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NO ME OLVIDES por kat-winner

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Notas del capitulo:

Notas:

 

 

En este capítulo 3 seguiremos con la cruda realidad de lo que vivió Draco con el señor tenebroso, también el cómo se lo tomaron los aliados de Harry el que llegara con él.

 

 

Quiero recordarles que Harry Potter no es mío y esto se hace con la absoluta finalidad de entretener y no gano nada de dinero con esto, solo querer “hacer feliz o sufrir” (Por lo general siempre lo último) a todas ustedes con mis ideas. Ojala les guste.

 

 

 

 

Aclaraciones:

 

 

Esta historia transcurre después de la guerra con Voldemort, teniendo unos breves flash back de la última batalla (La cual le hice algunas modificaciones a la pelea y a la historia previa) y durante la guerra, donde Harry venció, pero perdió la memoria debido a un último hechizo que realizo el señor oscuro, Dumbledore, Doddy y Severus están vivos, el resto de los personajes que murieron, aquí también están muertos incluidos los padres de Draco.

 

 

// Pensamientos //

 


+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++

 

----------- Flash Back ---------



 

 

3.- LO QUE VIVI CON EL… (2ª Parte)

 

 

 

 

Capitulo anterior:

 

 

 

 

-¿Porque no me dejaste morir… Potter? – Soltó al fin el ojiplata una vez ya pasado todo el alboroto.

 

 

-Valla, con un simple gracias era suficiente para mi Malfoy – Draco estaba sorprendido, Harry Potter lo había salvado a él, se sentía extraño. Pero estaba tan agotado física y anímicamente que sus ojos se cerraban solos, su cuerpo ya al límite le pedía algo de piedad. Lentamente fue cayendo en la inconciencia y Harry solo pudo sostenerlo fuertemente entre sus brazos. Lo que sintió ese día el moreno al tomarlo, fue un calor que nació desde su misma alma, algo tan inexplicable que desde ese momento lo lleno por completo. 

 

 

 

+++++++++++++++++++++++++++++

 

 

** El recuerdo se esfumo nuevamente y comenzó otro… Y Harry estaba conteniendo la respiración, el dolor de cabeza iba en aumento.

 

 

 

 

-¡Te volviste loco Harry! – Remus Lupin gritaba como un loco cuando vio llegar al colegio al moreno con Malfoy en sus brazos dormido - ¡Es un Malfoy! ¡Lo trajiste directo a nuestra guarida! ¡Él nos delatara! – Draco con la bulla comenzó a despertar, Harry lo miro fijo y luego lo dejo sobre un sillón, tratando de que estuviera lo más cómodo posible. Ni el mismo entendía lo muy atento que estaba siendo con el rubio.

 

 

Draco al abrir los ojos se trató de ubicar con la mirada, se encogió un poco hacia atrás al ver las miradas de furia de algunos sobre él. En el lugar estaban el director, Lupin, Potter y  todos lo Weasley.

 

 

-¡Toma esto! – Remus se acercó rápidamente al rubio, tomándolo fuertemente del pelo le dio una poción, con la violencia que le fue dada Draco se trapico y boto un poco.

 

 

-¡Déjalo Remus! – Harry estaba molesto y se acercó al mayor rápidamente, tomándolo del brazo para que soltara el pelo del rubio – ¡No lo trates así! ¡No ves que está muy débil!

 

 

-¡No Harry! ¡Da lo mismo si está débil o no, le acabo de dar “Verisaterum” si nos oculta algo lo sabremos inmediatamente! ¡Y tú deja de protegerlo! – Le grito molesto el profesor, podía ser su alumno más querido, su hijo, pero no le aguantaría esto  – No me interesa su estado de salud, yo me preocupo por todos los demás, eso es lo que deberías hacer tú también, preocuparte por ellos ¡No por el!

 

 

-Es cierto compañero – Ron le hablo más calmado, atajando al moreno que estaba casi a punto de golpear a Lupin, a el tampoco le gustaba eso, pero también era primordial saber que Malfoy no los delatara – Debemos asegurarnos bien, lo sabes, tampoco me gusta esto pero… Debemos ser precavidos Harry – El moreno asintió de mala gana, sabía que tenían razón, pero eso no quitaba que le molestaba por como trataban al rubio, bufo y luego se fue a colocar en un rincón de la habitación, esperando que comenzaran las preguntas.

 

 

- ¿Dime tu nombre? – Fue Remus el que llevo a cargo el interrogatorio, no tendría ninguna piedad con el rubio y en caso que confesara lo que temía lo mataría son ninguna piedad.

 

 

-Draco Lucius Malfoy Black – Y todos escucharon nuevamente la voz rasposa y seca que salía del rubio. El aspecto que mostraba dejaba mucho que desear, pero Draco se veía demasiado tranquilo y resignado a su suerte, ya no tenía mucho que perder. Sabía que el único final que le esperaba era la muerte. Ya sea en el bando de Voldemort o en el de Potter.

 

 

-¿Vienes encubierto como espía? ¿Planeaste esto para que te trajeran?

 

 

-No. Yo debería estar muerto, quemado por él fuego maldito... Potter me salvo – Todos miraron a Harry en silencio, este asintió con la cabeza.

 

 

-¿Eres leal al lord oscuro?

 

 

-No – Una exclamación de asombro se escuchó en el lugar, pero Remus no se confió.

 

 

-¿Tus padres…?

 

 

-Están muertos.

 

 

-¿Qué esperas de aquí? ¿De nosotros? ¿Qué te perdonemos?

 

 

-No. Solo espero el beso y morir.

 

 

-¿Que te paso para que cambiaras de opinión? – Draco trago saliva debía responder la verdad por el “Verisaterum”, cerro sus ojos con vergüenza y hablo todo lo que vivió con el lord, se mantuvo con los ojos cerrados mientras hablaba, en parte por el trauma que le era recordar y por otra para no ver las caras de espanto y vergüenza hacia él.

 

 

-¡Estas conforme ahora Remus! – Grito Harry angustiado después de que el rubio terminara su relato, le había realmente afectado el saber lo que esperaba el rubio de ellos. Y sobre todo saber tan detalladamente lo que había vivido, Bellatrix lo había gritado en la mansión. Pero Harry jamás se imaginó hasta qué grado de maldad podía caer Voldemort con una persona, con uno de los suyos más encima. Tenían la misma edad, eran jóvenes. Hasta él pensaba que podía tener un futuro mejor si le ganaba al lord. Pero Draco no tenía nada. Voldemort le había quitado sus ganas de vivir, su pureza y familia. Lo había matado en vida, dejándole marcas imborrables en su cuerpo y alma. Y Harry de verdad que no quería eso para el rubio, él quería… ¿Atesorarlo? ¿Amarlo? ¿Así tan rápido? La amalgama de sentimientos que surgían dentro de su corazón eran un torbellino poderoso e incontrolable.

 

 

-Igual no confió en el – Mascullo desconfiado Lupin, sin darle ninguna pena lo que le relato el rubio – Podríamos decir que fue justicia divina – Las palabras frías y venenosas del profesor encogieron al rubio, no es que Draco esperara piedad por parte de ellos, pero eran palabras muy crueles, un silencio inundo el lugar y Draco entendió que la mayoría pensaba igual que el profesor - Será tratado como prisionero Harry, que te quede claro. Según como nos ayude se verá su futuro, no habrá ningún tipo de piedad con él aunque este en ese estado - El moreno furioso iba a replicar pero Dumbledore ratifico la orden de Remus, dejándole claro que no podían confiar tan fácilmente, menos de un Malfoy. Se arriesgaban muchas vidas si algo fallaba. Harry se mordió los labios con rabia, esto no hablaba bien de ellos. Al fin de cuentas todos eran personas y a Harry le dolía ver que estaban casi perdiendo ese grado de humanidad que los hacia diferentes al lord oscuro.

 

 

 

** El recuerdo se esfumo y comenzó otro…

 

 

 

En una celda en lo profundo Hogwarts se encontraba Draco encerrado, estaba sentado a una silla vieja con sus brazos amarrados hacia atrás, siendo golpeado por Remus.

 

 

 

-¡Dime la verdad de una vez! ¡Yo no creo en ti! ¡En ninguno de los de tu clase! ¡Ninguno de ustedes me devolverá a Sirius y los demás! ¡Habla de una vez! – El rubio estaba casi inconsciente, sus heridas no habían sido curadas en ningún momento, solo le daban pociones para mantenerlo vivo. Lupin había aprovechado que Harry no estaba, ya que en el día debía someterse a entrenamientos físicos y de magia para poder enfrentar al lord como un igual. Para todos Harry parecía demasiado protector con el rubio. Demasiado preocupado por Malfoy, eso no estaba bien. Remus dentro de su paranoia presentía que tarde o temprano el rubio sacaría sus garras y los traicionaría. A pesar de que una y otra vez con el Verisaterum o las torturas que era sometido Draco dijera que no.

 

 

-Ya… He dicho… Todo lo que se… - Efectivamente Draco le había contado todo, de la Horrocrux escondía en Hogwarts y en el mismo cuerpo de Potter, de los planes del lord, los nombres de los mortifagos que hacían de doble espía, todo. Pero Lupin quería más, más bien, quería matarlo.

 

 

-¡Mentira! – Otro golpe cayó sobre él, el rubio apenas gemía, y pensaba abatido ¿Porque no lo mataban y ya? ¿Por qué tenía que sufrir tanto para morir? ¿Porque su maldito corazón no dejaba de latir y descansaba por fin? ¿Hasta qué punto más debía de aguantar?

 

 

-¡Remus que haces! – Harry le atajo la mano antes de que encestara su último golpe y lo empujó hacia la pared lejos del rubio, había vuelto rápido del entrenamiento presintiendo algo – ¡Ya basta! ¡Que más quieres de él! ¡Ya dijo todo! ¡Basta por Merlín! – La mirada furiosa de Potter detuvo al mayor. Harry levanto la mano hacia su querido profesor, harto de todo.

 

 

-¡Tú no sabes nada Harry! ¡Malfoy te engaña! ¡El no sufre! ¡Es un maldito mortifago! ¡Un asesino! ¡Harry abre de una vez los ojos y deja de defenderlo!

 

 

-¿Que no se nada? ¡Claro! ¡Es fácil decirlo cuando debo ser yo el que debe pelear por todos ustedes! – Potter le había dado la espalda al mayor y con su varita soltaba al rubio que caía casi desfallecido hacia sus brazos.

 

 

-¡No digas eso! ¡Todos lo haremos! ¡Todos pelearemos en esta batalla! ¡NO puedes decir algo tan egoísta! – Remus al escuchar las palabras de Potter lo miro confundido y ofuscado, no era justo que su querido alumno pensara así de él. Esto de seguro era culpa de Malfoy.

 

 

-Tu actitud Remus me asusta, pareces otra persona ¿Dónde quedo el profesor paciente y amoroso que conocía? – Al parecer esas palabras afectaron aún más a Lupin porque bajo la cabeza y se marchó en silencio. Harry tomo entre sus brazos al rubio que estaba sangrante – Lo siento – Le dijo realmente angustiado – Esto no debería pasar aquí, se supone que somos los buenos, deberíamos estarte ayudando no tratándote así – Harry hablaba dulcemente al rubio, llevándolo a la enfermería – Todavía sigues muy delgado, al parecer aquí tampoco te han alimentado.

 

 

-¿Por qué… no me matan de una vez… Potter? – Draco iba en los brazos fuertes y cálidos del moreno, su cara sangrante no le daba buen aspecto, su voz se escuchaba más seca, no había desprecio o irritabilidad en sus palabras, solo resignación. Aunque se encontraba realmente confundido por la extraña actitud que tenía Harry con él. El moreno emanaba calidez hacia él, algo que hace mucho tiempo no sentía.

 

 

-¡Vamos rubito no digas eso! – Harry se escuchaba tranquilo y sonrió. Al rubio le pareció una sonrisa hermosa, menos mal que estaba todo machucado porque así no se notó su sonrojo – Yo no voy a matarte, solo deseo que estés bien.

 

 

-¿Por… que?

 

 

-No lo sé – Dijo ahora serio el moreno, ninguno hablo más durante el trayecto.

 

 

 

** El recuerdo se esfumo y comenzó otro… Harry se sentía cada vez más confundido…

 

 

Draco se encontraba delirando de fiebre en la enfermería, le habían dado medicina para el dolor, pero tampoco querían que se sanara totalmente, pensando que podría escapar y delatarlos. El rubio se revolvía en la cama en agonía, a veces gritaba y se quejaba, muchas veces llamaba a su padres, incluso llego a también a gritar por ayuda, por perdón… Porque… “Él parara de tocarlo”.

 

 

-¿Bien Poppy que hacemos? – Dumbledore estaba serio, ambos miraban al rubio que se retorcía en la cama de una forma desgarradora. Para el director la llegada de Malfoy había sido un verdadero dolor de cabeza. La mayoría quería matarlo y solo Harry y Ron, que apoyaba más al primero, lo querían con vida.

 

 

-No lo sé – Dijo angustiada la enfermera – Ustedes no me dejaron sanarlo totalmente, aunque esto no es dolor físico.

 

 

-¿Le diste una poción tranquilizante?

 

 

-Sí, ya le di tres, pero nada hace efecto. Este chico está destruido por dentro, no solo con pociones se curara, necesita otro tipo de tratamiento.

 

 

-Aquí tienes más que claro que no se le dará – Las palabras del director eran frías y sin ningún tipo de emoción, la mujer asintió angustiada, le daba mucha pena el ver a uno de sus alumnos aunque fueran mortifagos así.

 

 

Harry y Ron entraron a la sala de curación de prisa. El moreno se ausentaba por horas debido a los entrenamientos, a veces incluso días, pero cuando supo lo que pasaba con Malfoy dejo todo de lado y corrió a la enfermería.

 

 

-¿Como esta? ¿Todavía no sana? – Dumbledore miraba fijamente al moreno, ya le estaba pareciendo muy extraño esa preocupación que presentaba por el rubio, no era solo de amigos, había algo más.

 

 

-Poppy ya le dio los medicamentos, incluso así no podemos calmarlo – El viejo director hablaba sin ningún tipo de preocupación, parecía más bien como si deseara que el rubio desapareciera pronto.

 

 

-¡Es difícil que se calme si están ahí parados mirándolo! – Potter estaba furioso, los tres restantes lo miraron serio, aunque Ron ya se temía algo así.

 

 

-¡Esto no es un juego Harry! ¡Y tú no deberías estar aquí! – El director lo miro preocupado, temiéndose que lo que pensaba de la actitud de Harry fuera verdad.

 

 

-¡Por supuesto que no lo es! ¡Acaso creen que no lo sé! – Ignorando a los tres ahí, se acercó al rubio tomándolo de la mano – Draco… – Dijo suavemente, los dos adultos se sorprendieron al escucharlo nombrarlo por su nombre – Draco… ¿Me escuchas? – El rubio se seguía revolcando lloroso en la cama.

 

 

-Señor Potter usted no debería hacer eso… – Quiso decir la enfermera.

 

 

-¡Silencio! – Grito Harry faltándole el respeto – Déjenme solo con él, cuando lo dejen de mirar con desprecio sabrán lo que realmente le sucede.

 

 

-Es mejor que los dejemos solos – Ron en tono conciliador le hablo a los mayores – No se preocupe director yo le explicare después – El pelirrojo logro sacarlos, Harry supo que le contaría a Dumbledore de los sentimientos que estaban surgiendo dentro de el cuándo veía al rubio.

 

 

-Draco… Tranquilo… - Potter hablaba en susurros, cariñosamente, se recostó en la cama junto con él, abrasándolo, el rubio comenzó a revolverse entre el – Vamos Draco… Cálmate – Potter dejo fluir un poco de su magia, esta como una corriente cálida penetro en el rubio, en ella quería trasmitir su calor, su dulzura su… ¿Amor? Si, por qué Potter se había dado cuenta que la forma en que pensaba en el rubio no era normal. Le costó, pero entendió de qué se trataba. Cuando le comento a Ron, este le había dicho sonriente que parecían “Romeo y Julieta”. Algo bien parecido a la realidad. Draco un mortifigo y el un salvador. Buena parejita seria.

 

 

Después de varios minutos tratando de tranquilizarlo sintió que el cuerpo del rubio se relajaba, este comenzaba a despertar lentamente, aunque todavía estaba medio atontado por las pociones.

 

 

-Mamá… - El rubio lo miro con sus ojos empachados en lágrimas.

 

 

-No, no soy tu mamá mi Dragón – Harry le hablo tranquilamente, quería reconfortarlo, no asustarlo y el sobrenombre que le dijo le salió desde el alma – Debes tranquilizarte, esto no te hace muy bien.

 

 

-Potter… - Dijo atontado Draco y se volvió a dormir, pero esta vez las convulsiones pasaron, seguía con fiebre pero ya no habían más pesadillas. Harry esa tarde se quedó con el todo el rato.

 

 

 

** El recuerdo se esfumo y comenzó otro… El corazón de Harry latía fuertemente y ya ni siquiera sabía cuándo se había puesto a llorar.

 

 

-La idea es clara Malfoy y esto será rápido – Remus Lupin y Albus Dumbledore estaban frente al rubio en la oficina del director, lo habían mandado llamar para aclarar bien las cosas, él era un estorbo en sus planes y como tal debía ser eliminado – Si quieres que confiemos en ti, esta será tu prueba. Haremos un hechizo antiguo, sacaremos la horrocrux de Harry y la colocaremos en ti. Luego el día de la batalla te colocaremos en un lugar donde puedas morir rápidamente – Draco trago saliva, que fácil era hablar para ellos sobre su muerte. Aunque en el fondo lo esperaba, mucho se habían demorado. Él era una amenaza en la estabilidad de su héroe.

 

 

-Está bien – Dijo sin más. Total ya no tenía mucho que perder, la muerte siempre había sido una opción a todo, si no moría en batalla, le esperaba Askaban y morir en ella. Las salidas que tenía involucraban siempre la misma palabra y el mismo final. “Muerte” se cimentaba en todas ellas. Los miro de frente. Demostrando que no le afectaba, era un Malfoy y jamás se mostraría débil ante ellos.

 

 

-¿Tienes claro que no debes decirle nada a Harry verdad? ¡El jamás permitiría esto! ¡No sé qué les has hecho pero te defiende con locura! – Le escupió Lupin agriamente, ambos adultos le detallaron el plan fácilmente, a ninguno le servía que Draco viviera. Y a ninguno les afectaba lo que le pasara.

 

 

-No le he hecho nada, no puedo hacer magia – Dijo frio el rubio, esos tipos parados frente a él jamás entenderían lo que les pasaba a ellos. Draco se había dado cuenta que un sentimiento cálido y amoroso lo rodeaba con Potter. Con él se sentía querido y seguro, a pesar de todo lo que vivía. Ninguno se había confesado nada, solo se acompañaban.

 

 

-Bien, no perdamos más tiempo, en tres noches más le darás una poción a Harry y lo dormirás, cuando esté listo iremos nosotros y haremos el hechizo – Lupin sabía que Harry iba todas las noches a comer con el rubio a su celda, que con magia la había amoblado y la tenía bastante cómoda. También que caminaban en las tardes por el colegio a vista de todos. Ambos conversaban horas y cuando Draco se dormía en sus brazos tranquilamente, solo ahí el moreno se iba.

 

 

-Pero el pensara que lo traicione – Dijo más para sí, angustiado el rubio, aunque se escuchó en voz alta.

 

 

-Da lo mismo lo que piense de ti – Dijo con desprecio Lupin – Para cuando se dé cuenta tú ya estarás muerto.

 

 

 

** El recuerdo se esfumo y comenzó otro… Y Harry todavía no podía creer lo que veían sus ojos.

 

 

 

-Necesito que me ayudes Weasley – Draco estaba sentado en la cama de su celda removiendo la comida, esa noche no había podido ir Harry a verlo, por lo que Ron ocupo su lugar, obviamente el pelirrojo iba solo a acompañar y a conversar con el rubio, Harry le había dejado más que claro que ¡Nada de dormir y mucho menos abrazarlo! A Ron no le desagradaba en nada la idea de poder compartir y ver a Malfoy.

 

 

-Dime Ron, Draco, ya no somos enemigos – Ron se veía tranquilo, estaba sentado frente al rubio en una silla.

 

 

-Necesito que le entregues esto a Harry, pero debe ser después de la batalla con el lord – Le extendió una carta cerrada con la esperma de una vela, no la pudo encantar ya que no podía usar magia – ¿Puedo confiar en ti?

 

 

-¿Y tú porque no se la entregas personalmente? – Ron junto las cejas y se puso serio, intuyendo hacia donde iba tal petición, el rubio ladeo la cabeza y guardo silencio - ¿Draco que ocultas?

 

 

-¡Nada! Solo entrégasela ¡Es lo único que te pido! ¡Nada más! ¡¿Podrías hacerlo?! – El rubio miro al pelirrojo con sus ojos muy abiertos producto de la angustia y desesperación que sentía - ¡Prométemelo por favor! ¡No me preguntes más nada!

 

 

-¡Bien! ¡Está bien! ¡Lo prometo! ¡Pero cálmate! – Ron lo que menos quería era ver ese lindo rostro triste. Porque él pensaba que si era lindo y eso jamás se lo diría a Harry. Si Harry supiera lo que Draco le hacía sentir a Ron, lo mataría.

 

 

-¡Gracias! – Draco se lo agradeció con una sonrisa sincera, que al pelirrojo le pareció encantadora – Confío en ti – Esa tarde el rubio se sintió tranquilo, la carta contenía todas sus emociones, en ella le explicaba a Harry el porqué de su decisión de traicionarlo (Por que Draco pensaba que era realmente una traición hacia el moreno) pero sopesando todo lo que le habían dicho los profesores, encontraban que tenían razón. Él no era bueno para la vida de Potter. Y de todo corazón le deseaba al moreno lo mejor, porque sabía que Potter saldría victorioso y presentía que cuando todo esto terminara Harry podría vivir una buena vida, feliz y plena, olvidando su recuerdo y encontrado a alguien realmente completo para estar con él. Y por lo mismo, no tenía ninguna duda de que lo que le iba a pasar en la batalla le permitiría por fin irse en paz.

 

 

 

 

 

********** Continuara *********

 

 

Notas finales:

Ok, aquí terminando el capítulo tres, en el próximo seguirán los recuerdos del rubio. Remus es una maldita bestia sin sentimientos, por lo menos en este fic. Las cartas están echadas en el siguiente capítulo empezara la batalla final.

 

Gracias por leerlo y dejen sus comentarios si les gusta.

 

 

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Un beso.

 


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