Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin darme cuenta por JessiHado

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, Hola. Jajabuagg. Bueno chicos, así está la cosa. Ya antes había subido este fic pero era una verdadera mierda. Así que lo edité un poco. Ok, quizás mucho. Pero el meollo de la mierda es el mismo. Espero lo disfruten. 

En un salón de clases dentro de un enorme instituto, se encontraba Aben. Quien escribía jeroglíficos en la última página de su cuaderno totalmente despabilado... ¿Cuanto tiempo llevaba ahí? Prácticamente dos horas y medias. Y era un chico que prestaba atención a sus clases, la primera hora había tomado todos los apuntes que creyó necesarios pero ya se sentía exhausto. Cada que tiraba la vista hacia la amargada profesora solo veía que de su boca salían nubecitas con un contenido adentro que no se entendía muy bien "bla bla bla". Se rió inconscientemente.
 Dausset, ¿Desea comentar algo?  Aben inmediatamente palideció, borrando todo rastro de gracia en su rostro. La mujer reanudó el tema de la clase e intentó de nuevo prestar atención, pero le resultaba imposible. No captaba nada. Como si su profesora hablara otro idioma. Suspiró fastidiado y miró su reloj de pulsera. Todavía quedaba media hora más. Tomó el lápiz de nuevo y trato de tomar nuevamente apuntes, pero& ¿Qué más necesitaba saber de ese maldito tema? Ya tenía para escribir un libro y tres secuelas.
Se colocó las manos a los laterales de su cabeza frotando en las sienes. Sentía el palpitar de las venas tan intenso que creyó que en cualquier momento podría explotar. Pocas veces le dolía la cabeza, y cuando lo hacia, era tan fuerte que le daban ganas de arrancársela. Bien, necesitaba distraerse para matar el tiempo. Volteó hacia el lado derecho, tres pupitres más adelante se encontraba el chico que tanto le gustaba y que ni siquiera sabia de su existencia. "Nerd" se burló su subconsciente. Suspiró, levantó la mano y pidió permiso a la profesora para salir a tomarse una pastilla. Lo tenía decidido ya no aguantaba más el dolor.
Salió, bajó a la primera planta, y en la cafetería compró una botellita de agua. Subió a su piso de nuevo y se sentó en una banca frente a su salón, saco de la caja la pastilla y la observó como por dos minutos. ¿Como podía esa cosa más grande que su tráquea pasarle por la garganta?

-¿No sabes como se toma? ... Abres la boca, te la metes, tomas agua y te la tragas.

Tan absorto estaba observando la pastilla que ni cuenta se dio cuando el chico que le quitaba el sueño, salió del salón... Y estaba sentado a su lado observándolo.

- Ya sé, es solo que... ¡Es tan grande! Dudo que me pase por la garganta.

- Claro que va a pasar, se deshace. Anda tómatela.

Siguió su consejo, tomo agua, la retuvo, echó la cabeza hacia atrás, elevó la mano a la altura de la cara y dejo la caer la cápsula en su boca, tragó y tomo más agua... Se colocó la mano en el pecho y suspiró. Bien, ¡le pasó y no se ahogó! Arg, con lo que odiaba tomar pastillas.
Se volteó a mirar al chico y lo encontró con la boca abierta mirándole como si fuera una mutación de tres ojos.

- Que forma más extraña de tomarse una pastilla.

- Eso dice mi madre, y también que soy muy dramático. - El chico guardó silencio y decidió hablar de nuevo. - ¿Tú que haces aquí afuera, No piensas entrar a clases?

- Que lata seguir escuchando a esa vieja, además, me duele la cabeza.

- Si quieres te puedo dar una pastilla para dolor&

- Si no es molestia... - Cómo se le ocurriría pensar que podría ser molestia, si llevaba tiempo esperando que cruzara cualquier letra del abecedario con él, cualquier excusa era válida.

- Para nada, ten. - Le extendió la mano con la pastilla y el chico la tomó, la introdujo en su cavidad bucal, tomó agua y se la tragó. Guau, tan fácil. Pensó Aben.

- Gracias.

- No será gratis. - El chico lo miró fijamente. Bien, ya tenía su atención.

- ¿Ah no?

- No. Voy a necesitar los apuntes para el trabajo, no los copié.

- Ah pues, yo tampoco... Pero si quieres cuando termine la clase puedo conseguirlos.

- Pues vale, te lo agradecería. No es como si conociera mucha gente aquí.-  En realidad "mucha" era nada, cero, forever antisocial.

- Tendrías que retribuirme el favor también, no tengo grupo para hacerlo.-  Le dijo mirándolo con picardía.

- No sería gratis, tendrías que... Nah mentira, por mi no hay problema, con tal que me ayudes con la investigación.

- Claro, tu solo dime cuando podemos reunirnos y en dónde y ahí estaré.

- De acuerdo.

Al instante se abrió la puerta y una aglomeración de gente salió con rostros de felicidad... Era parecido a la felicidad que sentían las personas al tocar tierra después de haber estado en un vuelo de muchas horas.
El chico que le gustaba, se levantó de inmediato y se despidió.
Aben se levantó de la banca y entró al salón a buscar sus cosas. Las recogió y salió del instituto prendiendo camino rumbo a su hogar.

Al llegar a casa, subió las escaleras y fue directo a su habitación. Se lanzó en la cama boca arriba y sacó su celular. Le dio en marcación rápida y llamó al número registrado después del de su mamá.

 ¿Aló? !Hola Bakiee! ¿Estás en casa?

O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O


Al otro día en la universidad como siempre, se presentó cinco minutos antes y tomó asiento en su puesto favorito... De último, justo donde nadie lo notaría.
Sacó su cuaderno de apuntes, la pluma y la goma y las colocó encima de la mesita, dejando todo preparado para cuando el profesor de economía comenzara con su charla.


La clase transcurrió normal, interesante al principio y tediosa al final. Recogió sus pertenencias para irse cuando el chico que le gustaba se le acercó.

- Ya tengo los apuntes del trabajo, son éstos. - Le extendió la mano y le dio un papelillo indicándole con el dedo cuáles eran las preguntas, pues el papel estaba muy rayado por los lados. - ¿Cuándo crees que podamos hacerlo? - Aben abrió la boca y comenzó a salivar como un perro con rabia, tergiversando la información que su cerebro acababa de recibir. - El trabajo...-  tosió y Aben se sonrojó al instante.

-¿Qué opinas de ir a la biblioteca mañana? - El chico puso mala cara.

- ¿En serio? ¿Pasar todo el día allí buscando en libros viejos cuando podemos googlearlo en Internet?... Me quedaré sin culo. -
Eso no era posible ni en un mundo paralelo pensó Aben, que desde que lo había visto al inicio del curso no había dejado de observar su anatomía. Especialmente la carnosidad de su retaguardia. Su respuesta le entristeció un poco. Él amaba los libros, y por lo visto era algo que no iba a poder compartir con quien le gustaba. ¿Y... buscar por Internet? Era algo que odiaba. No toda la información allí era fiable, le gustaba la confiabilidad que los textos le brindaban, además de su amor por la lectura, que ya era otra historia. Pero era obvio que ese no era el caso del chico, de seguro era de esos que copiaban y pegaban todo apenas sin leer. Claro, es que belleza e inteligencia no cabían en un mismo cuerpo. Suspiró y sonrió tiernamente

- Bueno, en casa tengo varios libros y en cualquier caso nos apoyaríamos de la Internet. ¿Está mejor?-  El chico le miró entusiasmado.

- Súper... Entonces, ¿tu casa o la mía?

- No es por nada pero... Mi casa queda donde el diablo dejó la chola y se le olvidó la talla. - Ambos soltaron una carcajada.

- Mi casa será entonces... Al salir de clases mañana nos vamos juntos.

- ¿Mañana clases? ¿Cuál es tu calendario, el de los mayas?

- Cierto, me había olvidado... Entonces dame tu número y te paso un mensaje con la dirección.

- Claro, anota, *********

- ¿Tu eres?-  Joder, mira que preguntar su nombre cuando iban terminando el curso& Eso solo le reiteraba a Aben lo invisible que era. Trató de no ponerse triste.

- Aben...

- Bien, yo soy Ryan... Bueno, nos vemos entonces.

- Sí, adiós. - Mientras se iba no le quito la mirada de encima, lo observó hasta que se perdió de vista...
¿Sería gay? No pudo evitar cuestionarse.

Aben tomó camino hacia su casa.
En la noche cuando se disponía a acostarse su celular vibró bajo su almohada, lo sacó, discó la clave y abrió el mensaje nuevo dejando ver su contenido.

 Buenas noches, Aben... Esta es mi dirección ******************.
Espero que no te pierdas, de cualquier manera puedes llamarme, ya tienes mi número.

Aben se debatió entre responderle o no...
Decidió que sí.

 De acuerdo, pero no creo que me pierda, en ese conjunto residencial vivía un amigo, así que mas o menos sé dónde queda.

 Genial... Por cierto, ¿cómo a que hora vendrás? Digo, porque tengo que acomodar mi habitación antes. Parece una cueva de lobos.
Y emoticon riendo.

Así que harían el trabajo en su habitación& la mente pervertida de Aben planeó un millón de cosas.

 ¿Que te parece si después que termines de arreglarla me envías un mensaje y entonces yo salgo para allá?

 Me parece bien, te avisaré.

Su corazón palpitó con más fuerza, su boca se secó, tembló... Pero no era de amor, era taquicardia, pego un grito y su mamá corrió en su auxilio, cuando lo vio, sabia que era una de sus crisis, se ponía así cuando se excitaba demasiado, su corazón no aguantaba esos trotes. Le dio sus pastillas, y al cabo de un rato se calmó y se quedó dormido.

A la mañana siguiente lo despertó el sonido de la alarma, vio el reloj sobre el velador a un lado de su cama, marcaban las 7:30 AM

- ¡Maldita sea!

Había olvidado desactivarla la noche anterior. A esa hora se levantaba de lunes a viernes para ir a clases, pero cuando llegaba del instituto los viernes a su casa, lo primero que hacía era subir a su habitación y desactivar la alarma para poder dormir largo y tendido el fin de semana. Pero el día anterior había olvidado hacerlo ya que desde que Ryan, le había hablado, se la pasaba paseándose por las nubes.
Se levantó porque se le espantó el sueño, además estaba ansioso por ir a casa de su amor platónico
Desayunó y se arregló para estar listo una vez que le mandaran el mensaje...
Así pasaron las 8, 9, 10, 11, 12 de la mañana& Al hacerse la 1:00pm de la tarde él estaba impaciente y un poco decepcionado, pensó en ponerse la pijama y volver a la cama, a esa hora ya no harían nada, pues el trabajo era bastante largo y se supone que sería en el transcurso de la mañana que el iría hasta allá. El trayecto era bastante largo de paso, así que no quedaría mucho por hacer.
Después de su conflicto mental entre ir a cambiarse y dormir o seguir esperando, se decidió por la primera opción.
Cuando subió a su habitación se colocó su pijama que era tipo quimono. Miró una vez más su celular y suspiró... Pensó en llamarlo, podría ser que le hubiera pasado algo, buscó en su lista de contactos hasta que dio con "mi cielo , apodo que le adoptó ya que se la pasaba en las nubes. Iba a marcar en "llamada" pero se retractó, se dijo que sabía que todo era demasiado bueno para ser verdad. Una vez más se habían burlado de él, claro, por un momento había olvidado que era Aben el nerd. Eso le recordaba porqué siempre hacía sus trabajos solo. Recordó sus primeros días en el instituto, todos querían hacer grupo con él pero a la hora de reunirse para hacer los trabajos ponían excusas de modo que Aben que tenía que hacer todo solo y Ryan& él no había hecho sino lo mismo que sus compañeros. Sintió los ojos húmedos pero no se permitió llorar, bajó a la cocina y cogió una pastilla, hizo su protocolo y la tomó para volverse a su habitación. Se lanzó en su cama y se olvidó del mundo.

Pasaron las 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 de la noche y Aben no despertaba.

A las 10 AM de la mañana del día siguiente fue que pudo abrir los ojos, sentía hambre y los ojos súper pesados, tenía aún más sueño, qué demonios le había pasado, se preguntó, vio su reloj. Las 10:02... ¿AM? ¿Qué acaso su reloj se había vuelto loco? Lo tomó del velador y lo sacudió, y le dio varios golpecitos pero no se acomodaba. Le sacó las baterías, las volvió a meter y& nada, seguía marcando la hora equivocada. Igual y se había dañado fue a la conclusión que llegó. Lo dejó de nuevo sobre el velador y se levantó de la cama bostezando. Se dirigió al cuarto de baño y se aseó un poco. Luego de eso volvió a la habitación.
Abrió la ventana y vio el sol resplandeciente. Busco su celular y en el encabezado estaba la fecha y la hora... Definitivamente había dormido hasta el otro día, ¿pero por qué? Se preguntó.
¿De verdad había dormido tanto?
Pensaba que era un sueño, de lo único que se acordaba era que se había tomado una pastilla para dolor de cabeza como a la 1 de la tarde y luego de eso se había acostado a dormir...

- Pero qué...

En su celular tenía cinco mensajes. Los abrió emocionado. Eran de, Baker...Mamá... Baker de nuevo... publicidad... alguna cadena estúpida y más nada... No puedo evitar sentirse triste. Era un tonto, tonto y retonto al cuadrado y al cúbico.
Para cuando bajó aún con su pijama de quimono puesta, su madre se encontraba en la cocina.
Cuando lo vio le habló preocupada.

- Aben cariño, por fin despiertas hijo, ya estaba preocupada, te he dicho que no me gusta que tomes pastillas para dormir, y que si tienes dificultad para agarrar el sueño te tomes solo la mitad... Me pareció curioso que te la hayas tomado tan temprano, dime, ¿te sientes bien? Pareciera que estuvieras dormido todavía.

- ¿De qué hablas mamá? Yo me tomé una pastilla para dolor de cabeza.

- Santa mierda, lo que es hablarle a los hijos de hoy en día... anteayer te dije que la cajita de las pastillas para dormir le cayó jugo y la tuve que tirar, y como la cajita de las pastillas para dolor de cabeza estaba vacía las cambié. Las de dolor de cabeza estaban en otro paquete nuevo en la despensa.

- ¿Ah sí? No te escuche, lo siento.

- Ah si.  Dijo su madre en una mala imitación de su voz. - Vives en las nubes ahora, menos mal que no fue cianuro lo que se me ocurrió guardar allí, sino, no solo fuera viuda, sino huérfana.

- ¡Mamá, no exageres!

- No exagero, y ya come que debes tener el estómago pegado de la espina dorsal, yo voy a salir, saldré con... Helen a comprar algunas cosas, nos vemos más tarde. - Aben se despidió sabiendo de antemano que  Helen en realidad era  Elio y que llegaría tarde, pero no insistió en ello, su madre tenía derecho a rehacer su vida. La mujer le dio un beso en la frente, y cogiendo su bolsa salió por la puerta.

Al rato, después de comer se dispuso a ir a su habitación para ponerse a realizar el trabajo. Qué más le quedaba, desde el principio sabia pero no lo quería aceptar, Ryan se había burlado de él. Una parte de si había querido creer que no era así, que harían juntos el trabajo, pero no, no iba a ser casualidad que justo el chico hubiese decidido tomarle en cuenta ahora... Claro que era por conveniencia. Solo que a Aben le costaba aceptarlo.
En cuanto abrió la puerta de su habitación visualizó su celular vibrando sobre su cama. Lo cogió verificando el identificador de llamadas.

-Hola Bakie. - Respondió lanzándose de espaldas en la cama.

- ¡Por fin!

-Lo siento, apenas hoy vi tus llamadas perdidas.

- ¿Tan ocupado has estado que no tienes tiempo para tu mejor amigo?

-En realidad& es una larga y tonta historia.

-Pues cuéntamela, ¿desde cuándo me mientes?

- ¿Ocultar información cuenta como mentir?

- ¡Desde luego!

-Bien, lo siento. ¿Podemos hacer video llamadas? Te lo contaré todo.

-Tengo una idea mejor, ¿Qué tal si abres la puerta? estoy llegando a tu casa.

-Demonios... 

-Lo siento, iba a avisarte antes pero no respondías mis llamadas y estaba preocupado por ti.

-No es eso idiota. Sabes que odio que hables por teléfono mientras conduces.

- ¿Y crees que no lo sé? Tengo el manos libres. - Aben sonrió sin poder evitarlo.  Anda, abre ya, estoy llegando.  Colgó la llamada y bajó corriendo las escaleras y abrió la puerta de la entrada. Enseguida visualizó el Porsché de su mejor amigo aparcarse en el frente.


-Linda pijama. - Fue el saludo de Baker cuando bajó del coche y llegó hasta él. Aben le golpeó suavemente y se guindó a su cuello abrazándose a él. Baker le devolvió el apretón con más fuerza deslizando sus manos y envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Aben. Olió su cabello y sintió que su alma volvió a entrar a su cuerpo. Había estado tan preocupado por su pequeño y mimado amigo. Había estado amándole en secreto casi desde que Aben estaba en el jardín de niños. Él era dos años mayor que Aben pero eso no impidió que Baker se hiciera su mejor amigo y a opinión de Aben, hermano mayor.
Ambos subieron a la habitación de Aben, quien puso al corriente a Baker de todo lo que había pasado con Ryan, el chico que le gustaba. Baker le escuchó como de costumbre con el corazón encogido y el rostro de piedra.
Después de eso Baker ayudó a Aben a hacer el trabajo. Entre risas y bromas, y cuando se fijaron en la hora, se percataron que eran casi las doce de la noche.
Aben bostezó cuando por fin terminaron.

-Me iré. Es tarde ya. Tú descansa por favor, te ves agotado, más de lo normal.

-Sí, esa maldita pastilla hizo mella en mí. Tengo un sueño subnormal...-  volvió a bostezar. - ¿Por qué no te quedas? Es muy tarde. Odio que conduzcas tan tarde. Ya sabes que mamá no dirá nada. Te ve como otro hijo, y, además de eso, extraño dormir contigo. Hace tiempo que no te quedas eh. Mamá casi no me presta atención ahora desde que tiene novio nuevo y extraño dormir acurrucado con alguien. ¿Qué dices? ¿Sí? ¿Sí, sí, sí? - Baker suspiró profundamente.

-Eres un mimado.

-Puede ser... ¡Oh! - Chilló cuando Baker lo cargó como a un costal de patatas para subir a su habitación.
Esa noche durmieron juntos. Aben en cuanto posó la cabeza sobre la almohada quedó rendido. Al contrario de Baker que contempló un largo rato el rostro plácido de Aben mientras dormía. Lo abrazó como al menor le gustaba: pasando un brazo bajo su cabeza y rodeando con el otro su cintura. De modo que estuviera bien acurrucado en el cuerpo más grande del mayor.


O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O 


Al día siguiente, Baker pasó dejando a la escuela a Aben y luego él cogió camino a la universidad.
En cuanto Aben entró al salón de clases lo primero que hizo fue buscar con la mirada el rostro de Ryan, el cual no halló.

-Jóvenes por favor, entreguen sus trabajos y tomen asiento.-

Aben colocó el trabajo sobre la mesa del profesor y cogió asiento en donde le era costumbre. Cuando la clase llevaba menos de diez minutos en curso Ryan entró por la puerta excusándose por la tardanza. El profesor le dejó entrar sin mayores contratiempos recalcándole la hora de entrada. Ryan volvió a disculparse con el maestro y caminó entre las filas para buscar un asiento, justo detrás de Aben. En cuanto lo hizo, tocó a Aben por el hombro susurrándole bajito

- Hola, ¿hiciste el trabajo? - Aben frunció el ceño y se sintió indignado. Se volteó hacia él y sacó cinismo de donde no tenía para responderle.

- No, todavía estoy esperando a que me avises para ir a tu casa.-  Sonó tan sarcástico que merecía un premio.
Se aplaudió mentalmente

- En verdad lo lamento.

- ¿Que lamentas, no habérmelo dicho desde el principio?-  Río - Te aseguro que no soy más estúpido de lo que aparento, hice el trabajo, por supuesto... Al final, ese era tu plan, ¿no? Que lo hiciera yo solo, ¡pues bien! Ya está hecho, ahora vuelve a tu sitio y volvamos a lo de antes, ignorémonos como lo habíamos hecho todo el maldito año escolar, ¿que te parece? - Sonrió y se volteó, estaba dispuesto a cumplir cada letra de lo que había dicho, estaba dispuesto a acabar con esa estupidez de amor platónico, unilateral y jamás correspondido.
Ryan no dijo nada, y a Aben le dio coraje. Eso solo cercioraba lo que él pensaba, a Ryan no le importaba más que obtener una buena nota aprovechándose de él. Aben se sintió más decepcionado, el chico ni siquiera había replicado cuando le aseguró que solo se había aprovechado de él... Sintió auténticas ganas de voltearse y saltarle al cuello para ahorcarle. Ha& y él tanto tiempo enamorado de ese idiota. Se propuso inmediatamente crear un plan para sacarlo de su corazón.

Cuando por fin finalizó la mañana, Aben salió casi volando del instituto y se fue a su casa. Al llegar, aún sin quitarse el uniforme cogió su celular y busco entre sus contactos, se topó con el número del imbécil de Ryan y lo eliminó. Buscó en marcación rápida y le dio en llamar. Era su ritual de cada día.

- Oye, ¿cómo te fue en la escuela? ¿Entregaste el trabajo? ¿Saliste bien?

-No muy bien. Sí, y ni siquiera me lo revisaron.

- ¡Qué práctico! y... No te oyes muy contento, ¿qué sucede? ¿Es por el idiota ese?

- Oye... ¿Estás en casa?

-Sí.

- ¿Estás ocupado? ¿Puedo ir?

- Por supuesto. Aquí te espero.


O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O_O


- Hey, por aquí. - Aben visualizó a Baker en el garaje. Enseguida corrió hacia él lanzándose a sus brazos para comenzar a llorar como un niño sin su piruleta. Baker sintió su camisa húmeda, separó a Aben para asegurarse de que sus sospechas de que estaba llorando eran ciertas, con sus pulgares secó las lágrimas que caían de sus ojos los cuales tenia hinchados de llorar, besó cada uno de ellos y tuvo que aguantar las ganas de besar sus abultados, hinchados y carnosos labios... Solo le acarició el cabello.

- Oye, no llores. Cuéntame qué sucedió.

- Pasa que estoy cansado, cansado que vean un letrero en mi frente que dice aprovéchense de mí.  -Habló Aben histérico y Baker sintió la ira aflorar en su piel.

- Te juro que voy a matar a ese imbécil. Mañana iré a tu escuela, lo buscaré y lo moleré a golpes... 

-No. Yo no quiero saber más de eso. Yo& quiero olvidarlo. Quiero olvidarme de él.  Aben lloraba como un niño. Baker lo atrajo a su pecho y le acarició el pelo con ternura.

-No llores más. Ese imbécil no merece tus lágrimas. Nadie las merece. Tú vales mucho, mucho Aben.

-No es cierto... snif... Todos se burlan de mí. Me dicen nerd, nadie me toma en serio... snif... - hipaba sorbiendo la nariz.

-Eso es por que no te conocen. Pero si lo hicieran en verdad, ellos te amarían. - Alzó su rostro y le apartó las lágrimas. - Eres... precioso...-  Baker le besó la frente con ternura. - Precioso... y el que no vea eso, es porque es ciego. - Aben le miró con esos típicos ojos de gatito que Baker tanto amaba y hacía que enloqueciera.

-¿De... verdad? - preguntó sorbiendo la nariz.

-Claro que sí. Cualquiera podría amarte... 

-Pero... nadie me ama.

-Yo te amo... - le susurró besando su cuello. Aben echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, totalmente entregado por esa simple caricia. Baker inmediatamente sintió los pantalones apretados.

-Pero como a un... hermano... uohh...- Gimoteó el menor mientras Baker seguía explorando su piel. - ¿Q-qué... estás... hacieeendo?

-Haciéndote sentir un poco mejor

-Yo... Baker... me siento... me siento&... creo que... excitado... - Aben tomó la mano del mayor y la llevó a su entrepierna, la cual aún debajo de su ropa lucía más despierta que ellos dos juntos, Aben gimió con el contacto y Baker sintió un maldito espasmo dolorosamente placentero.

- Dime que pare y lo haré.

- Quiero que mi primera vez sea contigo... quiero... tener sexo.

-Nosotros no vamos a tener sexo. Nosotros... vamos a hacer el amor. - Y con eso cogió a Aben entre sus brazos y lo llevó a su habitación.

Notas finales:

Sus opiniones son lo más importante aquí, así que no dejen de decir que tal les pareció. Actu, pronto. Besos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).