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I don't wanna fall in love por mOny-san

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Notas del capitulo:

Y con esto cumplo con lo prometido, asi que espero les guste mucho ;;

Nos vemos abajo

I don't wanna fall in love [Parte 02]

ACTO CUATRO…

 

Caminaban como siempre, con una cercanía innecesaria. No iba a mentir diciendo que esto era extraño pero que de cierta manera le gustaba. Se había dado cuenta del cambio radical en Shinya, de cómo a este le importaba su aspecto cuando antes no se fijaba realmente en ello. Era guapo, justo como la primera vez que le había visto. Tenía que repetirlo, que recordarlo, esas facciones delicadamente perfectas, ese cabello castaño tan bien cuidado, ese porte que sin lugar a dudas era digno de él…

 

Su sonrisa era tan cálida, provocaba que su corazón latiera de manera exagerada y que sus labios se secaran. No sabía si esto era bueno o malo, pero el sentir esto que experimentaba era de lo más sorprendente, algo que no había sentido con nadie ni mucho menos con la propia Hana. Hana… ella debería de estarle esperando ¿no? Él tenía que regresar con la linda chica ¿verdad? Pero ver el rostro triste de Shinya era la perdición misma, no podía dejarlo, no quería hacerlo.

 

- No te vayas… - rogo – Die, no me dejes solo. –

 

- Shinya…

 

- Te quiero, por favor, no vayas con ella.

 

¿Lo quería, realmente lo había dicho? Su corazón dio un vuelco de alegría, sus labios expresaron su felicidad. Quería abrazarlo pero no se movía, sintió que el baterista estaba tan lejano, que por más que estirara su mano no le alcanzaría, incluso llego a pensar que esto estaba mal, que no era necesario, pero, era el castaño, era la persona que tanto le gustaba molestar solamente para tenerle a su lado.

 

- ¿Die? – Escuchaba que le llamaba – Die, despierta… -

 

Dio un brinco al haber sido asustado, colorándose levemente al quedar a pocos centímetros del rostro del otro, chocando su aliento, mirándose directamente a los ojos. Había estado soñando.

 

-L-Lo siento, me quede dormido.

 

Se llevó las manos al rostro. ¿Qué había sido todo esto? Era un asco, su cabeza incluso dolió del simple hecho de recordar todo lo que sintió en un lejano sueño. ¿Qué Shinya era de lo más perfecto? ¿Qué su rostro, voz, y cuerpo eran una belleza? ¡¿Acaso estaba loco?! Pero pensándolo bien, ni el mismo sabía porque ahora mismo embellecía mucho más sus palabras.

 

El baterista aspiro lentamente para aclarar su mente. ¡Lo había tenido tan cerca! tan apunto de sentir esos labios. Trato de tranquilizarse mientras Die seguía chasqueando los dientes.

 

- Disculpa por despertarte pero el descanso ya va a terminar. – comento despacio.

 

- Esta bien, gracias.

 

Por primera vez el momento se tormo incómodo.

 

Die no hizo otra cosa más que levantarse del sillón donde se encontraba. Estaba a punto de caminar e ir por la guitarra cuando sintió como con delicadeza el castaño le detenía tomándole de la mano con un agarre ligero. Die le miro sorprendido temblando a tacto.

 

- Si no sales con Hana san, podrías acompañarme a cenar.

 

- S-Sí.

 

Escucho un “bien” silencioso, esos susurros leves de Shinya. Pero, esto no tenía nada que ver  con nada, solo era acompañarle a cenar, no un “te invito a cenar” no había que preocuparse, solo le acompañaría a cenar como siempre lo había hacían. Comería, platicarían y rato y se irían cada uno a su casa como si fuera lo más normal del mundo. Más importante aún, ¿Por qué había contestado rápidamente sin siquiera haberlo pensado?

 

Pero estaba impaciente a que la hora de ir a cenar llegara rápido.

 

Tanto que fueron las dos horas más largas que se hubiese imaginado.

 

- Bueno, no olviden llegar temprano, el lunes es la sesión de fotos. – Todos asintieron.

 

No sabían que decir para simplemente salir rápido e ir a comprar algo para cenar. Shinya aún seguía sin creer que el mismo hubiese detenido de tal manera patética al guitarrista, pero sus actos habían sido un mero reflejo, uno que de alguna manera le estaba agradecido.

 

- ¿Qué les ofrezco?

 

- Spaghetti – contestaron por igual coordinadamente.

 

Ambos, se habían apresurado a llegar al restaurant al que tanto les gustaba ir como grupo, si, los cinco. Había algo en el ambiente de ese lugar que les provocaba nostalgia, tal vez sería porque hacía algún tiempo no convivían lo suficiente gracias al trabajo.

 

- Lo mismo para los dos por favor. – dijo Die con una sonrisa. – Seguimos teniendo el mismo gusto en la comida ¿no? –

 

- Supongo que sí. – contesto avergonzado.

 

Se sentía tan estúpido por esa manía que tenía. Pero ver la sonrisa de Die, gracias a eso le regreso la calma a la cabeza. Platicaban como normalmente lo hacía, con algunas bromas de esas que Die estaba acostumbrado hacerle al castaño. Pero lo que más sorprendía es que para el guitarrista esto era algo de lo que nunca se aburría, incluso era algo de lo cual pedía a sus adentros que no se acabara. Las horas pasaron como minutos.  Estaban por cerrar.

 

- ¿Quieres que te acompañe a tu departamento?

 

- Está bien, ve a casa. – Contesto el castaño – Hoy te quedaste dormido, supongo debes estar cansado.

 

- ¿Estás seguro?

 

- No pasa nada, primero estas tú y luego… - los ojos de ambos se abrieron por completo – ósea, que es más preferible que descanses a que pierdas tu tiempo acompañándome a casa. –

 

Maldición, por poco y abría más la boca. Le había preocupado tanto que Die durmiera en el descanso ya que hacía mucho no lo hacía, así que pensó tal vez estaría enfermo o que incluso no había estado comendo adecuadamente a su horas, era como una mama cuidando de su hijo. Y Die no sabía que decir. Por estos detalles o simples palabras por parte de Shinya estaba cayendo a un precipicio hondo del cual estaba seguro una vez llegar al fondo no saldría. Y ahora que lo recordaba, el estar con Hana no era lo mismo, incluso la chica podía llegar a aburrirle en ocasiones –aunque no le importaba mucho esa cuestión para no quemar más neuronas- sentía que si el castaño seguía haciendo cosas como estas, terminaría por necesitar a alguien como él. A él…

 

- Siento que hoy estas más hablador de lo normal. – dijo Shinya sonrojado.

 

- No, me gusta eso de ti.

 

Si Die seguía así sería difícil sacarlo de sus pensamientos. Y si Shinya seguía comportándose de esa manera, sería más fácil entrar al corazón del pelirrojo.

 

- Yo, bueno… nos vemos el lunes. – y sin más huyo del lugar.

 

Die se quedó parado riendo a lo bajo para no ser descubierto por el otro. Sin duda, el castaño era el tipo de persona del que nunca se cansaría. Con una sonrisa camino hacia su hogar manteniéndola así incluso una vez llegar y quedarse dormido, contestando algunas llamadas y respondiendo con alegría que de alguna manera su día había sido el mejor. La risa detrás del teléfono le contestaba que estaba feliz por ello, pero que seguía hablando así de alguien más, terminaría por ponerse verdaderamente celosa…

 

 

ACTO CINCO…

 

A primera hora de la mañana en lunes, el timbre de su departamento resonaba por todas las paredes. Sabía quién era, y precisamente refunfuñaba por lo bajo por no querer abrir la puerta, pero sería descortés de su parte. Camino lento aun casi cayendo de sueño.

 

- Hola, buenos días~

 

- No pensé que vinieras tan temprano, Hana.

 

- Bueno, no puedo permitirme el no verte por lo menos una vez al día ¿Sabes lo triste que es para mí no hacerlo? – Dramatizo – Te quiero tanto que por eso quiero verte todo el día.

 

- Que tonterías dices.

 

Hana frunció un poco los labios al ver la gracia en el rostro del guitarrista, y es que por más que ella dijera las cosas en broma, Die debería de saber que estaba siendo seria con todo lo que decía, aunque aún no comprendía porque él no daba un paso más a que su relación de amistad pasara a la de pareja.

 

- ¿Hoy es día de trabajo? – dijo ella entrando al departamento.

 

- Tenemos sesión de fotos para el nuevo álbum y el escoger el vestuario toma un poco de tiempo si es que no queremos que Toshiya lo siga escogiendo. – rio.

 

- Entonces vístete y vayamos a desayunar a algún lugar y te acompaño al trabajo.

 

- No, no es necesario.

 

- Vamos Daisuke, por lo menos debo ir a agradecerle a los chicos por lo bien que te han cuidado. Además me gustaría ver a alguien.

 

Die insistió con que no era necesario que ella le acompañase. Si bien, el ir a desayunar era algo muy diferente y no se negaría a ello, se veía con la inquietud de permitir que ella se acercara más de lo necesario a alguno de sus compañeros de banda, y no precisamente porque alguien fuera “a mirar a esa belleza” sino que, él no quería que ella hiciera un estúpido comentario sobre sus anteriores platicas.

 

Su insistencia termino por convencer al pelirrojo.

 

…………………………………………….

 

Las sesiones de fotos eran algo tediosas para el baterista y por supuesto que no le agradaban para nada, no porque sus look terminaran siempre por ser el mismo. Odiaba el simple hecho de poder aparecer en una fotografía si poder revelar lo que el en verdad era como persona. De cierta manera odiaba la máscara detrás de esa mirada dulce en cada fotografía.

 

Había terminado por pedirle opinión al bajista para escoger un atuendo que fuera de acuerdo a su personalidad, y por lo visto el bajista había dado en el blanco. Shinya era de esas personas que confiaba en lo que las demás personas -conocidas- le dijeran y si Kyo decía que estaba bien, entonces estaba perfecto. No negó que las palabras de su estilista le lograron enrojecer hasta las orejas, y era porque el peinado no era el mismo de siempre, incluso el color de cabello con esos risos gruesos en su cabello le recordaban un poco a su juventud con los chico.

 

- Vaya, Shinya san se ve realmente mejor que todos. – dijo orgulloso quien le peinaba – de haber sabido que se seguiría viendo mucho más joven y guapo, desde hace mucho que hubiera insistido a cambiarle un poco el look. –

 

- Pero que cosas dices…

 

Shinya aun alagado por el comentario salió a escena, encontrándose con que el guitarrista ya había llegado y platicaba con los demás, pero, quedo petrificado al ver la espalda de aquella persona. Sin más, no quedaba de otra que trabajar aunque fuera vigilado. Los saludos fingidos fueron de lo más simples he incluso las tomas de fotos se vieron con más rapidez gracias a que Kyo se encontraba raramente de muy buen humor.

 

- Hace tiempo que no los veía.

 

- Pero si Hana chan esta incluso más guapa que antes. – dijo el bajista.

 

- Eso deberías decirlo a su guitarrista que supongo aún no se da cuenta. – rieron.

 

Desde una parte algo lejana dos de ellos miraban con atención la plática entre aquellos en la otra esquina. De alguna manera habían podido escapar de toda aquella tontería y tomar un pequeño descanso.

 

- Solo Toshiya aguanta ese tipo de pláticas. – dijo sin más.

 

- Si…

 

Pudo escuchar el suspiro al afirmar lo que había dicho. Se veía cansado. Por supuesto que Die no podía despegar la mirada del castaño por eso mismo había ido detrás de él y dejar a la chica a disposición de Toshiya por un rato. Era imposible no notar el pequeño pero impresionante cambio en el baterista, el cual de alguna manera le hacía lucir mucho más guapo de lo normal.

 

Su maquillaje, aquella camisola larga en color blanco, el pantalón, su cabello… era increíble el pensar que una persona siendo hombre pudiera llegar a lucir incluso más hermoso que una mujer. Tenía vergüenza de sí mismo por pensar de esa manera.

 

Su mirada perdida era tan perfecta.

 

La llamada para una última ronda de fotografías se hizo presente, donde cada uno pudo escoger la mejor toma para el nuevo álbum que sería lanzado pronto. Era inevitable una vez mas no mirarle de reojo.

 

- Iré a arreglar un poco el maquillaje y tomar un café. – se despidió rápidamente para huir del lugar a descansar y dieran los últimos toques de maquillaje para las tomas grupales. Pero, en aquel momento no se dio cuenta que los pasos detrás de suyo no pertenecían a alguien del staff.

 

- ¿Y Hana? – pregunto el pelirrojo.

 

- Dijo que iría un rato con Shinya. – contesto el bajista para después el con alguien encargado de las fotografías.

 

Para Die esto fue extraño, que la chica fuera tras alguien sin que se lo dijera, y precisamente era de esos vagos momentos en donde estaba más que decidido en no apartarse por ningún instante de su centro de atención. Frunció los labios y entrecerró los ojos. Se dispuso a caminar despacio y en silencio.

 

 

ACTO SEIS…

 

Llegar al camerino era lo que más había ansiado desde que se topó con “esa” persona, incluso el platicar un rato con el maquillista le alivio un poco. Sin embargo…

 

- Pero si Shinya san sigue igual de guapo como se dice.

 

Reconocía la voz, ya la había escuchado antes hace unos minutos. Levanto la mirada para hacer contacto visual a través del espejo y con quien se topó le dejo en un shock momentáneo.

 

- ¿Qué hace aquí? – abrió los ojos – Digo, ¿cómo es que le dejaron pasar? – se corrigió al instante.

 

- Tengo mis contactos. – sonrió encantadoramente. La tensión fue notada hasta por el mismo chico que permanecía con el rizador en la mano, quien huyo una vez hacer una leve reverencia a ambos.

 

Shinya se levantó de la silla para darle la cara a la chica quien rápidamente se acercó. Era increíble que solo Die fuera el estúpido que no lo notara, que no se diera cuenta en lo más mínimo que aquella mujer era de esas que con artimañas lograba chantajear a cualquiera. El baterista como ella, sonrieron por igual.

 

- Supongo que insististe a Daisuke para traerte. – hablo él.

 

- Vamos, es raro en ti que te refieras a él de esa manera. – Chasqueo los dientes – sigo sin entender cómo es posible que sigan soportando a una persona como tú, ¿Acaso no les das asco? O es que su líder es igual de… con los mismos “gustitos”. -

 

Shinya simplemente rodo los ojos, no es como si dejara que todo lo que dijera le afectara.

 

- Si has dicho lo que tenías que decir, es mejor que vayas a buscar a tu noviecito.

 

- Vamos Shinya, ¿acaso no te duele el que tú mismo lo digas? – Río – es imposible que alguien como él, se fije en alguien como tú, además ni siquiera le gustan los hombres. – se alzó de hombros. – es imposible que el acepte cuando esto es tan asqueroso. Incluso por más que le digas que le amas, nunca te corresponderá. Entiende cuál es tu lugar. – se burló.

 

- Ya fue suficiente… - apretó los puños.

 

- Acabamos de empezar.

 

- ¡Tú no sabes por todo lo que he pasado!

 

- ¡No, y no quiero saberlo! – Elevo la voz al igual que el castaño – Tu eres él que no sabe por todo lo que yo he pasado para aguantar el que hable de ti a cada momento. Lo deje para que él se diera cuenta que a mi es a quien necesitaba, pero todo fue como si nada hubiese pasado, como si nosotros nunca hubiésemos estado juntos. –

 

- Tú simplemente estas obsesionada.

 

- Lo amo

 

- ¡Tu no lo amas!

 

- ¡¿Y tú si?!

 

- Por supuesto que lo amo…

 

Era tan patético. Estaba cayendo en las garras de la mujer. Escuchar como ella se burlaba, como decía que efectivamente era un estúpido, un bueno para nada, de lo peor, tan asqueroso, con un pensamiento enfermo. Tal vez ella en todo eso tenía razón, pero ni borrando uno de esos defectos o incluso todos le harían posible dejar de sentir lo que sentía.

 

- ¡Deja de decir ton…!

 

- Si ya terminaste será mejor que te vayas.

 

La mirada de ambos se tornó ansiosa, nerviosa. La chica agacho un poco la cabeza y cambiando su mirada la dirigió a quien estaba fuera del camerino. Los labios del batero se secaron, y su respiración aumento. Sus latidos eran tan rápido y fuertes que pensó se escucharían a kilómetros, nerviosismo, vergüenza de sí mismo e incluso quería llorar. Al parecer esto acaba aquí. Todo…

 

- D-Daisuke, yo solo hablaba con Shinya san para, para hacerle entrar en razón de que tú no eres ese tipo de persona.

 

- Hana san. – la voz grabe del líder se escuchó – No tengo nada en contra tuyo, pero, lo hemos escuchado todo. – Shinya se tensó.

 

- Sera mejor que te vayas. – dijo el vocalista.

 

La mirada de la mujer se cristalizo justo cuando Die con enojo aparto la suya. La tensión aumento incluso un poco más. Kaoru y Toshiya simplemente negaron con la cabeza y se marcharon, justo cuando Kyo estuvo a punto de salir la mano de Shinya le detuvo rápidamente, con los ojos cerrados, tan nervioso de incluso pasar a un lado del guitarrista. El vocalista negó con una sonrisa.

 

- Tienen que hablar, Die. – el nombrado no dijo ninguna palabra.

 

Kyo se soltó del garre del castaño, cerrando la puerta y dejándoles solos. El ambiente era nefasto, y ambos se daban la espalda. Shinya se preguntaba si ya era el momento necesario para salir huyendo y esconderse en un lugar donde ni los demás de la banda lo encontraran. Sin en cambio Die, este estaba aún procesando toda información que había escuchado. Si bien, el “gustar” era muy diferente al “amar”, y el que escuchara a Shinya decir esto provocaba un vuelco en todo su pecho. Él no quería enamorarse, pero, ¿Así se sentía el estar enamorado?

 

- Shin…

 

- ¡No! – Cerró los ojos – Yo no quería que esto pasara. No quería causarte problemas como este. Olvídalo ¿sí? Hagamos de cuenta que no escuchaste nada.

 

- ¿Cómo puedes pedirme eso? – Pregunto con enfado – Acabas de decir que… -

 

- No lo repitas por favor…

 

Estaba nervioso, pero más que eso, estaba completamente colorado por recordar todo aquello que había dicho. “Ahora de seguro cree que soy de lo peor” pensó. Pero lo que nunca se imagino fue que sus palabras, la sinceridad y decisión con las que lo había dicho lograron penetrar hasta ese punto donde Die ya no podía resistirse más.

 

- Shin, necesito que me hables con la verdad. – Pidió – escuche todo, pero quiero que me digas que es lo que está pasando. –

 

Trago saliva. Tal vez este momento no se repetiría nunca, o a la mejor si no aprovechaba estos minutos en ningún momento hablaría de una vez por todas. Suspiro tomando valor.

 

- Yo, bueno ella fue…

 

- No – interrumpió – ya sé cómo es ella, quiero saber que hay de ti. – Shinya trago saliva, no pensaba que en ocasiones como esta Die guardara compostura y no se comportara como un animal justo como las demás personas.

 

- N-No sé qué decir.

 

- ¿Te parece si pregunto yo? – Shinya asintió despacio – ¿Todo lo que hablabas con ella, era verdad? –

 

- S-Sí.

 

- ¿Te gusto? – El batero asintió - ¿De verdad te gusta alguien como yo? – volvió a asentir. – rayos, esto es tan vergonzoso. –

 

- ¿Eh?

 

Pensándolo mejor, si era algo completamente nuevo, pero las sensaciones en el cuerpo de Die eran maravillosas, mucho mejores que cada alago de Hana, que cada palabra dulce o que cada muestra de afecto. No entendía porque él era el nervioso, quizá, porque esperaba que Shinya le dijera de frente todo lo que había querido saber desde hace mucho.

 

- Sabes Shinya, no he sido sincero del todo contigo.- El castaño le miro por fin - No me quiero enamorar. – Shinya abrió la boca tratando de decir algo, más sin en cambio el guitarrista en un rápido movimiento se acercó lo suficiente como para cubrir su boca con el dedo – Pero últimamente tu eres el único que me hace sentir así. –

 

Shinya estaba más que nervioso. Su cercanía siempre había sido no más de la necesaria y a pesar de que comían o iban junto a algún lado nunca le tocaba. Pero, el que ahora el mismo pelirrojo tomara su mano con suavidad y la colocara en su pecho, provoco que casi olvidara respirar. Die estaba igual de nervioso pero necesitaba aclarar de una vez por todas esto, no por el sino por los dos. Por su el bien de ambos.

 

- Si de algo tengo que darle la razón a Hana es que, yo no me fijaría en ningún hombre, pero tú me hiciste cambiar muchísimo. ¿Cómo decirlo? – rio con nervios y vergüenza. – No me pasaba con ninguna chica, así que nunca pensé que soñaría el estar con alguien como tú. – termino.

 

Las manos del guitarrista se dirigieron hacia el rostro del más bajo, llegando a su cabello para acariciarlo, tan suave y hermoso. Con esa cara que le comenzaba a encantar y con ese magnífico tono de tristeza en sus ojos avellana. El autocontrol de Shinya era demasiado pero a comparación de ello, el de Die no era el mejor de todos. A pesar de que todo sucedió tan rápido, se vio obligado a contestar el beso lento que Die le había robado apenas rozar sus labios.

 

El castaño no sabía si abrazarle, aferrarse a la chaqueta o simplemente apartarse, todo era como un sueño del cual no quería que lo despertasen.  Su trance finalizo cuando sus caderas se vieron rodeadas por las manos del pelirrojo, apretándole con fuerza a su cuerpo, besándole mucho más pasionales que antes. Su lengua jugaba y cada vez más se aferraba a su cintura.

 

- No quiero enamorarme de nadie si no es de ti. - La sonrisa del Shinya le lleno por completo.

 

- ¿L-Lo intentamos?

 

Die por supuesto que asintió gustoso robándole un beso más. Eso era lo que había necesitado escuchar en todo ese tiempo, gracias a sus llamadas, a sus acercamientos, a todo. Ahora, esas palabras dentro de su mente se repetirían una y otra vez. Ya no necesitaba “reaccionar”, ya no había duda de sus sentimientos, ni lo que sentía su cuerpo. Ahora comprendía que él era lo que más llamaba su atención, lo que más anhelaba ver cada día…

 

F I N

Notas finales:

Y pues no me queda nada mas que agradecer a todas las que me leyeron y de verdad que espero les haya gustado. Nos vemos en otra ocacion~ 


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