No podía creer lo que estaba viendo, mi novio estaba besando a otro chico en un callejón y no solamente se estaban besando sólo faltaba que no tuvieran ropa y listo, aparte el chico con el que se estaba besando era mi amigo de la infancia. Las lágrimas no se hicieron esperar, sentí como rápidamente mis mejillas se empapaban con ellas, un sollozo se me salió y me tape la boca con la manga de mi suéter, otro más fuerte sonó haciendo que ellos dos se apartarán rápidamente y voltearán a mi dirección aunque claramente no se esperaban que yo fuera la persona que los estuviera viendo, sus rostros cambiaron a unos de completa sorpresa y palidecieron.
-Taekwoon- dijo mi "novio" Lee JaeHwan, -esto no es lo que.....-
-Perece- dije cortante mientras agarraba con fuerzas mis maletas, -seguramente vi mal- dije con ironía, -y tu- dije dirigiéndome a Ravi, el que creía que era mi mejor amigo -nunca me lo esperaba de ti, cualquiera, un desconocido, pero ¿tu?- pregunte destrozando me entré sollozos, sentía como mi corazón se asía pedazos y esos pedazos se enterraban en lo profundo de mi conciencia provocándome desear morir, preferiría morir mil veces que soportar este dolor.
-Puedo explicarlo- dijo Ravi acercándose cuidadosamente hacia mi pero yo retrocedía tres pasos a cada uno de el -Taekwoon por favor déjame explicártelo, por favor-
Negué lentamente con la cabeza, quería morirme ¿acaso mi día no podría ser peor?, primero me corren de mi casa y luego descubro a mi mejor amigo y a mi novio besando se descaradamente en un callejón que por poco se pasaban de una simple muestra de cariño. Me arme de valor, agarre mi maleta y salí corriendo lo más rápido que podía, oía sus voces llamándome a gritos pero los ignore, corrí y corrí pero no me detuve aunque mis músculos de mis piernas quemaran por el esfuerzo y mis pulmones ardieran por la falta de aire. Las lágrimas salían aún sin control de mis ojos, corría sin dirección alguna, una idea cruzo por mi mente y corrí con más fuerzas hasta que divise un puente, dirigí mi dirección asía allí con mis pulmones apuntó de explotar por la falta de aire.
Al llegar a la mitad pare, sentí como el frío aire de la noche llenaba mis pulmones refrescando los, mis piernas flanquearon y caí de rodillas cerca del brandal del puente, mire mi reloj de mano, 12:55 am, abrí los ojos por la sorpresa, había corrido más de tres horas sin parar. Mire alrededor mío sin saber donde estaba aunque eso tampoco importaba mucho tampoco había almas a mi alrededor, me hubiera gustado donde pondría fin a mi sufrimiento. El dolor de mi pecho crecía y al recordar lo que paso no pude evitar llorar desconsoladamente en el frío piso del puente, pasaron unos minutos hasta que mi llanto y los sollozos se calmaron un poco lentamente me pare con ayuda del barandal de piedra fría del puente, me limpie la cara con la manga de mi suéter y observe el lugar en el que me encontraba, un barrio con casas pequeñas que parecían acogedoras, un parque al otro lado del puente, el puente era grande, tenía banquetas para que los peatones pasarán cómodamente sin la preocupación de que los arroyara un auto, eran ancho para que pudieran pasar dos coches juntos y sobraba un gran espacio pero no tanto para que pudiera caber otro coche, bajó de este había un río que fluía tranquilo, sonreí a la idea de poder dar por terminada mi existencia en un lugar tan calmado y alegre, como alguna vez lo fui yo claro, antes de hoy mi vida era así, calmada y alegre. ¿Por qué tenía que cambiar en esto?. Tal vez porque había vivido toda una vida sin complicaciones y ahora me tocaba esta etapa de sufrimiento.
Con cuidado me senté sobre el barandal sonreí y observe como mis pies flotaban sobre el agua del pequeño río que corría calmada mente debajo de mi, me levanté sobre este para poder saltar mejor al agua, mi cabeza se desconecto por completo y di paso para que me invadiera el dolor, lloraba pero más calmada mente, mi respiración estaba tranquila, mi corazón echo pedazos y mi conciencia dañada, unos pasos se oían a la distancia pero yo ya estaba muy lejos de todo eso, mi mirada estaba fija sobre el agua del río, extendía mis brazos y le eche la última mirada a mi reloj, 1:30 am, sonreí y sin esfuerzos me lance asía delante. Unos brazos se cerraron alrededor de mi cadera pero yo ya no estaba tan consciente para captar que me separaron del río, sólo pensaba en una cosa, morir, con ese pensamiento caí en la inconsciencia posando mi cabeza sobre un pecho ajeno.
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Caminaba por la calle a altas horas de la noche, me encanta oler el aire nocturno tan puro y oír el silencio de la noche, caminaba cerca del parque que estaba cerca hasta que oí unos pasos frenéticos al otro lado del río, me acerque rápidamente a ver si había ocurrido algo pero me sorprendí al ver a un chico corriendo rápidamente con una maleta en su mano izquierda mientras que con la otra se agarraba el pecho con fuerza, el se paró en medio puente podía oír su respiración agitada aunque estaba en la una esquina del puente, también pude oír unos sollozos que provenían de el, sus piernas le fallaron asiendo que el cayera con fuerza sobre el piso de piedra del puente aunque pareció no importarle en absoluto, había caído enfrente de mi por lo que pude ver su rostro lleno de rastros de lágrimas y como nuevas ocupaban el lugar de las viejas, levantó el brazo derecho y dejo al descubierto un reloj que al verlo se sorprendió. Levantó su cabeza y miro alrededor aunque pareció no notarme, se encogió un poco y empezó a llorar desesperadamente, sus sollozos estaba cargados de dolor y sufrimiento lo que hiciera que me quedara a verlo hasta que dejo de llorar tan dolida mente, por alguna razón verlo así algo en mi interior se conmovió.
Se levantó con ayuda del barandal, se limpió el rostro con su manga y volvió a observar el lugar. Con cuidado se sentó sobre el barandal y esto me daba mala espina, vio sus pies y sonrió para luego levantarse, no, no, no por favor Dios dime que no planea saltar, por favor, te lo ruego, salí corriendo en su dirección pero el no parecía oírme o simplemente me ignoraba, extendió sus brazos y salto pero en ese momento lo abrace por las caderas, con esfuerzo lo regrese al suelo, el cayo inconsciente sobre mi pecho. No tenía idea de que hacer ahora así que con cuidado lo levanté y comprobé que era un poco más alto que yo pero sólo un poco, lo cargue en mis brazos me sorprendí que no pesara tanto así que lo lleve a mi casa