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Time to Time [HUNHAN] por Claudiselle

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Notas del fanfic:

Bueno, creo que ya no es necesario presentarme formalmente. Les dejo este oneshot Hunhan, es mi couple favorita, espero que les guste tanto como me gustó a mi escribirlo.

[ADVERTENCIA: No lo recomiendo para almas sensibles, ya que es bastante triste].

3 de diciembre, 2013.


Nada es simple cuando amas a alguien que no está a tu alcance. Nada. Siento cómo mis piernas flaquean al verte, el estómago se me revuelve y las palabras simplemente quedan retenidas en mi garganta. Cambio el ramo de flores, pasando de rosas a margaritas. Aunque no puedas verlas, sé que te gustan. Quiero tocar tu mano, pero el miedo me vence. Si lo hago, ¿te causaré daño?


Me siento a tu lado, lo más cerca posible, aunque rechazo el contacto físico. Me limito a mirarte. Tu cabello ya no brilla como antes, tus labios ya no forman una sonrisa, tu nariz ya no se pone roja con el frío, tus ojos, tal vez jamás se vuelvan a abrir. Se me hace difícil no romper en llanto. Sé que te amo, y no me importa que no me puedas escuchar, lo seguiré diciendo, gritando, llorando. Me apoyo en mis rodillas, cada vez mi cuerpo tiembla más. Falta poco para navidad, y parece que será la más triste que haya tenido. Observo el cuarto. Está casi vacío; sólo tu, las flores, y yo. ¿Cuántas veces ya he cambiado el agua de aquellas rosas que siempre suplanto por margaritas? A veces me pregunto si es realmente es necesario, si algún día lo sabrás. Si en algún momento volverás a decirme, con ese tonito de niño consentido, que quieres que te regale flores todos los días. He crecido, Lu. Te las estoy dando.


 


6 de diciembre, 2013.


Llevo casi un año viniendo a verte. ¿Por qué aun no despiertas? Eso es un golpe bajo, hyung. Te necesito. ¿Ya no te importo? Seguro haces esto porque soy un tonto, uno que nunca muestra sus sentimientos. Jamás te lo dije, pero ahora es lo que más quiero. Deseo que vuelvas a mis brazos, Lu. En serio te necesito.


Quizá ahora no pienses en mí como yo en tí. Ya ni siquiera veo tus lágrimas, que hasta hace un tiempo me decían que estabas bien. Tus dedos no se mueven, y tus labios están secos. Quiero besarte, no sabes cuánto, pero temo hacerte daño. Has sido lo más preciado para mí, y siempre lo serás. Sabes que nunca te dejaré ir, ¿no? Si, lo sabes bien, aunque no puedas afirmarlo.


Tomo una de las margaritas, y, con cuidado, la coloco a un lado de tu cabello. Eres guapo, Lu, muy guapo. Sonrío, aunque de dolor, pues quiero mostrarte mi mejor expresión. Estoy sufriendo por ti, pequeño, pero no dejaré que lo sepas. No quiero hacerte lo que me estás haciendo tú a mi. No quiero clavar un cuchillo en tu corazón, y definitivamente no lo haré, porque sé que la estás pasando peor.


Necesito salir de la habitación. Tengo sentimientos encontrados cada vez que estoy aquí. Tu me destruyes y reconfortas. Es extraño. Te veo, y eso me hace feliz. Pero te observo allí, postrado en la cama de un hospital, y me siento la escoria más grande de planeta. Todo es mi culpa, Lu, por no saber cuidarte. Al no poder pretegerte, terminaste salvándome tú a mí. No sabes cuánto quiero cambiar lugares contigo. Quiero ser yo el que esté tirado en esa cama, sin poder decirle nada a nadie, sin escuchar a nadie. Quiero ser yo el que sepa que estás bien, caminando por alguna calle de Seoul, yendo a comprar algo. Quiero ser yo el que, aunque sea sin verte, sienta que estás realmente bien. Quiero verte feliz, Luhan, verte feliz otra vez.


Tengo mil razones para irme de aquí, y mil una para quedarme. Esa una es que te amo. Te amo sinceramente, sin rodeos ni cantaletas. Te amo como el niño que soy para ti, como el niño que viste madurar poco a poco. Ahora me siento más hombre que nada, ¿sabes? todo es gracias a ti. El sufrimiento me hizo crecer, Lu, y para cuando despiertes, seré ese hombre que siempre quisiste ver en mí.


Si es que despiertas.  


 


10 de diciembre, 2013.


Me mentiste. Dijiste que estarías conmigo siempre, y aunque te repliqué que eso era mucho tiempo, tu lo reafirmaste. ¿Dónde quedó ese siempre, Lu? Te alejas cada vez más de mi, y ni siquiera te das cuenta. Ya no sé si pedirte piedad es lo correcto, no sé si mi vida es lo correcto, y aunque lo sea, no me importa. Sólo quiero estar a tu lado, y si eso implica entregártela, no dudaría en hacerlo.


Porque mi vida eres tú.


 


17 de diciembre, 2013.


Los minutos se hacen más largos que de costumbre. Las horas se vuelven días, y los días son interminables. Siempre vengo y dejo una de las margaritas en tu cabello, sin rozarte si quiera. Lu, ¿en serio crees que es fácil verte así? Y, ya sé que soy idiota. Pensarás que si no quisiera verte, dejaría de venir. Tienes razón, toda la razón. Hyung, te amo. No me importa que ya no sea necesario decírtelo, quiero que lo sepas. Que sin necesidad de oírlo, sientas mis sentimientos en ti; ¿acaso es mucho pedir? Ya sé, Lu. Sé que no me escuchas, pero me sientes, porque yo tampoco te puedo escuchar, pero te siento, y noto que estás aquí, conmigo. Ya te lo dije, ¿cierto? No pienso dejarte ir, ni hoy ni nunca. Porque te amo, pequeño.


 


25 de diciembre, 2013, 10:00 a.m.


Este es el último día, Lu. Me dirás que soy un debilucho, y que aún sigo comportándome como un niño, pero ya no puedo más. Sin querer estás destruyendo cada parte de mi ser, y eso duele, duele mucho. Estoy aprendiendo, pequeño. Sé que es inútil venir a verte todos los días. Sé que no sirve cambiar las rosas que te dejan por las margaritas que traigo, mucho menos ponerte una en el cabello. Cada vez me convenzo más que no te volveré a escuchar, que el "te amo" que me decías cada mañana ha desaparecido para siempre, y siempre es un tiempo muy largo, Lu. Créeme esta vez, y así ni tu ni yo nos haremos daño. Será lo mejor, ¿no crees? Así todo volverá a ser como antes.


 


25 de diciembre, 2013, 3:00 p.m.


Un pitido seguido, uno que ya no se corta. ¿Qué está pasando, Lu? La pantalla de tu lado tiene una línea recta. Esto es malo, Hyung, ya no puedo retener mis ganas de tocarte. Los médicos intentan alejarme de ti, pero no les dejo. Ya no quiero estar más lejos, Lu. Quiero estar contigo, no que te vayas. Por favor, no me hagas esto, por favor. Jamás volveré a decir que me iré, cambiaré el agua de tus flores todos los días, y si quieres traeré más margaritas. Haré todo lo que me decías, Lu, pero no me dejes. No te vayas, Lu, no te vayas. No quiero salir de aquí, grito que no lo haré, y aún así hacen todo para quitarme de tu lado. Dime una cosa, Lu. Si me voy ahora, ¿despertarás más tarde?


...


Está bien. Confío en tí.


 


25 de diciembre, 2013, 8:00 p.m.


No pregunto, ni pienso, ni digo nada. Corro a verte, pues es lo único que quiero hacer. No me importa nada más que tú, y ahora tengo que verte. Por favor, dime que esas sábanas no cubren tu cabeza. Que aunque no puedas verme, yo te siga sintiendo. Por favor, dime que no estás más lejos que antes, Lu.


Me da miedo abrir la puerta. Temo que al hacerlo, ya no te vea más. Que al tirar del pestillo, no pueda sentir que estás vivo. Que al entrar, las sábanas que te acogían, tengan otro dueño.


Entonces, ya no puedo sostenerme. Tus cabello está brilloso, tus labios han recobrado su color, tu nariz vuelve a estar roja por el frío, y tus ojos... tus ojos han vuelto a brillar.


 


Ese día comprendí que lo que me decías era cierto, Lu.


Los milagros si ocurren en diciembre.

Notas finales: Agradecería que dejaran reviews constructivos para hacer mejores trabajos. ¡Gracias por leer! :)

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