto aceptar, el hecho de que le gustaba. Y se sentía pésimo, pésimo porque cada día veía a su amigo tan entusiasmado con el mayor, no pensaba decirle que éste le gustaba, no quería arruinar su amistad de años por unos estúpidos sentimientos que no importaba qué no podrían florecer.

 

Por otro lado se sentía horrible, sabía que no tenía oportunidad y aun así los sentimientos seguían ahí, no se marchaban, no se iban, deseó que los sentimientos fueran como las estaciones, duran un tiempo y luego se marchan para darle lugar a una nueva estación. Deseó que ese estúpido invierno pasara rápido y que las clases acabaran pronto.

 

 Cada cierto tiempo veía como Youngjae y Yongguk se hacían más cercanos, cada vez más y aún Junhong se esforzaba por sonreír para ambos.

 

Ese incidente ocurrió y fue la gota que derramó el vaso, su corazón se rompió por completo ese día.

 

Habían acordado juntarse varios grupos de distintas clases, entre esas clases estaba la suya y entre esas personas invitadas estaba él, el pelinegro y el castaño. Pasaron un gran rato, se divirtieron, comieron, hablaron, jugaron video juegos y cuando se acercaba la media noche Junhong se retiró, sus padres no eran tan permisivos como los de los otros y además quería irse lo más pronto posibles, Youngjae y Yongguk había estado toda la velada pegados y no podía aguantar más de eso.

 

Cuando llegó a casa no durmió, se quedó con su portátil hasta las 3 am, algo le inquietaba, sentía que se estaba perdiendo de algo, finalmente quedó dormido.

 

Al día siguiente lo despertó un mensaje que le llegó al móvil, era del castaño, en cuanto leyó su contenido su aliento desapareció.

 

‘‘Yo… él y yo nos besamos.’’

 

Las lágrimas empezaban a brotar, en respuesta a su amigo envió muchos emoticones que expresaban emoción y muchas palabras de aliento, le felicitó, y luego lloró solo en su cuarto, lloró, lloró y lloró hasta que se hizo de tarde. No pensó que unos sentimientos estúpidos que no podían florecer trajeran tanto dolor, no pensó que le importara tanto, pensó en su amigo, se sentía mal por gustar de la misma persona que él con tanta emoción amaba, y también se sintió feliz, por fin los sentimientos de su amigo eran correspondidos, se alegraba sinceramente por él.

 

Al día siguiente no fue a clases.

 

Al día siguiente tampoco.

 

Al tercer día de ausencia Youngjae se preocupó y fue a visitarlo a su casa.

Notas finales:

Gracias por haber leído, como podrán ver, shi, sufrí de un amor unilateral pero bue, lo superé(?) Nah, la cosa nunca fue tan sería.

 

En fin está en sus manos decidir que esto se queda como un one shot o un two shot, y si quieren que lo continue está en sus manos elegir si quieren que la segunda parte tenga un final feliz o un final triste.

 

Comenten, comenten y diganme sus opiniones~

(a417;◕ヮ◕)a417;*:a381;a439;d23;*:a381;a439;d23; 

btw el título lo puse así por esta canción.

Nos vemos!


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