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Aimez Moi [EXO] SeXing por HeenimYui

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Notas del fanfic:

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AIMEZ MOI

Notas del capitulo:

Respecto a este fanfic, no puedo decir mucho, he intentado pensar y pensar cómo escribir una historia que no tuvo un inicio como tal. Sé que el lime a veces deja mucho a la imaginación, pero comprendan que estoy frustrada(?) sinceramente espero que al menos a una persona le llegue el fic.

Esta historia está dedicada a una persona que me enseñó que ser feliz y sonreír en la vida es lo único que queda para poder vivirla. Que si algo tenemos cierto es la muerte, lo demás… lo demás ya lo formamos nosotros. Esta persona a pesar de todo jamás se deprimió.

"Oye, si alguna vez lees esto, quiero que sepas lo mucho que te quiero, extraño y lo que lamento haber acabado así. Dedicado a ellos [R&R] que nacieron el uno para el otro. " 

 

ENJOY ;B

Oh SeHun miraba a través de la ventana polarizada y blindada de su lujoso automóvil  como la vida parecía tan monótona en esa enorme ciudad en la que vivía. Su chofer lo miraba detenidamente cada que podía por el retrovisor; por mucho tiempo él había trabajado para la familia del hombre joven que iba detrás, y podría decirse que tenía un tipo de amistad. Alex, el nombre de ese empleado, estaba cien por ciento seguro que la vida de ese chico se había convertido en una aburrida rutina que al menos para él ese niño que conoció desde pequeño no había vivido aún la vida y le faltaba algo para hacer que valieran la pena los esfuerzos que hacía.

SeHun era un hombre de pocas palabras, quizá sólo las necesarias y precisas porque actuaba de una manera tan madura que no creerías la edad que tenía, siempre de traje e imponente postura, mirada calculadora y expresiones inexistentes en su rostro. Así era Oh SeHun porque por fuera no había nada mucho que explicar de él.

El automóvil estacionó fuera de un gran edificio de arquitectura moderna que parecía irse de lado aunque realmente fuera parte de la decoración y en la parte alta la marquesina con el nombre respectivo del lugar que mostraba el tipo de seriedad que llevaba a cargo el mismo establecimiento. SeHun acomodó su cabello, el saco color beige que portaba reacomodando los botones de este más las mancuernillas de oro con un par de letras en el, tomó su maletín para adentrarse al edificio y antes de hacer partida se volvió al empleado para hacerle una muy corta venía  que este correspondió dejando que el chico se fuera. Así era Oh SeHun, el joven abogado más solicitado en Seúl.

 

Pasos imponentes y seguros, los empleados reconocían que el mismo jefe era una buena persona por el tipo de trato que tenía para con todos, aunque mostrara esa imagen tan fuerte y reacia ellos reconocían que era el mismo trabajo quien había vuelto así para un hombre tan joven. A penas había cumplido los veintitrés hacía medio mes, pero prestando atención no lo parecía. Siguió su camino hasta la planta más alta del edificio y se adentró a una gran oficina donde ya el trabajo lo esperaba. Su asistente se encargaba de fichar lo más importante, acomodarlo para él y que pudiese empezar, porque el joven abogado también dirigía otros tipos de negocios que requerían la atención debida. Así era la vida de un joven magnate.

Las horas parecían pasar lentamente como todos los días, una repentina llovizna atacó la ciudad cuando ya se encontraba el atardecer enmarcando el cielo de Seúl. SeHun distrayéndose en la mitad de un caso se acerca a la ventana y mira como el agua y neblina cubren la parte baja de la ciudad dejando que desde ese punto que los edificios más altos similares al suyo fueran vistos creando una imagen panorámica de estar sobre las nubes. El chico regularmente veía ese tipo de escena pues tomaba aviones cada semana y las lluvias eran constantes en la ciudad así que estaba acostumbrado. Su asistente anuncia que el trabajo aún está pendiente y es cuando SeHun cierra con fuerza los ojos y vuelve en seguida al trabajo.

Al caer la noche, la agenda marca una cena importante con inversionistas que han echado ojo en los negocios de la empresa familiar. Sin embargo SeHun está cansado y no quiere saber nada del trabajo por el día y cancela el mismo aquel compromiso, así como existía el hombre trabajador  existía un poco de la razón infantil que le pedía a gritos un buen baño, podría ser una película en la comodidad de su habitación y dormir para que al otro día volviese a trabajar. Ya terminado la mayoría de sus asuntos en especial los que venían en calidad de urgente, el joven empresario hace de nuevo ese recorrido, bajando el edificio y encontrándose con que su empleado ya lo espera con un paraguas para llegar al automóvil.  Alex hace bien su trabajo y deja sano y salvo a SeHun en el interior del Mercedes Benz cla 45 negro que lo llevará a su destino, su mansión.

En el trayecto Alex quiere hacer acto de presencia hablando tal vez un poco del trabajo o el clima, sin embargo esta noche se mantiene callado, SeHun parece pensar, entonces el empleado va observando el camino para no provocar un tipo de accidente, ya que la torrencial lluvia de la tarde provocó un horroroso tráfico en el centro de  la ciudad. En un semáforo en rojo, la gente comienza a pasar casi corriendo pues la lluvia de nuevo se desata y hace que los transeúntes se mojen, esto al parecer al chico no le interesa, el sólo pide llegar a casa, justo en el semáforo verde un agente de tránsito le hace la señal de STOP, pues aún había gente que necesitaba pasar del otro lado…, Alex no advierte eso y frena sin cuidado, tan sólo a un metro lejos del hombre tránsito. SeHun sorprendido se toma fuerte del asiento delantero y se agita para respirar. El empleado se gira para confirmar que su jefe esté en buenas condiciones, y no es hasta que el joven sonríe que Alex siente que están seguros.

Las últimas personas están por pasar y SeHun presta real atención a un animal. Un perro Pastor alemán que con rapidez intenta pasar al otro lado, sin embargo el que es su dueño se detiene cada dos segundos para hacer una venía, el perro se ve bastante lindo y SeHun cree que los animales son preciosos, en especial ese pastor alemán que mueve su cola con energía a pesar de la lluvia; pero pronto la mirada de SeHun vuelve a la del dueño que ya está del otro lado. Tiene una sonrisa pues se da cuenta que esta mojado y saca una toalla de la mochila que llevaba a la espalda. Se agacha a la altura del perro y usa para secarlo, acto que a SeHun le parece interesante. Alex avanza sin percatarse que su jefe esta entretenido con el transeúnte de afuera entonces entre más se aleja el joven empieza a perder la vista de la persona y la mascota en la calle. Pasan alrededor de treinta y dos segundos y SeHun regresa a su posición inicial, suelta un aburrido suspiro y saca su celular para jugar un rato, ya que sabe que aún falta camino para llegar a casa.

 

~ 0 ~

 

Chelsea corre por todos lados con gran fuerza, también con precaución porque es educada y sabe que no debe hacerse eso en casa. Pero ella está emocionada y ladra de todas las formas posibles haciendo que los presentes quienes ahora la miran rían con ganas. La perra ha crecido considerablemente los últimos tres meses, también ha aprendido a seguir órdenes y es una mascota confiable.

Su dueño para tirándose en la enorme sala de la casa de sus padres, estos se dedican a darle la bienvenida con sonrisas, aunque su padre con miles de preguntas que no lo han dejado descansar desde su llegada en el aeropuerto.

—    Pero dime como te ha ido, no te he visto en cinco meses y lo único que haces al llegar es salir con la perra y volver mojado ¿sabías que ha estado mal tiempo acá en Seúl? ¿acaso tienes quince años? ¡Hannie dile algo! – el padre con rasgos finos parecidos a los de una mujer estaba a punto de arrancarle el brazo al mencionado que era su esposo y padre del muchacho que estaba a punto de tener un ataque en el sofá. – ¡HanGeng! Dile algo a tu hijo, me ha tenido preocupado

—    Oh Rella, ¿Qué quieres que le diga? Es mayor, y puede hacer lo que quiera, además dale un respiro acaba de llegar –cometa el hombre-

—    Me fue bien –habla el chico sentándose de manera correcta y le echa un vistazo a su “madre” para luego sonreírle- tuve mucho tiempo libre y salía en ocasiones con LuHan, que por cierto les manda saludos. Hum –piensa el muchacho- pensaba en que al llegar aquí ya podría hacer tratos con el novio de JiYong para comprar esos antros y con MinHo también porque desde que estaba en Hunan hablamos por videochat y se nos ocurrió hacerlo…

—    ¿Es eso a lo que quieres dedicarte YiXing? –HanGeng su otro padre mira detenidamente al mencionado. Él esboza una sonrisa donde se le marca un hoyuelo-

—    Quiero bailar –terminantemente esa era la religión de YiXing, el no necesitaba trabajar, sus padres le daban todo. Podía tener un cargo en la empresa de ellos y heredar, pero el sólo quería una cosa: bailar. Su vida siempre iba al límite, viajes, aprendizajes, una y miles de escuelas de bailes, pero según él aún no llegaba la propuesta correcta o la razón por la cual quedarse.-

—    ¿ves HeeChul? –dice el esposo tomando su mano- eso es lo que quiere hacer él

—    No es que no me guste pero –alza la voz llamando la atención de los hombres presentes- YiXing cuando será el día que te quedes en un solo lugar… que sientes cabeza y te busques una pareja y tu perra no cuenta, eso es peor que tener nada –Chelsea ladra y todos ríen-

—    Me lo has dicho miles de veces y lo he pensado… ¿recuerdan a YiFan? El hijo de tu socio Bá… -el muchacho se levanta del sofá y camina graciosamente alrededor de la sala- pues… lo intentamos, pero siento que era muy –mueve sus manos en el aire haciendo figuras que no se comprenden y HeeChul comienza a desesperarse- muy… cuadrado

—    Responsable. –contesta la “madre” casi en drama-

—    Frio…

—    Educado

—    Aburrido. –culmina YiXing impidiéndole seguir hablando a HeeChul que empieza a murmurar cosas en coreano, está molesto-

—    Ya va Rella –comenta su esposo dándole un abrazo- nosotros apenas y entendemos coreano

—    Eso es cierto… -canturrea en chino YiXing saltando hasta las escaleras y su fiel perra detrás de él-

—    ¡¡YO NO SE MANDARÍN!! –exaspera HeeChul y su esposo riendo para tratar de controlarle, al igual que su hijo que va subiendo con una gran sonrisa.-

 

YiXing cree que su padre es sobreprotector, él tiene veintiséis y no desea que lo cuiden como si fuera un bebé, y más por el tipo de decoración que hay en su antigua habitación; él desde que consiguió su pasaporte ha viajado a todos los lugares posibles cerca de Asia, su sueño es viajar a Londres, siempre lo ha sido, pero no quiere ir hasta tener una muy buena razón o un acompañante porque tampoco le gusta estar solo. YiXing tiene un par de padres inusuales, exceptuando el hecho de que su “madre” es coreano y padre chino, siempre en todos los momentos han sido extraños. Él por ahora no tiene un trabajo estable, pero al volver a corea planea quedarse a ejercer su profesión y necesita un lugar donde hacerlo, por eso tiene planeado con su primo comprar antros y hacer que en estos la gente baile. YiXing tiene una y mil maneras locas de llevar su vida, aunque realmente por fuera sea muy tranquilo.

Mientras toma una ducha mira su entrepierna, en él tiene un pequeño tatuaje que dice “Aimez moi” que se traduce a ámame, decide que la próxima semana deberá ir a que lo retiren de ahí porque tiene muy malos recuerdos de ese tatuaje. Lo que no sabe su padre es que los tiene, sabe que le iría mal si HeeChul se entera.

Una vez aseado YiXing se mete bajo las mantas de su enorme cama y debajo de él la fiel  Chelsea que se acurruca y cae dormida. El joven chino mira las fotografías viejas de la pared, recuerda que en su juventud tenía la costumbre de hacer fotos y pegarlas en algún lugar a la vista para poder recordar los momentos. Ya no lo hace y eso de alguna forma le frustra porque piensa que ha olvidado a mucha gente. Él se gira en la cama hasta encontrar una posición cómoda y la encuentra cuando Chelsea en sus pies se mueve. Cierra sus ojos pensando seriamente en regresar a su departamento. Ya no quiere dormir en un lugar donde todo le recuerda a lo aburrido que podría ser su vida.

 

~ 0 ~

 

Si hay algo que YiXing odia es la lluvia, la razón principal es porque no puede hacer nada si está lloviendo, ni en Hunan ni en Seúl hay tantos parques como para salir y cuando al fin encuentra uno la lluvia aparece de la nada así salga un rayito de sol. Y ni para decir que en Seúl o China haga siempre un buen clima, la verdad es una jodida educación ambiental que molesta. Pero ya son las cuatro menos cuarto de la tarde y no hay muestras de que quiera llover. El muchacho toma la correa de su cachorra y la saca a pasear.

Han pasado dos meses desde que YiXing regresó a corea del sur, ha vuelto a su departamento y ahora vive en el mientras busca con que entretenerse, los tratos para comprar los pub’s y clubes aún están por resolverse y él está molestándose porque quienes llevan su caso van tardíos y él ya quiere comenzar.  

Chelsea se revuelca en la grama, a veces en el pasto que está recién cortado y tiene un poco de rocío, jugando de ese modo mientras su dueño está a la sombra de un árbol intentando leer un libro, y estaba intentándolo porque a YiXing se le vence el sueño. Anoche se ha quedado hasta tarde en el chat con LuHan, su amigo de China y no ha podido dormir el tiempo suficiente. Al final el sueño lo vence y se queda ahí mientras su perra sigue ejercitándose alegremente por todo el parque.

Horas más tarde cuando el atardecer está llegando al cielo de la ciudad un fuerte olor a cigarrillo inunda las fosas nasales de YiXing; él está acostumbrado a los cigarros porque fumaba anteriormente, pero hacía mucho que ya no lo hacía.

Con parsimonia abre sus ojos, la posición en la que estaba era diferente a la que recuerda haberse dormido, parpadeó un par de veces antes de enfocar la vista al cielo que estaba oscuro ya “¿he dormido tanto?” se pregunta al moverse cuando esos mismos pensamientos se ven interrumpidos por el causante del olor a tabaco en su espacio personal. Instintivamente se aleja un metro de esa persona frente a él, tiene un poco de miedo y no sabe si le habrá robado. Pero es un jovencito, vestido como un rockero y no se ve ofensivo; aun así instintivamente YiXing revisa sus bolsillos de inmediato.

—    Tranquilo, no te haré nada. Tu mochila está ahí y no he tomado alguna cosa-comenta tranquilo el chico mientras le da una enorme calada al cigarro para después soltar lo sobrante. YiXing se acerca a su mochila inspeccionando que efectivamente sus pertenencias está ahí- ¿no es muy tarde para que duermas afuera? Seúl no es seguro –el muchacho se sacude el pantalón negro entubado mientras peina su cabello y da otra calada. El joven bailarín podía sentir su corazón latir de una manera exagerada, tenía cierto temor, mezclado con curiosidad- como sea, ¿leíste el cuento? –pregunta y YiXing no reacciona- pregunté que si haz terminado el cuento… -el chico se ve impaciente y espera respuesta. Y en ese momento el joven chino no sabe porque pero debe contestar-

—    N-no… me he quedado dormido. –dice al fin aun en sentado en el suelo. Ahora entendía que el muchacho frente a él le preguntaba sobre el libro de cuentos que leía hacía un rato…. ¿U horas?-

—    Debes de terminarlo, ese pingüino tiene serios problemas –el chico ríe y YiXing queda atontado. El contrario saca otro cigarro, pero antes de encenderlo se dirige al bailarín extendiéndole su libro de cuentos- me llamo Oh SeHun, ¿tú? –el chino se siente intimidado, sus manos sudan y el cuerpo parece no querer responder aunado a que su lengua no desea crear una palabra coherente, así que sólo extiende la mano hacia su libro y es cuando la mano de SeHun roza la palma de YiXing que este último puede hablar-

—    Dime YiXing… -contesta torpemente pero con una sonrisa marcando el hoyito de su mejilla-

—    Bien YiXing… -dice SeHun esbozando una sonrisa.- es tarde, creo que deberías volver a casa –pronuncia el joven encendiendo su cigarro para calar fuerte.-

YiXing no dice nada, sólo asiente. Toma el libro de cuentos metiéndolo en su mochila y haciendo un sonido para que su perra se acerque. Chelsea no tarda en aparecer poniéndose a su lado cuando este está de pie. YiXing hace una cortísima venía y corre hasta el otro lado del parque donde seguro dejó el auto. Una vez lejos el chino,  SeHun apaga el cigarro a mitad y camina al lado contrario de su nuevo conocido. Se ajusta la chamarra de cuero con estoperoles, se asegura de que los cigarros sigan en su bolsillo y sube a una motocicleta sin ponerse el casco, enciende el motor y abandona ese parque donde de nuevo comienza a llover. 

Notas finales:

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AIMEZ MOI


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