Ya de regreso a su sala común se sentó en el mullido sillón frente a la chimenea y contempló la madera crepitante como ardía con las danzantes llamas rojas; podía sentir un creciente miedo dentro de sí con la idea de caer en los brazos de Morfeo ¿y qué tal si había sido otro de sus sueños? No quería sufrir la desazón de despertar y darse cuenta que nada fue real, su corazón no lo soportaría.
Pudo sentir los ligeros rayos del sol asomarse entre la densa bruma matinal, ya había amanecido y todo se había mantenido igual <¿Entonces no fue un sueño?> pensó aliviado esbozando una sonrisa sutil.
-Scorpi…- dijo con un hilo de voz Aris al momento que corrió a abrazarlo- ¿Dónde estuviste? ¡Te estuvimos buscando! Albus estuvo a punto de lanzarle un avada a Eddy cuando se enteró que estabas con James- dijo tomando su cabeza moviéndosela de un lado a otro en busca de un raspón o algo que delatara una pelea y suspiró al no haber ninguna, para después caer en cuenta de la cara sonriente que traía su amigo.
<…-Supongo que las cosas fueron demasiado bien entre ustedes- el rubor se expandió hasta sus orejas y asintió efusivamente- ¡Aww! ¡Eres tan adorable mi bebe Scorp!- exclamó abrazándolo más fuerte. Su mirada curiosa captó la de Ed que estaba recargado en el marco de la estancia y le sonrió aunque su mirada reflejaba algo diferente a su usual ironía, pero no logró identificar de qué se trataba. Su mejilla estaba roja, probablemente por el golpe que le había dado James…
-Eddy…- dijo levantándose para quedar a unos centímetros de él- ¿esto fue tu idea?- el ojiazul rió con sorna.
-Por supuesto... ¿quién si no yo para idear algo tan perfecto como esto?- expresó tan lleno de sí mismo ganándose una mirada represiva de Aris- sin embargo ni se te ocurra echar a perder el programa, la fase C.A.F.E. funcionó, pero no por ello te dejaras mangonear por ese, aun no te libero de las terapias hasta que seas autosuficiente ¿estamos claros?- lo sostuvo por los hombros con ambas manos y el rubio asintió- menos mal…- dijo alborotándole los cabellos y el menor no pudo evitar regresar a ver el punzante enrojecimiento de su mejilla- ¡hey! ¡Deja de verlo! Son heridas de batalla y al estar comprometido contigo, valió la pena, pero dile a Jamie que si se le ocurre levantarme la mano nuevamente, estaré preparado- sus ojos brillaron con la deliciosa vendetta que el rubio ignoró rodeándolo con sus brazos.
-¡Te adoro, Eddy! ¡Eres el mejor!- ese pequeño gesto tomó por sorpresa al de lentes que indeciso levantó los brazos para corresponderle, dedicándole un vistazo a Aris que le sonreía como si supiera algo que él no ignoraba…
-¡Scorps!- exclamaron todos sus amigos que se aproximaron a su encuentro y lo atiborraron con preguntas y de su paradero, su condición y los acontecimientos en general con lujo de detalle.
El rubio aun no quería revelar nada hasta que se volviera a ver a James aunque eso lo guió a otra cuestión… ¿volvían a ser amigos?Tal vez… por que no había rastro de burla o engaño en su voz… tendría que aguantarse las ganas de contestar y meditar como avanzarían las cosas a partir de ahí y con alegría se levantó corriendo a bañarse dejando a Agni y Lorcan muy confundidos.
Dirigiéndose al gran comedor Agni seguía insistiendo que revelara todo de una vez, pero Scorpius sutilmente declinó su argumento y siguieron caminando hasta quedar frente a frente con James.
-Jamsie- dijo tratando de ocultar su emoción de verlo sonreírle como antes y sin éxito, reprendiéndose en su mente por llamarlo como solía hacerlo, aun no podían estar con esas confianzas como si no hubiera pasado nada.
Pudo sentir a sus espaldas las risitas de Rose y Aris cuando el de ojos castaños casi a trompicones se aproximó y estrechó su mano entrelazando sus dedos sin dejar de verlo.
-Scor…-esa cálida sensación le reiteró la realidad de las cosas, sin embargo con cuidado la apartó haciendo de cuenta que tenía que acomodar su cabello alborotado.
Albus súbitamente se levantó y se puso entre los dos, siendo secundado por Rose quien más que querer interponerse entre ellos, se quería asegurar que el de ojos esmeralda no cometiera una tontería.
-Parece que ya todo está aclarado ¿o no James?- dijo en tono neutral Rose mirando a uno y luego a otro. No cabía duda que todo estaba bien esclarecido y que su sentir se pudo expresar correctamente y había alcanzado al otro.
-Por supuesto Rosie, fue difícil, pero me dará una oportunidad- dijo con su usual tono burlón taninspirador que calentaba su alma pero sutilmente lo miró sardónico.
-Si te atreves a hacerle algo malo, lo que sea que pueda hacerlo llorar, te las veras con todos nosotros cabeza de troll- dijo amenazante Albus desenfundando su varita.
Scorpius miró preocupado al de ojos esmeraldas, le alegraba la expresión del cariño que le profesaba él y sus amigos pero temía que los maestros lo castigaran por una amenaza tan directa o que de un momento a otro arrojara un hechizo contra su hermano.
-Descuida duendecillo de Cornualles, lo atesoraré como se merece y haré hasta lo imposible por evitar lo anterior- dijo desafiante haciendo que Scorpius se sonrojara nuevamente- ahora debo irme- dijo acariciando con el pulgar la enrojecida mejilla y acomodó el flequillo rebelde que quería ocultar sus hermosos ojos de plata- te veo en la tarde…- dijo en su oído antes de alejarse. El rubio lo siguió con la mirada hasta que se perdió en las profundidades del castillo.
-Alguien sería tan amable de explicarme que rayos está pasando- demandó Agni muy molesto mientras agitaba sus manos en la espera de respuestas.
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Tras un breve recuento de lo que paso con James; como eran amigos en la infancia, se separaron por culpa del mayor que tontamente había pensado que era lo mejor ya que se había enamorado de él y que después de mucho se darían un tiempo para intentar de nuevo su amistad fallida.
Sin embargo Scorpius tenía sus dudas, cuestionamientos que no creía pudiera responder de manera inmediata, puesto que aun no sabía sus sentimientos sinceros por James, era cierto que adoraba sus ojos castaños sobre los suyos, el tacto de sus manos rozando las suyas y esa endemoniada sonrisa… pero también aparecía en escena Eddy, quien siempre estuvo ahí para él, apoyándolo, aconsejándolo, siendo su incondicional luz guía a lo largo de la oscuridad ¿Cuál era la diferencia de sus sentimientos? Porque sentía en su corazón que habia alguna, pero no tenía ni idea.
-¡Nooo, mi lindo Scorpius no puedes estar con alguien como él, es un maldito mujeriego! Si ya tener a Eddy cerca de ti con sus malos ejemplos es demasiado, ¡pero el Gry ese es una aberración!- gritó Agni aferrándose con fuerza al rubio que solo sonreía tratando de reanimarlo.
-Quien lo diría- dijo en tono soñador Lorcan ignorando por completo los lloriqueos del moreno quien demandó un poco de atención que no recibió- Scorpius y James…-
-¿Y dices que tu madre es la brillante Luna Scamander y no puedes figurártelo?- dijo Eddy cruzándose de brazos mientras el otro meditaba las posibles respuestas.
-Mi hermano Lyssander dice que él sacó la inteligencia de mamá mientras que yo las extravagancias del lado Lovegood… aunque no entiendo a que se refiere…-
-Eso explica porque él está en Ravenclaw y tu no- exclamó Eddy riendo y Scorpius solo escuchó a lo lejos a Aris decir algo así como “solo tú puedes reírte de tus propios chistes que no son nada graciosos” y siguió palmeando el hombro de su amigo que se rehusaba a soltarlo como si temiera que James se lo fuera a robar.
-Scorp, tienes que decirnos si el inútil ese te hace algo- reiteró Albus.
-si papá Al- dijo inocente el ojigris con una tierna risita a lo que el azabache solo rodó los ojos, realmente temía que su hermano se aprovechara de esa dulce inocencia de su amigo.
-Estoy hablando enserio, sabes que contaras con nuestro apoyo y ayuda cuando la necesites- El rubio agradeció mostrándole su más sincera sonrisa, adoraba la forma en que se preocupan por él y sentirse querido de esa forma era algo tan único y dulce como jamás pensó.
*/°*°/*°*/°*°/*°*Lunes en algún lugar de Londres/°*°/*°*/°*°/*
Con sumo cuidado se acomodó su cabello alborotado y rascó su cabeza pensando por unos segundos donde demonios se encontraba. Pudo ver la pequeña chimenea con un fuego a medio morir y las pálidas paredes de naturaleza muerta de la morada veraniega de Hannah. <“nuestro refugio”> se dijo suspirando de alivio.
Sintió una ligera presión contra su pecho y una suave respiración en su cuello; con dos parpadeos enfocó de quien se trataba haciéndole sonreír.¿Cómo era que había llegado a ese momento? Aun era un misterio para él, solo sabía que las cosas se habían acomodado de tal forma que todo encajó a su debido tiempo, en el momento preciso para que cualquiera de los dos pudiera darse una nueva oportunidad en la vida y que de no haber sido por el cansado viaje de negocios que duró más de tres meses dejándolo calado hasta los huesos, sin ganas de hacer nada más que estar en su querido Londres con una botella de whisky de fuego en un lugar no tan concurrido, no habría coincidido en esa noche que lo había cambiado todo…
-Eres peor que el lazo del diablo, Harry- ronroneó en su oído provocándole un tenue estremecimiento removiéndose entre las almohadas y se frotó los ojos. Hasta ese momento caía en lo mucho que le dolía el brazo en el que estaba apoyado y trató de incorporarse con pesadez-¿Cómo se supone que me levante si sigues estrujándome?- esa risa melodiosa como el agua clara que jamás pensó escucharía algo más sublime en su vida.
-Buenos días…- dijo entre un suave bostezo, “nada mejor que amanecer así”- 5 minutos más…- sonó como un pequeño que se rehusaba a despertar.
-¿Potter, que no tienes trabajo al cual asistir? Por mi no hay problema ya que soy mi propio jefe, pero tu…- expresó con una negativa. Adoraba la tentativa voz que usaba arrastrando las letras de su apellido, que en otros tiempos podría haber jurado que tanto odiaba. ¿Cómo pudo ser tan tonto como para pensar aquello?, aunque claro, el ojigris no ayudó mucho en hacerle cambiar de opinión hasta hacia unos 5 años atrás. Con un deje juguetón, comenzó a besar su cuello repartiendo leves mordidas y caricias con sus labios ocupando todo su autocontrol para no marcar esa delicada piel sensible.
-Eres tan hermoso por las mañanas, Draco…- dijo deslizando su lengua recorriendo esa suave estructura, pudiendo deleitarse con los suspiros de goce del rubio.
-¿Hambriento tan temprano?- bufó mordiendo su labio inferior, dejándose ir por el sentir de esa suculenta boca probándolo. Con ambas manos tomó su cabeza acercándola hacia él, queriendo sentir el fuego de sus besos nuevamente. Placida intensidad gorjeando en sus oídos, explotando en sus bocas, disfrutando de su sabor y la candente danza de sus lenguas- mmm… que lastima que no te puedas aguantar… porque tenía una idea…- el azabache se separó unos centímetros respirando entrecortadamente saboreando sus salivas mezcladas aun en los labios.
-¿Cómo nuestro segundo encuentro en la tienda de Madame Malkin? Eso fue excitante… jamás pensé que fueras tan flexible…- dijo haciéndosele agua la boca de solo recordar la sorpresa que se había llevado al encontrárselo ahí después de haber jurado que lo que había pasado entre ellos no significaba nada, pero, helo ahí, tan hermoso con su cabello más largo hasta los hombros resplandeciente bajo la luz de la estancia, con sus ojos platinados viéndose en un espejo probándose una túnica, y sus delgados labios sonriéndole de lado con confianza a la figura reflejada; era imposible no querer devorárselo.
-Eres un pervertido… pero sí… Algo así…- dijo poniéndose sobre el moreno mientras jalaba delicadamente sus cabellos rebeldes, siempre acomodados en todas direcciones pero que le daban ese aire tan jodidamente sexy- ¿Qué opinas de tú, yo y unas extenuantes dos horas en una tina de baño?- sus ojos de deseo liquido le embriagaban, eso tenía que ser un hecho.
-Si incluyes espuma y agua caliente, tenemos un trato…- sus ojos esmeraldas desprendían ese brillo pasional que tanto adoraba y dándole un rápido beso en la comisura del labio se levantó corriendo al cuarto de baño.
“Es imposible que exista algo mejor que esto” se dijo con una sonrisa de satisfacción al momento que se paraba de la cama.