12:03 en la pista de aterrizaje un helicóptero acababa de apagar sus hélices y sus pasajeros bajaban de él.
“Por fin”.
Después de una misión que duro casi 2 semanas enteras, persiguiendo y siendo perseguido por criminales de hydra en una maldita isla, buscando inútilmente quien sabe qué cosa extraña que al parecer nunca estuvo ahí. Durmiendo apenas 2 horas cada 3 días, estaba algo molesto por no encontrar su objetivo pero se sentía aliviado de llegar a un lugar sin hostilidades. Ya se imaginaba dándose un largo baño caliente y recostando a dormir durante un día completo o quizá una semana ya lo consultaría con la almohada.
-agente Barton, señor los directivos quieren verle en la sala de juntas de inmediato.- un soldado de estatura media, cabello negro y gafas oscuras de aspecto algo asustado fue el que se dirigió a él, se notaba que era nuevo en el puesto.
-bueno diles que mi reporte fue trasmitido cuando venía en camino, que después me comunico con ellos-
-m me temo que fueron muy específicos cu-cuando dijeron “inmediatamente” señor- dijo con la voz algo temblorosa.
-pues yo también soy muy específico cuando dijo que “después me comunicare con ellos”-
-agente Barton, que gusto verlo entero y a salvo-
“maldita sea” todos sus planes de llegar a relajarse y descansar se desvanecieron.
-que tal Hill- respondió secamente y sin ganas.
-subdirectora Hill, si no te molesta. El director Fury está esperándonos en la sala de juntas-
(Suspiro resignado)-pues no hagamos esperar al “director”-
La reunión duro casi 3 horas, 3 largas y fastidiosas horas tratando de no dormirse y en las que no puso absolutamente nada de atención sus pensamientos volaban a su departamento en la ciudad.
-¿qué tienes que decir al respecto Barton?- de no ser porque su nombre estaba incluido en esta última frase ni hubiera notado que ambos directores lo miraban de manera demasiado seria. Demasiado.
-¡mm! ¿Respecto a qué?
-respecto a tu rotundo fracaso en madripoor y los gastos que estos acarrearon para la organización.- respondió la mujer muy a manera de reproche.
-¿espera que? ¿Fracaso? ¿yo?, no fuiste tú una de las personas que aseguraron junto con inteligencia que esa caja o lo que sea estaba ahí, en todo caso “subdirectora” el fracaso es suyo y de su personal de “inteligencia” por dar información falsa y enviarme tanto a mi como a ese grupo de agentes a arriesgar nuestras vidas para nada.- esa mujer lo desesperaba y era el colmo que dijera que él tenía la culpa de que ella hubiera dado información falsa.
-¿Qué atrevimiento? ¿Cómo sabes que no se te escurrió el prototipo del cubo cósmico entre las manos? Deben de haberte detectado y lo sacaron de ahí para que no lo tomaras.-
-eso no fue así, interrogue al líder de sus científicos y no tenía ni idea de que era la caja esa-
-pudo mentirte-
-o pudiste equivocarte con la información- ambos habían levantado la voz y se miraban de manera desafiante.
-basta de esto, agente Barton, inteligencia tiene un margen de error de un 1.03% lo que si me preguntas es muy confiable teniendo en cuanta que el 99.07% de sus investigaciones son correctas.- por fin el director Fury tomaba parte en la discusión, y para molestia del arquero al parecer estaba reprochándole su supuesto fracaso también.
-saben que, no pueden culparme por no traer algo que ni siquiera estaba ahí, así que digan lo que quieran eso no cambiara el hecho de que se equivocaron y de que me hicieron arriesgar el cuello a mí y a un grupo de hombres muy valientes, pero eso a ustedes parece no importarles-
-no trates de dar clases de ética y moral ojo de halcón-
-no esas se las dejo a ustedes, “subdirectora”-
-muy bien basta de esto, parecen chiquillos de primaria peleando-
-ojo de halcón, mañana partirás a Berlín, a seguir el rastro del cubo-
-¿bromeas verdad?-
-SHIELD no bromea, agente Barton, trata de no arruinarlo de nuevo- respondió la castaña.
Eso fue le cayó como bomba en el hígado, no le molestaba hacer misiones tras otras, pero la forma de ordenarle de esa manera eso sí que no lo toleraba y menos viniendo de esa mujer tan irritable.
-sabes que puedes arruinarlo tú misma amiga, yo me largo- diciendo esto se dio vuelta realmente enfadado.
-ojo de halcón si sales por esa puerta estarás una semana suspendido, entiende que esto es un asunto de seguridad mundial-
-si bueno dile a tu subdirectora, que me dé una disculpa.-
-¿Qué? Ja no tendrás esa suerte amigo, no le pediré disculpas a un sujeto arrogante que no sabe de prioridades-
-bueno que te parece me tomare una semana de vacaciones entonces-
-bien tenemos otros agentes mejor calificados-
-bien. Eso espero, Fury te veré en una semana,- y dando media vuelta el arquero salió de la habitación.
-Hill-
-no iré a pedirle disculpas director Fury, ya es mayor para hacer esa clase de berrinches infantiles-
-tú también María-
Mientras esos dos continuaban discutiendo nuestro rubio aventurero seguía su camino paso a la recepción, pero al parecer los agentes suspendidos no pueden utilizar los vehículos de trasporte de SHIELD. No contaba con ello pero su orgullo le impedía regresar, el trasporte público no pasaba a esas horas tendría que esperar el amanecer para irse a su casa, esto lo molesto todavía más, SHIELD iba a causarle una ulcera o más concretamente esa mujer María Hill, que detestable bruja mandona.
En fin salió del edificio cerca había un bar que abría las 24 horas, pasaría ahí su tiempo, aunque tendría que ser sentado y quizá con una cerveza ya que uno no lleva efectivo ni tarjetas de crédito cuando vas a una misión secreta a una isla terrorista y solo tenía con el 5 dólares.
Suspiro resignado lo peor que podía pasar era que lo sacaran por no consumir y tendría que esperar sentado en la acera. Que asquerosa noche.
Abrió la puerta y el olor a alcohol y humo de cigarros inundo su nariz, el lugar estaba casi vacío. Un par de sujetos grandotes jugaban billar en un extremo había un tipo casi escondido en una pequeña mesa arrinconada, el cantinero limpiaba algunas copas, y lo miro un momento, avanzo un poco y de una mesa junto a él se levantó una chica de cabellos negros, con la mirada algo molesta o más bien aburrida paso casi a su lado y salió del lugar. Él no le dio mucha importancia a esto y decidió continuar hacia la barra.
-una cerveza por favor, el cantinero asintió y se puso a rebuscar entre su refrigerador y deslizo la botella por la barra. El arquero la recibió y se dirijo a una pequeña mesa sola.
Habían pasado ya cerca de 30 min. Y no terminaba aun su cerveza, era deprimente incluso ya se había calentado y tenía mal sabor pero no tenía dinero para comparar más, y las muecas de su rostro al probarla lo hacían ver gracioso.
-¿va a querer algo mas o seguirá con su cerveza?- pregunto el cantinero con cara de pocos amigos.
-no, estoy bien gracias.-
-de hecho tráigale otra cerveza, o mejor que sean dos.-
El cantinero asintió y se fue.
Genial ahora un desconocido se “apiadaba” de él, no lo iba a permitir.
-gracias amigo, pero no es necesario ya me tengo que marchar.- comenzó a levantarse de su asiento sin voltear a ver al dueño de esa voz ligeramente familiar.
-de eso nada- los brazos del “desconocido” lo sentaron nuevamente con una fuerza mayor a la que normalmente las personas tenían, lo cual molesto al rubio agente de SHIELD que enfadado y dispuesto a dar unos cuantos puñetazos se giró para ver y reconocer a su acompañante. Y quedarse completamente estupefacto.
-eres Stev..-
-Steve Rogers, si también conocido como el capitán América, un gusto poder conocerlo en persona, agente Barton.-
-¿conoces mi nombre?-
-todo el mundo en SHIELD conoce su nombre, uno de los mejores agentes de campo y el único que no se intimida contra María Hill según escuche, todo un héroe.-
-bueno, pero nada comparado con la leyenda del capitán américa.-
-bueno la palabra “leyenda” me hace sentir muy viejo- contesto con media sonrisa, tomando asiento justo enfrente del arquero.
Comenzaron a platicar sobre cosas no muy relevantes, por un rato. Lo suficiente para que el halcón se percatara de una extraña melancolía en su acompañante.
-¿quieres otra cerveza?-
-no, gracias me encuentro bien así, jeje-
-¿no te resulta agradable mi compañía?- el rubio puso una mirada algo triste y la enfoco en el suelo.
-no, no es eso la verdad me da un poco de pena decirlo pero, acabo de llegar de una misión y discutir con la “jefa”, me suspendieron, no tengo efectivo suficiente y creo q me sentare en la banqueta a esperar el bus de la mañana.- termino dando un suspiro, y con algo rubor por la vergüenza en sus mejillas. El capitán se sonrio levemente.
-bueno tal vez eso no sea necesario-
-¿a qué te refieres?- pregunto el arquero levantando una ceja
-bueno tengo mi moto estacionada fuera, y si no te molesta viajar tras de mi podría acercarte a tu casa-
-¿es enserio? Seria genial, pero, no quiero ocasionar molestias creo que esperare el bus.-
-Tonterías, no sería ninguna molestia, insisto-
El menor no se hizo mucho del rogar, moría por llegar a su departamento así que finalmente acepto y después de que el capi pagara los tragos (lo cual lo avergonzó un poco o más bien le pego un poco a su orgullo) salieron del establecimiento y efectivamente ahí estaba una 1942 Harley FLA.
De repente el rubio arquero se dio cuenta de que al menos que pensara sentarse en la rueda tendría que ir prácticamente sobre el otro chico y se puso algo nervioso.
-emm, pensándolo bien, no deberías conducir después de haber consumido alcohol, ¿no crees?- balbuceo con tono nervioso.
-tonterías se necesita más que dos cervezas para embriagar al capitán América, de hecho se necesita mucho para embriagar al capitán américa, una de las ventajas de ser un supe soldado- dijo cerrando un ojo y sonriendo ampliamente, mientras subía a la moto.
Su compañero comenzó a rascarse la nuca mientras lo miraba visiblemente apenado.
-bueno si pero ¿cómo subiré yo?-
-bueno tendremos que ir muy juntos es verdad, pero vamos así podremos seguir platicando-
Con el rostro completamente ruborizado se montó a la parte trasera de la moto.
-Sujétate bien fuerte- le dijo el rubio que ahora era también su chofer momentáneo, mientras encendía el vehículo.
-¿de qué?- respondió el menor pero por respuesta las manos del capitán tomaron las suyas e hicieron que lo sujetara de la cintura, lo cual lo hizo ponerse completamente rojo y avergonzado daba gracias al cielo de que el otro estuviera de espaldas a él, porque su cara parecía señal de tránsito. Y antes de que pudiera soltarse el otro arranco con fuerza provocando que además su acompañante tuviera que casi abrazarlo para no caer, mientras emitía un leve quejido de entre sorpresa y susto…
Durante el trayecto a pesar de que el capitán hacia preguntas y trataba de sacar conversación el otro chico no hacía más que responder con “uhm”, “ah” y algún que otro “oh”. Su nerviosismo y su timidez estaban al tope y viajando tan cerca podía oler perfectamente a su acompañante le parecía un olor embriagante masculino pero muy atrayente, algo entre sus pantalones comenzaba a despertarse, movió su cabeza cerrando los ojos para tratar de sacar esos pensamientos de su cabeza, tanto tiempo solo en esas misiones solían hacer sus estragos. Necesitaba ese baño ya.
Tardaron cerca de 20 en llegar a la zona urbanizada de la ciudad y apenas unos minutos 10min. Más en conseguir dar con el edificio donde vivía el arquero, un edificio muy alto, no precisamente antiguo pero con la fachada algo maltratada por el clima. Los matices del amanecer ya se asomaban por encima y a los lados de este mismo.
-es este- exclamo el joven al ver el sitio que era su “hogar”, y cuidando de bajarse para evitar más “accidentes” en su cuerpo. Rebusco sus llaves en sus bolsillos y de reojo vio a su acompañante subir de nuevo a la moto, volteo a mirar su reloj eran las 5:24 AM.
-woow, ¿a dónde piensas que vas?- pregunto volviéndose hacia el otro rubio.
-bueno dije que te traería y yo debería volver-
-claro que no, vas a pasar, me daré una ducha rápida y me tocara a mi invitar los tragos- agrego con un guiño de complicidad en el ojo derecho.
El mayor se sonrió y asintió levemente con la cabeza. Entraron y tras cerrar nuevamente con llave se dirigieron al ascensor. Y antes de abordar unos jóvenes bajaron de él seguramente camino a su trabajo. Saludaron con los típicos buenos días y al menos dos de ellos se quedaron boquiabiertos al ver al mismísimo capitán América aunque salvo su expresión no dijeron nada. Finalmente les perdieron la pista al cerrarse las puertas mecánicas del elevador. Se detuvieron hasta un piso antes del techo, al bajar Steve miro por la ventana, buena vista bastante apropiada para el “nido” del halcón pensó para sus adentros.
Tras buscar nuevamente sus llaves y un leve pensamiento de duda antes de abrir (Clint de repente recordó que antes de partir y como era habitualmente su casa estaría hecha un desastre) trago saliva tomo valor y abrió la puerta.