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Mi Retrato por featkaisoo

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Notas del fanfic:

KaiSoo

Notas del capitulo:

Bueno, este es mi primer fic y estoy bastante nerviosa por ello sin saber por qué. Le he puesto y le pondré bastante empeño a este fic y sólo espero que lo disfruten. Lo ire escribiendo de a poco pero sin dejar de subir cápitulos, espero tener por lo menos uno cada semana o intentarlo. Bueno, leán.

No muy lejos del centro de Seúl se encontraba los “Studios Park”. Aunque el nombre suene a más de lo mismo, Studios Park es uno de los estudios de fotografía más famosos de Seúl. 
Es un simple edificio con refinadas decoraciones en el exterior con grandes salas y habitaciones amplias. En una de esas habitaciones se encuentra Jongin, un joven fotógrafo que debe enfrentarse a sacar la mejor portada de esta temporada primavera-verano. 

—————————————————-—— 


Las poses de aquel tipo no mostraban aquella expresión que necesitaba Jongin. Sus ojos no daban sentimiento alguno y su cuerpo flacucho sin masa muscular hacían que Jongin explotara de nervios y frustración por no conseguir la foto, pose, sentimiento perfecta.

Jongin un joven de 22 años es sin duda uno de los mejores fotógrafos de Seúl, Corea y puede que uno de lo más reconocidos en el mundo y suene exagerado así era.

—¿y a ti te tienen como un modelo reconocido, marca mundial y “belleza perfecta” cuando no puedes ni mantener una pose ideal para una sesión tan sencilla? —soltó una carcajada que a vista de cualquiera se podía contemplar el sarcasmo.
Jongin observa al joven modelo Kim Himchan una vez más y segundos después deja su cámara colgando sobre su cuello mientras se escapa un pesado suspiro de sus pulmones.

El joven Himchan no hizo más que bajar la cabeza en forma de disculpa y retirarse del escenario en el que estaba tomándose la sesión. Aquel suspiro de Jongin daba por hecho que hasta ahí llegaba el trabajo, no daba para más y menos con él.

—Por cierto Himchan, te quiero la próxima semana aquí, a la misma hora. No te lo tomes como otra oportunidad pero desgraciadamente tu rostro vale millones.

Himchan antes de salir de aquella habitación (en la que por cierto habían muchos trabajadores observando la situación) volvió a bajar la mirada y susurró —Si señor.

El joven Himchan logra salir de aquella situación incomoda y por otra parte Jongin se mantiene en frente del set donde se estaba haciendo la sesión. Su rostro no daba crédito, entre luces y focos una faceta pensativa el joven le hizo pensar que de todas las caras que hay en Corea, rostros, cuerpos… ninguna le llene; le satisficiera.

No pasó ni media hora y Jongin se encontraba solo. Los trabajadores ya habían recogido y solo estaba él, el ordenador de mesa y una silla cubierta de supuesto cuero.

—No merece la pena — Su voz temblaba de manera vaga y otra vez su rostro se llenaba de sarcasmo al observar las fotos del joven modelo en el ordenador —Su rostro vale millones, no debería ni quejarme por sacarle fotos..— se paró de aquella elegante silla y guardó su cámara/objetivos dentro de su mochila y se marchó de aquel lugar lo más rápido que pudo.

De camino a casa, el taxista subió el volumen de la radio y se pudo escuchar el nombre del joven Kim Jongin en un ‘Top de gente importante’, no era como realmente se llamaba aquel ranking pero Jongin lo veía de aquella manera, dividía a la “gente importante” de la gente normal. Su sonrisa al oír su nombre no fue más que una sonrisa de cansancio, angustia, fatiga… Sabe perfectamente que es un fotógrafo increíble, que podía machacar a todos si quisiera, que aquel ego no podía sacárselo nadie pero cuando no hacía bien su trabajo escuchar su nombre de forma privilegiada le daba náuseas.

El taxista para en un semáforo y a lo lejos se pudo escuchar música y multitud de gente yendo a un “sitio”.

—¿Qué esta pasando, de dónde sale la música y toda esa gente? — Jongin hizo una mueca entre duda y curiosidad al viejo taxista.

—Oh, es la fiesta del barrio. Es una de las más importantes de la ciudad y mucha gente asiste al evento, hay muchos jóvenes y casi todos celebrando por sus exámenes finales de este trimestre, todos unos borrachos..

El taxista tenía una aspecto ya de casi jubilarse y el joven en ese momento se dedicó a mirar el cielo por la ventana y ya era casi media noche aunque un naranja rojizo cubría la ciudad de colores cálidos. Jongin se quedo pensativo, odiaba aquellas fiestas, odiaba en si la multitud de gente pero por alguna razón decidió bajarse del taxi.

—Déjeme aquí.
—Son 4,80 joven.

Jongin da lo correspondido al taxista y baja de aquel coche con rapidez pero sin perder elegancia.
Se adentra al barrio siguiendo a la gente que iba a una dirección concreta sin molestarse a preguntar dónde estaba aquel lugar que contaminaba el ambiente a fiesta. Se deja llevar por la música y sin darse cuenta ya estaba en aquella multitud de jóvenes sulfurados. Sin más ni menos la celebración del barrio se celebraba en un parque que a juzgar por el sitio era un parque bastante grande, al lado se encontraba una de las universidades más prodigiosas de Corea.

Jongin se sentía ahogado, quería alejarse de toda aquella multitud, estar en un lugar tranquilo, no estuvo ahí ni 10 minutos y ya se arrepentía de la estúpida decisión de no seguir su camino a casa. 

Por su suerte al alzar un poco la vista se da cuenta de que había un pequeño recinto con bancos y asientos a lo lejos (“lejos”). 
Jongin no tarda en empujar a algún que otro desconocido para llegar a su destino y tras tropiezos y miradas que observaban al joven como si fuera un diamante recién pulido llega a aquel lugar. Estaba un poco alto, se encontraba en un ascenso de escaleras pero por lo menos el ambiente estaba más tranquilo.

Jongin dejó soltar un suspiro de berrinche y malas ganas aunque sube las escaleras observando los arboles y un césped recién cortado con botellas de licor y vasos desechables tirados en el suelo, después de todo aquello era una fiesta. El joven da el último suspiro al terminar de subir las escaleras. Llega a un banco y se sienta con la mente agotada mientras una joven pareja esta dándose el lote en otro banco que estaba a su lado pero por suerte a una distancia alejada de donde él estaba. Miró a la pareja por unos segundos y su cara asqueada al ver aquella pareja comiéndose la boca sin escrúpulos le hizo sentir arrepentirse por subir escaleras para tener esas vistas a su lado.

—¿Qué hago aquí? —Murmura para si mismo, observando la multitud de gente y jóvenes con sus vasos de licor en mano. Jongin no evita exclamar una cara de “asco” al ver la juventud de hoy en día pero que a decir verdad sentía una pizca de envidia ya que la adolescencia de Jongin fue entre libros de fotografía, luces, sombras y de libros que tenían contenido de habla extranjero.

Su padre era fotógrafo profesional pero con un rango muchísimo más alto que el de Jongin, es más, en Corea tratan al joven como una joya sólo porque su padre es alguien importante y de marca nacional. Jongin odiaba eso, no le agradaba que le recompensaran por sus logros (hasta los más inútiles) sólo porque su padre fue un gran fotógrafo. Algo si es diferente, que Jongin está vivo y su padre falleció a sus 45 años de edad, para ser exactos murió hace 2 años. Él podría sentir pena por eso, por la muerte de su padre, pero en cambio lo ve como un alivio, su padre no era como todo Corea pensaba… sólo él sabía quién era el que se escondía detrás de la cámara.

El joven observa el horizonte repleto de gente dejando su mente en blanco con la música techno de fondo…y en ese momento Jongin se encontraba pensando en su carrera fotográfica que iba cuesta abajo y sin frenos, la gente no lo notaba pero él si. Su problema no era que él fuera mal fotógrafo, simplemente no coincidía con ningún canon de belleza que le diera lo que él quiere. Estaba harto de que todos los modelos que llegaban al objetivo de su cámara en cada sesión, sus físicos que su peso rondaran entre los 40 y 50 kilos, que sus sonrisas sean falsas y sus poses más de lo mismo.

En aquel momento se dedicó a suspirar sacando su cámara fotográfica de su mochila ajustando el enfoque, luces…
No podía desperdiciar aquel color rojizo cálido cubría la ciudad, el parque y las personas. No estaba inspirado pero en aquel momento su única compañera era su cámara. Puso su mirada en el visor y se dispuso a enfocar a la multitud.

Sacó fotos y más fotos… en ellas una multitud de personas y en otras sólo el naranjo ya casi oscuro cielo que cubría la ciudad. Sin darse cuenta perdió la noción del tiempo ya que una brisa fría que pegaba en su rostro reclamaba que la noche se estaba aproximando. Guarda su cámara y sale de aquel lugar como si fuese la guerra y en una esquina cercana logró dar con un taxi vacío subiéndose de inmediato al coche.

Destino a su casa, llega sano y salvo a su hogar, cansado, agotado y derrotado, después de todo aquel día no era uno de los buenos y aunque estuviera sofocado “agradece” por una parte aquella fiesta juvenil, necesitaba distraerse y aunque aquel sitio no fuera especialmente adecuado para la distracción por lo menos pudo dejar su mente en blanco.
Su pose en el sofá no variaba, estaba fatigado y con la mirada al frente en la televisión apagada. Su futuro lo veía ciego y con un resplandor basto, sus problemas y sus pensamientos negativos lo invaden hasta que vuelve a la realidad por un sonoro trueno que le hizo mirar a la ventana con mala gana y recuerda que mañana debe levantarse temprano para una sesión de fotos de un cantante realmente famoso de marca mundial pero con idols era mejor tener paciencia ya que no eran horribles, sino que insoportables.

Tras vueltas y vueltas por la cocina sin encontrar nada de su apetito se rindió tras la búsqueda de algo que le llenara. Con el estomago vacío y una orquesta de tripas manifestándose, se dispuso a revisar las fotos que había hecho durante el día. Se sentó frente su ordenador y comenzó con la limpieza de fotos que “importaban”.

Tras un eterno pasar y pasar de fotos se encuentra con una foto un tal interesante, era de aquella multitud de gente joven y alocada del parque.
Hubo algo que le llamó la atención e hizo zoom a la foto con delicadeza y pudo observar un rostro que sobresalía más que los demás. Era un rostro masculino que deslumbraba con una sonrisa y que con aquel naranja cálido que cubría la zona, aquel chico se veía de portada de revista. Tenía un cabello oscuro un tanto largo, no corto del todo, de piel blanca y labios gruesos color rosa suave.

En aquel momento Jongin no daba crédito a lo que estaba viendo, era ese rostro que necesitaba, su “canon de belleza”. Una sonrisa cubría el rostro del joven pero mantuvo la compostura y sólo guardó aquella foto en una carpeta que tenía el nombre de “kimjong1”. No sabía si volvería a saber de la existencia de ese chico pero… necesitaba encontrarlo, saber de su paradero, su nombre y tener ese rostro sólo para él.

Se sentía idiota, estaba volviéndose loco por un chico que no conoce, él maduro Jongin, el ‘chico frío y fuerte’ estaba con la mente que daba vueltas por encontrarlo. Son de esos momentos en las que pocas veces Jongin sonríe, y por una victoria aún no encontrada…

—Te tengo.

Notas finales:

¿si? ¿no? bueno, esperen a más y acepto críticas, opiniones, etc.. Gracias por leer.<3


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